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Zorana Ivcevic: "Es peligroso transmitir a los alumnos que hay que ser felices todo el tiempo"

La investigadora Centro de Inteligencia Emocional de Yale, Zorana Ivcevic, visitó nuestro país invitada por la Fundación Botín. Lleva años desentrañando el misterio que se esconde en todo proceso creativo y ha venido a presentarnos su último hallazgo . ¿Cómo logró Mozart crear sus composiciones o Van Gogh su obras? ¿Qué se esconde detrás del proceso creador de MacCartney o de Spielberg? A la sabia mezcla de ingenio, conocimiento y esfuerzo le faltaba un ingrediente: la emoción.
José Mª de MoyaMartes, 21 de febrero de 2023
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Zorana Ivcevic, investigadora Centro de Inteligencia Emocional de Yale.

Zorana Ivcevic lo expresó desde el espectacular Centro Botín, con vistas a la Bahía de Santander, con una correctísima gestión emocional, sin perder la sonrisa pero con contundencia: es imposible razonar sin que las emociones entren en escena. Cree que es importante saber gestionar los sentimientos para que los alumnos estén mejor preparados de cara al mundo laboral y para establecer relaciones afectivas mucho más satisfactorias. Eso sí, se aleja de la filosofía «disney» y advierte: «Incluso las emociones negativas pueden ser positivas. Muchas veces las ideas surgen tras un período de frustración».

Pregunta. Este estudio que habéis presentado, financiado por la Fundación Botín, concluye que la creatividad no depende tanto del conocimiento como de las emociones…

–En verdad de ambos. La creatividad tiene que ver con el razonamiento, pero no existe razonamiento sin emociones. No pueden ir por separado. Nuestras emociones influyen en la manera en la que reflexionamos. Si estamos tristes vemos todos los problemas del mundo y si estamos felices vemos todas las soluciones. Ambos son importantes.

¿Hay que estar contento para ser creativo?

–No, a la creatividad le pueden venir bien diferentes emociones, todas son útiles. Las emociones negativas también pueden ser positivas, aunque afectan de diferente manera. Por ejemplo, los empresarios han creado grandes proyectos que, en numerosas ocasiones, han surgido en momentos de frustración. Van a un supermercado, no encuentran lo que buscan, pierden el tiempo, se enfadan… y se les ocurre algo para que este proceso sea más eficiente.

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Las emociones negativas también pueden ser positivas, aunque afectan de diferente manera

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Por tanto y pensando en los más jóvenes, no se es tan importante que tengan buenas o malas emociones como que sepan encauzarlas…

–De nuevo es una combinación de ambas cosas. Sí creo que, en el caso de los estudiantes, es conveniente que el ambiente en la clase sea positivo. Tienen que comprender que no tienen por qué sentirse felices durante todo el tiempo. Es imposible estar contento durante todo el tiempo. De hecho, creo que es peligroso transmitir a los alumnos que hay que ser felices todo el tiempo. Es algo imposible de conseguir. Lo fundamental es que los alumnos se sientan cómodos en el aula y que no tengan miedo, ya que el miedo es el principal enemigo de la creatividad.

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Lo fundamental es que los alumnos se sientan cómodos en el aula y que no tengan miedo, ya que el miedo es el principal enemigo de la creatividad

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¿Falta educación emocional?

–Realmente sí que falta. Debemos enseñar que no hay emociones buenas y malas. Cada emoción nos proporciona un determinado tipo de información. Cuando estamos contentos sabemos que todo funciona bien, cuando estamos tristes intuimos que algo falta y cuando estamos frustrados es que sabemos que algo falla.

¿Y cuándo estamos enfadados?

–Cuando estamos enfadados sabemos que se ha producido una injusticia y entonces podemos ser capaces de hacer algo para combatirla. Muchas veces tendemos a pensar que existen emociones buenas y malas . También que la alegría es buena y la ira negativa. Sin embargo, no es así. No existen emociones buenas y malas.

Me está recordando la película Del revés (Inside Out).

–Me encantó. La película enseñan muy bien las diferentes emociones, aunque se trate de las emociones más básicas. A lo largo de la vida, las emociones se van volviendo más complejas.

¿Cómo enseñar educación emocional sin caer en el emotivismo?

–Es diferente. Cuando enseñamos habilidades emocionales, enseñamos a gestionarlas, a saber qué hacer con ellas… con eso no decimos que se puedan expresar como quieran. Al contrario, el objetivo es precisamente enseñar a los jóvenes a gestionarlas correctamente. Hay que entenderlas para que nos sean eficientes y para que nos sirvan de cara al trabajo. Además, pueden ayudarnos a tener relaciones satisfactorias con otras personas.

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Cuando enseñamos habilidades emocionales, enseñamos a gestionarlas... con eso no decimos que se puedan expresar como quieran

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Ya tenemos claro cómo influyen las emociones en el proceso creativo. ¿Se requiere también esfuerzo?

–Por supuesto, durante el proceso creativo se van a ir desarrollando emociones pero la creatividad exige esfuerzo. Además, tener la idea y convertirla en algo real es un proceso que también requiere mucho trabajo. Repasarlo, volver a reescribirlo… Es un proceso laborioso. Si estoy escribiendo un libro, tengo que escribir un borrador, repasarlo, volver a reescribirlo hasta conseguir el producto final.

Los niños suelen pensar que para emprender solo se necesita un momento de genialidad…

–Los niños suelen desconocer que para ser creativo se requiere mucho esfuerzo y a nosotros se nos olvida enseñárselo. Por ejemplo, cuando mi hijo tiene que escribir un trabajo para el colegio, redacta todo del tirón y piensa que ya ha terminado. En realidad acaba de empezar. Tiene que volver a revisar, plantear si ha expresado todo lo que quería y pensar de qué otra manera podría hacerlo.

Genio, ¿se nace o se hace?

–En realidad es la combinación de ambas cosas. En psicología y en ciencias sociales siempre se dice que es una mezcla.

De acuerdo, no sin esfuerzo… ¿y sin conocimiento? ¿Se puede ser un gran pintor sin conocer la historia del arte?

–En el caso del arte, podría haber una excepción. No tengo claro que para ser un gran artista se necesite conocer toda la historia del arte. Sin embargo, si eres un científico sin duda hay que conocer todo lo que se ha hecho antes. En el caso de los profesores también ayuda muchísimo conocer lo que han hecho otros docentes antes de que tu llegaras.

Se están disparando las enfermedades mentales de los menores. ¿Puede tener relación con la falta de educación emocional?

–Sinceramente, no lo sé. Pero sí sé que no saber gestionar determinadas emociones puede derivar en depresión. Pero hasta el momento no tenemos datos suficientes para saber con certeza si están conectadas.

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