Rutinas al aire libre, actividades gratificantes y descanso, claves del verano posconfinamiento en niños con TDAH

Los expertos aconsejan prepararlos para el comienzo de un nuevo curso atípico y estar muy pendientes de su adaptación.

La alteración de las rutinas, la falta de actividad al aire libre o el cambio de modalidad de acceso a las clases son algunas de las circunstancias derivadas del confinamiento a las que se han tenido que enfrentar los menores en general y los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en particular. Sin embargo, y a falta aún de datos concluyentes sobre el impacto a medio y largo plazo de esta situación, las percepciones de los expertos apuntan a que, en general, estos niños han respondido bien —en ocasiones, mucho mejor incluso que los adultos y de lo que se podría esperar a priori— a unas circunstancias tan excepcionales y atípicas como las vividas durante las últimas semanas.

«En nuestra práctica clínica vemos a niños y niñas con TDAH que se han adaptado bastante bien a la situación de confinamiento, debido seguramente a la disminución de las exigencias de su entorno, no solo académico sino también social y familiar», explica Jordi Maurici Reixach, profesor colaborador de la UOC en la asignatura de Técnicas de intervención con niños y adolescentes (módulo cognitivo-conductual) del máster universitario de Psicología Infantil y Juvenil: Técnicas y Estrategias de Intervención y psicólogo del ámbito clínico infantil y juvenil en la Fundación Instituto de Psicología de Barcelona.

En la misma línea, Raúl Tárraga, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, comenta que el impacto en estos niños ha estado determinado en gran medida por las circunstancias en las que han pasado el confinamiento. «Algunos de los factores más relevantes en este sentido han sido el espacio y las condiciones habitacionales (domicilios grandes o pequeños; con mucha o poca gente), la disponibilidad para jugar o interactuar con los hermanos u otros niños de la familia, el grado de atención que han podido recibir de sus padres o cuidadores principales o la ayuda y supervisión que han recibido para gestionar la gran cantidad de tiempo libre generada súbitamente», señala.

Según Tárraga, otro elemento clave que se debe tener en cuenta para evaluar el grado de afectación son las tres presentaciones predominantes o subtipos que tiene el diagnóstico de este trastorno: presentación predominantemente con falta de atención, presentación predominantemente hiperactivo-compulsiva y presentación combinada. «En los dos últimos casos, la necesidad de movimiento es más acusada, de ahí que muy probablemente el confinamiento haya generado nerviosismo, malestar o irritabilidad en mayor grado que en el resto».

Ambos expertos coinciden en que no es fácil extrapolar los efectos negativos de esta situación en el caso concreto de los niños con TDAH a los del resto de la población infantil, pero sí se pueden apuntar algunas consecuencias concretas observadas en ellos. «Entre estas, destacaría el aumento de los problemas de conducta y las dificultades de autocontrol; la aparición o el aumento de la sintomatología de ansiedad y un peor estado de ánimo, las alteraciones de sueño y una disminución de las actividades gratificantes, especialmente las sociales, en este caso con mayor afectación en adolescentes», señala Jordi Maurici.

Según explica este psicólogo, debido precisamente al hecho de que la sintomatología del TDAH implique dificultades para seguir rutinas, organizarse y acatar órdenes, la ruptura de estas pautas y el hecho de no estructurar las jornadas debido al confinamiento han podido jugar a la contra y favorecer estos efectos negativos. «Además, algunos indicios indican que un porcentaje relativamente alto de menores puede padecer algunos síntomas de estrés postraumático como consecuencia de esta situación, y los niños con TDAH no están exentos de esta posibilidad», añade Jordi Maurici.

 

La cara «amable» del confinamiento y la adaptación a la nueva realidad

Curiosamente, tal y como manifiesta Raúl Tárraga, el confinamiento no ha generado únicamente consecuencias negativas para los niños. «Si las condiciones les han permitido disponer de su propio espacio, si han recibido apoyo y supervisión de los padres o cuidadores, si han tenido la compañía de un hermano en el juego y han dedicado el tiempo libre a actividades productivas, pueden haberse dado muchos casos en los que, en la desescalada, incluso haya «costado» sacarlos de casa. Hay que tener en cuenta que habitualmente, en sus hogares, estos niños están sometidos a una supervisión y a unas normas más laxas que cuando interactúan en el exterior (donde suelen estar sometidos a muchas restricciones), de ahí que muchos de ellos, especialmente los que no presentan un componente de hiperactividad tan acusado, se hayan encontrado incluso más cómodos que los adultos en el entorno doméstico durante el confinamiento», señala.

Esta opinión coincide con los resultados de estudios que reflejan que, sobre todo en el tramo de edad de ocho a diez años, el confinamiento se había traducido en una disminución significativa de los casos de estrés y ansiedad, algo que también ha podido darse en el caso concreto de los niños con TDAH, como señala Jordi Maurici. «En efecto, en algunos casos sí hemos observado una mejora de las situaciones asociadas con los niveles elevados de estrés durante estas semanas», afirma.

Por otro lado, una vez superado el confinamiento y ya en el contexto vacacional actual, una de las cuestiones que muchos padres se plantean ahora es cómo ayudar a introducir las medidas de seguridad establecidas para evitar contagios —mascarilla, lavado frecuente de manos, distancia social— en el día a día de los niños con TDAH. «Es importante que tengan información de lo que deben hacer, y que esté acompañada de una explicación, adecuada a su edad, sobre los motivos por los que deben hacerlo, y en las indicaciones se debe poner énfasis en el «sí» («debemos llevar mascarilla»), en lugar de ponerlo en el «no» («ya estás otra vez sin mascarilla»)», explica Raúl Tárraga, que ofrece como idea para facilitar este cumplimiento la elaboración de pequeños programas de economía de fichas en los que se acuerde con los niños recompensas cuando cumplan el número de veces al que se han comprometido una norma determinada (llevar la mascarilla sin quitársela durante determinados minutos, por ejemplo). «Las recompensas deben ser en sentido positivo. Por otro lado, los padres deben repetirles estas normas a menudo y enseñarles a darse instrucciones a sí mismos — autoinstrucciones—, mediante frases fáciles de entender y recordar», señala.

 

Rutinas veraniegas: en exteriores y con mucho «movimiento»

Respecto al tipo de rutinas más recomendables para conseguir que estos niños saquen todo el partido del periodo estival —y, en cierta medida, «compensen» los posibles efectos negativos del confinamiento—, Jordi Maurici afirma que, sin duda alguna, lo mejor es planificar actividades placenteras al aire libre, que impliquen movimiento y, también, relaciones con otros niños. «Sin embargo, en los casos con dificultades de aprendizaje, puede ser efectivo aportarles algún tipo de refuerzo o apoyo psicopedagógico. En cambio, no tiene mucho sentido plantear actividades dirigidas a centrar la atención (que no han demostrado que mejoren la sintomatología del déficit de atención en personas con este trastorno). Asimismo, hay que tener en cuenta que estos chicos y chicas suelen mostrar más dificultad para mantener el esfuerzo durante la última parte del curso, por lo que no sería recomendable plantear un verano de trabajo, por ejemplo, para recuperar lo que no se ha podido hacer durante el confinamiento, ya que esto no les va a permitir descansar y desconectar, algo muy importante en estos momentos», afirma Maurici.

A la hora de aconsejar actividades concretas, Jordi Maurici y Raúl Tárraga coinciden en que la premisa fundamental es que estas susciten el interés del niño y, sobre todo, que le gusten y disfrute con ellas: «En los que presentan un TDAH con hiperactividad e impulsividad, es recomendable que hagan actividades al aire libre que impliquen movimiento: deportes individuales o de equipo, danza, campus multideportivos, colonias o campamentos de verano que incluyan excursiones a entornos naturales. En cambio, en los que presenten sintomatología exclusivamente de déficit de atención, esto quizás no será tan necesario», dice Maurici.

«Hay niños que prefieren bailar, cantar, tocar un instrumento, practicar un deporte o una actividad física, pintar, modelar, etc. Lo importante, además de que sea una actividad gratificante, es que tenga un valor que vaya más allá de simplemente «pasar el rato», es decir, que le genere algún tipo de aprendizaje. Eso sí, el verano es muy largo y también hay que incluir en las jornadas momentos «libres» (controlando su duración) que les permitan desconectar, evadirse y, simplemente, disfrutar», añade Raúl Tárraga.

 

Una vuelta al cole atípica: ¿preparados para septiembre?

Otro de los retos a los que han tenido que hacer frente tanto niños como padres ha sido la sustitución (casi de un día para otro) de las clases presenciales por la modalidad en línea. Según Raúl Tárraga, la implantación de la educación a distancia ha sido una situación inesperada que los centros educativos han gestionado lo mejor que han podido, «pero, sobre todo al principio del confinamiento, las respuestas no han sido las idóneas. Aunque para muchos niños esta circunstancia no ha sido un obstáculo insalvable, en el caso de los niños con TDAH o con otras necesidades específicas de apoyo educativo, las consecuencias han sido más graves y en muchos casos no se ha dado una respuesta ajustada a sus necesidades».

Por su parte, Jordi Maurici comenta que la mejor o peor adecuación a esta nueva circunstancia en los niños con TDAH ha estado muy determinada por la posibilidad de mantener el apoyo psicopedagógico y psicoterapéutico durante el confinamiento, en muchos casos por vía telemática. «En algunos casos, el cambio respecto a la rutina escolar habitual ha generado una cierta pérdida de hábitos de autonomía o de estudio que se estaban instaurando y también dificultad para seguir de manera regular las clases y las tareas en línea. Sin embargo, muchos niños con TDAH se han adaptado bien a esta nueva situación, debido en gran medida a la gestión que han hecho los padres en cuestiones como el seguimiento de las tareas y rutinas, usando estilos educativos positivos basados en el refuerzo, la comunicación asertiva y la negociación, por ejemplo».

En todos los casos, y ante las perspectivas del comienzo de un nuevo curso, que, en principio, va a ser distinto a otros años, Maurici aconseja no bajar la guardia cuando vuelvan a las aulas y deban afrontar un nivel de mayor exigencia. «Hay que transmitir a las familias y a los profesores la necesidad de estar pendientes de cómo se produce esa vuelta a las rutinas escolares después de seis meses sin asistir a la escuela de manera presencial», señala.

Raúl Tárraga también hace hincapié en el papel que deben ejercer los padres en la preparación de ese nuevo escenario al que se van a enfrentar tras el verano, sobre todo teniendo en cuenta que, en principio, la formación en línea va a seguir estando muy presente: «Su participación va a ser clave en cuestiones como la organización de sus agendas o en ayudarlos a diferenciar las tareas que deben hacer en un día y una hora concretos (por ejemplo, las conexiones con los profesores) de las que se pueden hacer en cualquier momento del día. También es importante proporcionarles un espacio propio, tranquilo, sin distracciones, con todos los elementos necesarios para llevar a cabo las tareas escolares (sin juguetes, televisión, ordenadores o tabletas cuando no hagan falta)».

 

Un trastorno difícil de cuantificar

La prevalencia del TDAH en niños y adolescentes es variable en función de los estudios. Así, por ejemplo, y en el caso de España, se han visto ciertas diferencias entre las zonas rurales y las urbanas. Jordi Maurici señala que según la Guía de práctica clínica sobre las intervenciones terapéuticas en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), elaborada por el Ministerio de Sanidad, esta prevalencia se puede llegar a situar entre el 6 % y el 10 %. «En otros países, por ejemplo en Estados Unidos, las investigaciones más recientes estiman una prevalencia de alrededor del 7,2 %, aunque otros estudios apuntan a unas cifras mayores. La prevalencia mundial es más difícil de concretar, ya que existen muchas diferencias entre países relacionadas con la posibilidad de evaluar el trastorno y el modelo teórico psicológico predominante, entre otros aspectos. Sin embargo, diferentes estudios sitúan esta prevalencia alrededor del 5 % en el ámbito mundial»

Webinar: Cooperación entre hermanos, cómo evitar los celos

Eva Villanueva es licenciada en Psicología y Máster de profesorado de educación secundaria con la especialidad de orientación educativa, y cuenta con una gran experiencia trabajando con niños, niñas y adolescentes en diferentes proyectos y actualmente ejerce como Coach Educativa en Aula Siena dentro del programa Jove Oportunitat del IVAJ. Ella ha sido la protagonista de nuestro webinar gratuito Cooperación entre hermanos, cómo evitar los celos, moderado por el periodista Borja Beriain, que se enmarca dentro de los recursos que hemos ido ofreciendo estos meses para padres y madres para gestionar la nueva normalidad.

 

 

Villanueva abordó la cuestión de como los celos entre hermanos y las disputas que éstos conllevan genera mucho malestar en las familias, ya que el clima de convivencia en el hogar se ve afectado. La realidad es que, según la experta, los celos son un sentimiento normal cuando se tiene miedo a perder el afecto de las figuras de apego; un sentimiento de miedo que, además, suele ir acompañado de envidia hacia quien se percibe como rival y resentimiento hacia las personas que suponemos que deben prestarnos toda su atención

En el webinar, partiendo de esta base, la psicóloga Eva Villanueva ofreció a padres y madres una serie de pautas sobre cómo actuar en situaciones de conflicto entre hermanos, así como estrategias para fomentar la cooperación entre ellos evitando de esta forma los celos y mejorando el clima de convivencia en el hogar.

El teletrabajo no puede ser la solución a la vuelta al cole

Fundación Másfamilia reivindica que las empresas y los poderes públicos deben trabajar de la mano en materia de conciliación y teletrabajo.

 

Esta semana el Gobierno se ha reunido con la patronal y los sindicatos para tratar de llegar a un acuerdo para la nueva ley de trabajo a distancia, después de que la situación provocada por el Covid-19 haya impulsado el teletrabajo en España. Con el decreto del Estado de Alarma por parte del Gobierno y con él, del confinamiento, muchas empresas apostaron por el teletrabajo y la flexibilidad. De un momento a otro, millones de personas trasladaron su oficina al salón de su casa y tuvieron que compatibilizar su profesión con su vida personal.

Desde Fundación Másfamilia consideran que el teletrabajo constituye una nueva forma de trabajar y que tiene sentido y validez más allá de la situación provocada por el Covid-19. Y así lo han hecho llegar a los medios a través de una nota de prensa. Sin embargo, según apuntan desde la asociación, «el teletrabajo que se ha desarrollado durante estos meses, aunque ha ayudado no puede ser considerado una forma de conciliación y, por lo tanto, no puede ser la solución para millones de padres y madres preocupados con la vuelta al cole.  Así lo reflejan los datos del estudio que la organización ha elaborado en colaboración de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife sobre la experiencia del empleado en teletrabajo durante el confinamiento: los empleados con niños menores de 10 años y personas dependientes, especialmente las mujeres, reconocen haberlo tenido algo más difícil a la hora de conciliar».

Añaden desde Másfamilia que la problemática de la conciliación de la vida personal, familiar y laboral que existe en nuestro país incumbe a diferentes actores: las empresas, la administración y la propia persona. «Las empresas han cargado con un peso que no les corresponde y que se pretende potenciar trasladándoles responsabilidades relacionadas con la educación o, incluso, la salud de nuestros menores. Por ello, es necesaria una colaboración con las autoridades competentes tanto a nivel nacional como a nivel autonómico, además de contar con el apoyo y la corresponsabilidad de los trabajadores», señalan.

 

 

Webinar gratuito con Laura Millán: cómo establecer límites a nuestros hijos

En Padres y Colegios queremos retomar en septiembre los webinars que iniciamos durante las semanas del confinamiento y con los que pretendemos acercaros a casa a expertos en educación e infancia para ofreceros recursos y un espacio en el que poder compartir vuestras dudas e inquietudes con ellos. En ese sentido, el primer webinar de la nueva temporada tendrá lugar el próximo martes 8 septiembre a las 18:00 horas de la tarde a través de la app Zoom (si no la tenéis aún, aquí podéis descargarla para iOS y aquí para Android) y tendrá como protagonista a la psicóloga y coach educativa Laura Millán.

¿Quién es Laura Millán?

Como decimos, Laura Millán es doctora en Psicología por la Universidad de Valencia y ejerce como coach educativa en Aula Siena dentro del programa Jove Oportunitat del IVAJ. Esta labor la compagina con su trabajo como Profesora académica en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), donde es docente en el Máster Universitario en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género y Profesora colaboradora en el Máster de Psicología General Sanitaria, en el Máster de Neuropsicología Clínica y, por último, en el Máster Universitario en Psicopedagogía.

¿Qué temas se abordarán en el webinar?

El establecimiento de límites a nuestros hijos e hijas es de vital importancia y suele ser un tema de preocupación para padres y madres, las primeras figuras de autoridad en la vida de los más jóvenes. Como tales, los padres y madres somos cruciales a la hora de que los más jóvenes interioricen las normas sociales, las reglas y los valores de nuestro entorno más cercano y de la sociedad en general.

Esta autoridad puede ejercerse desde diferentes lugares, según el estilo parental de cada uno, pero sin duda, será más enriquecedor si se realiza desde la empatía, de forma que los más jóvenes se sientan valorados y comprendidos. En ese sentido, en el webinar Laura Millán explicará a los asistentes qué es la autoridad empática, cómo podemos ejercerla en casa y cuáles son sus beneficios, tanto para los niños como para la convivencia en el hogar.

Cómo apuntarse al webinar

Como os comentábamos con anterioridad, el webinar de Laura Millán podrá seguirse en directo a través de la app Zoom el próximo martes 8 de septiembre a las 18:00 horas. La charla tendrá una duración aproximada de una hora, dividida en una ponencia de unos 30-40 minutos de la psicóloga a la que seguirá un turno de preguntas para que podáis consultar con la experta todas vuestras dudas.

Podéis reservar vuestra plaza en el webinar a través de este enlace: https://zoom.us/webinar/register/WN_0c4SYUZsSaeHP1gCf-c3PA

El 54% de los docentes sufre ansiedad provocada por el COVID-19 y el regreso a las aulas

Los riesgos psicosociales en el sector educativo han sido históricamente unas las principales causas de malestar en los docentes y, durante  la pandemia del COVID-19 se han agravado. Con el regreso a las aulas, cobra una especial relevancia el estado psicológico de los profesionales docentes que se analiza en el Informe Educación de la consultora Affor Prevención Psicosocial, elaborado a partir del estudio ‘Impacto del COVID-19 en la salud psicológica de los trabajadores en España’.

Según este informe, realizado a partir de una muestra de más de 400 profesionales de la educación entre los meses de abril y junio, más de la mitad de los encuestados, un 54% de los docentes presenta síntomas de ansiedad. Entre los principales indicios que manifiestan, destacan la alteración del sueño (90%), nerviosismo, irritabilidad o tensión (89,5%), dolor de cabeza (79,2%), retraso en el comienzo de las tareas (62,9%) o sensación de ahogo sin esfuerzo físico (52,1%).

“El impacto del COVID-19 ha provocado desajustes de carácter psicológico en muchas personas, sobre todo entre la población activa a la hora de compatibilizar vida profesional y familiar en un entorno novedoso para todos. Si además se une que el sector educativo es tradicionalmente uno de los más expuestos a la ansiedad y que más se ha visto afectado desde el inicio de la pandemia, con el inicio del curso escolar las consejerías de educación y los centros educativos deberían reforzar el seguimiento de los riesgos psicosociales entre los profesores para evitar que su incidencia aumente”, considera Carmen Rodríguez, directora del área de Intervención Psicológica de Affor.

El informe destaca también que el 64,6% de los docentes se siente agobiado y en tensión, un síntoma que identifican como más frecuente de lo habitual, el 55,2% presenta pérdida de sueño por preocupaciones, el 58,7% no se concentra y un 42,7% se siente poco feliz y deprimido. Atendiendo a la escala de Goldberg, el estudio refleja que el 71,33% de los profesores encuestados requeriría realizar una valoración detallada desde el área de salud ocupacional por posible ansiedad y depresión, siguiendo los criterios recogidos en el Protocolo PSICOVS2012 publicado por Osalan-Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales.

Anabel Fernández, CEO de Affor, considera que “la educación es fundamental para construir sociedades más prósperas. Por eso, es necesario que las administraciones públicas y los centros educativos implanten medidas para que puedan enseñar a los alumnos sin sufrir desgaste psicológico y se prevengan los riesgos psicosociales y posibles situaciones de ansiedad y estrés ante regreso a las aulas en un curso marcado por la incertidumbre”.

El estudio se ha realizado paralelamente en España y en siete países de Latinoamérica (Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, México, Panamá y Perú), y ha contado con la colaboración de los partners de Affor en destino, así como de la Cátedra de Prevención de la Universidad de Sevilla, PRL Innovación, Foro de Recursos Humanos y DCH – Organización Internacional de Directivos de Capital Humano. Para su ejecución se han empleado dos escalas psicológicas validadas: el Test de Salud Total (TST) y el GHQ Goldberg.

Nuevos patios escolares para una nueva normalidad

Por Adrián Cordellat

Aunque en España existen ya bastantes experiencias positivas en varias regiones, la transformación de los patios escolares “son procesos aún minoritarios”. Así lo reconocen desde la Asociación Patios Habitables, que reúne en su seno a personas que, desde diferentes ámbitos (profesionales, vecinales y/o culturales) están implicadas en procesos de transformación, creación, mejora y cuidado de patios y entornos educativos y otros espacios urbanos y rurales al aire libre, para un uso pleno y activo por la infancia y juventud.

A falta de iniciativas políticas y públicas, en “la mayoría de los casos” son las propias familias de los centros las que se movilizan, inician, reivindican y promueven muchas de las mejoras de las escuelas y los entornos escolares, sobre todo en los niveles inferiores (0-6 años). “En estas etapas, más basadas en los sensorial y en una formación holística, el patio se ha considerado integrado en el aprendizaje. Sin embargo, esta conexión se pierde en primaria y aún se agrava en secundaria”, sostienen desde María Pía Fontana y Miguel Mayorga, de Mayorga+Fontana arquitectos y socios fundadores de la Asociación.

Lejos de la realidad de otros países europeos (“que nos llevan ventaja por diferencias culturales y porque tienen una aproximación histórica y más clara a la hora de asumir el paradigma medioambiental”) la pandemia desatada por el coronavirus y la “nueva normalidad” que ha dejado tras su expansión constituyen para Fontana y Mayorga “una oportunidad para valorar y repensar esos espacios de los que disponemos y para innovar pedagógicamente”.

No en vano, instituciones como la OMS, UNICEF o la FAO recomiendan el uso de los espacios exteriores en la reapertura de los centros escolares como una medida segura de prevenir los contagios.

El patio como epicentro educativo de la nueva normalidad

Para la Asociación Patios Habitables, en este momento en que, por primera vez y por imperante necesidad, se propone institucionalmente utilizar el espacio exterior disponible de las escuelas, “se hace evidente su importancia en general, a la vez que su utilidad diversa”. Sin embargo, sostienen los expertos, si miramos más allá de esta situación puntual que nos toca vivir, el patio “siempre ha sido y debería ser un lugar idóneo para relacionarse con el exterior, el aire, la naturaleza y para la relación social, el juego, el deporte y la convivencia”.

No en vano, explican Fontana y Mayorga, los patios y espacios exteriores “son clave para el encuentro, el descubrimiento y la experimentación más allá del aula”, por lo que en ese sentido afirman que abrir la escuela hacia el patio “rescata las posibilidades de una visión educativa amplia que se proyecta hacia lo que está fuera del aula: el patio, la calle, la plaza, el barrio, la ciudad, el campo”.

Además, aseguran, la reformulación de los patios permite entenderlos y visualizarlos como espacios que “ofrecen aprendizaje” a partir del contacto con la realidad y el entorno.  “El patio se puede constituir como el espacio más idóneo para el aprendizaje medioambiental, de ciencias naturales, de realidades matemáticas como la geometría, con sus áreas y perímetros, de los puntos cardinales y la orientación, del viento y la lluvia o experimentos de química. Incluso hay escuelas que proponen que los niños duerman en tiendas de campaña en el patio para conocer el firmamento”, ejemplifican.

Los beneficios de fomentar la habitabilidad de los patios, de integrar los espacios interiores con los exteriores y de incorporar la naturaleza a estos escenarios es un enriquecimiento en muchos sentidos para toda la comunidad educativa: “Las reflexiones de los centros que han iniciado cambios y procesos de transformación de sus entornos destacan los cambios que aprecian en la disminución del nivel de ruido, la tranquilidad en la forma de estar y jugar y el aumento de las posibilidades de juego”. Además de estos beneficios, los socios fundadores de Patios Habitables destacan:

  • Beneficios a nivel de salud y físicos: descontaminación del aire, reducción del calor y aumento de la humedad y frescor. Desarrollo psicomotriz, sensorial.
  • Beneficios psicológicos: relajación y reducción de la ansiedad aportando tranquilidad en el tipo de juegos, mejora el nivel de concentración y desarrollo de habilidades cognitivas.
  • Beneficios medioambientales: mejora del entorno del colegio y el entorno urbano próximo, además de promover una actitud activa proambiental en la infancia y jóvenes.
  • Socialización: integración de la escuela y participación comunitaria.

 

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Características de un Patio Habitable

 Aunque como matizan desde la Asociación Patios Habitables, “es importante tener en cuenta que no hay recetas y que cada escuela es un mundo”, sí que existen una serie de aspectos cualitativos que debe tener todo espacio público y, como tales, los patios escolares.

  • Imagen y confort. El patio debe ser en primer lugar un espacio confortable, de forma que apetezca estar en él. Ahí adquiere gran importancia la naturaleza, los espacios de sombra, el agua, el mobiliario adecuado, las fuentes, zonas con arbustos, arenales, desniveles, hierba… Éste es el aspecto más descuidado del patio y el que mejora de forma más significativa sus posibilidades. El patio debería ser un jardín, un espacio que restaure emocional y físicamente al alumnado. Además, debe estar limpio, cuidado, y debe implicar la corresponsabilidad de todos los que lo habitan: alumnado, profesores, administración y familias.
  • Accesibilidad y comunicación. Debe ser accesible a todos los niños y niñas, igualitario, abierto al barrio y estar bien comunicado con las aulas para que su integración como espacio educativo resulte más sencilla.
  • Usos y actividades. Debe permitir una amplia variedad de juegos y de opciones pedagógicas integradoras e inclusivas. Por ello a nivel físico debe contar con ambientes ricos, que faciliten esta diversidad. No necesita de columpios ni de suelos de caucho, sino más bien de ambientes lúdicos que posibiliten múltiples aprendizajes. Es decir, puede haber espacios deportivos y de pelota, pero no han de ser ni los prioritarios, ni los únicos.
  • Sociabilidad. Bien trabajado todo lo anterior, el resultado es un espacio fluido que fomenta el intercambio social, ya sea entre alumno y profesor o de los alumnos entre sí.

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Webinar: Cómo establecer límites a nuestros hijos

Laura Millán es doctora en Psicología por la Universidad de Valencia y ejerce como coach educativa en Aula Siena dentro del programa Jove Oportunitat del IVAJ. Compagina esta labor con su trabajo como profesora en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), en la que imparte asignaturas en varios másteres: Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género, Psicología General Sanitaria, Neuropsicología Clínica y Psicopedagogía.

El pasado 8 de septiembre fue la protagonista de nuestro primer webinar, que podéis ver al completo aquí.

En el webinar, la experta abordó las dudas que preocupan a las familias en lo referente al establecimiento de límites. Si bien es cierto que padres y madres somos un referente a la hora de que los más jóvenes interioricen las normas sociales, las reglas y los valores de nuestro entorno más cercano y de la sociedad en general, no siempre es fácil.

Laura Millán explica de forma sencilla y amena en este vídeo qué es la autoridad empática, cómo podemos ejercerla en casa y cuáles son sus beneficios, tanto para los niños como para la convivencia en el hogar. Si os lo perdisteis, ahora podéis disfrutarlo.

La enseñanza online en España registra datos históricos en la era COVID

Desde que comenzó el estado de alarma hasta finales de agosto, ThePowerMBA ha registrado un incremento del 54% en sus matriculaciones, en comparación a 2019

Antes de la pandemia del COVID-19 ya era indiscutible que la formación online vivía un momento álgido a nivel mundial, pero como consecuencia del estado de alarma y la crisis derivada por la pandemia, las cifras de esta modalidad educativa se han disparado. Un claro ejemplo de esta tendencia es la escuela de negocios online ThePowerMBA, cuyas matriculaciones han crecido un 54% desde que comenzó el confinamiento en España hasta finales de este mes de agosto, en comparación con el mismo periodo el año anterior, registrando un aumento de casi 4.300 alumnos y alcanzando más de 11.000 matriculaciones en 2020. 

Además, si nos centramos únicamente en los resultados obtenidos en 2020, esta cifra ha supuesto el 60% del total de matriculaciones, frente al 40% de los primeros dos meses y medio del año. Estos buenos resultados son fruto, en parte, gracias al éxito del modelo de enseñanza disruptiva que ThePowerMBA ha implementado en el panorama educativo desde su creación hace 3 años, que tiene como objetivo democratizar la educación y hacerla accesible a todo el mundo.

Por otro lado, si comparamos los inscritos durante los meses de marzo y abril de 2020 (coincidiendo con el encierro en casa), la escuela registró un incremento de casi un 71,6% más de alumnos inscritos en este periodo en comparación a 2019, un hecho que respalda cómo la educación online registró datos históricos en nuestro país, debido a que gran parte de la población aprovechó esta situación para formarse y renovar sus conocimientos.

ThePowerMBA continúa fiel a su misión de democratizar la educación expandiéndose por todo el mundo, y en la actualidad está presente en más de 60 países y aspira a crear la mayor comunidad de negocios del mundo, integrada por 120.000 alumnos a finales de 2021.  En este contexto, el pasado mes de abril lanzó su campaña global, incluyendo 20 mercados extranjeros más en los que está presente en la actualidad, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Canadá e Israel, entre otros, que en la actualidad suponen casi un 19% del total de las matriculaciones, una cifra que refleja el alto índice de aceptación que ha generado fuera de las fronteras españolas.

Desde que su creación hace 3 años, ThePowerMBA ha revolucionado el sector de la enseñanza gracias a su programa de formación disruptivo, basado en la metodología de enseñanza microlearning, que ofrece clases de 15 minutos al día, a unos precios asequibles, consiguiendo que más de 37.000 alumnos hayan cursado sus posgrados y cursos especializados en los últimos 3 años. De igual forma, firmas como EY, Coca-Cola, Santander, Google, Microsoft o Telefónica, entre más de 400 empresas de primer nivel, confían en esta escuela para la formación de sus trabajadores y buscan candidatos entre sus alumnos.

Deberes escolares: Estrés ‘laboral’ con 8 años

La pandemia ha puesto sobre la mesa de nuestra cocina la cantidad de trabajo escolar que afrontan diariamente nuestros hijos. ¿Estamos saturando su infancia con tareas que extendemos a su tiempo libre?

Por Ana Veiga

El año 2020 será recordado como el año de la pandemia mundial del Covid- 19. Pero seguramente para muchos padres y madres, el principal recuerdo será de la ingente cantidad de trabajo escolar que se vieron obligados a hacer con sus hijos. De hecho, la psicóloga Vinka Jackson alertaba en redes sociales de las nuevas dolencias que esto les puede provocar en su salud mental y física, centrando su preocupación en el estrés.

Una encuesta sobre la salud de los niños en edad escolar hecha por la OMS en 2012, mencionaba a España como uno de los países en donde hay un mayor porcentaje de niños y niñas que se sienten «presionados» por las tareas para casa. Nuestro país iba subiendo en el ránking conforme la edad aumentaba, pero ya desde los 11 años se detectaba un elevado porcentaje de niños (34%) y de niñas (25%) agobiados por el exceso de ejercicios para casa.

Para Ana Kovacs, psicóloga en una clínica homónima, esta encuesta no se aplica a día de hoy porque los deberes no existen como tales. “Desde 2012 no hay deberes obligatorios, sólo recomendaciones. Las tareas están organizadas para poder hacerlas durante el horario lectivo. Cuando no se terminan en ese tiempo es cuando suelen llevarlo a casa y es ahí cuando empiezan las diferencias individuales”, explica.

Sin embargo, Rosa, madre de Óscar (8 años) en la provincia de A Coruña, se sorprende con esa afirmación. “¿Que los deberes no son obligatorios? A mi hijo le mandaban deberes obligatorios tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes)”. Se refiere a antes de la pandemia del Covid-19, cuando en su colegio le mandaban tareas a su hijo que suponían una hora al día. Rosa mira con recelo las tareas: “creo que está bien que aprendan, pero sería genial que pudieran dedicar su tiempo libre a aprender otras cosas”.

Luis, profesor en Galicia, explica que la cantidad de deberes depende de cada comunidad autónoma. “Aquí se pueden establecer tareas extraescolares siempre que estas sean compatibles con la vida familiar y social del niño, es decir, que no se les puede saturar; pero la realidad es que cada profesor hace un poco lo que quiere”, admite.

Una encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicada en 2016 –hecha en 2013-14– se mencionaba a España como uno de los países en donde había un mayor porcentaje de niños y niñas que se sentían «presionados» por las tareas escolares para casa. La OMS advertía: «el estrés relacionado con el colegio tiende a ser padecido por jóvenes con elevados niveles de presión escolar y se caracteriza por un incremento de comportamientos que ponen en riesgo la salud, problemas físicos como dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor de espalda o mareos; y síntomas psicológicos, como sentirse triste, tenso o nervioso».

Por su parte, Miguel Angel Rizaldos, psicólogo clínico y autor del libro Guía para papás y mamás en apuros, cree que el hecho de que el niño sienta “presión” no tiene por qué ser negativo por sí mismo porque “la presión forma parte de la vida y cuanto antes sepas manejarla sin desbordarte, mejor lidiarás con ella de adulto”. Aunque hace un ejercicio de empatía y admite que “a nadie le gustaría que su jefe le pida que haga unas horas más de trabajo al día para no perder el hábito”, razona. “El descanso y el disfrute del juego también son necesarios para el sano desarrollo emocional de los niños”.

Lo más importante es cómo esa presión y carga escolar repercuten en las relaciones familiares y sociales. “Hay que tener en cuenta que gran parte de la estabilidad emocional de un niño la brinda principalmente la relación con sus padres y esto no es posible si las tareas escolares condicionan un ambiente emocional continuamente negativo”, argumenta el psicólogo, que añade: “existen pocos estudios que demuestran la utilidad, a nivel cognitivo, de los trabajos escolares en tiempo de ocio y sin el apoyo pedagógico de los profesores”.

Quintos en deberes

De hecho, en un ranking publicado por la OCDE en 2012 se situaba a España como el quinto país que más trabajo para casa mandaba a los niños –se hablaba de una media de 6,5 horas de ejercicios a la semana, frente a 4,9 de media en los demás países–. Es cierto que hoy en día, la regulación a este respecto ha cambiado pero Rizaldos cree que seguimos cerca de esa cifra “si incluimos las actividades extraescolares o actividades educativas en su día a día que se les proponen como que, si van a la playa o a la montaña, se fijen en el entorno y hagan un dibujo o redacción sobre el tipo de fauna y flora, etc”. Reivindica el tiempo de juego libre ya que es el momento “en que el ser humano aprende a desarrollarse, a negociar, a asumir normas, turnos, socializarse, seleccionar amigos, desempeñar roles…”.

Cuando nuestro hijo no cuenta con ese tiempo de ocio, podemos llegar a hablar de ‘estrés infantil’. ¿Cómo podemos detectar si sufre de estrés y cómo podemos ayudarle? Ana Kovacs nos habla de síntomas como “irritabilidad (llanto fácil), desmotivación o tristeza, entre otros; a veces se producen también etapas de pesadillas”, aclara. “Los padres somos la pieza clave para ayudar a afrontar el día a día, priorizando y organizando los tiempos pero también escuchando los niveles de exigencia, sobre todo los nuestros”.

Ocho formas de ayudar a tu hijo a gestionar la ansiedad, por MIGUEL ANGEL RIZALDOS

1. Dile tu interés con claridad. Habla con tu hijo cuando te des cuenta que hay algo que le preocupa.

2. Escucha a tu hijo/a. Pide que te cuente lo que le preocupa. Evita juzgar, culpar, dar sermones o decir lo que crees que debería haber hecho.

3. Empatiza, valida y comenta brevemente las emociones que crees que podría estar experimentando tu hijo/a.

4. Pon nombre a lo que le ocurre a tu hijo. Muchos niños/ as todavía no tienen palabras para expresar sus sentimientos.

5. Ayuda a tu hijo/a a buscar alternativas de solución.

6. Limita el estrés innecesario a que se somete tu hijo/a. Si ciertas situaciones están provocando estrés en él/ella, fíjate en si hay formas de cambiar las cosas. Por ejemplo, si hay un exceso de actividades extraescolares.

7. Muéstrate presente y disponible. A los niños/as no siempre les apetece hablar sobre lo que les preocupa pero deja claro a tu hijo/a que estarás a su lado cuando tenga ganas de hablar.

8. Sé paciente. Duele ver a tu hijo/a infeliz o preocupado, pero intenta no dejarte llevar por la necesidad de resolverle todos los problemas.

Adolescentes conflictivos: ¿Cuándo pedir ayuda profesional?

En algunos casos, la causa de los comportamientos negativos continuados de los adolescentes que hacen imposible la convivencia familiar puede ser un trastorno mental. En otros, se trata de adolescentes mal educados. En ambas ocasiones es necesaria la intervención de profesionales.

Por Eva R. Soler

El periodo de confinamiento convirtió a muchos adolescentes disruptivos en bombas de relojería a punto de estallar, sostiene Jordi Royo, vicepresidente del Clúster de Salud Mental de Cataluña y director clínico de Amalgama 7 (www.amalgama7. com) . Durante esa etapa, en este centro de atención terapéutica y educativa para adolescentes recibieron más de 300 consultas por parte de padres y madres desbordados por las reiteradas situaciones de conducta inapropiada de sus hijos. Algunos, incluso, llegaron a solicitar distancia real y física con ellos.

Desmotivación escolar, poca o nula participación en las tareas domésticas, excesiva exposición a pantallas, conflictos relacionales o maltrato hacia los hermanos, negarse a compartir espacios familiares comunes y grandes periodos de tiempo de reclusión en su propia habitación, consumo de tabaco u otras sustancias sin consentimiento paterno, conflictos a la hora de la comida (deseo de alimentarse cuando a él le apetezca y lo que le apetezca), desobeciencias, desprecios, insultos e, incluso, agresiones hacia objetos o personas…son las quejas más reiteradas que han recibido en este centro.

¿Trastorno mental o no?

Muchos padres se plantean ese dilema. Sin un diagnóstico clínico experto es muy difícil distinguir cuál es la etiología de estos comportamientos, afirma Jordi Royo. El doctor explica que para detectar los casos con posibles patologías es necesario realizar una entrevista en profundidad con los progenitores para aclarar tres aspectos de la vida de su hijo: el rendimiento escolar, qué actividades realiza los fines de semana o en su tiempo libre y, por último, en qué gasta el dinero del que dispone. Este experto aclara que la adolescencia tiene, intrínsecamente, rasgos asociados como la transformación del cuerpo, crisis de identidad, baja autoestima, complejos, dificultades de adaptación en el entorno de los adultos… Pero hay adolescentes que van más allá y presentan comportamientos negativos de modo continuado que hacen prácticamente imposible la convivencia en casa. Dentro de este último grupo, el doctor Royo diferencia entre los que, por un lado, presentan patologías o trastornos neurológicos (Déficit de Atención con Hiperactividad, dislexia, trastornos de personalidad…) y, por otro lado, los maleducados. “Y en ambos casos es necesaria la intervención de profesionales para rebajar la tensión acumulada en la convivencia familiar”, sostiene este experto.

“Que un chico adolescente exprese, ocasionalmente, sentimientos de baja autoestima, de malestar físico, de dificultades adaptativas en el entorno de los adultos debe ser aceptado, en su conjunto, como rasgos propios de la transformación bio-psico-social que supone el paso de la niñez a la adolescencia. Por el contrario, cuando estas conductas o estados anímicos se produzcan, no ocasionalmente, sino de forma continuada y, a la vez, generen un deterioro en el entorno vital del adolescente, deberos entenderlos como síntomas de demanda de ayuda”, insiste Royo.

Por su parte, Natalia Pedrajas, directora de Psicólog@s en casa (www.apoyopsicologoencasa.es), opina que el mayor indicador para solicitar ayuda profesional es el malestar de los propios padres: “El malestar del menor traspasa el mundo adulto y los desborda. Así, ya no importa lo que le ocurre al menor, sino más bien cómo los adultos perciben que no disponen de estrategias para ayudarle”. “Probablemente –continúa Pedrajas–ese hijo o adolescente pase por algo natural dentro de su proceso evolutivo: miedos irracionales, incapacidad para adaptarse al grupo, fracaso escolar… Una más de determinadas crisis naturales. Sin embargo, si ese padre o esa madre reconocen que no tienen estrategias para tratar ese proceso natural del paso de la infancia a la adolescencia ha llegado el momento de pedir ayuda”, sostiene la psicóloga.

El otro indicador que hace necesario el apoyo psicológico es el malestar del menor, añade esta experta: “Si en el adolescente predominan el miedo, la rabia y la tristeza sobre otras emociones más agradables hay que solicitar ayuda profesional.

Este tipo de ayuda no sólo se dirige a niños y adolescentes, sino que también atiende la carencia de herramientas y estrategias de los adultos”.

Por su parte, Natalia Pedrajas explica que los profesionales de Psicólog@ s en casa se acercan al mundo infanto-juvenil en su territorio, en su habitación, en su entorno seguro y con sus reglas: “Durante las primeras sesiones establecemos un vínculo, una alianza. Nos mostramos neutrales, no como ejecutores de las normas paternas. Ayudamos al adolescente a identificarse y conocerse a sí mismo, a comunicarse de la mejor manera con los adultos, a enfrentarse a su realidad con nuevas herramientas y capacidades. También hacemos sesiones para los padres. Siempre protegemos la confidencialidad y el mundo interior del adolescente, salvo que esté en situación de peligro. Entonces, sí informamos a los padres”. Nuestro trabajo se basa en la disciplina positiva como técnica educativa, apunta la psicóloga: “La disciplina positiva se basa en el amor, el entendimiento, la empatía y es una apuesta a largo plazo. Entendemos que los refuerzos y los castigos son estrategias cortoplacistas que no apuestan por el ser humano en su totalidad, sólo por la modificación de la conducta”. Sin embargo, la disciplina positiva permite conocer mejor el cerebro del niño y del adolescente, según Pedrajas: “Nos comunicamos con ellos apostando a largo plazo por la integridad y los valores del ser humano en el que se va a convertir”.

Negociación continuada

En muchas ocasiones, los padres tienden a ceder o a negociar con el objetivo de rebajar la tensión del conflicto y buscar la paz familiar. De esta forma, la relación familiar se convierte en lo que desde Amalgama 7definen como “la dictadura de la negociación continuada”.

Además, el director de este centro añade que, a menudo, la violencia de los hijos hacia los padres, puede ser, inconscientemente fomentada por los propios progenitores: “Por ejemplo, hay padres y madres que en nombre del amor tienden a querer proteger de los hijos de cualquier adversidad y optan por no comunicarles sus propios miedos, angustias y sentimientos. Sin embargo, ocultar o disfrazar la realidad a los hijos, por ejemplo, la angustia por la incertidumbre laboral, la tristeza por la pérdida de un ser querido, las dudas a la hora de tomar una decisión relevante… no contribuye a potenciar la maduración psicológica de los hijos, ni a fomentar un estilo educativo basado en la corresponsabilidad. Al contrario, contribuye a potenciar el egocentrismo y a la convicción de los adolescentes de que sólo sus problemas son relevantes. En definitiva, lo que propicia es que el hijo se instale en un mundo ficticio y paralelo a la realidad”.

CUADRO: Cuatro consejos para comunicarse con los jóvenes

Natalia Pedrajas, de Psicólog@ s en casa, da unas pautas básicas que pueden ayudar a la hora de comunicarnos con los adolescentes y afrontar sus comportamientos negativos:

1. Observar lo que sucede en el adolescente sin juzgarle. Describir la situación sin emitir ningún tipo de juicio en la primera conversación. Si emitimos una valoración antes de tiempo, perdemos la empatía con el adolescente. Él reclama que el mundo adulto le trate como a un adulto, aunque vive de manera desagradable el proceso de dejar de ser un niño para convertirse en un adulto.

2. Identifiquemos y expresemos nuestros sentimientos según lo que nos está contando y lo que no nos está contando. Digamos cómo nos sentimos y hablemos de nosotros mismos. Así, ejercemos de modelo para que el adolescente hable de sus propios sentimientos, sin culparle de lo que sentimos.

3. Descubrirle la necesidad o deseo detrás de nuestro sentimiento. Una vez que le decimos: “me siento preocupada”, le proponemos la necesidad: “necesito que hables conmigo (o hagas esto o aquello) para calmar mi sentimiento.

4. Formularle un pedido positivo y factible, ya que sus comportamientos negativos sólo pueden cambiar poco a poco, no de golpe.