Guarderías corporativas, una opción para todos

Además del Plan Concilia, que flexibiliza horarios y mejora
la conciliación de la vida personal y laboral, otras iniciativas
como las guarderías de empresa empiezan a calar en
la sociedad para facilitar el día a día de todas las familias.

Autor: SALVADOR GARCÍA–ATANCE

La conciliación entre vida laboral y personal es una de las grandes preocupaciones de los últimos años. La incorporación de la mujer al mundo laboral ha generado la necesidad de poner en marcha mecanismos que les permitan ejercer su actividad profesional a la vez que ejercer su papel de madre con la garantía de que sus hijos reciben los mejores cuidados durante sus horas de jornada laboral.
En España cada vez son más las empresas que ofrecen a sus empleados servicios de guardería gratuitos o subvencionados, bien dentro de la misma empresa o fuera de ella. Hay otros casos en los que se recurre a una guardería que comparten varias empresas.

Resulta llamativo observar el despegue de las guarderías subvencionadas durante los últimos años, impulsado por dos razones fundamentales: la demanda de los empleados para obtener este tipo de servicios y las ventajas fiscales que obtienen las empresas que optan por esta medida.
Es un hecho, sin embargo, que este tipo de guarderías están reservadas para las grandes empresas con un número suficiente de empleados y que todavía son pocas las que disponen de estos servicios si los comparamos con otros ofrecidos a los empleados como el reembolso de gastos por transporte, el parking de empresa, el centro de deportes, el restaurante subvencionado y el ticket restaurante (estos dos últimos ya están disponibles en un 60,8% de los casos).

Resulta esencial, por tanto, que las empresas analicen qué servicio o servicios son o serían los más valorados por sus empleados para optimizar al máximo la inversión que hacen en ellos.
El servicio de guardería es un beneficio social que las empresas ofrecen a sus empleados y que repercute positivamente en la compañía, ya que contribuye a reducir problemas muy frecuentes como el absentismo laboral por motivos relacionados con el cuidado de los niños, la falta de concentración o la escasa productividad al no tener garantías de que los hijos están bien atendidos, la necesidad de abandonar la empresa con tiempo para ir a recoger a los hijos lejos del lugar de trabajo, etc.

Es un hecho que las guarderías corporativas contribuyen a mejorar la calidad de vida de los empleados, disminuyen su preocupación y les proporcionan mayor capacidad para rendir en su trabajo. Además, contribuyen a aumentar su fidelidad a la empresa que les ofrece este tipo de servicio y su motivación, y mejoran del clima laboral.

Asimismo, las Administraciones Públicas, conscientes del escollo que para los padres supone acudir a su puesto de trabajo cuando tienen hijos pequeños, también están contribuyendo a fomentar que las empresas dispongan de servicios de guardería para sus empleados dentro de sus planes para conciliar vida laboral y personal, ofreciendo ventajas fiscales a las compañías que decidan poner en marcha esta iniciativa.

Las guarderías empresariales son, por lo tanto, una buena apuesta dentro de las medidas que las compañías establecen para fomentar la conciliación entre la vida laboral y la personal. Con ellas, todos salimos ganando; los empleadores consiguen trabajadores satisfechos, tranquilos y dedicados y los empleados todas las ventajas que supone saber que algo tan importante como sus hijos están recibiendo los mejores cuidados en su mismo lugar de trabajo o muy cerca de él.

Abuelos, los nuevos héroes del hogar

Los padres han cedido parte del cuidado y
la crianza de sus hijos a los abuelos, quienes
enseñan a los niños valores y formas de
actuar correctas de modo cauteloso y experto.
Lo que no significa que hayan renunciado
a su autoridad o que haya habido
una traslación de funciones.

Autor: padresycolegios.com

La incorporación de la mujer al mundo laboral y los horarios ajustados con que cuentan los padres en las ciudades han provocado que en mayor medida sean los abuelos quienes se ocupen de los nietos durante las horas del día en que los padres trabajan.
El mayor tiempo de convivencia existente entre abuelos y nietos hace que entre ellos exista un feedback bastante peculiar. Los abuelos encuentran una afición diferente en la que dedicar su tiempo libre y los nietos descubren valores de forma meditada y experta, tal y como explica el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, Ricardo Montoro.
Referido a este tema, Alfredo Rodríguez, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra, añade: «los abuelos son el referente para los niños de lo que debe ser la institución familiar». Para este experto, los abuelos van más al fondo de las cuestiones cuando explican valores o formas adecuadas de actuar.

VALORES

Para Ricardo Montoro, es indispensable que los valores que se enseñe a los pequeños en casa sean firmes y claros. Y, básicamente, son tres: el respeto al prójimo, el respeto al principio de la autoridad y, posteriormente, el ideario propio de la familia (religión, creencias…).

Pero la función de los abuelos en el hogar no debe centrarse únicamente en la transmisión de valores. Es importante que relaten historias de la infancia o juventud de sus hijos, para que los niños comprendan el sentido de continuidad de la familia, que pertenecen a una cadena de la que ellos mismo son una parte muy importante.

Los abuelos pueden contribuir también en la crianza de sus nietos sin contradecir la autoridad de sus padres, ocupandose de controlar situaciones educativas como son el realizar los deberes en casa o el controlar la programación y el tiempo que los niños ven la televisión.

No es necesario detallar los motivos por los que los abuelos son una parte indispensable en la familia, pero muchas veces ellos mismos caen en el pensamiento de sentirse incapacitados para realizar muchas funciones educativas con los niños. Por ello, ya sea en el seno de la familia o a través de iniciativas externas, es necesario ofrecerles el protagonismo que ellos sienten que han perdido. Así, nace en 1993 una iniciativa pionera en la que la Family Service Association of Metropolitan Toronto, de Canadá pone en contacto a voluntarios ancianos con familias que han perdido a los abuelos por la muerte, distancia o la separación.

Y del mismo modo que los abuelos pueden ayudar a las familias, las familias pueden ayudarles a ellos, como en Amsterdam, donde, por ejemplo, hubo que instalar provisionalmente un centro de preescolar en una residencia de ancianos y la experiencia fue de lo más enriquecedora. Mayores y niños compartían lecturas y ejercicios lo que ha contribuido a que los ancianos salgan del aislamiento y encuentren en la ayuda que prestan a los infantiles una labor por la que sentirse necesarios y útiles.

COMETIDOS CONCRETOS DE LOS ABUELOS

Los abuelos pueden ayudar en el hogar controlando la programación que los niños ven en casa y el tiempo que le dedican a ver la televisión.
Pueden ayudar a los pequeños con los deberes del colegio prestándoles atención o aportando conocimientos directos sobre el tema.
Pueden prepararles alimentos o platos diferentes a los que comen en el colegio o les preparan sus padres, para que se den cuenta de que existen otras formas agradables de comer, que no son idénticas a las que conocen, pero que también son sabrosas.
Que cuenten historias a los nietos sobre la juventud o infancia de sus padres es importante para que vean que forman parte de una cadena continua que es la familia.
Si los abuelos no conviven con la familia o viven lejos han de acompañar a los niños en cumpleaños o fechas señaladas para que los pequeños se sientan queridos e importantes.
Y, sobre todo, han de ser una fuente constante de cariño para que los pequeños sean conscientes de que existen otras personas, además de sus padres, que pueden hacerles la vida agradable.

Comer garrapatas

Autor: padresycolegios.com

Manuel (de tres años de edad)
y Jesús (nueve meses) entraron
con sus padres en un bar.
Después de pedir las bebidas,
como tapas les sirvieron una ración
de aceitunas y un plato de
alcaparras. Jesús enseguida fue
a echar mano de las alcaparras,
pero su hermano se lo impidió
dándole un manotazo: ¡Te he dicho
mil veces que tú no puescomé
garrapatas! –le gritó, provocando
las carcajadas de todos
los presentes.

Has salido…

Autor: padresycolegios.com

Esteban (tres años) fue un día
al médico con su madre. La sala
de espera estaba repleta de
pacientes y el niño se aburría,
así que para entretenerse se
puso a jugar con su máquina de
fotos de juguete, haciendo como
que le tomaba fotografías a
su madre. Cada vez que el niño
fingía sacar una nueva toma, la
madre le preguntaba cómo iba
saliendo: ¿Esteban, cómo he
salido? Y el niño respondía:
¡Muy leona! – Y ahora, ¿cómo
he salido? ¡Muy elefanta! Esteban
se iba alejando de su mamá
para tirar una nueva foto, y cuando se encontraba en medio
de la sala le gritó –más alto
que nunca– ¡Mamá, has salido
muy zorra!

Papá Gayo

Autor: padresycolegios.com

Cuando Joan tenía dos años
fue a veranear con su mamá y
su papá Andreu a la isla canaria
de Lanzarote. Para poder recorrerla
con más tranquilidad
decidieron alquilar un coche. Un
día fueron a visitar la playa del
Papagayo, al sur de la isla, pero
como no conseguían encontrar
el camino se pararon en
un cruce para preguntar a unos
señores que hablaban en la calle:
–Por favor, ¿para llegar a la
playa del Papagayo?– Joan, ni
corto ni perezoso, un poco indignado,
dijo: – ¡Noo, papá Gayo
noo, papá Andreu!

Pompas de jabón

Autor: padresycolegios.com

Laura y su hermanita eran unas
niñas bastante traviesas. Un verano,
estando de vacaciones en
una playa levantina, sus papás
las dejaron solas mientras iban
a la compra, y para entretenerse
decidieron jugar «a las
hadas» haciendo pompas de jabón.
Sus padres tardaban en
volver y ellas, entusiasmadas
por el juego, empezaron a gastar
todo lo que se podía utilizar
para fabricar las pompas. Tal
cantidad hicieron que acabaron
llenando la casa y el jardín.
–¡Qué bien huele!– comentó la
madre mientras ella y su marido
volvían a casa. El olor se fue
haciendo cada vez más fuerte
a medida que se acercaban, y
cuando entraron en la vivienda
se lo encontraron todo perdido
de jabón. Durante los días
siguientes cada vez que el
jardinero hacia algún trabajo en
el jardín empezaban a salir espuma
y pompas. ¿Pero qué pasa?
–decía sorprendido–.