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KiVa, un programa que lucha contra el acoso escolar

El acoso escolar constituye un factor de riesgo para el ajuste psicosocial y académico de todos los implicados en el conflicto. Por ello, los programas de prevención como KiVa tienen un papel imprescindible para trabajar activamente hacia la mejora de la convivencia en los centros.
Dolores Sánchez JaimeMartes, 25 de mayo de 2021
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El acoso escolar es un comportamiento dañino y degradante que se caracteriza por ser deliberado y repetido. ADOBE STOCK

El acoso escolar es un comportamiento dañino y degradante que se caracteriza por ser deliberado, repetido y por existir un equilibrio de poder entre el agresor y la víctima. Sobre esta cuestión, y sobre los resultados obtenidos en el metaanálisis pionero de ensayos clínicos realizado por el Hospital “Gregorio Marañón” de Madrid, en el que los investigadores cuantificaron la efectividad de los programas para prevenir el bullying, reflexionaron en el evento celebrado por Macmillan Education Acoso escolar y ciberacoso: la intervención eficaz desde el centro educativo. 

Este fenómeno no es algo nuevo. Si se lleva la vista atrás, algunas personas mayores cuentan historias sobre niños objetos de burlas o motes y no era raro escuchar frases del tipo: “Son cosas de niños” o “Cosas sin importancia”. Parece que esta permisividad de antaño se ha tornado en una mayor sensibilización y concienciación sobre el tema.

Cuando se habla de acoso escolar, se habla de violencia, la cual produce un daño físico, y más grave aún, un daño psicológico que es medible y evaluable y que, en la mayoría de las ocasiones, produce secuelas que acompañan al niño o niña hasta la edad adulta. Por lo tanto, se habla de acciones y actitudes intolerables a las que hay que poner fin desde sus manifestaciones más tempranas.

“El acoso escolar constituye un factor de riesgo para el ajuste psicosocial y académico de todos los implicados en el conflicto, ya sean víctimas como acosadores o, igualmente, en los mismos espectadores, ya que el simple hecho de presenciar los ataques, puede tener una influencia negativa en los compañeros”, explicó a MAGISTERIO Noelia Sosa, psicóloga infantil en Psise Madrid.

El acoso produce un daño físico, y más grave aún, un daño psicológico que es medible y que, en la mayoría de las ocasiones, produce secuelas que acompañan al niño hasta la edad adulta

En este sentido, la experta detalló que, aunque existen algunos signos comportamentales, en algunos casos, detectar una situación de bullying no es fácil. “Este hecho está muy influenciado por el temperamento y las características personales de la persona, por lo que, dependiendo de la situación, podemos encontrarnos con jóvenes que expresen su malestar de una forma claramente llamativa, pero también con niños o adolescentes que no muestren signos intensos o apreciables”.

El rol de las familias es importante para la detección de los casos de acoso escolar, puesto que son los que mejor conocen a sus hijos. Asimismo, la preparación de los profesionales del centro educativo también puede ser clave en la identificación de situaciones de malestar. “La idea es que los adultos del entorno tengan información suficiente como para poder detectar signos clave y manejar situaciones de malestar en los estudiantes”, expresó Sosa.

Programa KiVa

Entre los programas de prevención de acoso escolar, Macmillan Education trabaja activamente hacia la mejora de la convivencia con el Programa KiVa que fue diseñado y creado por el equipo de la doctora Christina Salmivalli en la Universidad de Turku, en Finlandia. La filosofía del programa establece que el fenómeno del acoso escolar se genera en las dinámicas de grupo.

“Es ahí donde se instaura un fenómeno conocido como “Ley del silencio” por el que tanto agentes activos, como pasivos, no dicen nada sobre la violencia que se está ejerciendo contra la víctima, permitiendo que ese acoso persista y se mantenga en el tiempo”, expresó Raquel Pastor, coordinadora y formadora de KiVa en Macmillan Education. 

El programa se inicia con una formación exhaustiva a los docentes para conocer la naturaleza del fenómeno, de tal manera que les permita su detección temprana, así como de los conocimientos necesarios para la implementación de calidad del programa. En la actualidad, KiVa está establecido en 11 centros educativos de la Comunidad de Madrid, con el fin de abordar la intervención desde un enfoque integral y aglutinador de todos los agentes que forman parte de la sociedad educativa.

KiVa se inicia con una formación exhaustiva a los docentes para conocer la naturaleza del fenómeno, de tal manera que les permita su detección temprana

Tres grandes ejes

Tal y como argumentó Pastor, las lecciones preventivas de KiVa están estrechamente vinculadas al aprendizaje de valores, al respecto hacia uno mismo y hacia los demás, al reconocimiento y gestión de las emociones y al desarrollo de la empatía y la asertividad. Por otro lado, la intervención establece un protocolo para actuar de manera sistemática y focalizada, pero no con un enfoque punitivo, sino orientado a la búsqueda de un compromiso del cambio de conducta por parte del acosador.

Por último, el seguimiento permite ver la evolución del programa año tras año, a través de cuestionarios realizados por alumnos y docentes para evaluar la percepción del ambiente de acoso escolar que se vive en el centro educativo y su evolución. “El programa dispone de materiales físicos y digitales que contribuyen a facilitar y reconocer un entorno específico donde no hay tolerancia al maltrato entre compañeros”, manifestó Sosa.

Y continuó: “La importancia de KiVa no solo reside en su éxito para reducir los casos de acoso escolar, sino que también ha demostrado científicamente su impacto positivo en el rendimiento académico, en el bienestar de los alumnos y en el gusto por acudir al colegio. Respecto a los docentes, es especialmente significativo como KiVa les ha ayudado a mejorar la autopercepción de la gestión de situaciones de bullying de su entorno”.

Finalmente, ambas expertas hicieron hincapié en la importancia de trabajar la salud mental en los centros, mediante la incorporación de contenidos sobre la concienciación de la relevancia de los cuidados en ese ámbito cada vez más demandado. 

Raquel Pastor "

KiVa ha demostrado científicamente su impacto positivo en el rendimiento académico, en el bienestar de los alumnos y en el gusto por acudir al colegio

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¿Nuevas formas de acoso escolar?

  • La pandemia ha cambiado la forma de relacionarnos, de actuar, e incluso, de pensar, a nivel general. Los niños y los adolescentes no son ajenos a estos cambios que pueden tener efectos en su desarrollo.
  • Por su parte, la psicóloga Noelia Sosa detalló que estar atentos a cualquier malestar derivado del aislamiento social que conlleva el Covid-19 va a ser clave a corto y medio plazo para poder prevenir el desarrollo de cualquier dificultad asociada a los mismos.
  • Por otro lado, Raquel Pastor destacó que, según las investigaciones que ha desarrollado el equipo de la doctora Salmivalli, durante esta pandemia, pudieron constatar que las situaciones de acoso descendieron drásticamente.
  • No obstante, también confirmaron que un 2% o 3% de los alumnos siguieron siendo acosados a través de internet. Asimismo, se han revelado nuevas formas de acoso como el acoso por exclusión que consiste en estigmatizar a algún alumno por tener el virus o haberlo padecido.
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