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Beatriz Feijoo: "Algunos padres no son ejemplo en el uso de la tecnología"

La vicedecana de Investigación de la Facultad de Empresa y Comunicación de la UNIR recuerda a las familias que "hay que ser coherentes y predicar con el ejemplo", tras la publicación de un estudio en el que los adolescentes se quejan de que sus padres les controlen las horas de uso del teléfono, pese a que muchos de ellos abusan más de las redes sociales.
RedacciónLunes, 1 de agosto de 2022
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Los adolescentes necesitan un «acompañamiento integral» de sus padres en el uso de la tecnología y las redes sociales sin imponer medidas restrictivas de control de tiempo si los adultos no se comprometen a cumplirlas también. Así lo sostiene Beatriz Feijoo, experta en comunicación y vicedecana de Investigación de la Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Feijoo lo afirma citando los resultados de un estudio realizado por esta universidad con 62 adolescentes de entre 11 y 17 años, con el objetivo de analizar el pensamiento crítico que aplican en el manejo de los contenidos que se publican en redes sociales.

Tras organizar 12 grupos de discusión con menores de toda España, agrupados por el mismo rango de edad y con el mismo nivel socioeconómico, han abordado fenómenos como los influencers, los retos o challenges y el manejo de la información.

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Los menores creen que tienen una sobrecapacidad para gestionar los contenidos en redes porque piensan que su experiencia técnica les hace inmunes para ser engañados con bulos o desinformación

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Con los datos obtenidos en el estudio, los investigadores de UNIR han analizado en los últimos meses el papel que desempeñan los padres de estos adolescentes a la hora de gestionar el uso que realizan sus hijos de las redes sociales y de las nuevas tecnologías.

Feijoo ha detallado que algunos padres optan por hacer una «mediación restrictiva» y controlan el tiempo que dedican sus hijos al teléfono móvil, desde donde acceden a las redes sociales, y también el tipo de aplicaciones que utilizan.

«Esta restricción provoca conflictos en el ámbito familiar», ha constatado, «porque los adolescentes se quejan de que sus padres les controlen las horas de uso del teléfono, pero algunos adultos no lo hacen y también abusan de las redes sociales a través del móvil».

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El contexto digital ha hecho mucho más compleja la mediación, pero lo importante para los padres es estar cuando se tiene que estar

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Los investigadores han comprobado que ese «uso excesivo» de los teléfonos está «normalizado» socialmente, de modo que algunos padres «no son ejemplo para realizar una mediación restrictiva» con sus hijos. Los menores también consideran que tienen «una sobrecapacidad» para gestionar los contenidos en redes sociales, porque piensan que su experiencia técnica para manejar las aplicaciones les «hace inmunes para ser engañados con bulos o desinformación».

Los adolescentes que han participado en este estudio sostienen que las personas mayores, como sus abuelos, son «más manipulables» a la hora de creerse un bulo porque no se manejan con tanta facilidad como ellos con las nuevas tecnologías. Sin embargo, a la hora de comprobar si una noticia es cierta, estos jóvenes recurren a sus padres para preguntarles porque ellos «son los intermediarios con los medios de comunicación tradicionales, como la radio y los periódicos».

En este sentido, la vicedecana ha asegurado que los jóvenes solo consumen información de medios tradicionales cuando pasan tiempo en familia, como «al viajar en coche y escuchan la radio o si comen en casa con el informativo de fondo».

Generar confianza

Durante el estudio también han analizado sus experiencias tecnológicas durante el confinamiento, en el que han relatado que hubo una «mediación activa» por parte de sus padres, con quienes participaron en retos y desafíos en familia, al lograr «acompañamiento de los adultos en un contexto digital».

Pero esta mediación activa conlleva una mayor implicación de las familias, lo que, a juicio de Feijoo, «es un gran reto porque los adolescentes quieren tener un espacio propio«. En este sentido, considera que «el contexto digital ha hecho más compleja la mediación, pero lo importante e estar cuando se tiene que estar».

«La clave es generar confianza en la relación familiar y dar credibilidad, por lo que los padres deben ser coherentes y predicar con el ejemplo en cuanto al uso de la tecnología y las redes sociales», ha concluido.

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