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El escenario de la presencialidad total empieza a tambalearse

La actual evolución de la pandemia obliga a volver a la casilla de salida: ¿Educación híbrida o presencial?
RedacciónJueves, 20 de agosto de 2020
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La ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celaá, en una imagen de archivo. MEFP

En los meses de junio y julio, cuando se elaboraron los protocolos de las comunidades autónomas, la consigna era de presencialidad y, desde luego, de aulas abiertas en septiembre. Pero entonces no se podía saber la evolución epidemiológica de la pandemia, dónde estaríamos a día de hoy.

Ya el 14 de mayo en Conferencia Sectorial de Educación se acordó crear un grupo de trabajo para abordar el desarrollo del curso 2020-21 y se definieron tres posibles escenarios con la vista puesta en septiembre:

  • Que la evolución de la pandemia permita que la actividad educativa se lleve a cabo de manera presencial en los centros educativos sin la obligación de mantener la distancia interpersonal.
  • Que la evolución de la pandemia continúe obligando a mantener la distancia interpersonal en todos los centros educativos como medida de prevención para evitar contagios.
  • Que la evolución de la pandemia impida el desarrollo de la actividad educativa presencial en algún momento del curso 2020-2021 debido a algún rebrote de la enfermedad que obligue de nuevo al confinamiento.

A día de hoy, ya descartado el primero de los escenarios, nos encontramos entre el 2 y 3, lo que pone en riesgo la presencialidad total. Así lo constataba esta mañana en la Cadena SER el consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero, que aseguró que, con los actuales datos de número de contagios e incremento de casos él no se plantearía un inicio de curso 100% presencial (luego el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, aseguró que la única opción que se plantea es una vuelta presencial).

El consejero de Sanidad madrileño ha declarado que, con los actuales datos, él no se plantearía un inicio de curso 100% presencial

Lo dice la Consejería de Sanidad de Madrid, que en realidad se fija en lo que dice la OMS, que asevera que la vuelta al colegio puede considerarse segura si se realiza en un contexto en que la transmisión local del coronavirus es baja y la vigilancia epidemiológica y el rastreo de los contactos son buenos. Pero también lo dice la Consejería de Educación de la Región de Murcia, que tras la reunión de la comisión mixta de Educación y Salud para valorar la situación actual, apuesta por la semipresencialidad y no por la presencialidad que defendían en julio. El martes, el sindicato SIDI había denunciado que era imposible que el curso comenzara en su modalidad presencial en las fechas previstas con un mínimo de seguridad.

El nuevo plan murciano consiste en la asistencia en Infantil y Primaria presencial cuatro días por semana en los grupos que sobrepasasen los 20 alumnos por aula y en 1º y 2º de ESO cuando sobrepasen los 24 alumnos por aula. En 3º y 4º de ESO la atención educativa será semipresencial con días alternos de asistencia al centro (2 o 3 días semanales), lo que rebajará la presencia del alumnado en el centro al 50%. Los alumnos que en la primera semana asistieran dos días, lo harían tres días en la siguiente, y así sucesivamente. Además, desde la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social se darán ayudas a los ayuntamientos para facilitar la conciliación.

Antes que Murcia, Aragón ya abogó por su escenario 2 (de presencialidad en Infantil y Primaria y semipresencialidad a partir de 3º de ESO) y no por su escenario 1 (presencialidad).

Desde Baleares se sigue trabajando en el escenario A (presencialidad), aunque no se descarta, en función de la evolución de la pandemia, pasar al B (semipresencialidad).

Mientras, desde Extremadura se reconoce que «cada vez es más probable que se puedan dar varios escenarios (presencial, semipresencial y online) a la vez dependiendo de la evolución de la pandemia en las diferentes localidades, ya que se están produciendo rebrotes del Covid-19 cuya evolución marcará el modelo de enseñanza con el que se iniciará el curso en las distintas zonas o localidades». Y se añade: «Si cuando comience el curso la situación sigue controlada como en la actualidad, se podría garantizar la máxima presencialidad prácticamente en todos los centros educativos. La Consejería de Educación y Empleo apuesta por el escenario de enseñanza presencial y hacía ese objetivo ha dirigido todos sus esfuerzos, ya que considera que la escuela presencial es insustituible».

Cantabria y Castilla-La Mancha se sitúan en la presencialidad, si bien en esta última los centros pueden hacer una propuesta de semipresencialidad si cuentan con más de 1.000 alumnos de ESO y Bachillerato y también pueden hacer en FP un inicio semipresencial si es compatible con el ciclo y supone liberación de espacios para ESO y Bachillerato,

También en La Rioja y la Comunidad Valenciana se trabaja con el escenario 1 como referencia, aspirando a la máxima presencialidad posible, aunque previendo casos en que pueda haber asistencia a clase en días alternos a partir de 2º de ESO, de ser necesario para adoptar las medidas de seguridad. También el País Vasco se decantan por el escenario 1 de los tres que se han diseñado, lo que supone la presencia física de los alumnos.

Mientras, en Navarra, donde el sindicato Afapna ha pedido que se parta como mínimo de una fase 2, se mantienen las líneas generales de actuación y se remiten al departamento de Salud para pasar de un escenario a otro: «Aun no está definido en cuál empezaremos. El nivel de contagios en menores de 18 años está siendo relevante, eso es un dato a tener en cuenta», contestan desde el Departamento de Educación, que esta semana está reuniéndose con la comunidad educativa.

En Galicia el protocolo no se basa en escenarios, pero sí prevé el cierre de aulas o centros en caso de detectarse brotes así como las fases para la reapertura. Precisamente en Galicia, como en Cataluña y Aragón, se baraja en los últimos días hacer obligatorio el uso de mascarillas en clase a partir de los seis años con el objetivo de frenar la expansión del virus en el contexto escolar, algo que ya contemplaba uno de los últimos protocolos en ver la luz, el de Cantabria.

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