Las ocho caras de la inteligencia

¿Puede un mismo alumno escribir los más bellos poemas y bloquearse ante un sencillo problema numérico? ¿Somos más inteligentes si aprendemos a manejar nuestras emociones? Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples, ha sido galardonado con el premio Príncipe de Asturias. Sus tesis tienen más adeptos entre los profesionales de la Educación que entre sus colegas científicos.

En plena fiebre investigadora sobre los misterios de la mente humana, cuando la publicación de sorprendentes hallazgos neurológicos empieza a parecer rutinaria, nadie ha dado aún con una definición comúnmente aceptada de inteligencia. Cierto que no es sencillo asociar palabras certeras a un concepto que, en la práctica, a veces se nos presenta diáfano, y otras muchas, relativo y voluble. ¿Qué es ser inteligente? ¿Hasta qué punto podemos enriquecer nuestro talento natural?

En los años 80, Howard Gardner –profesor de psicología en la Universidad de Harvard y último premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales– intentó arrojar algo de luz sobre estos dilemas al publicar su teoría de las inteligencias múltiples. Un ambicioso enfoque con el que se propuso resquebrajar pilares incuestionables que hasta entonces habían sostenido el estudio del intelecto humano. Y por ende, abogar por una profunda renovación pedagógica que aspire a un modelo de enseñanza más flexible.

La propuesta de Gardner rompe con esa noción tradicional de inteligencia como bloque homogéneo. Claro que otros investigadores (y el sentido común) ya habían desglosado anteriormente nuestra capacidad intelectual en distintas áreas. Para muchos resulta obvio que un alumno puede arrasar en álgebra sin atesorar idéntica brillantez cuando toca componer endecasílabos. Pero si posee un don especial para las matemáticas, lo normal es que sus aptitudes en lectoescritura se eleven por encima de la media. Se le puede considerar, en términos globales, una persona inteligente.

Gardner no sólo sumó cinco tipos de inteligencia (ver apoyo) a los tres a los que se venía prestando atención (la lingüística, la lógico-matemática y la espacial). También argumentó que esas ocho inteligencias –que él mismo sigue sin considerar una lista cerrada– habitan nuestro cerebro en lugares separados y se activan de manera casi independiente. Hay ciertas conexiones, interactúan, incluso se potencian unas a otras, pero en lo fundamental permanecen como compartimentos estancos. Bajo esta premisa, tocar el piano como los ángeles y adolecer de graves dificultades para el pensamiento abstracto se antoja perfectamente posible.
La tesis de Gardner parece en sintonía con su propia definición de inteligencia: “la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas”. Esencia pragmática que concuerda con un alto grado de especialización al utilizar nuestras facultades intelectivas. O dicho de otro modo, si la inteligencia sirve ante todo para “resolver problemas”, lo normal es que existan varias clases de habilidades específicamente generadas para cada desafío.

Críticas

Aunque el ideólogo de las inteligencias múltiples ha alcanzado altas cotas de popularidad (sobre todo para ser un profesor universitario), lo cierto es que su teoría también ha cosechado numerosas críticas entre la comunidad científica.
Una de las más frecuentes cuestiona la excesiva autonomía entre diferentes inteligencias que postula Gardner. De hecho, abundan las pruebas que certifican una fuerte correlación entre, por ejemplo, las aptitudes lingüística y lógico-matemática, tal y como se han ocupado de demostrar a lo largo de décadas millones de test para medir el cociente intelectual.
Otra acusación pone en duda el presupuesto garderiano de que cada inteligencia ocupa su correspondiente espacio físico en el cerebro, algo que el profesor de Harvard menciona en sus obras sin aportar evidencias. Por último, muchos acusan a Gardner de descuidar los aspectos puramente empíricos de su tesis, puesto que hasta el momento no se ha creado ningún instrumento fiable para medir cada tipo de inteligencia en un individuo concreto.
Aún así, las inteligencias múltiples se han convertido en una expresión de moda en la pedagogía contemporánea e incluso en un marco de referencia para muchos centros. El mismo Gardner ha equiparado su teoría con “una filosofía de la enseñanza y una actitud hacia el aprendizaje”. Las repercusiones de sus ideas para el día a día lectivo pasan por cultivar todas las inteligencias (y no centrarse sólo en la lingüística y la lógica-matemática) y por abrir la escuela a formas de aprendizaje originales y personalizadas.

Y tu hijo destaca en…

• Lingüística: El don de la palabra. La capacidad para comunicarse “de manera efectiva”, ya sea con vistas a sintetizar la esencia lírica de una puesta de sol o persuadir a millones de personas para que le voten a uno. Algunos de sus frutos más sugerentes son el ingenio, la precisión u originalidad en el lenguaje y la habilidad para crear belleza negro sobre blanco.

• Lógico-matemática: Propia de personas que se sienten como pez en el agua en los intrincados mundos de la abstracción. Se manifiesta en la rapidez para resolver problemas numéricos (y de otro tipo), sobre todo cuando estos exigen manejar numerosas variables. El pensamiento lógico permite razonar con solidez hasta alcanzar conclusiones sin fisuras.

• Espacial: La que más lejos se remonta en la noche de los tiempos, ya que procede de la primigenia necesidad de orientarse que tenían nuestros ancestros. Se basa en el talento para percibir líneas, formas, figuras y colores en el espacio, así como para comprender las relaciones que se establecen entre ellos.

• Musical: Se revela en la sensibilidad para captar, reproducir e inventar ritmos, tonos y sonidos. Un buen argumento a favor de Gardner, ya que –como todos saben– existen individuos duchos en formular teoremas como quien redacta la lista de la compra pero incapaces de seguir los ritmos más sencillos.

• Corporal: La danza y los deportes más plásticos dan fe de la dimensión cognitiva de los movimientos corporales. La coordinación y el equilibrio son sus ejes, pero engloba otras habilidades como secuenciar acciones o ejercitarlas con tal precisión que al final parezcan reflejos.

• Intrapersonal: Un auténtico conocimiento de uno mismo que permite interpretar sentimientos, emociones y conductas. Esto poseen las personas con alta inteligencia intrapersonal, que para muchos puede sumarse a la siguiente (interpersonal) dando como resultado el muy manido concepto de “inteligencia emocional”.

• Interpersonal: Algo así como una alta dosis de empatía más una pizca de astucia en nuestras relaciones sociales. En sentido positivo, ayuda a detectar de un vistazo estados de ánimo ajenos. Y como arma defensiva, hace posible desenmascarar las intenciones ocultas del otro.

• Naturalista: Añadida a la lista de Gardner a mediados en los 90, contribuye ante todo a una mejor apreciación de los fenómenos del mundo natural. Desde agrupar especies según características comunes hasta predecir
con tino fenómenos meteorológicos.

Estudiar bajo la sombrilla

Septiembre, ese gran clásico de las familias con hijos en edad escolar, se acerca tras las notas de fin de curso de junio. Ya vimos en el número anterior de PADRES que los internados, cursos intensivos o campamentos formativos pueden ser una buena opción; pero, ¿qué debes hacer si quieres que tu hijo estudie en casa? ¿Es posible sacar el curso en los meses de verano?… Toma nota de estos consejos.

Las notas de junio pueden llegar con noticias de todo tipo, y aunque no deberían venir con sorpresas, las traen en muchas ocasiones. El curso escolar nos puede haber ido dando pistas sobre la situación en la que se encontraba nuestro hijo, aunque a veces el ritmo del día a día nos ha impedido ir buscando soluciones para atajar los suspensos y nos vemos en verano con la maleta llena de libros. Además, el compromiso es familiar, no individual, porque a fin de cuentas son las vacaciones de todos las que están de por medio. En muchas ocasiones, además, las posibilidades económicas de las familias para enviar al niño a un campamento, a un internado o a una academia de verano son limitadas. Pero hay algunas soluciones que podemos intentar poner en marcha: ¿Queremos que saque el curso adelante este verano estudiando desde casa? No prometemos milagros, pero hay una serie de normas y consejos que podemos seguir para facilitar las metas a conseguir.

El profesor, un aliado. En primer lugar, es importante que evaluemos el esfuerzo que hemos realizado durante el año y los resultados que hemos obtenido. No es lo mismo suspender 7 asignaturas que suspender 1 o 2. Habitualmente los profesores son conscientes del esfuerzo que el alumno ha realizado y pueden ayudarnos a planificar el estudio veraniego. De tal manera, el primer paso es imprescindible: hablar con los profesores de nuestro hijo, ver sus carencias y dejarnos aconsejar. Según Reyes Menéndez, coordinadora del Colegio Balder, en Madrid, “los profesores tienen claro en qué ha podido fallar un alumno, porque lo han visto a diario. Por eso son los más indicados para aconsejar cómo enfocar el estudio en verano”.

Los milagros no existen. Al menos, en estos temas. Si tu hijo tiene que sacar adelante varias asignaturas con las que no pudo durante el curso, es necesario que se discipline junto con la familia, puesto que es un esfuerzo conjunto. Horarios, métodos de estudio y apoyo y concienciación. Dedicar entre tres y cinco horas diarias a las asignaturas suspensas puede ser suficiente para aprobar en septiembre. Otra ventaja es que conoce los errores que ha cometido durante el curso. Esto le permite ser consciente de sus puntos débiles y aplicarse más para superarlos.

Mentalización. Es fundamental que el estudiante visualice las ventajas de sacar esas asignaturas adelante. No desde el ángulo negativo (si suspendes repites curso, pierdes a tus amigos), sino desde el ángulo positivo. Según Emilio Rodríguez, profesor de Historia del Arte, “es importante decirle: piensa en que si sacas esas asignaturas adelante, el año que viene podrás estar en clase con tus compañeros y estudiar cosas que te gusten más”.

Las ventajas del verano. El verano no es la mejor época para estudiar por simples cuestiones de planificación mental: no estamos acostumbrados a hacerlo y se considera un ‘fracaso’, pero tiene cosas positivas. El horario de estudio es tan amplio como queramos (no hay horas de clase), se puede intercalar con horas de recreo y juego con más facilidad, etcétera.

Métodos y hábitos. Es conveniente que el niño estudie siempre en el mismo sitio y a la misma hora del día. Crear hábitos en tareas poco placenteras ayuda…

Comenzar nunca es fácil. Puede ser una buena idea que los primeros días de vacaciones empiece a estudiar lo más agradable para él. De esta manera irá entrando poco a poco en la dinámica del trabajo y le costará menos coger asignaturas menos agradables.

Profesores particulares. Los profesores particulares pueden ser una ayuda interesante. Según un informe de Educa-System, una empresa de profesores a domicilio con un amplio recorrido, el fracaso escolar es el principal motivo por el que se recurre a un profesional de este tipo. De cualquier manera, el que un adulto supervise los estudios y ayude al estudiante siempre es positivo.

Recompensar. Es fundamental premiar el trabajo bien hecho. Si ha sido un día especialmente productivo, si ha sacado adelante un tema difícil o que no le gustaba demasiado, es importante que se vea reforzado. La motivación es fundamental en estos periodos de estudio.

Materiales de estudio. Utilizar materiales de estudio de apoyo puede ayudar, en caso de que los apuntes que tenga el estudiante no sean buenos.

Repasar es importante. Desde dos puntos de vista: los alumnos con materias suspensas deben ir repasando lo superado, para que lo que se estudie en julio permanezca en septiembre. Los alumnos que han superado todas las asignaturas deberían probar a fomentar la lectura o algunas materias con aplicaciones prácticas, como la Literatura o la Historia.

Ánimo. Septiembre, a fin de cuentas, es el comienzo de algo. Nunca el final.

No desayunar influye en las notas

El verano es un buen momento para analizar el curso y ver algunos motivos que pueden haber pesado a la hora de no haber obtenido mejores resultados. ¿Uno de ellos? Una mala alimentación y un desayuno escaso.

No es la primera vez que comentamos en PADRES la importancia del desayuno para conseguir una dieta equilibrada, así como lo fundamental que es desayunar para la actividad física e intelectual. Muchas veces se nos olvida que nuestros hijos están una media de 7 horas al día en el aula. Pero es relevante comentar que se ha demostrado que los niños que no desayunan, o lo hacen incorrectamente, suelen tener más problemas escolares que aquellos que realizan un desayuno completo y correcto. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento orgánico. En edades escolares es especialmente significativo, ya que está demostrado el descenso del rendimiento del alumno que no desayuna habitualmente, pues queda mermada la capacidad de expresión, de memoria, de resolución de problemas (la inteligencia práctica) y la creatividad.

De hecho, según un estudio de la Asociación Española de Pediatría los niños que no desayunan son más apáticos y tienen un menor rendimiento escolar. “Los resultados sugieren que la omisión del desayuno interfiere en la función cognitiva empeorando el rendimiento escolar del niño”, afirman en otro estudio José Antonio Sánchez Hernández y Lluís Serra Majem, de la Cátedra de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Los niños que toman un desayuno completo (compuesto por leche, fruta e hidratos de carbono) sacan notas más altas, tienen más energía, desarrollan una actitud más positiva y se enferman menos. Además, y de cara a la adolescencia, reducen ese estado de ansiedad que provoca el no desayunar y que puede tornarse en agresividad cuando van creciendo.

El aporte calórico del desayuno debería representar el 25% del total de la dieta del niño, casi igual que la comida (30%) o la cena (30%), repartiéndose el 15% restante entre el tentempié de media mañana y el de la merienda. El cuerpo lleva cerca de 10 horas sin ingerir ningún nutriente, por lo que es fundamental que lo primero que comamos sea algo equilibrado, que nos ayude a compensar las carencias de la noche.

Además, ya se ha comprobado que un desayuno completo es una forma eficaz de combatir una de las grandes plagas de nuestros días: la obesidad infantil. La prevalencia de obesidad es superior en las personas que no desayunan o que lo hacen mal, ya que llegar con demasiada hambre al mediodía suele provocar que se coma peor (más grasas) y más de lo necesario. Si el cuerpo acumula grasas en lugar de quemarlas, algo que suele suceder por la mala distribución de las comidas, se pierde energía y se tiende al sedentarismo. Los datos del Ministerio de Sanidad cifran en un 8,5% la tasa de niños obesos (entre 2 y 17 años) y en un 18,2% la de niños con sobrepeso. Y hay una alta probabilidad de que el niño obeso sea un adulto obeso.

Asma y contaminación, de la mano

Los niños que viven en calles con tráfico tienen un 40% más posibilidades de tener asma, según un estudio de la Fundació Roger Torné.

Ha costado más de 40 años crear una conciencia en torno a las llamadas políticas preventivas en salud, la promoción de la salud, como han venido a llamarlas en las campañas electorales. A día de hoy, por ejemplo, nadie pone en duda que fumar al lado de un niño, o durante el embarazo, es perjudicial para su salud. Pues bien, la concienciación al respecto del entorno tiene un largo recorrido por delante. Y es que respetar el Medio Ambiente no sólo consiste en recoger la basura cuando salimos al campo. Las condiciones del entorno en el que vivimos y nos desarrollamos deben ser las adecuadas, es decir: saludables. El colegio donde estudian nuestros hijos, el lugar donde juegan y, claro, el sitio donde vivimos.

Los niños que viven más cerca de calles con tráfico tienen hasta un 40% más de posibilidades de tener asma, por lo que algunos parlamentos europeos, como el holandés o el danés, han prohibido la construcción de nuevas escuelas cerca de vías con mucha circulación. ‘El asma es la enfermedad crónica por excelencia entre los niños de España’, afirman los grupos de estudio. En este sentido, Dr. Manuel Praena –pediatra, coordinador del Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap– aseguró que además ‘afecta a un 10% de niños y adolescentes españoles’.

El asma es causado por una inflamación de las vías respiratorias, debido a multitud de factores, entre los que podemos hallar las alergias o el contacto con determinadas sustancias. Cuando se presenta un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensionan y el revestimiento de dichas vías aéreas se inflama. Esto reduce la cantidad de aire que puede pasar.

Pocoyó en el British Council

Pocoyó, Elly y Pato han decidido “matricularse” en el British Council para aprender inglés.

Rod Pryde, director general del British Council España dio la bienvenida a los tres junto con Zacarías De Santiago Areizaga, productor ejecutivo de Let´s Go Pocoyó, que explicó que la serie ha sido concebida como un primer acercamiento a una segunda lengua a través del aprendizaje de un vocabulario básico y sencillo.
Más información: www.zinkia.es/pocoyó

Ayuda a los Pitufos a cuidar el medio ambiente

Los niños y niñas de 5 años de Infantil del madrileño colegio Ciudad Pegaso han resultado los ganadores del Concurso Escolar “Ayuda a los Pitufos a cuidar el medio ambiente” en el que han participado 32.359 niños y niñas de toda España.

El jurado del concurso ha valorado el esfuerzo, la creatividad, la ilusión, el trabajo en equipo, los valores transmitidos, la imaginación y el compromiso con la necesidad del cuidado del medio ambiente y conservación del entorno más inmediato que estos niños y niñas han plasmado en su obra.

Desde el CEIP Ciudad Pegaso, ellos mismos harán un llamamiento a toda la sociedad con una suelta de globos ecológicos para que se conciencie de la importancia del cuidado del planeta.
Más información: www.waece.org

Frutas, zumos y batidos… para el verano

La nutricionista Amaia Díaz de Monasterioguen ha presentado una serie de consejos con el objetivo de guiar a los padres a llevar una alimentación familiar óptima en verano y aprovechar así las vacaciones sin tener que preocuparse de invertir mucho tiempo en cocinar o tener que dar de comer a sus hijos en casa siempre.

Según señala la experta, “lo más importante en verano es mantener bien hidratados a los niños. El consumo de frutas, zumos y batidos les ayudarán a superar el calor de esta estación. Las frutas pueden ser compotas frías, frutas frescas trituradas o trozos de frutas de temporada. Las de verano, como el melón, el melocotón o la pera, son muy dulces y los niños las comerán perfectamente”.

Para más información: ngaray@arista.es

Nana Luna

Un viaje lunático, poético, musical. Es el sueño de un niño que… ¡Está en la Luna! De dos músicos y una actriz que… ¡Están en la Luna!

Un lenguaje teatral lleno de licencias, arropado por los acordes de la guitarra y el ritmo de la percusión, entre telas, instrumentos y marionetas todo se transforma, se recrea, se funde en constante acción. De canción en canción, la voz humana llega directamente al corazón. En escena el espectáculo se crea tierno, desenfadado y cómico, donde niños y adultos pueden extraer distintas lecturas adecuadas a cada edad.
Más información: www.titirilandia.com

Klar y Yoyo

Hoy es el cumpleaños de Yoyo, una niña caprichosa y egoísta que suele conseguir todo lo que quiere. Yoyo acaba de cumplir 8 años y sus papás le han regalado un monstruo enorme como animal de compañía.

Convencida de que será la niña más envidiada de la ciudad, sale a la calle orgullosa y decidida a pasear con su sorprendente mascota. Pero algo tan sencillo como pasear con Klar, no resulta tan fácil. El monstruo viene sin un preciso manual de instrucciones que explique su comportamiento y sus necesidades de gigante.
Más información: www.teatrodelaluna.com