Tocados por la tragedia

¿Es posible superar una tragedia como la ocurrida el pasado agosto en el aeropuerto de Barajas? Las estadísticas hablan de que un 80% de los afectados posee recursos válidos para recuperarse. Sin embargo, son los niños quienes corren mayor riesgo de sufrir estrés postraumático. Para que esto no suceda, necesitan nuestra ayuda.

Autor: Laura Gómez Lama

“Los accidentes, desastres y demás situaciones traumáticas son desconcertantes para todas las personas que se ven afectadas; pero los niños, al igual que las personas de edad avanzada o con incapacidades, pueden correr un riesgo mayor de trauma”. Ésta es la valoración de la experta en psicoterapia infanto-juvenil y especialista en psicología de urgencias, emergencias y catástrofes Mª Dolores Portela Oviedo, una de las psicólogas que recientemente ha atendido a los familiares de las víctimas del accidente de Barajas.

Estos acontecimientos tan drásticos despiertan en el niño el temor de que lo sucedido vuelva a ocurrir y de que ellos o su familia se lesionen o mueran. De hecho, a la mayoría de ellos les resulta difícil entender el daño, las lesiones y las muertes que surgen de un hecho inesperado o incontrolable.

En estos casos, la reacción del adulto es fundamental para el niño. Ya sea un profesional de la emergencia o un familiar, la forma de comunicar o de acompañar al pequeño cuando sucede un acontecimiento traumático puede ayudar a que éste se recupere más rápido y de forma más completa.

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
Vivir un acontecimiento como un accidente o una catástrofe conlleva inevitablemente la aparición de una serie de reacciones normales ante una situación anormal. Eso es lo que sucede y así debe ser cómo estas personas deben entender lo que les está pasando: son reacciones normales.

Entre las respuestas que suelen darse en los más pequeños, está la regresión en el nivel de funcionamiento. Se trata de una reacción común ante la ansiedad generada y se manifiesta en conductas típicas de una edad inferior a la que el niño posee y que reaparecen a pesar de haberlas superado anteriormente, como, por ejemplo, dejar de controlar los esfínteres.

Otras respuestas pueden ser el aislamiento; la negación o el rechazo de lo sucedido; la ira y la frustración; la ansiedad de separación; la disminución del rendimiento académico; los problemas de conducta; el juego temático recreando la situación vivida; las pesadillas; los miedos… Sin embargo, todas estas manifestaciones son respuestas normales ante la situación vivida y hay que dejar pasar un tiempo para que, poco a poco, el niño vaya recuperando la normalidad.

No obstante, habrá que estar alerta ante posibles signos de alarma que requieran ayuda profesional. La principal diferencia entre lo normal y lo alarmante está más en el grado que en la clase, es decir, las respuestas se convierten en graves cuando se llevan al extremo: recuerdos angustiosos, recurrentes y obsesivos sobre el accidente, reescenificación continua del accidente…

CÓMO AYUDARLE
Ante la exageración de una conducta conviene tomar medidas, pero el principal factor de ayuda es facilitar la expresión de las emociones y permitir que se sucedan las reacciones normales.

La especialista Mª Dolores Portela recomienda a los familiares “conocer las reacciones del niño; escuchar y aceptar sus sentimientos; dar respuestas sinceras, simples y cortas, y asegurarse de que las entiende; usar palabras que no confundan al niño; darle oportunidades para que hable con otros niños sobre ello; ofrecer modelos de afrontamiento; mantener las rutinas familiares; hacer que el niño repita declaraciones que refuercen su creencia de que ha sobrevivido al trauma y puede afrontar las consecuencias, como ‘puedo seguir adelante con mi vida y obtener apoyo de la gente que se preocupa por mí’; y, por supuesto, darle cariño y apoyo”.

EN FUNCIÓN DE LA EDAD Y MADUREZ DEL NIÑO
La edad del niño determina tanto la capacidad de comprensión como sus habilidades de control de la situación. “A mayor edad, mayor capacidad. No obstante, cada edad tiene su peculiaridad y sus propios recursos de afrontamiento”, comenta la psicóloga infantil y emergencista Mª Dolores Portela. 

1. De 0 a 2 años. En esta primera etapa, cualquier cambio repentino unido a la separación de sus familiares puede provocar una reacción emocional fuerte. Asimismo, aún no existe el concepto de muerte, por lo que la pérdida de un ser querido se vive como un suceso inmediato, no a largo plazo. En estas edades es importante prestar atención a la comunicación, ya que aún no han desarrollado las habilidades lingüísticas suficientes para comunicarse verbalmente.

2. De 2 a 7 años. Existe mayor capacidad de comprensión y de control sobre las situaciones, a la vez que un desarrollo importante de la fantasía y de las ideas erróneas sobre distintos sucesos. Asimismo, la muerte se concibe como un estado temporal y reversible, consecuencia de cualquier incidente previo, como una riña o un mal gesto, por lo que el niño puede sentirse culpable de lo ocurrido y es importante que aclarar las dudas que nos plantee, prestando atención a la información que les damos para que no se creen ideas equivocadas.

3. De 7 a 11 años. Los niños son más flexibles en su forma de pensar. La capacidad de razonamiento está más desarrollada, lo que hace que el pensamiento influya sobre la emoción. Comienzan entonces a entender que la muerte es irreversible y les preocupan más los cambios que se van a producir tras ella. Tienden a ver el mundo desde su propia perspectiva, en términos de blanco o negro, y valoran mucho la justicia y la moralidad. Por todo ello, hay que procurar transmitirles sensación de seguridad y control sobre la situación, dando alternativas y permitiendo que sean ellos los que lleguen a la solución más adecuada.

4. A partir de los 11 años. Los adolescentes ya tienen desarrollada la capacidad de reconocer, comprender y resolver lo que les ha sucedido. Ven la muerte como irreversible, universal y personal. Sin embargo, la supervivencia al desastre puede producir cierta sensación de inmortalidad y llevarles a comportamientos imprudentes, aunque también pueden sentirse inseguros y tener reacciones intensas de las que son de hablar con la familia.


Mª Dolores Portela Oviedo, psicóloga infanto-juvenil especialista en urgencias, emergencias y catástrofes

“LOS NIÑOS DEJAN DE VER EL MUNDO COMO UN LUGAR SEGURO”

P. ¿Cómo has vivido la experiencia de tratar a las víctimas del accidente que sucedió en Barajas?
R. Trabajar con familiares de las víctimas siempre es una experiencia que produce una doble sensación: por un lado, empatizas con ellos, sientes su dolor y su pena; pero también sientes la satisfacción de poder ayudarles y acompañarles en tan difíciles momentos. No deja de sorprender que aún entonces te lo agradecen.
P. ¿Cuándo es más importante la ayuda psicológica, en el momento o al regresar a la rutina?
R. El modo de informar a los niños y de acompañarlos es importantísimo en estos casos, por lo que todo el personal de emergencias (médicos, bomberos, policía…) debe tener nociones de comunicación de malas noticias y ‘primeros auxilios psicológicos’, pues el afrontamiento y la recuperación posterior dependerán en gran medida de ello.
P. ¿Y las secuelas?
R. Las estadísticas hablan de que un 15% o 20% de los afectados presentarán secuelas patológicas, por lo que hablamos de que un 80% de esas personas posee recursos válidos para afrontarlo.
P. ¿Un psicólogo no especializado puede formar parte del grupo de psicólogos voluntarios?
R. Cada vez se tiene más en cuenta nuestra función y existen diferentes organismos que requieren nuestra figura como especialistas en este área. Sin embargo, en accidentes como el de Barajas es necesario recurrir a colegas voluntarios. En todo caso, creo que es fundamental una buena formación en psicología de la emergencia para poder actuar.
P. ¿Los niños superan con mayor facilidad las tragedias?
R. Los accidentes, desastres y demás situaciones traumáticas son desconcertantes para todos los afectados, pero los niños y las personas de edad avanzada o incapacitados, corren un riesgo mayor de trauma. Hay que desmitificar la idea de que los niños no sufren tanto como los adultos, que lo olvidan y se recuperan antes.
P. Cuando sucede algo así y te envían a atender a un niño, ¿cuáles son las pautas a seguir?
R. Una vez informado de lo sucedido, la función del psicólogo emergencista es la de proporcionar ‘primeros auxilios psicológicos’, ayudar a las víctimas en el momento y protegerlas de un trauma posterior. En el caso de los niños, es importante cuidar el comportamiento no verbal, pues lo identifican mejor que los adultos. Hay que intentar ser coherente entre lo que se dice y lo que se transmite con muestras de confianza y serenidad. Por otro lado, conviene dar la información cuando él esté preparado para comprenderla, escucharle sin juzgar ni criticar y ayudarle a identificar y validar sus reacciones emocionales. No se trata de llevar a cabo una sesión terapéutica in situ, sino de apoyarle.
P. ¿Qué es el duelo traumático?
R. Surge principalmente por la forma en la que se comunica la mala noticia, sea un fallecimiento o daño físico, unido a cómo lo viva el entorno del niño y a qué nivel se le permita expresarse. Nunca se debe ocultar la muerte, lo que sí es importante es que la información venga de un allegado orientado por un psicólogo en este asunto y en los que puedan surgir después. Tampoco hay que dilatar el tiempo ni mentir; si no se sabe cómo explicar algo, confesarlo; no usar eufemismos como ‘se ha quedado dormido’; no dar falsas esperanzas; y expresar sin miedo las emociones de pena o tristeza delante del pequeño.

 

 

Ingeniería industrial y aeronaútica

Autor: padresycolegios.com

Os escribía para preguntaros sobre Ingeniería Industrial y Aeronáutica. ¿Merece la pena estudiar aeronáuticos, con lo complicado que dicen que es, en relación con las salidas? ¿Qué diferencias hay entre las dos carreras?  Muchas gracias.

José Luis. Huelva
 

Lo primero que queremos decirte es que una carrera merece la pena si te gusta, lo importante es que el camino te lleve a donde deseas llegar. Ambas carreras requieren una buena capacidad de trabajo y motivación.

En relación a tu primera pregunta, los profesionales españoles en aeronáutica están muy reconocidos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Son unos estudios con una elevada carga lectiva y, como el número de titulados que sale cada año es muy limitado, las perspectivas de empleo son muy buenas.

Igualmente, la carrera de Ingeniería Industrial tiene buenas perspectivas laborales. Sus profesionales son requeridos en muchos sectores porque su formación les capacita para resolver cualquier problema relacionado con el ámbito productivo (desde los procesos de fabricación hasta el diseño de instalaciones o gestión de industria), además de su presencia en puestos directivos, especialmente cuando complementan sus estudios técnicos con otros en el área económica.
Aunque ambas son ingenierías y tienen algunas materias en común, las diferencias son notables y exceden el espacio del que disponemos.

Estudia los planes de estudio detalladamente y, si lo deseas, contacta de nuevo con nosotros vía e-mail (escribiendo a psicoped@uax.es) para que podamos solucionarte tus dudas con más detalle. Estaremos encantados de atenderte.

Dificultad para aprender fechas de memoria

Autor: padresycolegios.com

Tengo mucha dificultad para aprender de memoria fechas y lugares. Ahora, en mi opción, la Historia es sólo una asignatura, las reglas mnemotécnicas me ayudan un poco, pero supongo que no será suficiente para toda una carrera. ¿Podría superar este pequeño problemilla?

Lorena García. Madrid
 

Estimada Lorena, cuando queremos recordar algo, nuestro sistema de memoria no inicia una investigación lineal. Alcanza distintas direcciones de forma simultánea y recoge la información a partir de diversas redes de los circuitos interconectados del cerebro. Para utilizar este proceso de asociación como apoyo a la memoria, debemos vincular de forma consciente e intencionada el nuevo bagaje informativo al ya existente. Cuantas más conexiones tengamos entre los conceptos, mayores serán nuestras estrategias para recordar.

La Historia es mucho más que lugares, fechas y nombres. Relacionar hechos y comprender que se trata de fenómenos humanos puede ayudarte. Haz una prueba: toma un texto histórico, diseña un cuadro sinóptico que pueda servirte como ayuda y transfórmalo en una especie de película mental o anécdota, imaginando los lugares, la psicología de cada personaje, las vestimentas, el clima, las características geográficas de donde tuvo lugar el hecho y todo lo que dé dimensión humana; de este modo puede resultarte más fácil y ameno recordar lugares y fechas significativas.

Desde aquí te animamos a intentarlo y ya verás cómo este pequeño problemita que nos planteas poco a poco va desapareciendo. Mucha suerte.

Problemas de espalda en niños de 13 a 15 años

Autor: padresycolegios.com

Según ha informado el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, más de la mitad de los escolares de entre 13 y 15 años sufren problemas de espalda. El porcentaje de afectados de estas edades es del 50% en niños y de hasta un 70% en niñas. Por otra parte, más del 40% de niños menores de 11 años también sufre este tipo de patologías. Las causas principales de las dolencias son el mobiliario inadecuado, la carga excesiva de las mochilas y el sedentarismo.

Colegios para niños 10

Clases de 12 alumnos, 25 deportes y evaluación continua del profesorado. En «Andover» y «Exeter» (EEUU), como se conoce a dos de los colegios más prestigiosos del mundo, se imparte clase para los mejores, con inmejorables condiciones. Gracias a las becas Kemper, todos los años un niño español puede disfrutar de un curso allí.

Autor: LOLA Gª AJOFRÍN

Cuando la profesora española Myriam Medrano llegó a “Andover” (Massachusetts) en 1992 para dar clase de Literatura y Cultura española, “no daba crédito”, recuerda emocionada en su despacho del Colegio de Fomento “Las Tablas Valverde” de Madrid, donde ahora imparte clase después de sus andanzas por los Estados Unidos. Más de 150 edificios, 18 canchas de tenis, dos pistas de patinaje sobre hielo, piscinas, gimnasios, teatro, iglesias, museos y  biblioteca eran algunas de las facilidades de las que durante seis años –“entre idas y venidas”, aclara– disfrutó en su destino norteameriano, el colegio “Phillips Academy Andover”, un campus del tamaño de unos 200 campos de fútbol accesible para los mejores de entre los mejores.

Los presidentes George Bush (padre e hijo), el premio Nobel y codescubridor del ADN James Watson, el actor Jack Lemmon y un largo etcétera de políticos, científicos, músicos o deportistas figuran en una lista de exalumnos que bien podría ser la de los más poderosos y ricos de dentro y fuera de los Estados Unidos.

PARA MENTES ÚNICAS
Pero el secreto del éxito del que está considerado uno de los mejores colegios del mundo no son los 26.000 euros de matrícula anual que permiten al “Phillips Academy” ofrecer 500 trabajadores –entre profesores, psicólogos, coordinadores y personal de mantenimiento– para 1.100 estudiantes, clases de 12 alumnos y hasta 25 deportes. “La clave –explica la profesora Medrano– es la calidad de su materia prima”. En “Andover” captan a las mentes más privilegiadas del planeta de entre 3º ESO y 2º de Bachillerato y las preparan para entrar en Harvard, Yale o Stanford –las univesidades más prestigiosas-. 

Alexander Heifner, de 17 años, es uno de sus alumno. Compagina su tiempo como estudiante adolescente por las mañanas con el de analista político en una cadena de televisión por las tardes. “Era curioso verle preocupado por sus ejercicios sobre el pretérito imperfecto en clase y al rato, junto a Obama, hablando en televisión con término políticos incomprensibles”, recuerda Myriam.

Pero la española no sólo tuvo alumnos modelo en su aula. El hecho de descubrir fumando a las hijas de un famoso político venezolano casi le cuesta a las niñas la expulsión y a ella un disgusto. “La rigidez de sus normas también es insignia del colegio”, explica la profesora. “Dar una calada a un cigarro, probar una gota de alcohol o hablar en un examen suponen el billete de salida automático”, aclara. “Y, de hecho, los niños firman un juramento en el que aseguran que no van a copiar”.

Exigencia, excelencia y rectitud, aunque con una matricula no apta para todos los bolsillos.  Para que sea el nivel académico y no el económico el que determine el ingreso en el centro, “Andover” concede numerosas subvenciones a los alumnos más brillantes. Cada año, un niño español, junto a un alemán, un francés y un italiano, tiene la posibilidad de disfrutar de un curso allí gracias a las becas Kemper.

“NO SÓLO ES EL PRESUPUESTO, SON LAS TÉCNICAS QUE USAN”
Para la profesora española Myriam Medrano, el presupuesto no es lo único que permite la excelencia a “Andover” y a su equivalente “Exeter. “Se puede aprender de varias de sus técnicas”. 
• NADIE SE DA LA ESPALDA.  En “Exeter” no hay pupitres, sino que los niños se sientan entorno a una mesa ovalada.  “Es lo que se conoce como Harkness Table –mesa de escucha–, una técnica que facilita la interacción”, aclara. En “Andover” se utiliza el mismo sistema, aunque son las sillas las que se colocan alrededor de la clase.
• AGRUPACIÓN. A los niños no se les agrupa por edades, sino por desarrollo intelectual y en cada  asignatura en un nivel distinto.
• EFICIENCIA. No se espera a que el niño suspenda, se interviene antes; se potencian las habilidades artísticas y el deporte; y a los profesores se les evalúa cada trimestre.

 

Más información sobre "Andover" pinchando aquí

El 40% de los niños tiene TV en el cuarto

Se ha publicado recientemente un estudio sobre la infancia en España a cargo de Fernando Vidal y Rosalía Mota, y patrocinado por la Universidad Pontificia Comillas, el Movimiento Junior y la Fundación SM. El trabajo recoge datos interesantes no sólo para conocer el estado de la familia en España, sino para ayudarnos a comprender mejor a nuestros hijos.

Autor: José M. Lacasa

Desgraciadamente, el curioso sistema de muestreo utilizado –un colegio por ciudad, un aula por centro– invalida o pone en cuestión algunas de las conclusiones: el estudio tiene un claro sesgo hacia el mundo rural, y además los errores son más abultados de lo que dicen los autores. Pero, una vez adoptadas estas prevenciones, vamos con el informe.

Muchos de los datos sobre la composición de las familias son similares a los de otros estudios. En este, el 99% de los niños entre 6 y 14 años viven con al menos uno de sus padres, el 86% con los dos y el 14% con uno. Además, el 15% de los niños no vive con ningún hermano en el hogar, un 55% tiene otro hermano y el 30% restante vive con dos o más.

ABUELOS

Pero los datos más destacados del informe, con relación a la familia, hacen referencia a los abuelos: no sólo es que el 96% de los niños tenga algún abuelo, o que un 14% de los niños –entre 6 y 14 años, edades objeto del estudio– vive con alguno, sino que el 79% ve a algún abuelo todas las semanas, y además –a pesar de que los suelen ver muy a menudo– el 86% de los niños entre 6 y 11 años, y el 70% entre 12 y 14 querrían verlos más.

No es de extrañar: más del 60% juega o se divierte con sus abuelos cuando está con ellos, y un 51% de los niños entre 6 y 11 años declaran que sus abuelos les dan todo lo que quieren (todavía un 43% entre los 12 y los 14 años lo admiten). Ya se sabe: los padres para educar, los abuelos para malcriar. Un contrapeso importante que tiene también una vertiente educativa fundamental: el 45% de los menores entre 6 y 11 años les cuentan a sus abuelos los problemas importantes, y lo continúan haciendo un 30% de los preadolescentes (12-14 años).

PROBLEMAS ESCOLARES
El estudio confirma que los problemas en el colegio tienen un ámbito bastante reducido, y sobre todo identifica un perfil de niño con más riesgo de ser maltratado o de tener otros problemas con sus compañeros en el colegio. Para empezar, sólo el 1% de los chicos y un 0,5% de las chicas dice no tener amigos en la escuela, aunque ya un 8% entre 6 y 11 años y un 5% entre los preadolescentes dice sentirse solo en la escuela.

Además, un 14% de los pequeños y un 10% de los mayores piensan que ningún compañero los defendería en la escuela si fueran agredidos. De hecho, el 83% de los niños entre 12 y 14 años dice que nadie les pega en la escuela, por un 62% entre los 6 y los 11 años, aunque los casos de acoso sistemático se reducen a un 4% entre los más pequeños y a un 1% entre los mayores. Aún así, un 23% de los niños entre 6 y 11 años dice que le pegan “algunas veces”.

Pero lo que sí tiene una presencia abusiva en la vida de nuestros hijos son los cacharros electrónicos para el entretenimiento: televisión y consola. Un 70 % de los niños ve continuamente la televisión los fines de semana, mientras que un 23% de los más pequeños y un 57% de los mayores tiene un consumo elevado –“toda la tarde”– de TV los días lectivos. Lo que es peor: a pesar de que los datos indican que hay pocas cosas peores para el rendimiento escolar de los estudiantes que disponer de una televisión en el cuarto, ya la tiene el 40% de los menores. Por contra, sólo la mitad de los menores lee diariamente. Para rematar, el informe dice que “hay más preadolescentes que cuando llegan a casa van a usar un videojuego que los que van a leer”.

OTROS DATOS
• Según los datos del Informe PISA 2003, nada afectaba más a los alumnos de 15 años que tener una televisión en su cuarto: hasta un curso de retraso en conocimientos se encontraba entre los alumnos que tenían TV en el cuarto y los que no los tenían.

• La videoconsola afectaba en menor medida, pero también tenía un impacto importante: alrededor de medio curso de desventaja –medido en competencias o habilidades matemáticas– tenían los alumnos con video consola frente a los que no la tenían.

• Numerosos estudios indican que ser un lector habitual suele ir acompañado con ausencia de problemas de rendimiento escolar.

• No todo se puede controlar, pero parece evidente la línea a seguir por los padres.

 

Niños fuera de juego

Basta con acercarse al APA de cualquier colegio y preguntar cuáles son las actividades extraescolares más demandadas. La respuesta es unánime: padres e hijos prefieren el deporte. Sin embargo, como ha denunciado Save the Children en un reciente estudio, el deporte infantil entraña riesgos cuando se lleva al extremo para convertir a los hijos en pequeños atletas.

Autor: JOSÉ ANTONIO MÉNDEZ

Unas semanas después de que Rafael Nadal ganase el trofeo Roland Garros, las academias de tenis de toda España recibieron un auténtico tsunami de inscripciones infantiles. Ajenos a los sacrificios que impone el deporte profesional, miles de niños sueñan con ser como el tenista mallorquín para poder dedicarse en cuerpo y alma a un juego que les encanta. Sin embargo, cabe preguntarse si los padres aspiran a que sus hijos emulen a Nadal por el placer de jugar, o si contemplan también motivaciones como el éxito, el reconocimiento y, por qué no, el dinero. Los enormes beneficios del deporte para los niños y adolescentes esconden un riesgo que puede llevar a situaciones inimaginables, especialmente en determinados países. Un peligro que llega cuando lo que comenzó siendo un juego se convierte en una obsesión para padres y entrenadores, dispuestos a crear un atleta de competición donde sólo hay un niño.

Según ha recordado en su informe Niños en competición la ONG Save the Children, “el deporte beneficia a los niños porque ofrece bienestar y enseña autodisciplina, trabajo en equipo, liderazgo, cooperación, la habilidad de compartir, manejar el estrés y competir. No obstante, a los niños involucrados en el deporte de competición a menudo se les exige un entrenamiento que va más allá de sus capacidades físicas y emocionales. Un tiempo excesivo dedicado al entrenamiento puede llevar a una pérdida de experiencias claves en la niñez como la socialización con los amigos y la familia”.

Además, la ONG apunta a que una excesiva práctica del deporte de competición suele conllevar alteraciones en el crecimiento, desórdenes alimenticios como anorexia y bulimia, y trastornos psicológicos, que los podrían convertir en fácil objeto de abusos sexuales. Así, por más que el pequeño pueda apuntar maneras como as del deporte, conviene dejarlo crecer a su ritmo. Sobre todo, porque como señala Save the Children,  “antes de alcanzar los 6 o 7 años, el niño no puede comprender el concepto de competición; y los niños menores de 9 años son incapaces de diferenciar entre el concepto del esfuerzo y de capacidad, por lo que creen que ganar sólo se puede conseguir por esfuerzo, y que perder es consecuencia de no intentarlo lo suficiente”.

Y a veces, las motivaciones de los pequeños deportistas son demasiado imperiosas: padres que vuelcan sus esperanzas económicas en los hijos, contextos sociales deprimidos de los que se quiere huir, presiones de los entrenadores… La ONG destaca que “el 70% de jóvenes atletas resulta en gran parte beneficiado por el deporte de competición, pero el 20% vive situaciones de riesgo y el 10% tendría algunos de sus derechos violados”, y señala prácticas especialmente arriesgadas como la gimnasia rítmica y artística, el vaivén de los fichajes en las categorías inferiores de los clubes de fútbol, y otros deportes tan esperpénticos como el boxeo infantil de Tailandia o las carreras de camellos.

CIFRAS Y NOMBRES
• LESIONES. La gimnasia rítmica cuenta con una de las tasas más altas de lesiones dentro de los deportes femeninos. En Reino Unido, 2.600 gimnastas menores de 16 años acuden cada año al hospital con lesiones provocadas por la gimnasia como rotura de huesos, torceduras, esguinces o dislocaciones.

• TRASTORNOS ALIMENTARIOS. Un 15% de las gimnastas corren el riesgo de padecer anorexia o bulimia, y se han producido casos como el de la gimnasta Christy Henrich, que murió a los 22 años como consecuencia de la anorexia. A veces estos trastornos se dan para tratar de evitar el proceso natural de convertirse en adultos y mantener una figura aniñada y delgada.

• FÚTBOL SIN LEY. En España hay casi 350.000 jóvenes de entre 7 y 17 años que se entrenan en clubes profesionales de fútbol, a pesar de que sólo el 4% triunfa. Según la ONG, proliferan los adolescentes de Suramérica y África que acuden a Europa con falsas ofertas deportivas, o con durísimos contratos de exclusividad por parte de los clubes. Además, denuncia que este sistema es el causante de casos como el de Bernard Bass, de 17 años, que viajó a Francia desde Guinea Bissau, previa escala en Tenerife –y por cayuco–, y tras no pasar una prueba con el equipo Metz, terminó viviendo en las calles.

Accede al informe completo de Save the Children pinchando aquí

Se presenta el libro "Retos del siglo XXI para la familia"

Autor: padresycolegios.com

La recomposición de las estructuras socioeconómicas que se fraguó durante la pasada centuria han consolidado ya para el siglo actual un contexto radicalmente distinto al de hace unas décadas en el que se le presentan a la familia nuevos desafíos. Una reflexión profunda sobre el significado e implicaciones de éstas es lo que plantean Remigio Beneyto, Juan Manuel Llopis y Magdalena Torrero en el libro Retos del siglo XXI para la familia, que ha publicado la Universidad CEU San Pablo.

Responsabilidad compartida

Según una encuesta realizada por la Fundación Hogar del Empleado y el Instituto IDEA, el 42% de los profesores cree que los padres se desentienden de la educación de sus hijos. Y es que la buena relación entre padres y escuela no debe reducirse al día de la inscripción. Evitar esta situación puramente cordial pasa por tomar conciencia de la importancia de una buena comunicación y llevarla a cabo.

Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

El 41% de los padres afirma haber mantenido sólo una o dos entrevistas con los tutores o con alguno de los profesores de su hijo a lo largo del curso, y hay un 9% que no se ha entrevistado nunca con ninguno de ellos. Estos datos se desprenden de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación sobre la frecuencia con que los padres se comunican directamente con los profesores. Pero lo cierto es que cuanto más se implican los progenitores, mayor es la autoestima de los niños y mejor rendimiento escolar tienen. Por eso, el portal Entre Padres de EducaRed (www.educared.net/entrepadres) dedica el monográfico de este mes de octubre a la relación padres-profesores, con consejos para ambas partes y especiales sobre Ampas y tutorías.

La relación entre padres y docentes a menudo resulta complicada, ya sea por la dificultad de sincronizar la agenda laboral de los padres con el horario de las escuelas, o por la desconfianza que muchos padres predisponen en las reuniones o tutorías con los profesores de sus hijos. Sin embargo, una comunicación fluida entre ambos ayuda a tener la información de cuáles son los objetivos que se pretenden conseguir, de los métodos que se utilizan y del modo en que se desarrollan los procesos formativos y educativos.

Se trata pues de compartir responsabilidades y trabajar conjuntamente de una forma coordinada en los siguientes aspectos educativos: enseñanza de valores, normas y costumbres; desarrollo de habilidades para la vida; educación en destrezas básicas para el aprendizaje, y transmisión de normas y responsabilidades.

No obstante, los expertos recomiendan implicarse en la escuela desde un término medio, no pasarse por un extremo ni por el otro. Esto significa estar en contacto con los profesores, pero sin pretender estar un día sí y otro también requiriendo información del profesor sobre cómo va nuestro hijo, porque puede resultar agotador. 

CONSEJOS
Algunas pautas para los padres para conseguir una buena comunicación son:
1. Considerad al tutor o profesor vuestro aliado: escuchadlo con atención y no le contradigáis a la primera. Muchos tutores cambian su punto de vista si ven en los padres una complicidad y una actitud positiva hacia su labor educativa.
2. Demostrad un interés real: utilizad lo que sabéis de vuestro hijo para demostrarle que estáis al tanto de cada día en el colegio, pidiéndole consejos, orientaciones.
3. Interesaros por la actitud de vuestro hijo y todo tipo de detalles: animadle a que os cuente su punto de vista y pedidle detalles: sus distracciones en clases, su falta de atención en esta u otra asignatura, sus materias favoritas, sus hábitos, sus amigos y sus relaciones, si es tímido en clase, si es extrovertido…
4. Contacto frecuente y fluido: ganaros la simpatía y la amistad de los tutores y profesores de vuestro hijo. Os permitirá mantener un contacto frecuente con aquellos que deben ser vuestros mejores aliados. Ellos van a ser determinantes en la educación de los niños.

Por su parte, los consejos para los profesores son:
1. Sensibilizad a los padres sobre la importancia de la colaboración con los profesores: transmitidles los valores que se van a trabajar durante el curso para promover que se lleve en casa una misma línea.
2. Implicad a los padres en la reflexión de las actividades de tutoría: pedidles opinión sobre temas a tratar, horario, metodologías, etc.
3. Ofreced a los padres propuestas reales de colaboración con ellos: proporcionadles información sobre temas educativos que les afecten y recursos de interés, como juguetes, libros, webs…
4. Informad a los padres de centros y asociaciones que colaboran en la vida diaria del niño: ayudad a la creación y el trabajo de las Ampas, y combinad las charlas formativas a padres con profesorado del centro y externo.