Estudiar en la universidad los grados musicales

Hola, mi nombre es José y, aunque todavía me queda un año para decidirme, os escribo porque estoy planteándome estudiar en la Facultad de Música de la UAX. Pensaba que solo se podía estudiar música en el conservatorio, pero ahora me he enterado de que vosotros dais un título oficial al acabar la formación. Siempre he estado en el conservatorio y mi sueño es poder dedicarme profesionalmente a la música. ¿Podríais contarme algo más sobre qué grados tenéis?

José (17 años)

Hola José, efectivamente la Facultad de Música y Artes Escénicas concede un título universitario que reconoce la formación de sus estudiantes. Si quieres dedicarte profesionalmente a la música, lo mejor es que puedas obtener un título que acredite tus estudios.

La UAX ofrece la posibilidad de estudiar el Grado en Interpretación Musical – Música Clásica, el Grado en Interpretación Musical – Música Moderna y el Grado en Composición Musical. Estamos seguros de que alguna de estas opciones se adapta a lo que buscas, ya que representan trayectorias diferentes en los que respecta a la formación musical.

En la Facultad de Música y Artes Escénicas contamos con profesores que son grandes profesionales del panorama musical nacional e internacional, actividad que combinan con la docencia. Las instalaciones están ubicadas en el campus de Chamartín, en pleno centro de Madrid.

Para poder llevar a cabo los estudios en la Facultad de Música y Artes escénicas de la UAX es necesario realizar una prueba de admisión, que consiste en un test psicotécnico, una prueba de análisis musical y una prueba de instrumento principal.

Si te gustaría ampliar información, conocer las fechas de las pruebas de admisión o saber más datos, puedes llamar al teléfono 918 109 200.

 

 

Yo a los narizotas…

Autor: padresycolegios.com

Abraham (diez años) tenía un
amigo de su edad que se llamaba
Ricardo, un niño muy majo
pero con una nariz muy grande,
lo cual provocaba a veces la
burla de sus compañeros. Un
día que estaba jugando en el
parque Abraham creyó ver venir
a su amigo y empezó a llamarle
contento: ¡Eh, Ricardo, Ricardito…!
Pero al acercarse el
supuesto Ricardo resultó ser
otra persona que no se parecía
en nada al niño. Avergonzado y
sin querer reconocer que se había
equivocado, Abraham intentó
disimular, ante la risa general:
vereis, yo es que tengo la
costumbre de llamar Ricardo a todas las personas que tienen
la nariz grande…

Amiga de El Zorro

Autor: padresycolegios.com

Daisy (3 años) se perdió en la
playa un día de verano. Durante
horas sus parientes, desesperados,
recorrieron la zona buscándola
sin poder hallarla. Al final
la vieron en un bar cercano
con una señora que la había encontrado.
La niña, que no entendía
que había pasado algo
grave, encantada con la atención
que se le prestaba empezó
a fabular sobre lo que había
pasado: –Me querían llevar unos
hombres malos– decía –pero
entonces llegó el zorro y me salvó…
Y entonces…– Y siguió con
sus cuentos durante varias horas,
entre las risas de sus padres.

Pequeños emprendedores Los jóvenes aprenden a crear y dirigir empresas

Las empresas familiares ocupan un alto tanto por ciento del ámbito comercial
español. Se trata de una realidad a la que no es ajena el mundo educativo, que
ha iniciado el camino para integrar contenidos relativos a este fenómeno en
los planes de estudio. Desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ya
se preparan unidades didácticas al respecto, porque Europa pide integrar el
espíritu empresarial en los currículos escolares. Muchos colegios se han puesto
manos a la obra con el fin de que los alumnos consideren la creación de empresas como una salida profesional más.

Autor: MARTA SERRANO

Es sólo un ejemplo, pero en la «Escuela Grevol», en Barcelona, los chavales de 4º de ESO estudian una materia a la que han llamado Emprendedores. Su profesor, ex director general de Lycos (filial de telefónica), explica que «el interés de la materia se ha despertado en toda Europa».
No le falta razón a Óscar Sánchez. La Unión Europea plasmó entre los objetivos de Lisboa para 2010 el fomento del espíritu empresarial en todas las etapas de la educación obligatoria, por no hablar de Estados Unidos, donde ya lleva tiempo. El Gobierno inglés, por ejemplo, acaba de anunciar que quiere cambiar el concepto de los cursos de verano y los viajes de estudios para enfocarlos a todo lo que supone el mundo del emprendedor y de la toma de decisiones.
En España incluso se preparan unidades didácticas al respecto para alumnos de Primaria y Secundaria, y desde las distintas escuelas han ido más allá, transformando el ideal en realidad, por lo que hoy muchos alumnos de 16 años tienen su propia empresa, aunque sea ficticia.
Los padres saludan la iniciativa y, en general, consideran que es una formación de tipo práctico muy valiosa para los alumnos.
Desde la «Escuela Grevol», su director, Joan Barot, explica que «todos los padres están encantados porque ven que sus hijos están muy motivados con esta materia y piden incluso que se extienda a otros cursos».

 FÓRMULAS DIFERENTES
Por su parte Ana Lagares, responsable en la Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa (PYME), señala que «ya existen algunos materiales didácticos, una guía para profesores e incluso un juego de mesa al respecto», pero al no ser unos contenidos regulados por ley, cada centro se las apaña como puede. En la «Escuela Grevol», por ejemplo, «se utiliza metodología similar al de escuelas de negocios como Harvard British School, Esade, IESE, el Instituto de Empresa e incluso la metodología de asignaturas propias del mundo universitario», subraya Óscar.
Los resultados, aún cuando es un proyecto piloto, son halagüeños e incitan a extender la asignatura incluso a los profesores.
Así al menos lo cree el director de la «Escuela Grevol», que es un centro concertado (cooperativa educativa mixta), pero muchos centros públicos también sirven de ejemplo. Es el caso de Asturias, donde se desarrollan tres iniciativas: en Primaria bajo el nombre Una empresa en mi escuela; en Secundaria, Empresa Joven Europea (EJE), que se ha implantado como asignatura optativa de la ESO en al menos 40 institutos del Principado desde que la iniciativa se pusiera en marcha hace casi 10 años, y ya ha obtenido en dos ocasiones el reconocimiento de la Comisión Europea. En las aulas de Bachillerato y FP también se forma a los alumnos con el Taller de empresarios.

 VENTAJAS
Fomentar el manejo de tecnologías, aprender a hablar en público, a tomar decisiones y equivocarse o conocer los pros y contras del liderazgo no son las únicas ventajas de esta materia. Se mejora el trabajo en equipo y tiene implicaciones en el área lingüística porque se imparte en inglés (idioma prioritario en el mundo de los negocios). Además, las clases no se dan en el aula sino en la biblioteca o un salón espacioso, que permita a los alumnos reunirse en grupos. «Así tienen la sensación de hacer algo diferente, algo importante que les traslada a un mundo de adultos», explica Oscar Sánchez.

Cuando la ficción se convierte en realidad

En España no falta espíritu emprendedor entre los jóvenes. Según las Cámaras de Comercio, el 24,2% de los jóvenes que acudieron al Servicio Cameral de Orientación Profesional (SCOP) en 2005 manifestó su deseo de crear su propio negocio. Esta cifra sería significativa si todos estos jóvenes no se quedaran sólo en la fase de «tener intención de», sino que se lanzaran realmente a emprender y a materializar sus ideas de negocio.
No es algo tan descabellado ante el problema de paro que sufre este colectivo en España. Es una buena alternativa y las ayudas para la financiación existen y son efectivas. Ahora están de moda los microcréditos. Si Mahoma no va a la montaña, no hay que quedarse de brazos cruzados, sino tratar de completar el refrán.
Pero, ¿qué debe saber un joven que quiera montar una empresa? En principio, hay que contar con un capital de inversión, por pequeño que sea, y una idea. Crear un producto o un servicio nuevo supone ser creativo e innovador y aportar al mercado algo nuevo, un valor añadido.
Conocer las normas jurídicas legales para establecer una empresa (cooperativa, sociedad, etc.) y ajustar la idea de negocio al presupuesto inicial es sólo el principio. «Después hay que elaborar el plan de empresa donde se plasman los objetivos, los retos, hacia donde vas», señala Antonio Guerrero.
Y aunque la Unión Europea pretende fomentar el espíritu emprendedor en todas las etapas de enseñanza obligatoria, la edad apropiada para iniciarse en este tipo de contenidos son los 12 años. Por ejemplo, en Asturias, el EJE se dirige a estudiantes de 12 a 13 años. Durante un curso completo los alumnos crean y gestionan empresas de importación y exportación que desarrollan una relación comercial con empresas similares de otros países.
Los alumnos se comunican a través de videoconferencia y correo electrónico con sus socios en el exterior, realizan pedidos, en vían mercancía y venden en el mercado local los productos importados.
Al final del proceso, una parte de los beneficios se destina a una ONG u otra obra social y el resto se distribuye entre los socios de la empresa. Si te interesa este proyecto tienes más información en www.valnaloneduca.com.

 SIMULACIÓN VIRTUAL
Reales, como en Asturias, o creadas mediante un software específico de simulación empresarial, como Radikaldo, en la «Escuela Grevol» de Barcelona, los jóvenes crean sus empresas y se lo toman muy en serio. Aprender a hablar en público o tener una salida profesional si no quieren seguir estudiando es lo más valorado por los jóvenes. Sus padres, en cambio, valoran que aprendan a exponer sus ideas con argumentos, que maduren, que se defiendan en inglés, que dominen las nuevas tecnologías y que sepan valerse por sí mismos y ser responsables de sus decisiones.

UN NUEVO CONCEPTO DE APRENDIZAJE

En cuanto a la metodología para fomentar el espíritu empresarial, basta tener en cuenta los periodos del mundo académico y adaptar los contenidos de las escuelas de negocios a un público más joven.

1 Óscar Sánchez emplea la primera clase de cada trimestre para presentar a los alumnos el programa a seguir. Lo primero es aprender conceptos básicos de economía como qué es el euribor, la inflación, el PIB, los tipos de interés, la bolsa, etc. Para ello, hasta las navidades los alumnos gobernaron un país y estudiaron las políticas económicas; cómo afecta la inflación o que se fortalezca el euro, cómo afectaría a las importaciones o las exportaciones del país, cómo vender y comunicar los logros de una empresa… El segundo trimestre trabajaron en grupos en la creación y dirección de su propia empresa y el tercer trimestre gestionan un hotel. Entre los negocios ficticios creados por los jóvenes destaca una empresa de explotación publicitaria en aplicaciones de software, una dedicada a la importación de ordenadores Laptop, la creación de un nuevo producto de alimentación (Radikaldo) o algo tan de moda como montar una cadena de spa. Las empresas se gestionan mediante un software de simulación em
presarial.

2 Cada semana los jóvenes tienen un nuevo reto propuesto por su profesor, para lo que tienen que trabajar una media de 2-4 horas a la semana en equipos de cinco alumnos. Pero como compiten entre ellos, deben reunirse en secreto. No pueden compartir secretos de empresa.

3 Elaboran su empresa, eligen el producto y su posicionamiento (características de su plan de acción comercial, plan de empresa: posicionamiento, cuota de mercado, precio del producto o servicio, contra quién van a competir, qué papel van a tener ellos como empresa, qué impacto va a tener su empresa en el barrio). Tendrán que asignar horarios, salarios, personal, el beneficio social que tendrán y cómo lo repartirán… Una vez trabajado todo esto lo exponen en clase y se enfrentan a las preguntas del resto de los grupos.

4 Se evalúa lo que se dice y cómo se dice (como hablan en público, como gesticulan). Acabada la exposición, el resto de grupos hacen críticas. «Al principio no se tomaban bien las quejas y había trifulcas dialécticas dentro de los valores que se le inculcan en la escuela de máximo respeto, libertad de opinión, implicación…», dice Oscar.

5 A todos les va muy bien en principio porque no arriesgan, pero semana a semana la cosa se complica. El profesor propone un reto semanal que puede ser el mismo o no para cada equipo. Por ejemplo, «ante un competidor inesperado uno de los grupos decide fusionarse. Hemos estado toda la semana via email negociando y al final llegamos a un pacto y se fusionaron con una filial de Google. Otro grupo pierde cuota de mercado».

El castigo, inmediato pero equilibrado

Las acciones tienen consecuencias y los más pequeños
de la casa deben tenerlo como norma clara si queremos
ayudarles a ser responsables de sus actos y conscientes
de su posible repercusión. Pero ante conductas
negativas no vale cualquier castigo.

Autor: MARTA SERRANO

Eduardo vuelve del colegio sin ganas de hablar y con ojos llorosos. Dice que va a hacer los deberes y va directo a su habitación. Somos sus padres y sabemos que le pasa algo porque es un niño muy alegre por regla general. Sólo a la hora de la cena nos cuenta que le han castigado sin postre hasta final de curso. ¡Y fue en febrero!
Nos asustamos porque lo que había hecho –esconder la comida que no le gustaba en los curruscos del pan para poder tirarla luego– no nos parecía tan grave como para un castigo tan extraño. Pero tampoco queríamos ir en contra de la autoridad en el colegio, de los profesores y del personal del comedor. Estábamos confusos.

 SENTIDO COMÚN

Nuestro sentido común nos dice que castigos tan largos no son eficaces, y los padres y especialistas con los que comentamos el asunto ratificaron nuestra posición. La opinión del psicólogo Javier Urra nos acabó de convencer. «Los castigos duraderos no son efectivos y cuando se pone un castigo tan absurdo y duradero es de sentido común que no se va a cumplir», nos dijo. Es más, «el uso sistemático del castigo como acción correctora puede acarrear consecuencias negativas que deben evitarse», añade el profesor Zaldívar Pérez.

 EL CASTIGO TAMBIÉN EDUCA

El castigo educa. De hecho, tanto los premios como los castigos (siempre que no sean físicos) han de servir como reforzadores de la correcta conducta de nuestros hijos. Por eso, para decidirnos por uno en concreto hay que tener presente el carácter de nuestro hijo y las cosas que le gustan y las que no.
«El castigo debe ser siempre inmediato y proporcional», asegura Urra, para quien lo mejor es recurrir al sentido común y a la prudencia si queremos obtener resultados positivos. Urra también precisa que «en muchos casos la respuesta no será inmediata e incluso el castigo ni siquiera resultará eficaz». Por eso, lo más importante a la hora de decidirse por un castigo es poder razonarlo con nuestro hijo y explicarle el sentido de una actuación u otra.
En este sentido, Lahoz señala que los castigos «no están clasificados ni ordenados por edades o sexo», por lo que dependerá de cada situación. Por eso, tan importante a la hora de educar como los castigos es la conducta de los padres. Vuestro ejemplo cuenta, y mucho, sobre todo cuanto menor es el niño. Como señala Zaldívar Pérez, «educar es paciencia, dialogar, persuadir y enseñar con el ejemplo».
Antes de castigar, por tanto, hay que agotar el resto de recursos a nuestro alcance. Estos pasan por mostrar al niño con nuestro ejemplo que hay alternativas de comportamiento. Es necesaria la adecuada comunicación con el niño, la exigencia apropiada pero siempre con argumentos lógicos que inviten al niño a reflexionar.

 NO AL CASTIGO FÍSICO

No hay recetas mágicas ni castigos infalibles. Sin embargo, uno de los aspectos que presenta más unanimidad entre los expertos es el rechazo al castigo físico «porque no es educativo», según señala el psicólogo Javier Urra.
Claro que una cosa es intentar evitar el castigo físico, y otra intentar que un leve castigo lleve a una condena penal a los padres, como pretende la ONG Save the Children, a través de varias campañas.
Actualmente, en colaboración con el MTAS, ha iniciado una campaña contra el castigo físico con el lema Corregir no es pegar, todo indica que el verdadero objetivo es castigar penalmente el azote, lo que según algunos especialistas equivale a socavar aún más la difícil relación padres-hijos.

 PERO POR SI ACASO

Aunque no acudamos a los premios o castigos por regla general, siempre es positivo que, como padres, tengamos distintos recursos que nos pueden sacar de más de un apuro.
El pedagogo José María Lahoz nos propone como castigos, entre otros, limpiar algo, encargarse en solitario de alguna tarea tediosa, continuar estudiando, estar un tiempo en otra habitación, acostarse antes, no salir con los amigos, una multa de dinero para pagar destrozos, reparar un daño de otro tipo siempre que se pueda, escribir una reflexión sobre lo hecho y cómo hacerlo mejor, no usar el teléfono, no asistir a una reunión, etc.
Por el contrario, si queremos premiar una conducta, Lahoz ofrece como idea subir la paga, celebrar una comida especial o regalar un disco.

Enseña a tu hijo a enfrentarse al bullying

El bullying, matonismo o acoso es una de las preocupaciones de los padres con hijos en
edad escolar. Se ha dicho mucho sobre como deben actuar los centros. Sin embargo, tú
también puedes ayudar a tu hijo a no ser una víctima, o un cómplice silencioso.

Autor: JOSÉ MANUEL LACASA

Hace poco más de un año se puso tristemente de moda, y las primeras víctimas hicieron que todos conociésemos la famosa palabra: bullying o matonismo. Es el acoso, sea este moral o físico, de un grupo de compañeros a una o varias víctimas y prolongado en el tiempo. Esta última parte es importante para no sobredimensionar el problema: las cifras reales apuntan a que alrededor de un 2% de los chavales sufren este acoso en algún periodo de su etapa escolar, aunque estudios poco rigurosos hayan disparado su frecuencia.
Aunque pueden darse casos en Primaria (6-11 años), el acoso escolar se agrava al entrar en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO, entre los 12 y los 16 años). Antonio Matamala, psicólogo, orientador y coautor del libro El maltrato entre escolares. Técnicas de autoprotección y defensa emocional (Antonio Machado Libros, 2005) «el número de casos tiene su punto álgido en medio de la ESO (13-14 años), y luego desciende por varias razones», entre ellas «una mayor personalización y seguridad de los chavales».
Aunque en teoría cualquier preadolescente puede ser víctima del bullying, en la práctica los alumnos que mejor son capaces de hacerle frente lo sufren menos, durante menos tiempo y se sienten menos afectados. Pero, ¿cómo se le hace frente? O, ¿cómo le enseño a hacerle frente? La palabra clave es la asertividad, la capacidad de autoafirmarse.
El acosador no actúa al azar. «Sin que ello signifique culpabilizar a la víctima», matiza Matamala, «el acosador elige cuando algo le rompe los esquemas». «Hay un punto que llama la atención del acosador», afirma Vicente Garrido, doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Valencia. El primer ´ataque´ es siempre una prueba, y es ahí donde entran en juego los recursos personales de la víctima.

 ASERTIVIDAD

La asertividad –o capacidad de autoafirmarse– es entonces esencial: «el niño asertivo, con una buena red social, con una buena autoestima y bien integrado en el grupo tendrá menos problemas», indica Garrido, «aunque eso no le hace invulnerable: depende también de la violencia del ataque».
Para educar la asertividad, hay que comenzar desde pequeños: hay que fomentar su independencia, aunque eso signifique renunciar un poco al control; hay que fomentar su autoestima, evitando que tenga imágenes distorsionadas de sí mismo; hay que dejarle convertirse poco a poco en adulto desde muy pronto.
Para saber si tu hijo es víctima del bullying, hay que escucharle y observarle, aunque sin transmitirle tu propia angustia. Se trata de detectar síntomas de tensión o estrés: «llegar a casa y no hablar del colegio, no querer ir el lunes, que llegue con cosas rotas si habitualmente es pacífico, destrozos injustificados en libros o material escolar», según Matamala, «deben ser síntomas tan importantes como los moratones».
Después, actuar con cuidado, y siempre a través de un mediador: «nunca enfrentarse a los padres del agresor», indica Matamala.

 SI LA VÍCTIMA ES OTRO

Pero aunque nuestro hijo no sea víctima del acoso de ningún aprendiz de matón, no podemos quedarnos ahí: debe saber evitar que otros compañeros sean víctimas. Para ello, según José Mª Avilés, psicólogo y experto del sindicato docente STE, «es importante trabajar el desarrollo moral, enseñarles qué es justo o injusto, y qué posicionamiento tomar ante ello». El bullying existe por la pasividad de los que rodean al agredido.
Según Avilés, «callarse es dar la legitimación del silencio, es dar apoyo al agresor». Tu hijo no debe ser indiferente a lo que ocurre alrededor, y hay que enseñarle a actuar ante las dificultades.

 A TENER EN CUENTA

El fenómeno del bullying es complejo, y a una edad compleja, y por ello hay que maniobrar con mucho cuidado.

1 Nunca te enfrentes a los padres del agresor. Lo normal es que no te crean y que refuercen el comportamiento de su hijo. Utiliza siempre de mediador a algún responsable del centro escolar.

2 Refuerza a tu hijo, explícale que no tiene por qué tolerar ese sufrimiento, no dejes que la situación afecte a su autoestima. Asegúrate personalmente de que sus profesores conocen su situación.

3 Escucha a tu hijo. Cuando el niño comienza a abandonar la niñez intenta no destacarse de sus compañeros. Hazle caso si rehuye la colonia que le pones con tanto cariño, o si no quiere ese lazo tan mono.

4 Estar atentos. Hay síntomas que indican que tu hijo sufre una situación de estrés, pero hay que saber verlos.

5 No angustiarse ni transmitir angustia a tu hijo. Intenta averiguar qué le pasa. Pero tampoco lo consideres «una etapa normal».

6 Potencia desde pequeño a tu hijo la asertividad, la independencia, la autoestima.

7 Intenta que tu hijo pase el mayor tiempo posible jugando con compañeros de su edad desde pequeños. Los juegos virtuales o el ordenador potencian otras cosas, pero no las habilidades sociales.

8 Enseña a tu hijo lo que es el pesimismo y cómo funcionan sus mecanismos. Enséñale a desactivar los insultos, que entienda que su pensamiento no es la realidad y que no debe afectarle.

9 Ellas sufren acoso, pero también acosan. Muchas veces el acoso femenino esconde una competitividad de tipo intelectual, académica.

El armario

Autor: padresycolegios.com

Cuando Rafael era pequeño le
encantaban las visitas de su tío
Antonio. Se pasaban horas peleándose
de broma y también
tenían la costumbre de jugar al
escondite. Rafael se ocultaba
en el armario empotrado de la
alcoba de sus padres y su tío
–aunque sabía de sobra donde
se ocultaba– fingía buscarlo por
toda la casa, hasta que lo encontraba
con grandes gritos de
alegría por parte de ambos. Un
día, al enterarse de la llegada de
Antonio, Rafael se fue directamente
al armario sin saludar ni
nada. Sus padres pensaban que
estaba en la calle jugando con
sus amigos, así que su tío no se
puso a buscarlo. Acurrucado
entre la ropa, el niño se quedó
dormido y no salió del armario
hasta horas después, ante el alivio
de su familia, que creía que
se había perdido. Avergonzado,
mintió para justificarse: «Alguien
cerró por fuera y no podía salir».

Incontinencia verbal

Autor: padresycolegios.com

Los niños lo repiten todo de sus
mayores. Así, estando en un
bautizo, en el silencio de la ermita,
el pequeño Manuel se percata
de que su tío Agustín –al
que todo el mundo conoce por Titín– está haciendo de monaguillo.
Sin importarle lo que allí
se estaba realizando, se escapa
de los brazos de su madre
y cruza todos los bancos gritando
«Ti–tí» una y otra vez. El
pobre párroco mira atónito como
pasa a toda velocidad… Sólo
sonríe: cosas de niños.

Dios se enfada

Autor: padresycolegios.com

Carmen tomó la costumbre de
rezar con su abuela antes de
acostarse, pero aunque oraba
cada noche no tenía ideas muy
claras sobre lo que era la religión.
En su familia había tantos
creyentes como no creyentes,
así que la niña escuchaba opiniones
muy distintas sobre el
tema. Cuando tenía ocho años
decidió realizar un experimento
para descubrir si Dios existía
o no. Durante una semana rezó
con mucho fervor pidiendo
que el equipo de fútbol de su
ciudad –la niña solía ir a los partidos
con sus padres– ganara
el próximo encuentro por cinco
goles a cero. Resultó que el
marcador fue el que Carmen
había pedido pero al revés, ganó
el equipo contrario por 0-5.
Impresionada, les dijo muy seria
a sus padres: «¡He descubierto
que Dios existe, pero hay
que tener cuidado porque tiene
mal genio y si le pides tonterías
se enfada mucho!».