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El Bachillerato según la Lomloe: certezas y dudas

Sin los estándares de aprendizaje de la Lomce, es más abierto que el actual. El currículo sigue el mismo diseño que el de las etapas obligatorias.
Saray MarquésMartes, 9 de noviembre de 2021
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El borrador debe pasar por consulta pública y por el Consejo Escolar del Estado antes de ir a Consejo de Ministros. © MEFP

El perfil competencial del alumnado al término del Bachillerato y el proyecto de RD de ordenación y enseñanzas mínimas de la etapa completan el desarrollo curricular de la Lomloe. Aún en fase de borrador, estos documentos se impregnan de la misma arquitectura curricular de la Educación obligatoria, con una apuesta decidida por el enfoque competencial y la interdisciplinariedad, con el perfil competencial como referente máximo y el foco no solo en las habilidades y destrezas del alumnado, sino también en sus actitudes y valores, claves para afrontar los retos y desafíos del siglo XXI desde “una posición ética exigente”, “aceptando la incertidumbre como una oportunidad para articular respuestas más creativas, aprendiendo a manejar la ansiedad que puede llevar aparejada”.

Dificultad de llevar a la práctica

El texto recoge que “en todo caso, los alumnos y las alumnas podrán elegir entre la totalidad de las materias de la modalidad que cursen”, que “los centros ofrecerán la totalidad de las materias y, en su caso, vías” y que solo podrá limitarse la elección por parte del alumnado cuando haya un número insuficiente de ellos, con criterios establecidos por las comunidades. Además, abre la puerta a que el alumno pueda cursar alguna materia a distancia o en otros centros (algo que ya se aplica, excepcionalmente, en algunas comunidades).

Para Raimundo de los Reyes, presidente de la federación de directivos de centros públicos Fedadi, aquí surge el primer problema: “Cómo lograr el equilibrio entre una oferta amplia que el alumno sienta que se adecúa a sus preferencias y la posibilidad real de que su centro se la pueda ofrecer”. Más allá del quebradero de cabeza a la hora de elaborar horarios, en institutos con una media de cuatro grupos de Bachillerato cree que la realidad va a reducir mucho las opciones y plantea que el articulado definitivo incluya que los institutos impartan al menos tres modalidades: General, Humanidades y Ciencias Sociales y Ciencias y Tecnología.

Nuevo vocabulario

Para el presidente de la Unión Sindical de Inspectores de Educación (Usie), Jesús Marrodán, “un instituto no tiene una plantilla como para poder ofrecer todas las asignaturas”. A su juicio, el decreto es “muy laxo”, “habría que mejorar la organización interna” y “concretar más».

Además, advierte de la “trampa” de que ya no figure en la norma que el instituto ha de ofrecer como mínimo dos modalidades: “¿Puede haber un instituto con solo una modalidad?”.

Tampoco cree que fuera necesario crear unas nuevas Matemáticas y unas nuevas Ciencias para la modalidad General. Con esto, pasará a haber tres tipos de Matemáticas en la etapa: Matemáticas, Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales y Matemáticas Generales, y las asignaturas se elevan a 42 frente a las 37 con la Lomce en vigor. Por último, el inspector cuestiona que en este decreto (como en los de las otras etapas) aparezcan definiciones y conceptos no recogidos en el artículo 6 de la Lomloe, referido al currículo. Si en la ley orgánica se habla de objetivos, competencias, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación, ahora surge el perfil de salida y los saberes básicos.

El inspector percibe “escepticismo” en el gremio docente ante su próxima implantación: “Es una ley aprobada por una mayoría parlamentaria muy ajustada, y los profesores están muy agotados de cambios terminológicos que no se sabe muy bien para qué sirven, y siempre con prisas, que en Educación nunca son buenas”.

Rémoras

Hace ahora siete meses, Antonio Bolívar, catedrático de la Universidad de Granada, formaba parte del grupo de expertos encargado de la nueva arquitectura curricular. Ahora, desde la Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial se le ha pedido a esta comisión la opinión sobre el resultado y no ha habido respuesta, al menos colectiva.

A él particularmente le ha extrañado que una estructura concebida para la Educación Obligatoria, con ese perfil de salida al término de la misma asociada a las competencias clave, se extrapole a una etapa postobligatoria como el Bachillerato: “Portugal lo tiene a los 18 años, pero porque la obligatoria acaba a esta edad”. En cambio, en España, el Bachillerato está tan enfocado a la Selectividad, apunta, que acabarán mandando los temas para cada asignatura definidos por los coordinadores de cada distrito único universitario. “Las competencias clave aquí son un adorno, y se corre el riesgo de que las competencias específicas se vean como los objetivos generales, y los saberes básicos, como los contenidos de toda la vida, con lo que tenemos una reforma más que cambia los nombres pero no las sustancias”.

Para él, con la Lomloe se ha perdido, de nuevo, una oportunidad: “Tenemos una Secundaria mal estructurada, con dos años de Bachillerato que, al final, por la EBAU, quedan reducidos en uno”. Bolívar sostiene que una Educación Secundaria Obligatoria hasta los 16 es una rareza española, y pone como prueba que PISA mida las competencias a los 15. Al tiempo, recuerda que la Logse en principio pensaba mantener 1º y 2º de ESO en los centros de Primaria. “Ahí está el nudo del sistema. Nuestra tradición progresista es: “Todo común para todos hasta los 16 años”, y si no se habla de “itinerarios segregadores». Esto es una rémora. En otros países o es hasta los 18 o hasta los 15 y a los 16 se establecen distintas ramas. Aquí no se puede, porque se ha criticado, aunque la FP Básica también se criticó en su día y ahora se ha dado por buena”.

Tímido avance

Víctor M. Rodríguez es el director del Área Educativa de Fuhem. En los tres centros concertados de esta red en Madrid se apuesta por un Bachillerato muy en línea con la propuesta ministerial. “Vemos que se recogen los aspectos que nos preocupan, pero de una manera tímida. En El desafío de educar en un mundo incierto (2015) o en nuestra propuesta de currículo ecosocial los planteábamos de una forma en que todo está relacionado, aquí no vemos ese abordaje global de la Educación ecosocial”, comienza.

Además, cree que la interdisciplinariedad se pierde en una etapa tan disciplinar y tan marcada por la EBAU como el Bachillerato: “Aunque la forma de acceso a la universidad también podría cambiar, esta podría evaluar tu capacidad de expresión, de análisis crítico, de buscar información… por modalidades, en lugar de tener que examinarte de siete asignaturas y ver tu media”, aventura.

Más modalidades, más asignaturas, más autonomía para los centros

  • El nuevo Bachillerato, que se implantará en 1º en el curso 2022-23 y en 2º en el curso 2023-24, cuenta con cuatro modalidades: General, Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias y Tecnología y Artes. Dentro de esta hay dos vías claramente definidas: Artes Plásticas, Imagen y Diseño y Música y Artes escénicas.
  • Los alumnos podrán conseguir el título con una materia suspensa, siempre que hayan alcanzado los objetivos y competencias, se hayan presentado a todas las pruebas (ordinarias y extraordinarias), su media en todas las materias sume al menos 5 y no hayan faltado a las clases de esa asignatura de forma continuada y no justificada. Para Raimundo de los Reyes, «convierte en norma lo que es normal y puede que evite discusiones o enfrentamientos a propósito de estas situaciones».
  • Se permite cursarlo en tres años académicos, aunque en unos casos muy tasados (alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo, deportistas de alto nivel, estudiantes de enseñanzas profesionales de música y otras circunstancias que, a juicio de la correspondiente administración educativa, justifiquen esta prórroga).
  • Las asignaturas comunes y de modalidad suman 42. Como mínimo de horas, entre las comunes, Lengua Castellana y Literatura tendrá 210, igual que Lengua Extranjera; Filosofía, 70, igual que Historia de la Filosofía e Historia de España, y Educación Física, 35. Cada una de las seis materias de modalidad, 87,5. No figura un catálogo de optativas ni el número de horas. Cada comunidad autónoma o incluso cada centro podrá proponer las suyas.
  • Las enseñanzas mínimas fijadas por el Ministerio abarcarán el 60% del horario (50% en CCAA con lengua cooficial). Sin estándares de aprendizaje, es un currículo más abierto, pero la autonomía de centro dependerá del grado de concreción curricular de cada comunidad, pues no figura el 10% de autonomía de centro del que se llegó a hablar.

Deprisa, deprisa: los decretos llegarán a ras

currículo lomloe
© Юлия Прыкина

Si Castilla y León ha anunciado alegaciones para que no se devalúe el conocimiento, Galicia ha reclamado al Ministerio tener los currículos publicados en el BOE “antes de final de año”. Si no, avisa el conselleiro Román Rodríguez, existe el “serio riesgo” de que los decretos autonómicos no estén listos para su implantación el próximo curso, porque estos tardan en tramitarse de cinco a seis meses, hay asignaturas nuevas y el sector editorial debe tener cierto margen para elaborar los materiales acordes a la nueva norma.

El presidente de Usie también cree que los tiempos son muy apurados. Pone el ejemplo del decreto de evaluación y promoción, que llegará a los centros a 15 días de que comiencen las evaluaciones, cuando, según la disposición final V de calendario de aplicación de la Lomloe debería haber estado listo al inicio de este curso 2021-22.

El Ministerio ha insistido en que los reales decretos de enseñanzas mínimas, menos el de Bachillerato, estarán listos para Navidad, pero, con todo, Marrodán recuerda en que, según la autonomía, una consejería puede tardar de seis a nueve meses en sacar su decreto adelante, con los pertinentes filtros previos (consejo escolar autonómico, mesas sectoriales…). “Si se lo das a las comunidades en Navidad tienen que tenerlo para mayo o junio, para que los centros puedan organizarse, porque detrás de este papel están las programaciones didácticas, la organización de los centros, las plantillas. En Primaria no tiene tanto impacto, porque un maestro puede impartir varias asignaturas, pero en Secundaria ahí empezarán los “navajazos” en algunas áreas: Si se quitan, si se ponen, si se les dan más o menos horas, porque esto conlleva reducir plantillas o mandar a gente al paro”, explica.

Estas prisas no son nuevas. Basta con comprobar la anterior reforma: la Lomce. Esta ley orgánica se publicó el 9 de diciembre de 2013, entró en vigor el 30 de diciembre y los decretos de currículo de ESO y Bachillerato (en esta ocasión se publicaron juntos los de ambas etapas) son del 26 de diciembre de 2014.

En este caso, la Lomloe se aprobó el 23 de diciembre, se publicó el 30 y el Ministerio tiene la intención de que los reales decretos de currículo, salvo el de Bachillerato, que podría retrasarse a la primera quincena de enero, estén listos antes de que finalice 2021, como demanda el conselleiro gallego, Román Rodríguez.

Cultura Clásica, Latín y Griego: la lucha por su supervivencia

A la espera de la concreción autonómica de los currículos, y de conocer la carga horaria de las distintas asignaturas en las distintas comunidades, determinados colectivos engrosan ya las filas de “afectados por la Lomloe”. Es el caso de los profesores de Cultura Clásica, Latín y Griego. En 4º de ESO, Cultura Clásica y Latín son optativas entre una decena de asignaturas más entre las que elegir y en el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales, Latín y Griego son materias de modalidad. Las asignaturas no desaparecen, pero “se pierden en un mar de opcionalidad», explicaba Jesús de la Villa, presidente de la Sociedad Española de Estudios Clásicos y portavoz de la plataforma Escuela con clásicos, el pasado sábado.

Ese día, frente al ministerio de Educación, la plataforma, a la que está adherida la asociación Cultura Clásica, había convocado una protesta de profesores y alumnos llegados de toda España para pedir a la ministra Alegría que no “asesine” el Latín, el Griego ni la Cultura Clásica. En las pancartas se podía leer: “No son lenguas muertas, las estáis matando» o “Humanidades sin Latín… ¿Estás de coña?”. De hecho, la Lomloe introduce la posibilidad de cursar el Bachillerato de Humanidades sin Latín ni Griego, y los convocantes critican que ninguna de estas asignaturas sea obligatoria en ningún curso. También ven como amenaza el nuevo Bachillerato General, que temen que acabe imponiéndose en muchos institutos frente al de Humanidades, logrando que las enseñanzas clásicas desaparezcan del sistema en muy pocos años.

Se sumaron a la protesta los profesores de Filosofía, bajo el paraguas de la Red Española de Filosofía, por considerar también que las últimas leyes educativas minusvaloran las humanidades. Los profesores de esta materia se han quejado por la desaparición de Ética en 4º de ESO, aunque esta disciplina gane peso en Bachillerato, con Filosofía obligatoria en 1º e Historia de la Filosofía obligatoria en 2º.

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