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Los mejores embajadores para el cuidado del planeta

El contacto con la naturaleza crea en los alumnos una conciencia ecológica que luego proyectan en su entorno.
Adrián ArcosMartes, 26 de marzo de 2019
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Los niños se convierten en los mejores embajadores de la Educación ambiental. La conciencia ecológica que puedan adquirir tanto en casa como en la escuela, va después a proyectarse al resto de la sociedad a través de pequeños gestos, consejos y formas de actuar que van a animar a más personas de su entorno a que cuiden el planeta. Pero para que ello se produzca, es fundamental que los alumnos lo vivan, no solo con los ejercicios que puedan hacerse en clase, sino con las salidas al exterior y con la propia experiencia en la naturaleza.

Cada vez más colegios organizan salidas al campo para que los niños sientan la naturaleza, descubran la importancia de cuidarla y aprendan todo lo que han visto en clase. Ecoembes trabaja en este ámbito a través de su proyecto de Educación ambiental Naturaliza, que busca introducir una mirada ambiental en la Educación. Para ello, sitúa como prioritarias esas salidas de los escolares a los entornos naturales.

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Si nosotros cuidamos el planeta ahora y en el futuro mejora, tendremos más posibilidades de sobrevivir

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De igual forma, muchos centros disponen de huertos dentro del propio recinto escolar en los que los alumnos pueden también poner en práctica los contenidos aprendidos en clase a la vez que disfrutan cultivando sus propios alimentos.

«Yo creo que todos los niños deberían hacer estas actividades, porque luego, de mayores, empezaremos a contaminar y al final ese proceso se repetirá tanto que el planeta acabará muy mal», dice Paula, alumna de Primaria del Colegio «María Virgen» de Madrid, uno de los centros que han participado en el primer proyecto piloto de Naturaliza –al igual que el resto de colegios que aparecen en el reportaje–. «Si nosotros cuidamos el planeta ahora y en el futuro mejora, tendremos más posibilidades de sobrevivir, y si hacemos esos ejercicios en grupo nos mentalizamos todos para cuidarlo mejor», expresa Paula.

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De nada sirve que en el cole los niños echen los envases al amarillo si luego en casa papá y mamá tiran toda la basura al mismo contenedor

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Y es a casa donde primero llevan toda la acción ecológica. «De nada nos sirve que en el cole los niños echen los envases al amarillo si luego en casa papá y mamá tiran toda la basura al mismo contenedor», advierte Margarita Pascual, profesora del CEIP «Blas de Otero» de Móstoles (Madrid).

«Los niños reciclan en el cole y muchos padres nos dicen que les ha tocado cambiar las papeleras en casa porque se lo han pedido sus hijos, ellos también realizan un cambio significativo en su rutina diaria», indica Julia Llorente, directora del CEIP «Nuestra Señora del Remolino», de El Molar (Madrid).

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Cuando los niños vienen del colegio, siempre actúan como una especie de Pepito Grillo que nos corrigen en las cosas que hacemos mal

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Pedro Madrid es padre de dos alumnos de 4º y 6º de Primaria del CEIP «Ciudad de Nejapa» de Tres Cantos (Madrid). Él asegura que en casa ya está muy bien arraigada la conciencia ambiental y son bastante disciplinados con el tema del reciclaje, pero aun así, «cuando los niños vienen del colegio, siempre actúan como una especie de Pepito Grillo que nos corrigen en las cosas que hacemos mal».

Él considera fundamentales las actividades ambientales, porque «les van calando tanto que luego las traen a casa y a su vida cotidiana, de forma que, aunque nosotros les hayamos aportado una cierta conciencia al principio, ellos acaban desarrollándola más profundamente y llegan a convertirse en nuestros educadores».

Este padre pone como ejemplo la compra en el supermercado: «Muchas veces, por comodidad y por rutina, voy cogiendo todos los alimentos envasados, y ellos mismos me advierten de la cantidad de plástico; entonces te das cuenta de que van un paso por delante de nosotros».

Participación de los padres

Muchos centros invitan a los padres de los alumnos para que participen de las actividades fuera del aula. Margarita, profesora del CEIP «Blas de Otero», explica cómo suelen aprovechar el primer trimestre para realizar la que llaman la «salida del otoño». Y en el último trimestre visitan otro parque para realizar actividades de cuidado del entorno al aire libre con los padres que lo deseen.

En el CEIP «Fernando de los Ríos» de Las Rozas (Madrid), su jefe de Estudios, Israel Albiol, comenta los programas en los que también participan las familias, como es el proyecto Caminos Escolares, que se basa en buscar la mejor ruta, desde casa del alumno hasta el centro, que permita utilizar medios de transporte sostenibles. «De esa forma, los padres entienden el camino escolar como una vía para que los alumnos puedan venir andando al cole, en bicicleta o en patinete», asegura Albiol.

También en este centro, a través del reciclaje, se intenta sensibilizar a alumnos y padres para que lleven al colegio la menor cantidad posible de materia residual. «Por ejemplo, estamos trabajando para que los alumnos traigan una ecotartera al centro», señala el jefe de Estudios.

 

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No tiene ningún sentido que lo que se enseña en el cole luego se diluya en casa, o al revés

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Al final, como dice Pedro Madrid, «se trata de que sea un aprendizaje integral», que no sea solo algo que se intenta transmitir desde casa o desde el colegio independientemente. «Tiene que formar parte de su manera de ver las cosas, no tiene ningún sentido que lo que se enseña en el cole luego se diluya en casa, o al revés, ni tampoco que ellos mismos no puedan ponerlo en práctica con el resto de compañeros», manifiesta este padre.

Paula, la alumna del Colegio «María Virgen» de Madrid, explica cómo en casa también aplica todo lo que hace en el cole: «Mi madre me pone la merienda en una bolsa de tela en vez de plástico y en casa, además, tiramos cada desperdicio al contenedor correspondiente, igual que hacemos en el cole».

Un proyecto global

  1. Iniciativa. «Nos reunimos los profesores y vimos que todos teníamos una inquietud en común de cuidado del medio ambiente, y queríamos encontrar formas fáciles y viables de que los niños pudieran tener esos mismos sentimientos y crear en ellos una conciencia ecológica», explica Julia Llorente, directora del CEIP «Nuestra Señora del Remolino» de El Molar (Madrid).
  2. Transversalidad. «Queremos que la Educación ambiental se trate de forma transversal, que afecte a todas las asignaturas. No queremos que sea un ámbito de un solo profesor, porque los niños lo viven como un todo, como algo que supera a la propias asignaturas, es una forma de actuar, de tomar conciencia», asegura Margarita Pascual, profesora del CEIP «Blas de Otero» de Móstoles (Madrid).
  3. Comunidad. «En el centro tenemos un comité ambiental de Ecoescuela, formado por profesores, alumnos y equipo directivo, pero también por familias y personal no docente, para poner en marcha acciones ambientales en el centro», indica Israel Albiol, jefe de Estudios del CEIP «Fernando de los Ríos» de Las Rozas (Madrid).
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