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Proponen tutorías en grupos pequeños el primer trimestre para el 40% del alumnado

El coste del programa es menos del 1% del gasto público en educación en 2018. Con él se pretende paliar el efecto del cierre de los centros educativos.
RedacciónViernes, 7 de agosto de 2020
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Las tutorías serían en principio presenciales, pero también podrían ser online. © NEW AFRICA

Ante las apocalípticas predicciones en el terreno educativo como consecuencia de la pandemia, los profesores Almudena Sevilla, Jorge Sainz Ismael Sanz han sugerido como medida paliativa la implementación de tutorías de pequeños grupos de refuerzo, para compensar la pérdida de aprendizaje acumulada desde marzo como consecuencia del cierre de centros.

La propuesta, que puede verse completa en Nada es gratis, con estimación de gasto incluida, pretende abordar una situación como la actual en que se prevé que la brecha socioeconómica en educación se incremente un 36% en septiembre y los alumnos que no adquieren un nivel de competencia básico en PISA podría incrementarse en un 25%.

La realidad parece no solo estar corroborando, sino corrigiendo al alza, las previsiones de estos expertos. Así, si Sanz y Sainz calcularon que los salarios se reducirían en un 1% en un futuro a causa del Covid-19, McKinsey lo cifra en un 1,6%.

Frente a esto, e inspirándose en medidas propuestas por economistas de la educación como Burgess y Kraft, defienden ahora estas tutorías en pequeños grupos a partir del curso 2020-21. Unas tutorías que, para que funcionen, aparte de ser en grupos de seis alumnos como máximo, no pueden ser a cargo de voluntarios sino de tutores rigurosamente seleccionados que trabajan además siempre con el mismo grupo de alumnos y están coordinados con los docentes de los mismos.

En base a los estudios de la Education Endowment Foundation, que concluyen que una tutoría en pequeños grupos media hora al día durante un trimestre genera un progreso adicional de cuatro meses, Sevilla, Sainz y Sanz elaboran su propio modelo para nuestro país.

Según los expertos, el coste, de un 1% del gasto público en educación en 2018, que fue de 50.807 millones de euros, (la mayor parte destinado al pago a los tutores), «es importante en un momento en el que la situación de las finanzas públicas no es la mejor, pero el coste de no hacer nada sería todavía mayor».

Extrapolación a España

Las tutorías, a partir de octubre, serían dentro del mismo centro educativo, en horario extraescolar, todos los días durante 12 semanas, en grupos de cinco alumnos. Preferiblemente presenciales, aunque también podrían ser online.

Sus destinatarios, el 40% de los alumnos de Primaria, Secundaria y FP de Grado Medio de centros públicos y concertados que más pérdida de aprendizaje hayan sufrido durante el cierre de centros. En FP Básica, se ampliaría al 100% del alumnado.

«No es una propuesta muy alejada de PROA. La principal diferencia es que va más allá, no se centra solo en Lectura y Matemáticas. De las dos líneas de PROA está más cercana a la individual, no tanto a la de centro», explica Ismael Sanz. «Dentro de PROA había tutorías con grupos de este rango, pero lo que cambia es la escala, que alcance al 40%, y que se concentre en 12 semanas«, añade. «Se supone que con el 60% restante (alumnos de entornos medios o favorecidos que durante el curso escolar no van mal) la educación online ha podido funcionar», constata.

Ismael Sanz: "

No es una propuesta muy alejada de PROA. Lo que cambia es la escala, que alcance al 40%, y que se concentre en 12 semanas

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En cuanto a los tutores que se encargarían de estos grupos subraya que es muy importante su formación para acompañar a los alumnos que más lo necesitan y plantea la posibilidad de que sean docentes de los propios centros que se quedan a esta tutoría extraescolar recibiendo un salario por ello durante estas 12 semanas. La alternativa serían estudiantes de último curso, siempre con formación y con contrato de por medio, en línea con propuestas como la de ExE (Empieza por Educar).

En cuanto al posible incremento del abandono educativo temprano en nuestro país, cree que la influencia del Covid-19 podría contrarrestarse en parte por el menor coste de oportunidad: «La alternativa ya no es trabajar, es estar en el paro, y muchos preferirán seguir estudiando».

Sobre una posible supresión del título de la ESO, tal y como se ha planteado desde el Consejo Escolar del Estado, reconoce que tiene una parte positiva, pues permitiría el avance de más alumnos hacia estudios medios, hoy en día imprescindibles para su inserción laboral y social. «Sin embargo, conviene recordar que en España no todo lo logramos por una motivación intrínseca. También es importante la parte extrínseca, y el título forma parte de ella. Retirar este estímulo puede desincentivar el esfuerzo por parte de los alumnos. Yo esperaría. Sobre todo porque los indicadores en tasas de graduación en FP Básica, FP de Grado Medio y FP de Grado Superior están mejorando», concluye.

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