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La exposición a conductas negativas puede afectar al desarrollo académico de los niños, según un estudio

La investigación de la UNED asegura que las emociones no afectan a habilidades cognitivas como la lectura o la memoria. Estas conductas negativas, en cambio, sí pueden crear dificultades en el desarrollo infantil.
Aitor Caballero CortésViernes, 28 de enero de 2022
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Las exposición a emociones negativas pueden afectar en el bienestar psicológico de los niños. ©VIACHESLAV LAKOBCHUK

Un estudio de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) afirma que la exposición de los niños a malas conductas le afectará psicológicamente. El análisis llevado a cabo por Tomás Cano, profesor de la UNED y autor de la investigación, cree que esas conductas negativas influyen incluso más en el desarrollo infantil que otras positivas, como el cariño. “Que los padres sean cariñosos con sus hijos impacta muy positivamente en el desarrollo emocional de los pequeños. Pero cuando los padres exhiben emociones violentas en casa, el efecto negativo sobre el bienestar psicológico de sus hijos es aún mayor que cuando las emociones son positivas”, afirma Cano.

Tomás Cano, profesor de la UNED "

Que los padres sean cariñosos impacta positivamente en el desarrollo emocional de los hijos. Pero cuando exhiben emociones violentas, el efecto negativo es aún mayor

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A pesar de ello, el estudio cree que estas emociones de la crianza no afectan al desarrollo cognitivo, como la memoria o la lectura. Pero una malestar psicológico puede provocar dificultades en ciertas capacidades o padecer algunas patologías, como hiperactividad, miedo o dolores de estómago o cabeza. Estas desventajas, en cambio, sí que pueden afectar al desempeño académico del joven.

Irrelevancia de la clase social en la crianza

La investigación buscaba averiguar las causas de la brecha académica en función de las clases sociales. Partía de que las emociones negativas son más frecuentes en familias de clase trabajadora, ya que la precariedad es la fuente de estrés de los progenitores, y por tanto, de conductas negativas. Sin embargo, el estudio de Cano desmiente esta hipótesis aclarando que las diferencias no se hallan en el comportamiento de las familias. “Apenas las hay”, declara Cano sobre diferencias en la crianza según la clase social.

No obstante, Cano pone el foco en cierta divergencia en modelos de enseñanza, como el razonamiento inductivo, el cual es más común en familias de clases medias y altas. El estudio se apoya en otras investigaciones sociológicas que relacionan el poder económico y la facilidad de los niños de clases medias y altas de recibir, por ejemplo, clases particulares que ayuden al desempeño académico. En cambio, las diferencias entre métodos de enseñanza según la clase social era “sustancialmente pequeñas”, dice Cano.

La importancia de implicar al padre en el desarrollo de los niños

Otro planteamiento relevante del trabajo incide en la importancia de la corresponsabilidad en la crianza. Según Cano, los hombres impactan de igual forma en el desarrollo de los hijos que las madres.

El análisis del profesor de la UNED concluye con que el desarrollo de las capacidades cognitivas en la infancia se debe a otros factores diferentes a las emociones. “Bien es cierto que las habilidades cognitivas y las emocionales están muy relacionadas entre sí y se refuerzan mutuamente”, opina el autor. Cree que este desarrollo intelectual está condicionado a otros factores como la lectura o el juego educativo.

Cano cree que la investigación es importante porque debe “concienciar a los padres que influyen y mucho en el desarrollo de sus hijos” y para que los progenitores tomen conciencia del impacto negativo de exhibir malas conductas a sus hijos. Esto puede conllevar un mal desarrollo infantil, lo cual hace más probable que el desempeño académico también empeore.

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