El día internacional de la educación es un buen momento para reflexionar sobre la formación dual en nuestro país. En primer lugar, nadie pone en duda que la formación dual representa una apuesta firme por la cualificación profesional de nuestros jóvenes, por la creación de empleo de calidad, por la mejora de la competitividad de nuestras empresas y por el fortalecimiento de nuestro tejido productivo. Y segundo, sin duda alguna, es una fórmula que combina lo mejor de dos mundos: la formación teórica en el centro educativo y la formación práctica en la empresa.







