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Consejos para trabajar las emociones con los niños a través de los cuentos

¿Podemos definir qué es la alegría? En el Día Mundial de la Alegría, hay que recordar a los niños la importancia de aprender a reconocer y gestionar sus emociones.
RedacciónLunes, 1 de agosto de 2022
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Una parte importante del desarrollo de la capacidad de gestión de las emociones es el juego de simulación | Stelii

El Día Mundial de la Alegría se celebra el 1 de agosto desde 2010 con el objetivo de reflexionar sobre la importancia de tener presente este sentimiento en cada momento de la vida y sobre su poder transformador.

¿Podemos definir lo que es la alegría? Los psicólogos expertos definen la alegría como una emoción subjetiva y pasajera que se manifiesta en forma de risa o sonrisa, aunque también es cierto que provoca todo tipo de manifestaciones, desde saltar hasta aplaudir o bailar. Cada persona lo manifiesta de una manera diferente.

Reconocer o distinguir las emociones propias y ajenas es difícil y requiere aprendizaje. Una parte importante del desarrollo de la capacidad de gestión de las emociones es el juego de simulación, en el que los niños practican la representación de emociones «de verdad» o ponen a prueba su capacidad para negociar con sus sentimientos y los de sus compañeros.

Además, tomarse tiempo con ellos para hablar de sus sentimientos, ayudarles a reconocer lo que sienten o hablar de las formas de afrontar lo que experimentan son acciones que los adultos pueden llevar a cabo para ayudarles a desarrollar su capacidad de gestionar sus emociones.

La empresa experta en audiocuentos interactivos Stelii, junto con Anne Clerc-Georgy, doctora en Ciencias de la Educación, proponen 4 formas para que los niños desarrollen su capacidad de gestionar sus emociones de forma sencilla a través de los cuentos.

  1. Hablar de tus propias emociones de forma abierta. No dudes en expresar en un lenguaje accesible cómo te sientes física y psicológicamente. Cuéntales lo que te pasa y cómo interpretas lo que sientes. Es bueno para ellos ver que los padres también sienten las mismas emociones y las comparten con ellos. «Quiero gritar pero no lo haré», «decido ir a dar un paseo solo para calmarme», son ejemplos de situaciones que ayudarán a tu hijo a lidiar con estos sentimientos.
  2. Reconocer las emociones de nuestros hijos. La ira, el enfado y el llanto de frustración no son malas reacciones, sino que son expresiones de los sentimientos y efectos que se producen cuando algo no sale como estaba previsto. Al no recriminar estas acciones, sino apoyarlas y hacerles ver que son normales, será más fácil aceptarlas e identificarlas en su cuerpo y mente.
  3. Ayúdales a poner palabras a lo que sienten. Relatar lo que ha sucedido es fundamental para ayudar a los niños a entender y dar sentido a lo que sienten. Ayúdales diciéndoles lo que sienten: «estás nervioso porque estás muy contento de irte de vacaciones, ¿verdad?» o «no quieres jugar porque querías jugar con tu amigo y él no quiere, ¿verdad?”. Es importante enseñarles a comunicar de forma directa y más autónoma lo que les ocurre. Esta es también una oportunidad para buscar ejemplos de las historias que los niños conocen para ayudarles a conectar lo que están sintiendo con lo que los personajes están experimentando. «¿Estás triste como Leo en el cuento que escuchaste ayer?”.
  4. Juega con ellos a imitar a los personajes de los cuentos que estáis leyendo juntos. Buscad juntos ejemplos de su entorno o de historias que conozcan para ayudarles a representar papeles que expresen las diferentes emociones. Leer, escuchar o jugar a cuentos suele ser una oportunidad para cuestionar los sentimientos de los protagonistas, practicar el reconocimiento de sus emociones y desarrollar la empatía poniéndose en su lugar: «Vamos a caminar y reír como el lobo… ¿qué crees que está pensando el lobo? ¿Por qué crees que se ríe?».
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