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Science Bits: Innovar desde la evidencia científica

El proyecto Science Bits busca mejorar el aprendizaje con comprensión de los alumnos a través del modelo de las 5 E. Su impacto positivo ha sido estudiado por un equipo de la Universitat de Barcelona y la Universitat Rovira i Virgili.
RedacciónMartes, 21 de diciembre de 2021
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El programa está implantado en centros de España, EEUU, México y Chile. © SCIENCE BITS

Algo distingue a Science Bits de otros proyectos de innovación educativa, y es que está basado en la evidencia científica sobre cómo aprenden las personas. El proyecto se cimienta sobre el modelo de aprendizaje de las 5 E (Engage o activar los conocimientos previos por medio de un contexto relevante; Explore o explorar los conceptos científicos implicados en dicho contexto de manera razonada y cooperativa; Explain o formalizar y estructurar los nuevos conocimientos; Elaborate o aplicar esos conocimientos en otros contextos mediante un proyecto en equipo, y Evaluate o recuperar los conocimientos adquiridos para resolver problemas diversos) y se aplica en centros educativos de EEUU, México, Chile y así hasta 30 países, entre ellos España.

Más de 250.000 alumnos de todo el mundo se han beneficiado de Science Bits, que no pretende otra cosa que desarrollar un aprendizaje basado en el razonamiento y en el descubrimiento y la exploración guiados, centrado en el desarrollo de las competencias básicas.

La prueba de que lo ha logrado se puede consultar en la revista científica International Journal of Science Education, donde se publica el estudio desarrollado por un equipo de investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) y la Universitat Rovira i Virgili (URV) que ha analizado durante cinco años el rendimiento de los estudiantes de Ciencias de cuatro centros españoles, dos empleando Science Bits y dos recurriendo a métodos más tradicionales, como los libros de texto al uso.

Los investigadores educativos concluyeron que se puede hablar de un “efecto relevante” (una mejora de casi media desviación estándar) en el aprendizaje conceptual de los alumnos que estudiaron con Science Bits.

En los centros –Fundació Llor de Sant Boi de Llobregat y Escuela “Solc” de Barcelona, ambos integrados en la Fundació Tr@ms– los profesores también analizaron, por su cuenta, cómo evolucionaron los resultados de los alumnos desde la introducción del programa. Así, en la Fundació Llor se percataron de que la franja de alumnos con nivel alto o medio alto se ensanchaba, mientras que la de alumnos con resultados bajos o medio bajos se reducían, según relata Josep Badia, profesor de Ciencias de la Fundació Llor.

Otra forma de evaluar

Por su parte, Pep Espígol, profesor de Ciencias y director pedagógico de la Escuela “Solc”, constataba “dos puntos fuertes adicionales” de Science Bits que añadir a su capacidad para construir conocimiento a partir de la exploración, el razonamiento y la aplicación contextualizada. Para él, son claves las actividades de la sección Evaluate: “Permiten una evaluación de los aprendizajes contextualizada, rica y transversal, y este es un buen ejemplo de que transformando la evaluación transformamos la forma de enseñar y aprender”.

Otro punto a favor de Science Bits, según Espígol, son los simuladores de experimentos: “Son tan realistas que permiten convertir el aula estándar en un laboratorio, pero también sugieren prácticas que pueden realizarse en el laboratorio del centro, lo que pone de manifiesto la gran adaptabilidad de Science Bits a la realidad de cada centro educativo”.

La obsesión por la evaluación es una de las señas de identidad de Science Bits, “el primer proyecto educativo curricular diseñado con base en la evidencia científica sobre cómo aprenden las personas y el único cuya eficacia ha sido validada científicamente”. Y procede del afán personal de Héctor Ruiz Martín, investigador de psicología cognitiva del aprendizaje y director de la International Science Teaching Foundation, la institución responsable de la introducción de Science Bits en España.

Autor de ¿Cómo aprendemos? (Graó) o de Conoce tu cerebro para aprender a aprender, a Ruiz Martín no le cabía en la cabeza que el mundo educativo fuera una eterna excepción en la evaluación para constatar aquello que funciona: “Si en el ámbito de la salud exigimos que cualquier tratamiento médico se someta a un estricto control científico que garantice su efectividad y evalúe sus riesgos antes de aplicarlo, ¿por qué no pedimos algo semejante en Educación? ¿Por qué no exigimos que los métodos y recursos educativos que se ofrecen a las escuelas se basen en la investigación y se sometan a estudio para verificar su eficacia?”.

La investigación de la UB y la URV en torno a Science Bits demuestra que no caben excusas: “Hoy contamos con conocimientos científicos sobre qué acciones y circunstancias promueven aprendizajes duraderos, transferibles, funcionales y productivos, así como una ingente cantidad de evidencias obtenidas directamente en las aulas con la colaboración de docentes de todas las etapas y de contextos educativos muy diversos. No tiene sentido que no aprovechemos toda esta información para fundamentar mejor la práctica educativa y tampoco que no evaluemos la aplicación de manera objetiva para tomar las mejores decisiones”, concluye.

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Comentarios

  1. Pedro
    4 de enero de 2022 03:29

    Exelente para mejorar la educacion