En la punta de la lengua

En la punta de la lengua es el título del espectáculo que la Compañía La Casa Incierta representa hasta el 14 de marzo en el teatro Fernán Gómez de Madrid. Esta obra es una pequeña Ópera para bebés que parte de la pequeña sensación de lo que sentimos o sabemos, pero no somos capaces de verbalizar, expresar o comunicar.Una mujer se ve empujada a explorar la expresión de lo que ella no logra entender, pero que es sin duda tan urgente como dar una respuesta al hambre, al dolor o al sueño de su propio bebé. La madre decide aprender de su hijo y de ese lenguaje que ella no entiende.

Más información: www.lacasaincierta.es

Girasons

El XIV Festival de las Artes Escénicas para niños y jóvenes, Teatralia 2010, presenta la función Girasons, de la compañía L´Auditori, para niños de 1 a 6 años hasta el 21 de febrero en la red de teatros de la Comunidad de Madrid. Es una recopilación de diversas músicas concebida pensando en los niños, en su mundo emocional y en su capacidad expresiva. Un acercamiento a la magia de los juguetes, al circo y a la fantasía. Los músicos pasean por el espacio escénico y en algunos momentos invitan al público a formar parte del espectáculo.

Más información: www.madrid.org/teatralia

Inglés desde los 3 años

En Helen Doron Early English las clases para bebés se imparten desde los tres meses de edad. Junto a sus madres, los pequeños aprenden rápidamente canciones, nombres de animales y verbos. Gracias a este método, los niños adquieren una facilidad para asimilar nuevos idiomas y para el aprendizaje en general. Este método estimula la habilidad natural del niño para aprender a través de actividades de juego y canto durante las clases y la escucha repetida de las mismas canciones en el hogar.

Más info: www.helendoron.es

Cuentos de premio

Un chocolate muy especial, de Eva María Riber de España y El viejo Árbol de Denisse Iztel de México han sido los ganadores del Concurso Internacional de Cuentos Cortos para la Educación en Valores convocado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE). El Jurado ha valorado especialmente la contribución de estas obras a la labor educativa de los maestros de educación infantil y de los padres. La gran mayoría de los cuentos recibidos se adentran en un mundo de fantasía para los niños que estimula su imaginación y creatividad, a la vez que les hace reflexionar sobre la necesidad de compartir, del trabajo conjunto, del amor a la naturaleza y a la diversidad.

Más info: www.waece.org/catedra/webcuentos/cuentos2010.htm

¿Es tan difícil contar un cuento?

Un grupo de payasos llega al teatro con la intención de deleitar al público contándoles una historia. Pero ya desde el principio comienzan a meter la pata… La Midolla presenta en el teatro Lagrada de Madrid ¿Es tan difícil contar un cuento? para niños a partir de 2 años. Con esta obra quiere transmitir valores que favorecen la convivencia realizando un viaje a la infancia para rescatar todo aquello que con el paso de los años hemos ido olvidando y que tanta falta nos hace recordar de nuevo para recuperar la ilusión y la alegría de vivir.

 

Más información: lagrada@teatrolagrada.com

VI Rompiendo el Cascarón

En esta VI edición de Rompiendo el Cascarón podremos disfrutar de seis compañías europeas y una brasileña. Propuestas diferentes pero con objetivos comunes: Estimular todos los sentidos del bebé, para complementar su percepción de la vida, a través de juegos con objetos, sonidos, texturas, formas, luces y sombras.

Los padres que participen, también podrán descubrir y entender mejor las reacciones de sus bebés, a través de la propia experiencia vivida a su lado.

 

Más información: http://teatrofernangomez.esmadrid.com

XI Salón del Libro Infantil y Juvenil

Dentro de la ampliación de la programación del XI Salón del Libro Infantil y Juvenil la compañía de títeres Cachirulo traerá «Del, Re, Mi, Mozart juega aquí» a las «Tardes en la Sala» que se celebran en la Sala de Exposiciones del Pazo de la Cultura. Inspirándose en la vida del compositor musical, Cachirulo títeres trae un espectáculo de marionetas de hilo talladas en madera, que desarrollan la acción en un retablo barroco. La invitación del emperador para que Mozart interprete su música provoca la envidia del maestro de cámara, que tentará impedir el concierto sin llegar a conseguirlo.

 

Más información: www.pazodacultura.org

Dermatitis: La amenaza a nuestra frontera con el mundo

Las enfermedades en la piel son muy comunes en la etapa infantil y pueden marcar para siempre la vida adulta. El papel de los padres es fundamental para prevenir y mantener los picores y malestar a raya.

La piel tiene memoria. Y, como los recuerdos del niño, se forja en los primeros años de vida. Esos momentos son esenciales para definir cómo será el estado del órgano más extenso de su cuerpo.

“Tengo 50 años y acarreo una dermatitis atópica desde que era pequeña”, comenta Gabina O´Farrill, especialista en medicina de familia y puericultora. Uno de sus tres hijos sufre ahora la misma enfermedad, también conocida como eczema atópico. “Creo que hoy en día hay más información y la gente es más consciente de la importancia de una buena hidratación para prevenirla”, añade.

Sin embargo, la dermatitis atópica sigue siendo una de las enfermedades más comunes en la etapa infantil. ¿Por qué? “En el mundo en que vivimos, muchas veces las prisas juegan en nuestra contra. Los padres no tienen tiempo para hidratar todo el cuerpo del niño diariamente asi que le cuidan solo la carita, que es lo que se ve”, comenta O´Farrill.

Otras veces el precio de las cremas para pieles sensibles o los regalos de packs cosméticos con una bonita presentación pero mala calidad hacen que se agrave la situación. No obstante, tras notar síntomas como picores o ligero enrojecimiento, lo mejor es acudir a la farmacia para comenzar a aplicar el producto adecuado y evitar un empeoramiento. “Las marcas blancas están bien para pieles normales pero si nuestro hijo muestra algún enrojecimiento o picor, se debe pasar inmediatamente a productos especializados”, dice O´Farrill.

Otros especialistas coinciden en la importancia del cuidado cutáneo. Es el caso del profesor Antonio Rondón, coordinador del Comité de Bioética del Instituto de Biomedicina de la Universidad Central de Venezuela, que insiste en la piel como “el  órgano mas extenso que tenemos y nuestra frontera con el medio ambiente, lo que hace que esté sometida constantemente a injurias por agentes externos”.

Por ello, una de las principales armas de prevención es la higiene. De hecho, es especialmente necesaria en la dermatitis atópica, relacionada con enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis o la rinitis alérgica y que afecta a cerca del 4% de los menores de tres años. Retirar alfombras, moquetas o posibles acumulaciones de polvo puede ayudar a reducir los problemas de piel en un niño con esta afección, que puede venir de la mano de algún problema respiratorio.

Paula Vérez, puericultora y médico de familia, remarca también la importancia del baño: “No sólo hay que lavar al niño cuando esté sucio sino todos los días. Refrescar la piel es fundamental para su salud”. Algunos expertos incluso opinan que no es necesario usar jabón todos los días pero sí mojarlo, especialmente en los pliegues –una zona de riesgo para acumular suciedad-.

¿Cómo afecta al niño? El malestar suele provocar alteraciones en sus estados de ánimo y problemas en el sueño. En principio, no se trata de una situación grave pero conviene prevenir con un cuidado adecuado para evitar que desemboque en problemas mayores.

 

Otros casos comunes

La dermatitis del pañal es una irritación que provoca una inflamación en la zona de contacto. Se trata de un caso leve pero muy común que se puede solucionar aplicando pastas al agua (o pastas calmantes) de venta en farmacia. Si tras un tiempo no mejora, podría haber una infección por hongos y convendría acudir directamente al pediatra.

En los padres primerizos o especialmente preocupados, suelen darse casos de sudamina. Abrigar excesivamente al bebé puede hacer que, debido al sudor, aparezcan unas pequeñas vesículas de tono claro en la cara, cuello y tronco. Suelen alarmar bastante pero no tienen mayor tratamiento que evitar el sudor con un ambiente fresco y seco.

Curiosamente, el acné neonatal es también un caso que se presenta en algunos pequeños. No es tan común como los anteriores pero suele sorprender a los adultos, que miran con extrañeza las glándulas inflamadas en la cara del pequeño. La aparición de estas espinillas se debe a las hormonas maternas que el niño todavía conserva en el torrente sanguíneo pero no tiene mayor gravedad que en un adulto.

En cuanto a afecciones seborreicas –generadoras de un exceso de grasa-, la costra láctea es la más común ya que aparece en al 10% de los lactantes. Generalmente provoca más alerta entre los padres porque se manifiesta con pequeñas escamas o costras en el cuero cabelludo. No obstante, el uso de lociones o champús sin muchas sustancias tóxicas puede reducir la situación sin necesidad de acudir al pediatra.

 

La hora crítica: el baño en 6 pasos

–       El ambiente se debe mantener entre 24 y 26 grados y el agua tibia.

–       Nunca suspender el baño, ni siquiera ante la aparición de fiebre. No es necesario usar jabón diariamente pero sí refrescar la piel.

–       No usar talco. Estos polvos obstruyen las glándulas sudoríparas. En cambio, se puede hidratar con cremas o con jabón PH neutro.

–       Intentar no abusar de perfumes o cremas agresivas pues el mismo uso constante puede ser el causante de una alergia. Evitar los productos grasientos.

–       No frotar en exceso pero tampoco dejar zonas húmedas.

–       Cuidar con especial atención la cara, cuello y parte posterior de las extremidades así como los pliegues de la piel.

 

Apoyo a los padres

La Asociación de Pacientes y Familiares con Dermatitis Atópica (ADEA) pretende apoyar a los afectados de esta dolencia que, a pesar de no ser grave, provoca trastornos en la vida de los pacientes como problemas en el sueño o alteraciones psicológicas. Esta organización ofrece un diálogo abierto entre los padres de niños afectados. Además, una de sus principales apuestas es la concienciación de la prevención para evitar desarrollar problemas posteriores.

Más info.: www.adeaweb.org

La madre del siglo XXI

El número ideal de hijos sigue siendo la “parejita”. Tres de cada diez mujeres deciden tener menos hijos de los que les gustaría debido, sobre todo, a la escasez de tiempo y de medios económicos. Además una de cada tres mujeres cuida al bebé sin ninguna ayuda de su pareja.

Las mujeres españolas siguen queriendo en su mayoría ser madres. De hecho, ya lo son más de la mitad –un 45%– entre los 18 y los 45 años y hasta un 87% tiene intención de tener hijos en el futuro. Sin embargo, un 13% declara que ni tiene ni piensa. Son datos que arroja el primer Informe sobre la Infancia y la Maternidad en España, realizado por Chicco.

En cuanto a los motivos para tener hijos, las mujeres aluden a la importancia que tiene el hecho de tenerlos para su realización como mujer  (7 de cada 10), la relevancia social que se le da al hecho de tenerlos (4 de cada 10), y el efecto positivo que ejerce sobre la relación de pareja (4 de cada 10). Pero la razón citada con mayor frecuencia por las mujeres –incluidas las que no son madres– es la idea de que para los niños es importante tener hermanos.

El número ideal de hijos sigue siendo la “parejita”. Así el 73,5% aspira a tener 2 hijos de media, un 13,5% más de 2 y un 13% ninguno. Si bien estos son los deseos, la realidad es que las madres reducen el número final de hijos que tienen por la falta de recursos económicos para educarles y de tiempo para atenderles adecuadamente, así como la difícil conciliación entre la vida laboral y la familiar y la perspectiva del cambio drástico de vida que conlleva la llegada de un hijo.

 

Madres de 40

Actualmente se accede tarde a la maternidad, situándose la edad media por encima de los 30 años. Como consecuencia, hoy casi la mitad –el 45%– de las mujeres que son madres entre 39 y 45 años, tiene hijos menores de 10 años, y un 20% de ellas, hijos menores 5.

Esto además de confirmar que  las mujeres españolas tardan en convertirse en madres, también sugiere que las segundas uniones, cada vez más frecuentes, pueden asimismo estar propiciando la existencia de hijos pequeños a edades tradicionalmente consideradas como avanzadas.

 

 

 

 

Salud, Dinero y Amor

 

 

 

Las mujeres son conscientes de la importancia que tiene traer un hijo al mundo, de la responsabilidad que genera y de las dificultades que conlleva. Por eso suele ser una decisión largamente meditada y muy planificada. En consecuencia, un 84% de las madres elige el momento en que su estado de salud y su relación de pareja son satisfactorios.

Otro pilar fundamental es la situación económica. La mayoría de las mujeres que tienen un hijo está en situación de asumir los gastos durante los dos años siguientes al nacimiento de ese hijo (83%) y los de su educación futura (79%).

 

 

 

 

Un antes y un después

 

 

 

La llegada de un bebé provoca una auténtica revolución en la vida de la mujer. Las madres aseguran que no sólo cambia aspectos muy concretos de su vida cotidiana tales como horarios, hábitos de sueño y actividades de ocio, sino también sus relaciones personales y hasta sus valores y su visión de la vida.

Según se desprende del Informe, el 77% de las madres se dedica al bebé en exclusiva, por lo que no es de extrañar que el 92% de ellas  afirme haber adaptado sus horarios a los de su hijo. Como consecuencia, el 86% relega talmente el ocio a un segundo plano por falta de tiempo libre y por el cambio en sus horas de sueño. Entre las actividades de ocio a las que las madres renuncian están, en primer término, salir por las noches a cenar o a bailar; asistir a espectáculos, practicar sus aficiones favoritas, relacionarse con sus amigas y viajar los fines de semana. Estar con la familia y ver la televisión son las actividades de ocio que practican con mayor asiduidad dado que no requieren salir de casa.

 

 

 

 

Los mayores miedos

 

 

 

Otro de los efectos que se deja sentir tras las llegada de un hijo es la aparición de temores que antes no existían. El mayor y más generalizado es el miedo a que no esté perfectamente sano, siendo mencionado por el 82% de las madres. También aparece el miedo a morir demasiado pronto y no poder cuidar del hijo (53% de las madres), dudas acerca de su capacidad para saber cuidarle (30%) y temor a no poder ser buena madre y tener capacidad de amarle (25%).

 

 

 

 

Sin ninguna ayuda

 

 

 

El cuidado del bebé sigue siendo una tarea esencialmente femenina. En casi la mitad de los hogares es ella quien realiza, sola o casi sola, todas las tareas relacionadas con su crianza, con un 33% de las madres que juega este papel en exclusiva y un 16% que lo hace de manera mayoritaria.

Entre las tareas que las madres asumen de manera mayoritaria se cuentan aquellas que requieren más paciencia o mayor disponibilidad de tiempo: llevarle al pediatra (84%), vestirle (60%), levantarse para la noche para atenderle (59%), dormirle (56%), bañarle (52%) y darle el biberón o la papilla (51%).

Mucho más alentador resulta el dato de ese 44% de madres que afirma, por el contrario, que el padre juega un papel de igualdad en el cuidado del bebé. Las tareas que comparten el padre y la madre a partes iguales tienen, por lo general, un carácter más lúdico: jugar (61% de las parejas), hacerle mimos (56%), cogerle en brazos (54%), cambiar pañales (53%), llevarle de paseo (52%) y atenderle cuando llora (52%). En cuanto a las tareas que el padre realiza de manera exclusiva o mayoritaria, son meramente testimoniales: jugar (9%), bañarle (8%) y llevarle a la guardería (7%).

 

 

 

 

La conciliación, más cerca

 

 

 

Un 50% de las mujeres que trabaja fuera de casa opina que la dirección de su centro de trabajo está orientada a favorecer la conciliación entre la vida laboral y la maternidad. Entre las medidas más habituales que se adoptan para lograr este propósito se citan la flexibilidad en los horarios (52%), en los permisos y en las excedencias (52%), beneficios sociales para las madres con hijos pequeños (24%) y, en menor proporción, flexibilidad para poder trabajar a distancia (11%).

Sin embargo, aún queda un 38% de mujeres trabajadoras que opina que la dirección de su centro de trabajo no está orientada a favorecer esta conciliación, y un 22% de madres que afirma haber tenido dificultades para compaginar el trabajo con el cuidado del bebé.

Aunque ya son más las madres satisfechas en este sentido que las que se pronuncian en sentido contrario, no hay que dejar de considerar que casi 4 de cada 10 mujeres todavía tiene quejas al respecto, y que el número de hijos que ellas decidan tener en el futuro estará determinado, en gran medida, por la evolución de este aspecto.

¡A comer!

Medir, esterilizar, calentar, triturar, mezclar… ¿Cómo lo hacían nuestros antepasados para darles de comer a los bebés sin biberones, potitos y demás preparados infantiles de laboratorio? Pues sólo con leche materna. Y luego como a uno más de la familia. Así de simple.

La lactancia materna y el minimalismo alimenticio vuelve con fuerza después de décadas de práctico desuso. La Asociación Española de Pediatría (AEP), la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan la lactancia materna hasta los 2 años o incluso más; dar el pecho exclusivamente hasta los 6 meses de edad, e introducir otros alimentos complementarios a partir de esa edad a la vez que se continúa con lactancia materna.

Muchas son las ventajas que se le atribuyen a la lactancia materna:
• Favorece la maduración del sistema nervioso.
• Es más fácil de digerir que la leche de fórmula, no produce tanto estreñimiento, ni molestias gastrointestinales, cólicos o diarreas.
• Aporta todos los nutrientes necesarios para su crecimiento, así como anticuerpos para protegerles de las enfermedades.
• Además, la lactancia materna favorece el contacto físico y la creación del vínculo de apego entre madre e hijo, fundamentales para su desarrollo físico y psicológico.

Y el asunto no se queda ahí: un nuevo estudio estadounidense, realizado por expertos del Brigham Women’s Hospital y de la Facultad de Medicina de Harvard, señala que las mujeres que amamantan a sus hijos tienen menos riesgo de enfermedad coronaria.

La leche materna, además, es estéril, antiséptica, está siempre lista para el bebé en cualquier lugar y momento, a la temperatura correcta, incluso a mitad de la noche y además es gratis. Es cómoda, pues la leche siempre estará a punto: temperatura adecuada y composición perfecta, y no habrá que comprar ni esterilizar tetinas ni biberones, ni estar pendientes de que no falten los polvos o el agua hervida o embotellada, y no será ningún problema cuando falten la luz o el gas.

En los tiempos de nuestras bisabuelas, las mujeres aprendían el arte de amamantar de sus propias madres, hermanas, vecinas y amigas. Sin embargo, hoy en día es muy probable que ninguna mujer de la familia o amiga cercana hayan lactado. Es aquí donde los grupos de apoyo a la lactancia, como la Liga de la Leche (www.laligadelaleche.es), pueden ayudar a las madres inexpertas. En ellos se tiene la oportunidad de aprender de otras madres lactantes con más experiencia, cuáles son las posturas correctas y aclarar dudas y preguntas. Las mujeres que asisten a los grupos de apoyo, por lo general, logran una lactancia más fácil, exitosa y lactan durante más tiempo.

A los 6 meses

Incorporarse al trabajo tras la baja maternal y continuar dando el pecho al niño es posible. Por un lado, siempre que sea posible, se trataría de ajustar los horarios de trabajo para poder estar más tiempo con el bebé. El pediatra Carlos González dice que para estos casos “la opción más utilizada es extraerse la leche y almacenarla en la nevera para cuando no se está en casa”. Según la AAP, no tiene sentido introducir otros alimentos antes de tiempo para que el niño se “acostumbre” antes de que su madre empiece a trabajar. La introducción de alimentos antes de los 6 meses puede ser causa de alergias e intolerancias.

Si el bebé ya tiene más de 6 meses, se puede aprovechar el tiempo que no está la madre en casa para ofrecerle papillas y purés, y cuando ésta regresa se le da el pecho. Sin embargo, no siempre es posible y se debe recurrir a la lactancia artificial. Aún así, la transición a los sólidos no tiene por qué verse afectada por esta sustitución.

Una alimentación sólida

A partir de los 6 meses, si el bebé toma otros alimentos, la leche materna (o artificial) debe ser al menos el 50% de la energía que recibe. Los alimentos nuevos deben introducirse poco a poco, de uno en uno, cada tres o cuatro días, para observar si aparecen reacciones alérgicas a algo. Además, de esta forma facilitamos que el niño se acostumbre a los sabores nuevos.

Durante el primer año de vida, es preferible ofrecer primero el pecho y luego los alimentos que complementan la leche materna (por eso se le llama “complementarios”).

No hay ninguna razón para introducir primero la fruta y luego la verdura o hacerlo al revés. Hay que basarse en las costumbres locales y familiares, así como en los productos de la tierra. Según Carlos González, el principal objetivo es que se acostumbren a tomar lo que se come en casa. “Si ahora puede con una cucharada de arroz con tomate, cuando sea mayor tomará más cantidad. Si sólo se toma un biberón con cereales no habrá avanzado nada, porque no deberá alimentarse a base de cereales de farmacia cuando crezca”, dice el doctor González.

Medidas especiales

Aunque si bien no es importante el alimento que se ofrece primero, sí es aconsejable ofrecer cuanto antes alimentos que contengan hierro, es decir, carnes primero y pescados hacia los 9 ó10 meses.

El organismo del bebé no está preparado para digerir todos los tipos de alimentos, por eso el gluten (presente en cereales con trigo, cebada, centeno o avena) se debe evitar antes de los 7-8 meses. Lo más adecuado es introducirlo en pequeñas cantidades, al mismo tiempo que se continúa dando el pecho. Antes de los 12 meses tampoco se recomienda dar alimentos alergénicos (leche de vaca, soja, clara de huevo).

Los alimentos pueden ofrecerse triturados al principio y troceados o chafados a partir de los 8 meses. Los frutos secos, no molidos, no se deben dar antes de los 6-7 años, ya que existe riesgo de atragantamiento que puede ser grave.

Es importante evitar al principio alimentos que pueden contener muchos nitratos (remolacha, espinacas, zanahoria), la col, nabos y espárragos. No se debería añadir azúcar ni sal a los alimentos del bebé durante el primer año. Después es conveniente utilizar pequeñas cantidades de sal yodada.

Los cereales pueden prepararse con leche materna, agua o caldo, o añadirlos a las papillas. No es necesario darlos con una leche artificial. Tanto el arroz como el maíz son seguros, ya que no contienen gluten.

Mientras el bebé hace unas 4 tomas de pecho, no necesita otros alimentos lácteos como yogur, queso u otras leches en papillas o purés. Para darle un toque sabroso y mediterráneo, se le puede añadir al puré de verduras un poco de aceite de oliva .

Recuerda que hay que respetar el apetito del niño y dejar que el pequeñín “experimente” comiendo primero con sus dedos y luego con la cuchara. Y otro punto muy importante para Carlos González: “Nunca fuerces al pequeño a comer”.


Puede empezar a comer…

La introducción de otros alimentos no se hace tanto en función de la edad como del grado de maduración y de desarrollo psicomotriz del bebé.

Según la OMS, la criatura está lista para empezar a tomar otros alimentos cuando:
• Es capaz de sentarse sin ayuda (seria muy difícil dar de comer a un niño que se cae para los lados).
• Pierde el reflejo de extrusión, que hace que los niños expulsen con la lengua cualquier cosa sólida que entra en sus bocas como la cuchara.
• Muestra interés por la comida de los adultos. Es una buena idea que el niño coma en la mesa con todos, la comida también es un acto social y el niño puede ver y aprender.
• Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos. Al ver acercarse una cuchara, el niño que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante. El que está saciado, la cierra y mueve la cabeza a un lado.