¡Me gustan las matemáticas!

Uno de los principales retos de nuestro sistema educativo para mejorar su calidad, entre otros, es avanzar en el aprendizaje de las matemáticas, secular talón de aquiles de la enseñanza española.

Para comprobar que aprender matemáticas puede resultar una experiencia fascinante, merece la pena conocer el programa EntusiasMAT, creado en Barcelona en el colegio concertado Montserrat.

Se trata de un programa para alumnos de 3 a 12 años basado en múltiples actividades lúdicas con las que se fomenta el aprendizaje de las matemáticas. Para ello, incorpora en su metodología activa las competencias básicas y las inteligencias múltiples.

En www.entusiasmat.org pueden verse algunos vídeos que explican de manera práctica la puesta en marcha del programa, además de proporcionar bibliografía para los que quieran avanzar en esta dirección. Lo que más sorprende de EntusiasMAT es que es todo el colegio el que se ha puesto las pilas y con un plan bien trazado se han propuesto que los alumnos tengan otra percepción de las matemáticas, que como bien saben todos los docentes puede ser el ogro de las asignaturas.

Además, comienzan aplicando el método desde edades bien tempranas, con ejercicios adaptados que, poco a poco, se vuelven más complejos sin perder su sentido lúdico y ahasta deportivo. Con estos juegos, los alumnos aprenden a convertir el pensamiento concreto en abstracto, el principal reto en el aprendizaje de las Matemáticas.

EntusiasMAT nació en el colegio Montserrat y ya son más de 70 centros los que aplican este método original, creativo, revolucionario y muy divertido.

Reciclar los juguetes

Los expertos confirman que el juego familiar entre padres e hijos les hace más felices, imaginativos, tolerantes y tienen más éxito en la escuela. La pedagoga Imma Marín, miembro del Observatorio del Juego Infantil que promueve la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), explica: “jugar es sencillo y solo exige 5, 10 o 15 minutos al día para conseguir los beneficios que aportan el juego y los juguetes en los niños”. Con ellos, aprenden a tocar, crear, mirar, inventar, compartir, imaginar, soñar, respetar…

Según van creciendo los niños y asimilando nuevas capacidades, los padres nos vemos obligados a renovar algunos de sus juguetes. El reciclado o reutilización puede ser un buen momento además para compartirlo con nuestros hijos.“Implicar a los niños desde temprana edad en esta actividad permite transmitir valores como la cooperación y la solidaridad, además de educar en el consumo responsable y la conservación del medio ambiente”, comenta José Antonio Pastor, presidente de la AEFJ.

Así, para dar nueva vida a los juguetes después de su uso, nos propone diez interesantes consejos:

  • Si todavía sirven ofrécelos a familiares, amigos o conocidos con hijos menores.
  • Llévalos a una guardería, colegio o ludoteca.
  • Cédelos a un ambulatorio o centro hospitalario.
  • Dónalos a una institución sin ánimo de lucro.
  • Si son algo antiguos, dirígete a uno de los museos de juguetes que hay en España. Podrían ser útiles para completar alguna colección.
  • Pon un anuncio y cuélgalo en una guardería, escuela o en Internet para ofrecerlos a personas que realmente lo necesiten.
  • Llévalos a un centro de acogida infantil.
  • Dónalos a un mercado benéfico.
  • Fomenta tu creatividad y dales nuevos usos.
  • En el caso de los juguetes inservibles, retírales las pilas y déjalos en un punto limpio de reciclaje.

Comenzando el curso: preparación y organización

Cada año al iniciar el curso, y antes de que los niños acudan a la Escuela Infantil, todo el equipo del Centro nos juntamos para organizar la primera reunión del curso, que tiene como objetivo la preparación y organización de la Escuela.

A continuación os paso a detallar los puntos que tratamos en dicha reunión -los grupos de niños y sus educadores correspondientes-:

  • Los grupos de niños y sus educadoras correspondientes
  • Los horarios de las educadoras en función de los horarios de los niños
  • Organizar las entrevistas personales con cada familia para recabar información sobre cada niño antes de que éste acuda a la Escuela.
  • Cómo vamos a organizar el Periodo de Adaptación. Entradas de los niños, tiempos de permanencia en el centro, cómo vamos ampliando el horario en base a qué parámetros, cuántos niños entran en cada grupo.
  • Cómo organizamos los tiempos de juego, patio, baño, comida, sueño.
  • La preparación de las aulas, con sus rincones y espacios de juego
  • La colocación de los materiales de juego en cada rincón.
  • La decoración de cada aula con sus cuadros, móviles, detalles que complementen y den estilo personal a nuestro sector.
  • La preparación de fotos de los niños con sus nombres para colocarlas en sus armarios personales que nos facilitarán el acceso a los mismos.
  • La recogida de fichas que se necesitan para poder dar información diaria a las familias de aspectos importantes como la comida, sueño, deposiciones.
  • La puesta a punto del taller o talleres que hubiese en la Escuela, organizando sus materiales, para tenerlos preparados y acudir a ellos.

Volvemos a la organización escolar:

  • Entrada, de qué hora a qué hora…
  • Tiempo de juego por rincones, talleres, baño, patio, comida, baño, sueño y salida.
  • El tiempo de rincones se hace dentro de cada aula, el tiempo de talleres se realiza fuera de la misma.
  • El tiempo de patio es de……… y lo comparten los niños de……..

Cada punto que hemos señalado para ser revisado y tratado por todo el equipo de educadores de la Escuela, en esta reunión, es importantísimo, porque nos hace volver a tener clara la organización, base fundamental de un buen funcionamiento del centro.

Las reuniones de equipo son la base de una Escuela que avanza en su pedagogía, que desea educar y que quiere prepararse cada vez más; de esta manera aportará ideas nuevas, se renovará e investigará, y por supuesto querrá aprender con los niños.

También es importante que las educadoras que comparten aula, si tienen esa inmensa suerte de ser dos personas en cada grupo de niños, podrán organizarse entre ellas; los momentos de juego, las salidas a los talleres, compartirán las ideas e ilusiones, podrán contrastar opiniones sobre cada niño, su evolución, su manera de ser, y revisarán la organización del aula siempre que detectemos fallos para mejorar.

Es tarea importante de los educadores destinar un tiempo semanal, para pararse a reflexionar sobre puntos de máxima importancia y trascendencia:

  • Los niños, tanto a nivel colectivo como individual.
  • La pedagogía que queremos implantar en nuestra Escuela.
  • El proyecto que vamos a poner en marcha en las aulas y talleres.
  • La organización de los materiales de juego y limpieza de los mismos.
  • El orden y la estética de cada dependencia del centro.
  • Las reuniones con los padres.
  • Las fiestas señaladas a lo largo del curso.
  • El estudio y debate de temas referentes a educación, que hayamos elegido para investigar y aprender.
  • La formación a recibir, con la elección de cursos para educadores del sector, que nos parezcan de interés para incrementar nuestros conocimientos.
  • Otros: todos aquellos temas puntuales, que han de ir surgiendo a lo largo del curso.
  • Como podemos comprobar, temas importantes para debatir en reuniones hay muchísimos y más que podríamos añadir, porque los niños de nuestras Escuelas Infantiles se merecen centros de calidad, donde los profesionales que educan en ellas deben tener inquietudes y deseos de saber, aprender e innovarse.

Más info: www.acento.info

Todo un parlanchín

Pasados los 12 meses, tu hijo te regalará un momento muy especial: sus primeras palabras. Es un proceso que se ha ido perfeccionando casi desde el nacimiento y en el que tú puedes influir mucho más de lo que crees. Te revelamos todos los estímulos que necesita el bebé para aumentar su fluidez verbal y enriquecer su lenguaje y, por tanto, su capacidad para comunicarse.

Hay niños que lo consiguen antes, pero, en general, el cerebro del bebé está preparado entre los 15 y los 18 meses para articular las primeras palabras con intención comunicativa. Es muy posible que previamente ya haya pronunciado “mama” o “papa”, pero se trata simplemente de balbuceos (por mucha ilusión que te hayan hecho). No será hasta pasado el primer cumpleaños cuando sus estructuras neurológicas acometan un hito en su vida: la comunicación con los demás. Es cierto que, antes o después, y si no hay ningún problema, todos los niños acaban hablando, pero la actitud de los padres es esencial para fomentar y estimular la fluidez verbal del pequeño.

Así aprende a comunicarse

Aunque no puede hablar, casi desde el nacimiento el niño desarrolla estrategias para comunicarse y responde a las interacciones con el adulto.

Hasta los 6 meses. Hasta los tres meses, el niño no tiene la suficiente fuerza en los músculos implicados en el habla, por lo que se comunica mediante el llanto. A los tres meses ya puede emitir algunos sonidos guturales y a los cinco, da grititos.

De los 6 a los 12 meses. A partir de los seis meses, aprenden a juntar sílabas (dada, baba…); es la etapa del balbuceo, que no tiene intencionalidad. Ahora bien, desde los nueve meses, emiten sonidos para comunicarse, como “umm”, cuando quieren comer. Más próximos a su primer año, pueden combinar distintas sílabas y empiezan a nombrar las cosas con su propio lenguaje.

De los 12 a los 18 meses. Surge la primera palabra (habitualmente algo que les resulta muy significativo). A partir de ese momento, incorporan cada vez más palabras a su vocabulario, pero las acompañan de gestos. Poco a poco se dan cuenta de que todo lo que ven tiene su propio nombre.

De 18 a 24 meses. No saben pronunciar los sonidos correctamente, pero en muchos se produce una especie de “explosión” y son capaces de aprender nuevas palabras a diario. A otros, sin embargo, les costará más.

De dos a tres años. Es la época de la auténtica comunicación, cuando pueden expresar sentimientos, deseos… Las frases se alargan y pueden emplear 4 o 5 palabras en cada una.

Estimular el lenguaje: los padres, el mejor modelo

“Para desarrollar el habla y el lenguaje, los niños precisan de un modelo adecuado de lenguaje, con un vocabulario apropiado (y correcto, sin deformaciones, diminutivos, inventados…) para la edad cronológica del niño y de su proceso evolutivo y una estructura gramatical, inicialmente simple, para que puedan comprender, integrar y verbalizar más adelante”, explica Esperança Galán, logopeda de ISEP Clínic Barcelona y coordinadora del Máster en Logopedia Educativa del Instituto Superior de Estudios Psicológicos.

Es decir, aunque se trata de un proceso natural, la intervención de los padres va a ser decisiva. Toma nota de estas pautas que ayudarán a tu hijo a “soltarse” con el lenguaje.

Hablarle desde que nace. El bebé reconoce la voz de su madre ya en el útero, por eso sus palabras son fundamentales. Así, según un estudio canadiense, la voz materna activa la parte del cerebro responsable del aprendizaje del lenguaje en los recién nacidos, algo que no sucede cuando le habla otro adulto, ya que en este caso sólo reaccionan las áreas cerebrales relacionadas con el reconocimiento de voces. Por ello, la madre debe hablar a su hijo muy frecuentemente desde que nace cuando lo está alimentando, bañando, paseando con él…

Nombrar las cosas correctamente. Es una gran tentación hablar con lenguaje “bebé” y llamar “guau guau” al perrito, pero, como reconocen los expertos, no es lo mejor para el niño. Así lo explica la logopeda: “La manera en que los adultos hablan a los niños desde que nacen hasta la finalización de la adquisición del lenguaje oral (sobre los 6 años) tiene una gran influencia en la adquisición del lenguaje; si el modelo es correcto se adquiere una estructura correcta, por lo tanto influirá en la adquisición e integración del nuevo vocabulario”. Por tanto, llama a las cosas por su nombre desde el comienzo para que tu hijo aprenda mejor, y sigue hablando mucho con él: “Mira, un perrito”, “¡qué bonito ese árbol!”, nombrándole las cosas que estén en el entorno.

Imitar su lenguaje. Al principio, cuando el bebé solo emite sonidos o gorjeos es muy importante que los padres se comuniquen con él al mismo nivel. Por ejemplo, si el niño dice “apapapa”, los padres deben repetir: “Sí, apapapa”. De este modo, el pequeño se sentirá estimulado a seguir comunicándose.

No corregir. Poco a poco, el niño va adquiriendo palabras nuevas en su vocabulario, pero al principio cometerá errores de pronunciación. Así, puede decir: “papato”, en lugar de “zapato”. En este caso no es bueno corregir directamente lo que ha dicho (“no se dice papato sino zapato”); es mucho mejor hacerlo de forma más sutil, repitiéndolo de la forma correcta: “Ah, sí, el zapato”.

Ser pacientes. La paciencia de los padres es clave para permitir que el proceso de adquisición del lenguaje se lleve a cabo de la mejor forma posible. Es preciso dejar que sean ellos, aunque se atasquen, den rodeos o tarden mucho, los que acaben sus propias frases, sin que el adulto las concluya para ganar tiempo. No se debe interrumpir al niño y hay que mantener una actitud de escucha activa (los gestos también son muy importantes), mostrándonos interesados por el contenido de la idea que han querido transmitir, más que por la corrección lingüística empleada. Además, hay que aceptar que el niño puede pasar por determinadas etapas en que le cueste más comunicarse. Por ejemplo, algunos, entre los 2 y los 4 años, comienzan a tartamudear; es lo que se conoce como tartamudez fisiológica y pasará por sí sola si los padres mantienen una actitud adecuada y tranquila sin agobiar al niño.

Tres preguntas con respuesta

¿Cuándo se puede sospechar que los niños tienen un problema en la adquisición del lenguaje?
“Hay varios síntomas que pueden conducirnos a sospechar que la adquisición del lenguaje no se desarrolla dentro de la norma, pero sobre todo cuando a los dos años no dice palabras; cuando el lenguaje no es funcional, es decir, cuando no realiza demandas para satisfacer necesidades primarias, ni comunicativas”, subraya la logopeda Esperança Galán.

2. ¿Es la fluidez verbal de los niños (y su precocidad) un indicativo de su nivel intelectual? 
“No, pero si es un detonante de madurez”, explica la experta.

3. ¿Suele indicar el nivel de expresión de los padres el nivel que alcanzará su hijo en este ámbito? 
Según apunta Esperança Galán: “El nivel expresivo de los padres influye en el desarrollo del pen
samiento interno del niño, si el discurso-modelo demuestra una falta de fluidez y con vacilaciones constantes puede crear confusiones en la denominación y afectar en la estructura de las frases del niño y por consiguiente en su discurso”.  Para favorecer la capacidad verbal del niño, la logopeda recomienda “aprovechar los espacios de juego; estos deben ser de calidad más que de cantidad, creando un ambiente estimulador y ofreciendo un modelo adecuado del lenguaje”.

Un estudio sorprendente

Un reciente estudio ha puesto de manifiesto que los pequeños son muy sensibles a los matices comunicativos de los adultos que hablan con ellos. Así, una investigación con bebés llevada a cabo por científicos de la Universidad de Rochester (Estados Unidos) ha concluido que cuando los padres vacilan a la hora de nombrar alguna palabra, precediéndola de interjecciones dubitativas del tipo “eh”, o “um”, el niño pequeño concentra su atención en la conversación, pues interpreta que después va a venir algo nuevo.

Este efecto se ha comprobado en niños mayores de dos años, pues los más pequeños no son capaces de advertir que esa falta de fluidez verbal de sus progenitores es la antesala de una nueva palabra desconocida para ellos. A pesar de estos resultados, los investigadores no abogan porque los padres emitan esta serie de pausas comunicativas de forma intencionada, pero sí han querido llamar la atención sobre la habilidad de los más pequeños para captar matices comunicativos.

Emociones conectadas

Un bebé desde su primer día de vida tiene todos sus sentidos dirigidos hacia la búsqueda de ojos que le presten atención y que estén dirigidos hacia él.

El recién nacido se fijará en el rostro que esté concentrado emocionalmente en él. Si la madre le da la oportunidad de estar con ella desde el principio, el recién nacido será capaz de reconocerla con la vista sólo tres días después del parto. La mutua mirada madre-bebé causa placer y origina la secreción de sustancias que incitan el desarrollo de lóbulos corticolímbicos, que serán indispensables para su vida afectiva. Es una energía que emana del cerebro de la madre, pasando a través de su mirada, para entrar por los ojos del bebé estimulando su cerebro.

Desde los primeros días, “La misteriosa vida emocional del bebé” se nos va descubriendo en el libro Todo un mundo de emociones fruto de más de 30 años de trabajando con niños de sus autoras Elizabeth Fodor y Montserrat Morán.

Desde PADRES03 hemos hablado con ellas para que nos desgranen este libro que si bien, en su primera parte realiza un análisis exhaustivo sobre el vínculo afectivo del niño con los padres, el desarrollo emocional armónico, el origen de las emociones, la comunicación no verbal y el pensamiento corporal, en una segunda parte, más práctica ofrece diferentes juegos para realizar con el bebé desde los dos meses hasta los 3 años.

Saber interpretar y canalizar sus emociones nos puede ayudar a que nuestros hijos se sientan profundamente amados y crezcan con una figura de apego estable que les ayude a adquirir la capacidad de enfrentarse de una forma sólida y positiva a las adversidades de la vida.

¿Realmente es tan determinante todo lo que queda inscrito en el cerebro del bebé en el primer año, en el inconsciente y en la toma de decisiones en la vida adulta?
ELIZABETH- Desde el Berstein Center en Alemania, el neurocientífico Dr. John.D. Haynes nos demuestra con su investigación y apoyado en las nuevas tecnologías que la toma de decisiones tiene que ver previamente con el inconsciente, ya que éste decide entre cinco y diez segundos antes que el consciente. Teniendo en cuenta que durante los dos primeros años del bebé todas sus experiencias emocionales influyen notablemente en el inconsciente, podemos afirmar que, efectivamente, es de una especial relevancia todas aquellas vivencias que nuestros pequeños tienen en estos primeros momentos.

¿Qué podemos hacer para ayudar a los niños a conseguir un desarrollo emocional armónico?
MONTSERRAT- Es necesario que el bebé, en los primeros meses, pueda vivenciar un apego profundo y armónico con sus padres, para adquirir “la confianza básica” según Erikson (1902-1994). Esto ofrecerá al niño un mundo ordenado y previsible que le dará el poder de confiar en el otro y en sí mismo. Los padres pueden ayudar con un comportamiento consecuente, con sentido común y un vínculo afectivo lleno de amor y equilibrio.

“Una presencia estable, amorosa y sosegada es necesaria desde los primeros días de vida” se dice en el libro, refiriéndose al vínculo con la madre. Muchas madres primerizas no  consiguen ser esa presencia sosegada en esos primeros días con el bebé ¿qué pensarán al leer esto?
ELIZABETH- Al nacer un bebé, también nace una madre, y en muchos casos que esta madre se siente desbordada. La nueva situación con el bebé le requiere en todo momento. Y se encuentra con un cuerpo que no siempre ayuda, ya que hay un sinfín de variaciones hormonales, además del cansancio por la dedicación a tiempo completo. Poco a poco esta nueva mamá aprenderá a descifrar el idioma de las demandas del bebé, cuándo llora porque tiene hambre, sueño o dolor.

Priscila Dunstan ha estudiado durante años, y por todo el mundo, los llantos de los bebés sacando conclusiones tan sorprendentes como que todos los bebés del mundo realizan los mismos sonidos en las mismas situaciones, así cuando tienen hambre lloran con la sílaba: “ne, na” , cuando se sienten cansados dicen: “ou,au” y cuando tienen cólicos realizan el sonido: “eh” .

Se habla mucho de la madre pero, ¿Cuál es el papel del padre?
MONTSERRAT- El nacimiento del bebé permite al padre ocupar su lugar, ya no como asistente observador frente a las vivencias del embarazo de su mujer, sino como pilar fundamental para la estructuración psíquica del bebé. Compartir entre la pareja el goce, y también el dolor, en algunos momentos de lo que significa ser padres, será vital para la constitución familiar y el desarrollo del niño. El padre durante los primeros días tendrá la función de sostén y apoyo a la madre.

En el libro explicáis que en los primeros cinco años el niño comienza el reconocimiento de las emociones gracias a la formación de neuronas espejo ¿cómo trabajan estas neuronas?
ELIZABETH- Las neuronas espejo se encargan de percibir tanto los sentimientos propios como los ajenos y las formas complejas de interacción social. Si el niño vive emociones positivas en su infancia, tendrá un mayor número de neuronas espejo y esto facilitará que sea un ser humano empático. En cambio, si las emociones experimentadas son en su mayoría negativas, también tendrá repercusiones negativas en la futura vida emocional del niño. Si el pequeño ha tenido en su entorno modelos estables y emocionalmente armónicos y ha recibido una óptima educación de sus emociones, será generoso, empático y buena persona.
 
Dentro del capítulo dedicado a la comunicación emocional entre padres e hijos se dedica un apartado a la constitución del núcleo familiar, donde se recomienda a las parejas efectuar un corte simbólico con su familia de origen. ¿Hasta qué punto pueden interferir en la nueva familia que se está constituyendo? ¿No puede ser también un apoyo?
MONTSERRAT- Efectivamente, los abuelos pueden tomar el papel de apoyo, compartiendo con sus hijos sus vivencias, y esto se convertirá en un vehículo útil y eficaz, para que los padres primerizos puedan aceptar y asumir sus nuevos roles y también abandonar el papel de hijos, para poder constituirse como padres. El problema está en aquellos abuelos que no quieren renunciar a seguir viendo a sus hijos como hijos y no como personas capaces de ser padres, será tarea tanto de los padres como de los abuelos aprender a posicionarse y no interferir en tareas y lugares que no les corresponde.

Hay un capítulo entero dedicado a la eutonía ¿Qué es y qué ventajas tiene en la relación entre madres e hijos?
ELIZABETH- La eutonía fue creada por Gerda Alexander (1908-1994) como método de trabajo corporal que busca adaptar la tonicidad muscular y corporal en general a las necesidades de cualquier acción. Cuando registramos lo que acontece en el vivir cotidiano de nuestros cuerpos, advertimos que a veces no encontramos las palabras que le pongan nombre a tantos estados como experimentamos. Aun así normalmente encontramos un nombre: estoy angustiado, me siento feliz, ¡qué cansancio! ¡qué alegría! Pero ninguna de estas expresiones es totalizadora de lo que realmente nos sucede. La nueva mamá se encuentra, muchas veces desbordada con la nueva situación y es necesario que por unos
momentos cada día preste atención a sus propias necesidades. Esto se convierte en imprescindible para que pueda desarrollar una sensibilidad especial en la comprensión de lo que su bebé expresa a través del contagio del tono muscular, ya que en estos primeros meses de etapa preverbal tan solo cuenta el lenguaje no verbal que se establece entre la mamá y su pequeño.

Gran parte del libro está dedicada a proponer juegos a los padres según los meses del bebé ¿El juego es la principal vía de comunicación y estimulación que tenemos los padres?
MONTSERRAT- Por supuesto que el juego se convierte en la principal vía de comunicación y aprendizaje ya que “el juego es el trabajo del niño”. La única forma que tiene el niño pequeño de aprender es a través del juego. Los juegos que proponemos en “Todo un mundo de emociones” así como todos los juegos de la colección de libros “Todo un mundo…” están diseñados especialmente para familias modernas actuales, trabajadoras, y sus bebés, para que puedan aprender disfrutando y compartiendo risas y buen humor todos juntos a pesar del poco tiempo que disponen. Dedicar todos los días tan solo 20 minutos a jugar con el pequeño ofrece una óptima calidad de vínculo.

“Es necesario un proyecto educativo para bebés con sus padres para prevenir muchos de los males actuales de nuestros adolescentes y así formar una futura generación de adultos comprensivos, colaboradores y que se sientan satisfechos con ellos mismos”. ¿Qué carencias tuvieron de bebés nuestros adolescentes de ahora?
ELIZABETH- Sin duda todos queremos que nuestros hijos sean felices, tengan éxito y sepan comportarse con cordura en todas las facetas de su vida. Para esto hay que tener en cuenta que solo se puede recoger el fruto del éxito donde se haya sembrado- en cada etapa del pequeño- con amor, dedicación y sabiduría. Cada edad tiene sus normas, sus juegos y una forma determinada de actuar o comunicarse como padres
Nuestros adolescentes han tenido que adaptarse a un nuevo modelo de familia donde la madre ya no está 24 horas en casa dispuesta a atender a sus pequeños. Donde de repente han aparecido nuevas formas de establecer una familia para lo que la sociedad no estaba preparada. Los padres somos los encargados de dar estabilidad emocional y grandes dosis de afecto a nuestros pequeño para lograr un crecimiento interior y un desarrollo emocional armónico que ayudará a que nuestro hijo se convierta en un adulto con sentido común, tolerante, satisfecho de sí mismo, encontrando el camino que le haga feliz. Que tenga la capacidad de poder afrontar con responsabilidad la vida y salir de las dificultades, perfeccionado y no vencido.

Los grupos de juego para madres/padres acompañados de sus bebés ayudan a que los adultos sintonicen con las necesidades que sus pequeños. Según va creciendo el hijo, comprender y cuidar de él y de su entorno, establecer un vínculo afectivo armónico y de esta manera afrontar y evitar la tan temida violencia infantil de nuestros tiempos.

¿Nos incorporamos a la escuela … o nos quedamos en casa? 1ª parte

Con la incorporación de las madres al trabajo después de la baja maternal surge el dilema de donde dejar al niño…….

¿Nos incorporamos a la escuela infantil o nos quedamos en casa? Abordamos el tema desde varios aspectos.

Quedarse en casa con mamá

Por un lado la posibilidad de criar a nuestro hijo en casa, con la cercanía y el amor de una madre (o de un padre) será muy importante y favorecerá de forma positiva el desarrollo del niño, siempre y cuando la/el mamá/papá se preocupe de crear un entorno estable y positivo, con un bajo nivel de estrés y donde el niño participe en actividades estimulantes que le ayuden en su desarrollo.

Pero la realidad es que cada familia conoce su economía y sus posibilidades y pedir una larga excedencia o dejar de trabajar hace que los ingresos disminuyan y que el puesto de trabajo pueda sufrir modificaciones a la baja o desaparecer.

Entonces nos planteamos las posibilidades de llevar a nuestro hijo a una Escuela Infantil, dejarle al cargo de algún familiar o mantenerle en casa con alguna cuidadora o persona del servicio doméstico.

Llevarle a la escuela infantil

Una escuela infantil de calidad siempre contará con profesionales capaces de generar una relación similar a la de los familiares, creando un entorno estable y positivo con un bajo nivel de estrés. Profesionales empáticos, amables y cariñosos que establezcan rápidamente un vínculo afectivo con los niños, estimulando su participación en todas las actividades, respetando en todo momento su propio ritmo y tratando a cada uno como el ser único que es, aunque forme parte de un colectivo escolar infantil.

Una escuela infantil de calidad dispondrá de programas específicos que faciliten el desarrollo intelectual, emocional, motor y social de los niños. Actualmente las escuelas infantiles de élite llevan a cabo programas de estimulación temprana introducidos dentro de las propuestas pedagógicas que han elaborado para cada uno de sus grupos. Estos programas están bien diferenciados unos de otros ya que cada uno tiene que estar diseñado para cubrir las necesidades específicas teniendo en cuenta la edad de los niños a los que van destinados.

Con estos programas de estimulación temprana, además de tener cubiertas las necesidades asistenciales de sus niños y su desarrollo en todos los ámbitos educativos, se potencian las capacidades de cada niño de forma personalizada.

Y por último, reseñar que una escuela infantil de calidad, además de tener en cuenta todos los aspectos anteriormente mencionados, debe desarrollar (en estrecho contacto con la familia) la inteligencia emocional de sus pequeños, consiguiendo mediante el desarrollo de las habilidades sociales, que los niños tengan una actitud positiva en la vida, adquieran una buena autoestima y acepten y toleren las frustraciones que a lo largo de su vida se vayan produciendo, en definitiva, que se vayan desarrollando armónicamente, como individuos felices capaces de acatar y tomar sus propias decisiones.

En el próximo número del mes de octubre, seguiremos con este tema, abordando la opción de que el niño se quede al cargo de algún familiar o al cuidado de personas de servicio doméstico o contratadas como cuidadoras.

Aprender a ser papás

La alimentación es uno de los temas que más preocupa a los padres, y por este motivo, la guía de Nutribén “Aprender a ser papás”pretende conseguir la creación de un entorno adecuado para favorecer la generación de buenos hábitos alimenticios.

Tres son los objetivos principales: que coman de todo, en cantidades suficientes para su desarrollo y que tengan una relación positiva hacia la comida.

En esta guía se tratan de forma amena, clara y directa temas que están a la orden del día en la vida de cualquier familiar, resolviendo dudas sobre los mitos de la alimentación, revelando las claves en alimentación infantil, y explicando cómo actuar en determinadas situaciones especiales.

Más información: www.nutriben.es

Los niños lo dicen: necesitamos motivar de otra forma

Los norteamericanos se han alarmado. Uno de sus pilares educativos, la motivación, se les ha venido abajo en el último estudio realizado.

Los que llevamos algunos años impartiendo conferencias y escribiendo libros sobre el poder de la Motivación con mayúsculas, siempre defendimos que la motivación norteamericana estallaría muy pronto. Y es que la motivación yanqui se centraba en el voluntarismo y el deseo, y se olvidaba de los pasos que llevan al remedio de los problemas y al éxito real.

A nadie motiva ni orienta el “tú puedes” de tantas películas que se nos han ido contagiando, ni el “No te preocupes. Yo estoy aquí y no permitiré que te pase nada”, por ejemplo del padre de la película John Q, cuando habla a su hijo, lleno de dolor. Como si el querer del padre pudiera sanar al hijo. O engañar fuera motivar.

Decir: “tú puedes, verás como lo consigues si te lo propones”, solo logra aumentar la ansiedad, especialmente en un niño, que teme un nuevo fracaso. “Esta vez lo conseguirás”, es anunciarle una oportunidad más de quedar en evidencia.

La motivación de verdad, clave de todo triunfo costoso, no tiene que ver con el aliento, sino con saber que algo se logrará de veras, porque se ha experimentado antes otros logros tras poner el esfuerzo acertado. Es decir, porque se tiene el convencimiento de que se es capaz de elegir los pasos adecuados para conseguir algo y poner el esfuerzo que requiere.

Al publicar recientemente Todos los niños pueden ser Einstein (Ed. Toro Mítico), numerosos periodistas en las muchas entrevistas que ha originado, me confesaban que al leer el libro les sorprendía que la educación y el aprendizaje tuvieran tanto poder, por encima de cualquier coeficiente intelectual genético. Y es que el ser humano desconoce su potencia.

Einstein no era superdotado, sino un chico con todos los síntomas de un fracasado escolar, hasta bien avanzada su adolescencia. Lo que de él hizo un genio fue encontrase en su camino cuatro personas que le ofrecieron la motivación que necesitaba y estimularon el método de su triunfo hasta lo que hoy representa para la ciencia y la humanidad. Hoy todos los niños pueden ser Einstein, si empleamos los adultos a su alrededor, sobre todo padres y profesores, el método eficaz y la motivación adecuada que cada uno necesita.

Una motivación basada en la verdad, en la mesura, en evitar la sobreprotección. Centrada en enseñarle a hacer lo que puede aprender a hacer. Esperar a que lo haga. Confiar en que lo hará bien con práctica. Que lo note porque lo creamos de verdad. Que sepa que nosotros no escribimos por él, sino que le compramos el lápiz y les enseñamos las letras. Que nos sentimos muy orgullosos cuando hace algo difícil, maduro. Y que sabe que igual que puede aprender a salvar los obstáculos de hacerse la cama, poner la mesa, ceder la mejor parte, también logrará cuanto se proponga.

Así como un niño no aprende cuando es inteligente, sino que se hace inteligente al aprender, tampoco pone esfuerzo cuando es capaz, sino que se hace capaz cuando entiende la necesidad y pone el esfuerzo que el logro requiere.

Al cabo todos los niños buscan ser héroes en algo, pero los actuales renuncian a intentarlo demasiado pronto cuando no encuentran alrededor la seguridad de que lo conseguirán y el método para lograrlo.

Ba Ba

Ba Ba es una oda al estupor, a la capacidad de los seres humanos y en particular de los niños, de maravillarse ante pequeñas cosas como las sombras reflejadas en un muro o el sonido de una gota de agua sobre un folio.

Inspirado en las magníficas composiciones del artista Giorgio Brogi, el espectáculo cuenta con sencillez historias relacionadas entre formas, colores, líneas, superficies y materiales.

Más información: Ba Ba