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Coronavirus: Mayo y junio como banco de pruebas de cara al próximo septiembre

El 14 de mayo MEFP y CCAA resolverán alguna duda sobre el curso 2020-21. En la vuelta gradual hay diferencia por regiones, no solo por razones sanitarias.
Saray MarquésMartes, 12 de mayo de 2020
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Respecto al curso 2020-21 hay más dudas que certezas. © GEORGERUDY

El plan hacia la nueva normalidad en lo educativo avanza a distintos ritmos en España, y no siempre por criterios sanitarios. Si las primeras aulas del País Vasco abrirán sus puertas el 18 de mayo, adelantando así la fase 2, Andalucía ha dado por cerrada la actividad presencial este curso.

Así lo hacen otros

En su vuelta gradual a las aulas, España se fija en otros países. Como Francia, donde el retorno es voluntario desde el lunes 11. Tanto los alumnos con prioridad –hijos de personal sanitario o cuyos padres trabajan fuera de casa, alumnos con desfase, de Educación Especial y de cursos sensibles porque se titula– como las medidas de seguridad e higiene –uso obligatorio de mascarilla, lavado de manos regular y siempre a la entrada y la salida, grupos de 10 a 15 alumnos por aula, ventilación de estas al menos cada hora, separación de un metro entre pupitres, entrada y salida escalonada, los padres no acceden al centro, jornada intensiva sin comedor– son similares a los de España.

En cuanto al anuncio de la ministra Celaá de centros con el 50% de aforo y una modalidad semipresencial el curso viene –algo que también ha mencionado el conseller Bargalló en Cataluña– es parecido a la experiencia de Singapur en este tiempo, con una Educación híbrida en que los alumnos faltaban un día de la semana a clase, de forma escalonada.

Las administraciones tienen en cuenta también las propuestas de distintas organizaciones y grupos de pensamiento, aunque son conscientes de las limitaciones presupuestarias, que hacen descartar la habilitación de nuevos espacios y la contratación de más personal, a la hora de buscar soluciones nuevas a una situación nueva. Nueva y diversa a lo largo y ancho del territorio (ruralidad, recursos, aulas disponibles, densidad de población, alumnado, infraestructuras, número de infectados, fallecidos), lo que, unido a la descentralización educativa, hace difícil una solución única.

Según el experto en equidad Daniel Turienzo, será necesario “o bien un procedimiento con distintos niveles de ejecución en función de indicadores objetivos o una propuesta que las comunidades adapten y ejecuten según su realidad”. Para Turienzo, esta realidad puede ser referida no ya a comunidades autónomas sino a entidades inferiores: “Es posible que una comunidad con un alto grado de población rural no tenga problema para mantener ratios bajas, pero esa misma región puede tener un problema en las grandes ciudades”. Como subrayaba el consejero de Aragón, Felipe Faci, la semana pasada, las singularidades de la escuela rural se convierten en fortalezas en el actual contexto.

'Back to school'

El analista de la OCDE Marc Fuster, que ha participado en la elaboración del informe Back to school, junto a Tracey Burns, recalca: “La evidencia nos dice que la apertura de las escuelas no supone inmediatamente un riesgo para la salud siempre que se establezcan una serie de medidas básicas”. Entre ellas, evitar concentraciones de gente y mantener cierta distancia entre personas (señalización, horarios claros), pero también información sobre los síntomas para que quienes sean susceptibles de estar infectados se queden en casa.

En el comedor apuesta por turnos o por que se coma en el aula si no es posible que los niños, por su contexto familiar o por la organización del día escolar, coman en casa. Y, dada la climatología de nuestro país, plantea: “En España puede ser una buena solución mientras no haga mucho calor aprovechar espacios abiertos para las actividades escolares – tanto dentro como fuera del centro, siempre que la seguridad del alumnado esté garantizada–”.

Marc Fuster: "

En España puede ser una buena solución mientras no haga mucho calor aprovechar espacios abiertos para las actividades escolares

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Para Fuster, si se va hacia una Educación híbrida, las escuelas deberían garantizar más tiempo de actividad escolar para los alumnos con un desempeño menor por falta de apoyo en casa o limitaciones en el acceso a la tecnología o para hijos e hijas de personal esencial. Así, el informe advierte del mayor riesgo de abandono temprano en la actual coyuntura (que en españa se mantuvo en el primer trimestre de 2020 en una tasa similar a la del último de 2019). Pero, a su juicio, “la vuelta al colegio no debería suponer un riesgo mayor que la vuelta a la actividad económica. Es más, en la medida que se restablezca la normalidad para el conjunto de la población, la apertura de las escuelas será una medida necesaria para las familias trabajadoras, incluidas las que teletrabajan, pues ni en ese caso es fácil conciliar cuidado de los niños y acompañamiento académico con el trabajo, y hay un riesgo importante de que las cargas de esas responsabilidades queden descompensadas desde una perspectiva de género”.

Reparar en las experiencias de otros países puede servir, «pero entendiendo que cada país vive sus propias circunstancias: «Es difícil comparar los casos de Suecia y España –o Italia y Francia– donde parece que los primeros casos aparecieron antes de lo que las autoridades pudieron detectar. También la capacidad de los sistemas sanitarios para dar respuesta a la crisis varía –en Suecia, los servicios sanitarios no han llegado a colapsar, tiene muchas áreas con menor densidad de población, y no ha llegado a haber escasez de material sanitario».

Con todo, si hay rebrote –algo que el informe considera probable, fijándose en epidemias anteriores, como la gripe española de 1918 –, si este se da en un área en particular, “tal vez no sea necesario el cierre de todo el sistema escolar”, apunta Fuster. Mientras, en la desescalada se trata de «adaptar y revisar las medidas según cómo funcionen y la prevalencia del virus en ese lugar», añade Tracey Burns, «Gobernanza ágil es la palabra clave».

La vuelta a las aulas en 10 países

  1.  Italia. No se vuelve hasta septiembre. Se adelanta el inicio de curso.
  2. Portugal. Solo vuelven los alumnos de 11º y 12º (Bachillerato).
  3. Alemania. Abre sus puertas a los alumnos que se preparan para entrar en la universidad.
  4. Noruega. Prioridad a los más pequeños, al ser más difícil para ellos seguir el aprendizaje autónomo.
  5. Dinamarca. Voluntario. Vuelve el 50% de los alumnos de Primaria, lo que ayuda a guardar la distancia.
  6. Japón. Por zonas, cuando está controlada la situación sanitaria.
  7. Corea. Se reincorporan los más pequeños de Primaria y los más mayores de Secundaria.
  8. Nueva Zelanda. Las autoridades están pidiendo a los padres que pueden dejar a los niños en casa estas primeras semanas que así lo hagan. Solo el 4% de los alumnos de Infantil y el 2% de los de Primaria ha vuelto. Allí, debido a un terremoto hace más de una década, los centros educativos son nuevos y espaciosos.
  9. China. Los alumnos de último curso antes de la universidad de Wuhan, donde se originó la pandemia, volvieron la semana pasada. Un profesor atiende a dos semigrupos paralelos, como aquí se plantea para la fase 2. Todos los estudiantes y personal han pasado un test, se les toma la temperatura y se les desinfectan las manos a la entrada. Los centros han sido desinfectados cuatro veces.
  10. Suecia. Es el único país que no cerró la escuela obligatoria ni los centros preescolares. «No ha habido casos de niños ni de maestros enfermos. En Bachillerato y FP y en las universidades se pasó a trabajar por internet, hasta el verano. Los niños viven como siempre. Hay pocos cambios en los colegios. No se habla de distancia social. La gente que no se siente al 100% se queda en casa, pero hay actividad normal. Algunos padres han tenido a sus hijos en casa, pero ha sido excepcional. Hay medidas de higiene pero no medidas extremas. Parece que este virus no se interesa por los niños sino por los mayores y los ya enfermos», relata desde el país Inger Enkvist.

Con mascarilla en el País Vasco, sin mascarilla en la Comunidad Valenciana

A las diferencias entre comunidades (con mascarilla en el País Vasco, sin mascarilla en la Comunidad Valenciana) se añade la gran distancia entre lo que los responsables de los centros educativos escuchan de las autoridades o los gurús educativos (Educación híbrida, bimodal) y su realidad.

Raimundo de los Reyes, presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos, Fedadi, y director de un instituto en Murcia, nos atiende tras una visita para comprobar si su centro puede ser este año sede de la EBAU, que se hará en más institutos para evitar la masificación, y antes de preguntar a una empresa por la disponibilidad de metacrilato para posibles mamparas entre alumnos. Acaba de llamar a otra y no les queda. Además, está realizando un censo para comunicar a Riesgos Laborales las personas de la plantilla en grupos de riesgo. Resultado: del equipo directivo, tres de cuatro lo están por ser mayores de 60 años, por tener hipertensión o dolencias cardiacas–. El envejecimiento de las plantillas emerge con fuerza en la actual situación.

La Consejería les ha hecho llegar gel hidroalcólico y mascarillas, aunque la adquisición es «mitad y mitad»: «Como las necesidades varían según el centro también disponemos de fondos por si necesitamos otras cosas, que en ese caso debemos gestionar nosotros». Según el BOE, los centros educativos deberán proveer a sus trabajadores del material de protección necesario para la realización de sus funciones. A mediados de esta semana, deben tener todo listo. La sensación es de ir a contrarreloj y de estar embarcados en un gran «experimento«.

De los Reyes saca tiempo para pensar en el próximo curso. Cree que es clave dotar y formar tecnológicamente al profesorado, al alumnado y a las familias por si esta situación se repite. Este trimestre, los profesores han funcionado con sus dispositivos personales o han tenido que adquirirlos ex profeso. Ve factible que los turnos se extiendan a más institutos, pero no una Educación híbrida. Se queja de que no se cuenta nunca o casi nunca con los «encargados de llevar a tierra lo que se piensa en las altas instancias». «Igual es una idea fantástica, pero que se nos explique cómo llevarla a la práctica. Si no lo que siembran es desconcierto, como demuestran todos los chats en el grupo de WhatsApp de personal que provocaron las declaraciones de la ministra», plantea el director, que ahora, con la vuelta a las aulas, como antes, con los criterios de evaluación y promoción este curso, tiene la sensación de encontrarse en un permanente «Sálvese quien pueda».

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