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Retrato de una generación entre dos crisis

Los nacidos entre 1985 y 1995 han vivido dos crisis en un momento clave de su formación y acceso al empleo. Un informe y un documental se fijan en los 'millennials' del sur de Europa.
Saray MarquésMartes, 9 de marzo de 2021
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La generación 'millennial' se empezaba a recuperar del impacto de la Gran Recesión cuando ha llegado la crisis del Covid. © HURCA!

“El problema es la interacción entre las tres brechas: ser joven, vivir en el sur de Europa y no tener estudios. Esta interacción consolida la brecha. En cambio, si en la pasada crisis contabas con el tiempo y el dinero para seguir estudiando, o pudiste irte fuera con una beca, tendrás una mayor capacidad de cerrarla, de surfear la crisis, aunque tardes más años que un joven del norte de Europa en tener tu primer contrato fijo”. Habla Jorge Galindo, director adjunto de EsadeEcPol y autor, junto con Ariane Aumaitre, del estudio La generación de la doble crisis.

En él se analiza cómo los jóvenes nacidos en Italia, España y Portugal entre 1985 y 1995 (poscrisis) lo tendrán peor que la generación inmediatamente anterior, la nacida entre 1975 y 1984 (precrisis), lo que se refleja en un 16% menos de renta acumulada a los 33 años. Una estadística que acaba de corroborar otro estudio, de la agencia 40dB, que muestra cómo la generación millennial es la que ha visto reducir sus ingresos en mayor proporción a raíz de la crisis del Covid.

Para los autores esto podría tener una importante repercusión. Si la primera crisis, en 2008, especialmente profunda y larga, retrasó sus proyectos vitales en la veintena, la segunda crisis, la del Covid, tan solo 13 años después, podría acabar definitivamente con ellos. Esta llega en su treintena, cuando muchos de esos jóvenes empezaban a recuperar su posición en el mercado laboral.

Emancipación

Que la primera incursión en el mercado laboral coincida con una crisis se traduce en desviaciones en los ingresos que acompañan a los afectados hasta una década, lo que a su vez incide en el retraso en la tasa de emancipación y en que se formen menos familias. Como señala la economista de la Universidad de Alcalá de Henares, Olga Cantó, que participa en el documental que acompaña al estudio, de media los jóvenes quieren tener dos hijos, pero como mucho tienen uno. A los 31 años, casi el 100% de los jóvenes alemanes están emancipados. En España, Italia y Portugal la tasa no llega al 80% y se emancipan antes los jóvenes sin estudios. A los 33, el 80% de millennials en Alemania con estudios superiores está emancipado y tiene hijos. En España, el porcentaje cae a la mitad.

En países como Alemania, Francia o Suecia se sigue apreciando cómo las nuevas generaciones viven comparativamente mejor que sus predecesores, sigue aumentado su capacidad de acumulación de renta y esto les permite traducir sus expectativas vitales en realidad, lo que no sucede en España, Italia y Portugal.

Esto es así por el impacto diferencial que la Gran Recesión tuvo en estos tres países, junto con Grecia, y que ya entonces reveló, como subraya el politólogo Pablo Simón en el documental, importantes disfunciones institucionales y un mercado laboral, en el caso de España, especialmente voraz con los menores de 35 años, las mujeres, los inmigrantes y los desempleados de más de 50 años, “fruto de la incapacidad para emprender reformas que todos los gobiernos han mostrado en las últimas cuatro décadas”.

La mitad del empleo que se destruyó al estallar la crisis del Covid fue entre menores de 35 años. Con una tasa de paro juvenil del 40,9% en España (30,3% en Italia y 23,9% en Portugal), a la dificultad en el acceso se suma, además, el subempleo que ha proliferado con la última recesión. Con más empleos a tiempo parcial y menos estables, los jóvenes son más fácilmente expulsables.

Desigualdad

Y todo esto en un escenario de cada vez mayor desigualdad. Como explica Cantó, en España, que logró tasas de desempleo del 7% entre 2000 y 2007, en línea con el resto de Europa, “con las recesiones aumentan más las desigualdades que en época de crecimiento se reducen”.

En España con las recesiones aumentan más las desigualdades que en época de crecimiento se reducen

Para Galindo, la mayor preocupación no es que la media de esta generación viva peor que las anteriores, sino que la parte baja lo haga: “El Estado de Bienestar no está preparado para afrontar nuevas precariedades. Podía ser medio bueno con las viejas, pero no sabe cómo enfrentarse a las nuevas formas de outsiders”.

El Estado de Bienestar no está preparado para afrontar nuevas precariedades, no sabe cómo enfrentarse a las nuevas formas de 'outsiders'

Al analista le parece una buena medida el ingreso mínimo vital, y una buena noticia que el abandono educativo temprano esté a la baja en España, en un 16% según los últimos datos (en Italia es el 13,5% y en Portugal el 10,6%). Portugal y España partían de un 30,9% en 2009, unas tasas que se lograban cuando los jóvenes podían dejar la Educación por el mercado de trabajo y conseguir salarios medios-altos. “Esto lleva a que la gente joven no se eduque, pero el precio es muy alto, pues será más difícil reciclarles a los 40”, señala Cantó, satisfecha por la reducción del AET pero que incide en la necesidad de que se trate de un cambio estructural, no temporal por la mala coyuntura.

Como a Galindo, la evolución de este indicador le parece positiva, pero no suficiente. “Tenemos que acabar con la estructura de reloj de arena del nivel educativo. Hace falta más Formación Profesional, lo que no significa menos gente con estudios superiores, sino subir a la gente de la parte baja de la tabla”, matiza.

Son necesarios, continúa Cantó, sistemas de protección de las rentas de las familias jóvenes durante las crisis, de esas familias que con la Gran Recesión pasaron de la parte media-baja a la baja del resto de la población. Y desarrollar políticas de vivienda similares a las del centro de Europa, para que el alquiler deje de suponer más del 40% de los ingresos en un hogar joven (como sucedía en 2017).

Son importantes también, concluye el informe, políticas activas de empleo o una reforma laboral que acabe con un sistema dualizado, como el de España, Italia y Portugal, diseñado para proteger especialmente los puestos de trabajo de alta cualificación y largas duraciones. Y medidas de conciliación, en un contexto en que muchas veces ser mujer incrementa el riesgo de tener dificultades si se añade al hecho de ser joven y vivir en el sur de Europa.

En tres propuestas

  • El trabajo. Entre las propuestas de mejora del estudio está acabar con un mercado de trabajo que centra la protección en las vidas laborales estables. Se aspira a una mayor flexibilidad y a una protección centrada en el trabajador, no en el mercado de trabajo.
  • La familia. Reclaman una red de escuelas infantiles universal y accesible, bajas laborales, flexibilidad de horarios y conciliación más allá del 0-3.
  • El mañana. Se apuesta por un sistema sostenible con pensiones aseguradas y una mochila de protección que acompañe a las personas, así como un Estado de Bienestar orientado a igualar oportunidades.

10 años después del 15-M en España

  • En el informe se analiza la satisfacción con la democracia. En España no llega al 5 de 10 y es menor en la generación poscrisis con estudios superiores. En Italia y Portugal, a más estudios mayor satisfacción.
  • Para Jorge Galindo, el 15-M supuso un punto de inflexión: «Se siente que los partidos no responden a los intereses y expectativas de la ciudadanía, se deteriora la confianza en las instituciones y nace el 15-M. Después, surgen nuevos partidos (Podemos, Ciudadanos, Vox), pero vuelve a sentirse que los actores existentes, aunque nuevos, no responden. Resurge la frustración, que lleva a los nuevos actores, muchos en los partidos, a la sobrepromesa, en un peligroso círculo vicioso donde cada vez hay más frustración, se promete más y se va más allá en el discurso antitodo, para después no cumplir, no concretar e incrementar el deterioro de la confianza, cada vez más difícil de romper», explica.
  • Vox atrae especialmente a personas sin estudios superiores de la generación precrisis. Podemos, a personas con estudios superiores, independientemente de la edad.
  • Para Galindo, en la Educación reglada debería haber más espacio para fomentar una capacidad crítica más fina y la empatía analítica y estructural, en que se propicie la generación de ideas y el debate, la definición de los intereses de uno mismo en relación con los de los demás. Y recuerda cómo su profesora de Ética en el instituto logró crear ese espacio.

Algunos rostros detrás de las estadísticas

En el documental, tres treintañeros del sur de Europa sirven de hilo argumental. Son Duarte (31, Lisboa), Marta (31, Barcelona) y Francesca (34, Roma). Han sufrido lo que el profesor del Instituto Universitario Europeo Fabrizio Bernardi denomina “la paradoja del éxito de sus padres”, las dificultades estructurales con que se topan los universitarios de segunda generación en el sur de Europa para alcanzar la posición de generaciones anteriores en un mercado de trabajo que no les ofrece posiciones adaptadas a su cualificación.

Y, sin embargo, el documental pretende transmitir una visión positiva. También puede haber oportunidades en España, Italia y Portugal. Duarte, Marta y Francesca se han convertido en emprendedores sociales (en la fundación APAC, la asociación ReFoodGees y Garage Stories, respectivamente).

fGarage Stories, laboratorio de innovación con medios emergentes, surge en 2017 con el objetivo de democratizar el acceso a la tecnología buscando un impacto social. Allí Marta ha logrado conjugar su pasión por el cine y la tecnología tras estudiar ADE, la carrera por la que se decantó cuando en casa le dijeron que el cine estaba muy bien como hobby, pero que estudiara “algo normal».

Para Marta “las expectativas de la generación anterior de cómo es insertarse en el mundo laboral no se han actualizado y el sistema educativo tampoco. Ya no estudio y encuentro un trabajo. Ahora estudio y me creo un trabajo necesario para el mundo que está viniendo”.

Oportunidades dispares

Los tres protagonistas son afortunados, pues cuentan con estudios superiores. Además, viven en grandes ciudades. La percepción de oportunidades, según el estudio, varía mucho en función del nivel de estudios adquirido.

En España y Portugal es más homogénea la sensación de haber logrado la Educación y empleo a los que se aspiraba, aunque destaque la generación precrisis con estudios superiores. Sin embargo, en el caso de Italia se aprecia una gran brecha por generación y nivel de estudios. Aquí interviene, según Jorge Galindo, el impacto regional de la crisis, la descomunal diferencia entre el norte y el sur de Italia, lo que incide en una distancia brutal en nivel educativo (diferencias territoriales que no se han podido medir en el informe por el tamaño de la muestra).

Desesperanza

En España, la incidencia de la desesperanza entre los jóvenes se ha agravado por la pandemia. Según el CIS, el 37% ha sufrido desmotivación; el 30%, ansiedad, y el 27%, depresión. Las dificultades para llegar a fin de mes han afectado a más de la mitad de los universitarios españoles, según la Global Student Survey. Su principal preocupación es la posibilidad de acceder o no a empleos de calidad. El 36% lo menciona en la misma encuesta. Le sigue el cambio climático (24%) y la creciente desigualdad (19%).

“Los jóvenes que sigan con las expectativas que tenían sus padres, de seguridad, de pensar que estudio y trabajo para alguien, lo van a pasar muy mal, pero los que lo tomen como un reto y sientan que tal vez somos la generación que cambió el rumbo de hacia dónde estamos yendo verán que hay muchas oportunidades”, proclama Marta.

Cuando a Alemania le preocupa lo que pasa en Italia, España y Portugal

David Henneberger es el director de la Fundación Friedrich Naumann por la Libertad en Madrid.

La Fundación Friedrich Naumann por la Libertad –adscrita al partido liberal alemán– y EsadeEcPol están detrás tanto del documental como del estudio. En la presentación, Toni Roldán, director de EsadeEcPol, explicó cómo la mayor precariedad de los jóvenes tiene una traslación a las actitudes políticas, con una mayor radicalización y apoyo a las fuerzas populistas.

Los ingresos de un joven español a los 31 años coinciden con los de un joven alemán a los 23. Además, carecemos de una política de vivienda como ciudades como Hamburgo, donde el permiso para construir se agiliza si el constructor dedica un tercio a la venta, un tercio al alquiler a precio de mercado y un tercio a la vivienda social.

“Para nosotros, la crisis del Covid y la crisis existencial y económica que esta supone para los millennials del sur debe ser fruto de un debate a nivel europeo”, explica David Henneberger, director de la fundación en Madrid. A su juicio, es el momento de demostrar la capacidad de afrontar “la desigualdad de oportunidades a nivel europeo, el hecho de que un joven alemán tenga muchas más oportunidades que un joven español”. Como a Roldán, le preocupa el ascenso de opciones radicales y del nacionalismo, también del antieuropeísmo.

Henneberger cree que se debe fomentar la Formación Profesional, sobre todo la dual, para aquellos puestos que no requieren “cinco años de estudios superiores intelectuales” y favorecer la innovación en pymes: “La diversificación debe llegar también allí. Las multinacionales y los bancos españoles no tienen problemas, los tienen las empresas medianas y pequeñas”, advierte.

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