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Los menores, más propensos a las secuelas post-Covid

Angustia y ansiedad, así como dificultades para memorizar y mantener la atención, son algunas de las consecuencias psicológicas que estos meses de aislamiento social pueden tener sobre los alumnos.
Adrián ArcosMartes, 16 de junio de 2020
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El confinamiento puede haber provocado en los alumnos problemas de sueño, estrés, desesperanza, depresión o nerviosismo. © TADAMICHI

Incertidumbre, soledad y miedo a la exclusión, estigma o indefensión. Estos son algunos de los sentimientos que se viven durante cualquier pandemia, pero a esta última causada por el Covid-19 hay que unirle la falta de juegos al aire libre, así como el estrés prolongado, el aburrimiento y el distanciamiento social, que afectan en mayor medida a los niños y que pueden provocarles problemas de salud mental tanto a corto como a medio plazo.

“Las personas que están al aire libre de manera habitual tienen una actividad más baja en la parte del cerebro que se enfoca en las emociones negativas repetitivas. Esta es una de las razones por las que la infancia puede desarrollar sentimientos negativos o incluso depresión durante el confinamiento dentro del hogar”, advierte Anne-Sophie Dybdal, experta en Protección Infantil y Salud Mental de la ONG Save the Children.

Tras meses de confinamiento y el cierre de colegios en muchos países del mundo, Save the Children ha entrevistado a más de 6.000 niños en Alemania, Finlandia, España, EEUU y Reino Unido para conocer cómo está afectando esta emergencia a su estado emocional y psicológico. La investigación revela que prácticamente uno de cada cuatro niños sufre ansiedad por el aislamiento social y que muchos de ellos corren el riesgo de sufrir trastornos psicológicos permanentes, incluida la depresión.

Un 30% de los niños y adolescentes podrían presentan síntomas de estrés postraumático en nuestro país

Según la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (Aepyna), un 30% de los niños y adolescentes podrían presentan síntomas de estrés postraumático en nuestro país. Y en cuatro de cada diez hogares los niveles de estrés y problemas de convivencia han aumentado, en buena medida por las malas condiciones de habitabilidad y el tamaño reducido de las viviendas.

Ante estas posibles secuelas psicológicas como consecuencia del confinamiento, el nuevo escenario de desescalada también debe producirse durante la vuelta a las escuelas. No tiene sentido empezar las clases impartiendo directamente los contenidos curriculares de las distintas materias si no se realiza un apoyo emocional previo y continuado del alumno. Nos encontrarnos con una situación nueva en la que tenemos que aprender a adaptarnos en cualquier contexto, ya sea en el hogar o en el centro educativo.

En ese sentido, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid recuerda que “el ser humano es biopsicosocial, por lo cual la adaptación no será la misma e igual para todos, va a depender de esas diversidad y amalgama de variables: aspectos de la personalidad, resiliencia, entorno, fortalezas, Educación, contexto social, familiar, cultural, etc”

Efectos positivos

De hecho, no todos los efectos del confinamiento tienen por qué haber sido negativos. Habrá personas que durante este tiempo de confinamiento hayan descubierto capacidades que hasta ahora no conocían o no sabían que tenían: de adaptación a nuevas situaciones, de autocontrol, paciencia, empatía, gratitud, solidaridad… muchas de ellas reflejadas en actos de apoyo y de ayuda a los demás.

La investigación de la UNED titulada Impacto psicológico de la pandemia de Covid-19: efectos negativos y positivos en población española asociados al periodo de confinamiento nacional, revela que el confinamiento favorece también algunas experiencias personales positivas, como ciertos cambios en los valores personales, distintas formas de administrar el tiempo o la resiliencia antes situaciones negativas.

Aunque los investigadores de la UNED asumen que los principales efectos del impacto psicológico del confinamiento son de tipo negativo, deseaban comprobar hasta qué punto podría tener efectos positivos en el individuo. Comprobar la mejora en la valoración de las actividades al aire libre, las relaciones interpersonales, la convivencia familiar, la propia calidad de vida, la organización del tiempo o las nuevas aficiones, han sido la respuesta.

Pero también han detectado esos efectos negativos de los que hablábamos antes: problemas de sueño, preocupación, estrés, desesperanza, depresión, ansiedad, nerviosismo, e inquietud… Los investigadores destacan rasgos como la intolerancia a la incertidumbre y la exposición a las redes sociales como poderosos agravantes de los efectos negativos del aislamiento por coronavirus.

Aunque expertos del programa Recurra, de la Asociación Ginso, creen también que la mayor presencia de la tecnología y de los dispositivos electrónicos durante el tiempo de estudio puede haber desarrollado la responsabilidad y autonomía de los alumnos al reforzar su papel activo

Efectos también en el profesorado

No solo los alumnos sufren secuelas psicológicas como consecuencia del confinamiento. Según una encuesta realizada por el sindicato CSIF a los docentes, nueve de cada diez profesores sufre desgaste emocional y estrés después de estos meses de aislamiento en casa.

  1. Angustia y ansiedad. Según un estudio realizado por el sindicato CSIF a 10.000 profesores en activo, un 93% de docentes manifiesta sentir angustia, ansiedad y estrés a causa de la situación generada por el confinamiento y un 94,46% lamenta que la Administración no tiene en cuenta su experiencia en la toma de decisiones.
  2. Tareas burocráticas. Los profesores manifiestan, en un cuestionario lanzado desde la web del sindicato, que a las tareas burocráticas habituales que no están relacionadas con el proceso de enseñanza se han sumado otras derivadas del Covid-19 y de la Educación a distancia. Así, un 77,28% considera que las tareas burocráticas fijadas tras el estado de alarma son excesivas, mientras que una gran mayoría –un 89,11%– está dedicando más horas al trabajo para atender a esta nueva situación de Educación a distancia con pocos medios.
  3. Opinión y experiencia. A la pregunta de si se está teniendo en cuenta la opinión y experiencia del profesorado en la toma de decisiones y regulaciones normativas adoptadas, un 94,4% de docentes asegura que no, frente al 3,8% que opina lo contrario.
  4. Regulación e instrucciones. Además, siete de cada diez docentes creen que las instrucciones y normativas para regular el teletrabajo durante este último trimestre de curso son poco claras.
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