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Especial Los consejeros hablan

Víctor Marín: "Nos podemos enfrentar a corto plazo a una carestía de docentes en España, sobre todo en Secundaria"

Víctor Marín dejó el aula del instituto donde impartía Geografía e Historia para ocupar desde 2016 diferentes puestos en la Consejería de Educación murciana. Desde enero está al frente de la Consejería tras relevar de forma abrupta a Mabel Campuzano, expulsada de Vox, no integrada en el PP y con escasa experiencia educativa. Una bomba de relojería.
José Mª de MoyaMartes, 31 de octubre de 2023
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© JORGE ZORRILLA

El consejero de Educación, Formación Profesional y Empleo de la Región de Murcia viene del aula y eso se nota. Se nota porque habla como quien lo ha palpado, como quien hasta hace bien poco explicaba Geografía e Historia a sus alumnos del instituto, como quien siente la responsabilidad de la capacidad transformadora del profesor… para bien o para mal: «El docente es un referente no solamente desde el punto de vista académico, sino también en lo personal y lo social».

Y se nota en cómo responde a cada pregunta, como si estuviera dictando una clase, sin titubeos, sin perder la compostura, sin bajar la guardia a pesar de mis repetidos intentos… Eso sí, transcribir la entrevista ha sido fácil.

Los datos de la Región de Murcia, históricamente, no son muy positivos en términos de abandono educativo o de desigualdades, a partir de datos PISA o del informe Cotec. Seguro que hay muchas razones de tipo histórico y socioeconómico, pero ¿cómo se puede corregir este déficit de partida?
Iniciamos una legislatura en la que la Educación se ha convertido en el primer eje de las políticas del presidente López Miras. Así lo definió en su debate de investidura con un proyecto que vincula la Educación al ámbito de la formación y del empleo. Por eso, la Consejería de Educación ostenta también las competencias de empleo, para poder abordar de manera conjunta diferentes problemas que no solo son propios de la Región de Murcia sino que se hacen extensivos al conjunto del territorio nacional, como son el abandono educativo temprano, el desempleo juvenil y también el rendimiento académico.

Para reducir el abandono educativo temprano y a incrementar el éxito educativo vamos a desarrollar una estrategia en dos fases. Primero, incrementaremos el porcentaje de alumnos que titulan en la ESO con el fin, en segundo lugar, de poder ofrecerles una mayor variedad de opciones desde el punto de vista formativo para continuar su trayectoria académica.

En concreto, ¿qué medidas van a tomar para lograrlo?
–El primer objetivo [incrementar la tasa de titulación] lo vamos a trabajar a través de una flexibilización de los itinerarios formativos a lo largo de la ESO. Hemos apostado por incluir ámbitos en 1º y en 2º para aquellos alumnos que tienen mayores dificultades en esa transición de la Primaria a la Secundaria en la que se comienza a gestar en parte el abandono educativo temprano. Y, por supuesto, enriqueciendo la oferta de Formación Profesional Básica, que es clave para poder incrementar el porcentaje de titulación.

El segundo objetivo, lo alcanzaremos ampliando la oferta de la Formación Profesional, principalmente centrada en los grados medios y vinculada a la Formación Profesional Dual.

¿Qué cifras de FP manejáis en este momento?
–Somos una de las comunidades con mayores tasas de empleabilidad en Formación Profesional a nivel nacional y este año nuestro porcentaje de plazas en régimen dual llega al 12%, cuando los últimos datos a nivel nacional se sitúan en el 4%. Creo que este doble objetivo es fundamental para no solo mejorar los datos de abandono educativo, sino también los de empleo juvenil y, por tanto, los de éxito educativo.

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Hemos apostado por incluir ámbitos en 1º y en 2º de ESO para aquellos alumnos que tienen mayores dificultades en esa transición de la Primaria a la Secundaria

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¿El sistema sigue siendo demasiado rígido, una especie de corsé al que los alumnos tienen que adaptarse?
–Efectivamente. Hay distintos estudios que lo ponen de manifiesto. Una de las cuestiones en que el sistema educativo debe avanzar es en la flexibilidad de los itinerarios, pero siempre pensando en itinerarios que ofrezcan nuevas oportunidades de formación y que no supongan una rebaja de los estándares de calidad de los aprendizajes.

Creo que la clave está en crear distintas vías para que, en función de las capacidades de los alumnos y siempre apostando por el esfuerzo, por el mérito y por la capacidad, seamos capaces de ofrecer titulaciones variadas. Y no solamente para sus capacidades, sino también pensando en las necesidades de nuestro sistema productivo. Creo que el despliegue que la Formación Profesional debe tener en los próximos años contribuirá a también cambiar, enriquecer y diversificar nuestra estructura productiva. Creo que es un reto que, como Región, y, por supuesto, como país, tenemos que asumir.

En efecto, se habla de que los jóvenes tienen que adaptarse al sistema productivo… pero ¿no le parece que tiene que ser compatible con una formación más holística, en que no todo pase por la empleabilidad? Supongo que tampoco se trata de convertir a los centros educativos en fábricas de masa productiva…
–Claro que no. La educación es un proceso integral en el que los alumnos adquieren conocimientos, valores, pero también competencias, competencias importantes para que puedan llevar adelante con éxito sus proyectos de vida. Creo que la Formación Profesional supone una formación completa, que en ningún caso se centra exclusivamente en las competencias profesionales, sino que abarca la totalidad de beneficios que implica el proceso educativo. Pero qué duda cabe que el proceso educativo también debe ofrecer a los ciudadanos las condiciones de poder llevar adelante sus proyectos.

¿Cómo se consigue?
–Diversificando la oferta, y, sobre todo, apostando por la Formación Profesional. Desarrollando políticas que atraigan al sistema a aquellos jóvenes que lo abandonaron de manera prematura. Jóvenes de entre 18 y 24 años que abandonaron los estudios con el título de la ESO o, incluso, sin él. La unión de Educación y Empleo en una misma consejería nos puede permitir desarrollar programas interesantes para atraer a estos jóvenes hacia el sistema educativo o hacia la formación para el empleo.

¿Cuentan con presupuesto para tan ambicioso reto?
–En 2023 contamos con el presupuesto más alto destinado a Educación en la Región de Murcia desde que se asumieron las competencias. Estamos hablando de un presupuesto que alcanza los 1.532 millones de euros y que supone una inversión diaria de 4 millones de euros, el 25% del total de un presupuesto regional en que las políticas educativas, sanitarias y los servicios sociales suponen el 80%.

Según mis datos, el presupuesto educativo de 2023 apenas creció con respecto a 2022, ¿es así?
–En los últimos cuatro años se ha incrementado el presupuesto en 361 millones de euros, un 22% de incremento a pesar de los problemas de infrafinanciación que arrastra nuestra región. Recientemente se publicó un estudio de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales que concluía que la Región de Murcia es la comunidad que más porcentaje dedicó a Educación en 2022, con un 23,7%, lo que supone 1.078 euros por habitante. Por tanto, nuestra región, a pesar de los problemas de infrafinanciación que afectan directamente al mantenimiento de los servicios esenciales, ha desarrollado un esfuerzo muy importante desde el punto de vista presupuestario en materia educativa.

Y, sin embargo, se ha criticado que los fondos Next Generation no se están ejecutando ágilmente…
–Aquí estamos ejecutando los fondos con normalidad. Es cierto que conllevan un proceso de justificación muy laborioso y sí echamos en falta en su momento que se hubiese contado con las comunidades autónomas para poder construir de manera conjunta distintas líneas de actuación. Pero, como digo, estamos aprovechando con total eficacia estos fondos y desarrollando las políticas para las que están destinados.

¿Un par de ejemplos?
–Por ejemplo, para parte del crecimiento de la oferta de FP o para la ampliación del primer ciclo de Educación Infantil.

Otro reto para la región es la alta tasa de interinidad, de las mayores de España… ¿qué piensan hacer?
–En efecto, aunque esta tasa se ha ido reduciendo porcentualmente desde el 16,5% que teníamos en 2018 hasta el 13,1% del año 2022. En este 2023 hemos estimado que la tasa de interinidad a final de año se situará en un 16% aproximadamente, teniendo en cuenta que recientemente hemos firmado un acuerdo de reducción de jornada lectiva para el profesorado que ha supuesto el incremento del 5% de contratación de profesorado interino. Por tanto, según nuestras cifras, con las convocatorias que tenemos ahora mismo en ejecución, la tasa de interinidad se rebajará hasta un 11%.

Pero nuestro objetivo es poder bajar del 8%. Pero para ellos debemos disponer de tasas de reposición de flexibles, teniendo en cuenta los últimos acuerdos de mejora de las condiciones de trabajo que se han suscrito en la Región para el personal funcionario.

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Creo que el corpus de las asignaturas debe partir de la evidencia científica y las cuestiones relacionadas con los valores y con la formación de las personas deben tratarse de manera transversal

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Entremos en el aula. Usted ha sido hasta hace bien poco profesor de Secundaria… El otro día me decía un colega suyo que dedicaban el 80% de los claustros a cuestiones que nada tienen que ver con lo académico. ¿Qué opina del incremento de los problemas de salud mental?
–En efecto, el problema de salud mental es una prioridad absoluta del presidente López Miras. Desde la Administración requiere la puesta en marcha de políticas transversales. La salud mental no es un problema estrictamente educativo, es un problema que se debe trabajar desde el sistema educativo para paliar sus efectos, pero que también requiere de otras actuaciones desde el ámbito sanitario y desde de las propias políticas sociales y de familia.

De acuerdo, pero ¿qué se puede hacer desde los centros?
–Aquí disponemos de un plan regional para la mejora de la convivencia escolar desde el que se ha desarrollado recientemente una guía para la prevención del suicidio y que ha sido actualizada por ese incremento tras la pandemia.

Además, hemos reforzado también la figura del coordinador de bienestar con más horas no lectivas para que pueda ejercer de una manera más eficaz sus funciones de coordinación y, en definitiva, contribuir a la mejora de la convivencia y promover el bienestar emocional del alumnado.

También hemos llevado a cabo un incremento muy importante en este curso escolar del personal especializado en materia de atención a la diversidad, con 77 nuevos orientadores y con 15 profesores técnicos de servicios a la comunidad añadidos, así como otros perfiles especializados.

¿Y desde otros ámbitos?
–Contamos con un programa muy exitoso, la Unidad educativo-terapéutica, especializada en la intervención con alumnado que presenta trastornos graves de conducta y con alto riesgo de abandono educativo. Se trata de una unidad integrada por siete profesionales especializados, cuatro psicólogos clínicos especialistas en salud mental y tres maestros especialistas en trastornos graves de conducta que trabajan en colaboración con los servicios sociales municipales y con los centros de salud mental infantojuvenil.

Creo que es un reto que tenemos que afrontar propiciando esa colaboración entre los distintos departamentos y el incremento de los recursos especializados.

Y paradógicamente los centros siguen bajo el tsunami de la digitalización y desatendiendo la Filosofía, la Historia… ¿no habría que repensar todo esto un poco?
–No solo repensar, sino actuar. Nosotros, al hilo del desarrollo curricular de la Lomloe, hemos tomado decisiones muy importantes en relación con las asignaturas humanísticas y de ciencias sociales.

Por ejemplo, hemos incrementado la carga lectiva de Historia de España en 2º de Bachillerato, con cuatro horas lectivas semanales, ampliando los temarios, para que los alumnos comiencen a estudiar la Historia de España desde la prehistoria, no solamente desde el siglo XIX, como fijaba el currículo estatal. También hemos apostado por incluir la Filosofía como una materia optativa en 4º de ESO.

Hemos defendido la importancia del emprendimiento y de las disciplinas económicas creando distintas asignaturas optativas en 3º y 4º de ESO y también en Bachillerato. Por supuesto, hemos preservado la Psicología como una materia optativa abierta a distintas ramas de todas las modalidades de Bachillerato.

Y, por supuesto, entendemos que los estudios clásicos son fundamentales dentro de la optatividad y de los márgenes que establecía el currículo básico. Son materias a las que no podemos renunciar para entender quiénes somos, cuál es el sentido, el bagaje y la herencia de nuestra cultura y a las que se debe dar el mismo nivel de importancia con otras áreas cruciales como las científicas.

Me viene a la cabeza aquel célebre bestseller Más Platón y menos Prozac
–Yo creo que el pensamiento crítico es fundamental, cualquier sociedad democrática y cualquier sistema educativo debe preservar el pensamiento crítico y la capacidad de razonar que aportan las disciplinas humanísticas. Sobre todo en una sociedad como la actual en la que nuestros jóvenes están siempre siguiendo a influencers o personas que no tienen por qué ser un referente cultural. Quizá lo que necesitan nuestros jóvenes es tener menos influencers y más referentes.

Impulsar las Humanidades, pero sin carga ideológica, que es una de las cuestiones que se ha criticado de la Lomloe… ¿Le parece que la crítica estaba justificada?
–Sí, en mi opinión, está justificada. Creo que los currículos deben construirse desde el rigor científico. Creo que el corpus de las asignaturas debe partir de la evidencia científica y las cuestiones relacionadas con los valores y con la formación de las personas deben tratarse de manera transversal. Algo que, por otra parte, siempre ha existido en el sistema educativo.

Cualquier docente, yo mismo como profesor, siempre me he preocupado en mis clases no solamente de enseñar los contenidos sino de fomentar valores ciudadanos y democráticos. Pero el currículum debe estar centrado en el rigor y tenemos ejemplos muy concretos en el último desarrollo curricular.

¿Por ejemplo?
–Por citar un ejemplo, el propio currículo de Historia de España o de Historia en general incluso llegó a romper el orden cronológico de los acontecimientos para trabajar una serie de centros de interés que obedecían, sin duda, a determinados postulados de corrientes historiográficas. Creo que es una manera errónea de enseñar la historia.

¿Y qué han hecho?
–Nosotros, en el uso de nuestras competencias, la hemos corregido.

 

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El docente puede ser una figura clave en la vida de personas que por distintas circunstancias no han tenido ese clima de educación en el ámbito familiar

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Otro de los retos es la irrupción de la inteligencia artificial, ¿cómo lo ve?
–Nuestra región fue pionera en España en realizar una formación específica para docentes sobre inteligencia artificial, analizando las implicaciones educativas de este avance tecnológico. Ofrecimos conferencias como el uso en el aula de ChatGPT, la educación ciborg… Nuestro objetivo es aplicar estas tecnologías en el aula para que el alumnado y toda la comunidad educativa puedan beneficiarse de sus ventajas.

Es importante que los docentes y los alumnos conozcan los riesgos que conlleva el empleo de estas tecnologías pero también su potencial. Creo que es una realidad imparable que está cambiando nuestra forma de construir conocimiento y, sin duda, el sistema educativo debe ser consciente de los riesgos pero también con los beneficios que aporta la IA.

¿Dispositivos móviles dentro del aula, sí o no?
–Nosotros trabajamos en base a la autonomía de los centros. El uso de los dispositivos tecnológicos puede tener sentido en determinados contextos de aprendizaje, al igual que me refería anteriormente al uso de la inteligencia artificial. Pueden ser útiles a la hora de construir conocimiento, pero no a cualquier edad. Creo que es importante que los docentes, que están formados y que conocen los potenciales y los riesgos de la digitalización, sean capaces de elegir cuándo y para qué se emplean los dispositivos en los centros.

Evidentemente los dispositivos digitales pueden desarrollar capacidades y destrezas que nuestros alumnos van a necesitar para poder desarrollar sus competencias… pero nunca pueden ser un obstáculo para entorpecer el clima de convivencia o para generar otros problemas. Dicho esto, creo que el uso de los dispositivos tecnológicos ha de normalizarse como el de cualquier otro recurso.

Hay mucha presión por parte de la industria. Sin embargo, empiezan a aparecer datos, como los del último PISA, que concluía que la comprensión lectora a través de un dispositivo es peor que en papel.
–El mundo de las tecnologías ha cambiado rápidamente en los últimos años y, por supuesto, debe ser evaluado. Debemos estar muy atentos a las conclusiones que la evidencia científica aporta sobre todos los temas en general pero en particular sobre la digitalización. La digitalización sin duda permite desarrollar las competencias digitales del alumnado, pero tenemos que estar muy vigilantes para no emplear estos recursos donde no debemos emplearlos. Si la evidencia científica aporta datos de que no son beneficiosos para el desarrollo de determinadas capacidades tendremos que reconducir nuestras políticas educativas.

En este contexto, ¿le preocupa la falta de autoridad del profesorado?
–Creo que es una de las grandes reflexiones que debemos abordar desde el sistema educativo. Los alumnos, las familias, toda la sociedad, debe ser consciente de que a los centros educativos sobre todo se viene a aprender y que, para que ese aprendizaje se pueda producir en situaciones beneficiosas, la autoridad del docente debe estar absolutamente salvaguardada.

Estamos en un periodo en el que precisamente tendremos que reflexionar mucho sobre la figura del docente. Nos podemos enfrentar a corto y a medio plazo a una carestía de docentes en España, sobre todo en determinadas especialidades en Secundaria. Es algo que está ocurriendo en muchos países de Europa y que se empieza a vislumbrar también en nuestro país. Creo que el reforzar la autoridad del profesorado, el dotarle de los mecanismos necesarios para que su trabajo se pueda realizar en mejores condiciones, es imprescindible para poder atraer a los mejores profesionales o a profesionales de otros sectores.

¿Como cuáles?
–Nos encontramos con sectores como las Matemáticas, la Física, la Informática o las ingenierías que son grados que tienen una alta demanda desde el punto de vista empresarial por los cambios que se están produciendo en el mercado. Si no actuamos correctamente, reforzando esa autoridad docente, dotando de mayor autonomía a los equipos directivos y mejorando en definitiva sus condiciones de trabajo, podemos tener un problema de falta de docentes o de falta de preparación de los profesionales que trabajan con nuestros alumnos, que es lo más valioso que tenemos.

Con el agravante de que en Secundaria con frecuencia el profesorado no es tan vocacional como en Primaria o Infantil…
–Sí y es donde este tipo de situaciones adquieren una mayor dimensión, porque la formación inicial para acceder a Secundaria no parte, como en el Grado de Primaria o Infantil, de una predisposición. Hay personas que sí acceden con muchísima vocación y otras que, por distintas derivadas, terminan en el ámbito educativo.

¿Qué les diría a las familias para que respalden siempre a los profesores de sus hijos?
–Les diría que como sociedad tenemos que ser conscientes de que el sistema educativo debe propiciar la mejor preparación para sus hijos y que esa mejor preparación debe fundamentarse en revalorizar el esfuerzo, el mérito y la capacidad de los alumnos, y en dotarles de autonomía para que, de la mano de sus profesores, puedan desenvolverse con éxito a lo largo de su vida académica y profesional.

Pues bien, todo esto debe ser una responsabilidad compartida entre las administraciones, las familias y el conjunto de la sociedad. Para ello es imprescindible que la figura del docente pueda contar con la autoridad necesaria y el respeto necesario para poder desarrollar su trabajo en condiciones óptimas.

Y del otro lado, ¿qué le dirías a ese profesor de Secundaria que dice que su función es enseñar y que el alumno debe venir educado de casa?
–Pues que la enseñanza es una tarea global, en la que no solamente se transmiten conocimientos, se transmite pasión por el conocimiento… El docente es un referente no solamente desde el punto de vista académico, sino también en lo personal y lo social.

Dicho esto, creo que el profesor debe contribuir a educar pero no tiene la responsabilidad exclusiva de esa educación, aunque evidentemente puede ser una figura clave en la vida de personas que por distintas circunstancias no han tenido ese clima de educación en el ámbito familiar. Creo que esta visión global de la educación en definitiva dignifica nuestro trabajo, que es contribuir a construir una sociedad mejor.

¿Cuál es el punto de equilibrio de la participación de las familias en la educación escolar? Este debate surgió a raíz del pin… ¿hasta dónde la familia tiene potestad para intervenir en el currículo escolar?
–El Gobierno de la Región de Murcia está firmemente comprometido con la libertad de centro educativo. Evidentemente, toda la actividad lectiva y no lectiva que se desarrolla en los centros educativos está dentro del marco legal existente y para nosotros es importante que las familias tengan información y que toda la gestión de los centros educativos se base en la transparencia y en la pluralidad de proyectos educativos.

Esos ingredientes: información, transparencia y pluralidad es lo que propicia y garantiza la libertad de elección de centro por parte de las familias y, en consecuencia, la libertad de elección de aquel proyecto educativo más acorde a sus valores o sus ideas. Creo que esa pluralidad y libertad a la hora de poder elegir centro es algo enriquecedor para el sistema educativo y beneficioso para los alumnos.

Por tanto, ¿no es necesario el pin?
–Nosotros tenemos una regulación curricular en la que las familias reciben información de las actividades complementarias que realizan los centros, una información periódica. Pero en este momento, desde el punto de vista legal, las familias no pueden vetar la asistencia a esas actividades.

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Comentarios

  1. Juan
    29 de noviembre de 2023 11:20

    No hay que darle tantas vueltas. La solución es… pagar más. En 1988, la última huelga de verdad que hubo, subió el sueldo de los profesores cerca de un 40%. Ahora no hay esas huelgas, pero los profesionales eligen otros campos donde, se gana más. Hace falta otra subida del 40%. Hoy en día nadie la pide, pero sólo así se solucionará la falta de docentes.