Tartamudos: la terapia como juego

Pensado para niños entre dos y seis años, el método Lidcombe permite tratar la tartamudez en casa con un enfoque lúdico. Por ahora sólo lo aplican 20 logopedas en España, pero en Australia ya lo utiliza el 80% de los especialistas.

“Se trata de enseñar a los padres a ser logopedas”. Así resume Cristina Groesman, secretaria general de la Fundación Española de la Tartamudez (FET), la esencia del método Lidcombe. Una estrategia de actuación ideada en la Universidad de Sydney y ampliamente utilizada en su país de origen –la FET asegura que el 80% de los profesionales australianos recurren a ella–, así como, en menor medida, en otros países anglosajones.

En España irrumpió hace escasos meses y ya son 20 los logopedas que conocen sus bondades y lo aplican en comunidades como Madrid, Cataluña o Andalucía. “Nos gustaría que fuesen más”, se lamenta Groesman, “pero la formación se llevó a cabo en inglés” por expertos venidos de las antípodas, y no todos los candidatos cumplían el requisito del idioma.

A medio plazo, la intención es seleccionar a algunos logopedas versados en Lidcombe para que extiendan el método a otras regiones y contribuyan a difundirlo en aquéllas en las que ya se usa.

Dos particularidades alejan a esta terapia de los enfoques tradicionales para tratar la tartamudez. Ante todo, hablamos de una dinámica con un carácter eminentemente lúdico. ¿Tratamiento? Media hora al día de juego en el hogar. Sin agobios ni atmósferas paramédicas. Se le premia cuando habla con fluidez y se le corrige cuando se bloquea, pero sólo en ocasiones. “Un método conductual en el que se refuerza lo positivo. Lo mejor es que el niño no es consciente de estar haciendo terapia”. ¿Y a qué se juega? A algo que implique diversión. “Ahí entra la inteligencia del logopeda y los padres para seleccionar un juego adecuado”, apunta Groesman.

La segunda novedad, derivada del propio contenido terapeútico, es una mera cuestión de edad. Lidcombe se ideó para niños entre dos y seis años, un tramo en el que normalmente no se interviene por considerarlo prematuro. De hecho, el Dr. Mark Onslow, creador de Lidcombe, ha realizado investigaciones con chavales mayores obteniendo resultados poco alentadores. Y es que a edades más avanzadas no es tan fácil sentarse a jugar con una rutina diaria. En caso de que el niño acceda, resulta muy probable que ya haya identificado su disfunción y perciba el juego como terapia, desvirtuando así los fundamentos del método.

Aunque los ritmos varían, la primera fase del Lidcombe suele terminar a los tres meses. Durante este tiempo la actuación en casa se acompaña de consultas semanales con el logopeda para supervisar los progresos y abordar dudas. Se pasa a la fase dos, cuando el niño alcanza niveles de tartamudez de entre cero y uno, según una escala del cero al nueve. Entonces se relaja la intensidad del tratamiento y la familia confía en que el afecto y la normalidad en el trato hagan el resto.

¿Origen genético?

Cantidad de estudios multidisciplinares han llegado a la misma conclusión: aún sabemos bien poco sobre la tartamudez, “un abanico tan grande que el tratamiento debería ser como un traje a medida”, en palabras de Cristina Groesman. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta hasta qué punto su origen es genético: existen muchos casos con antecedentes familiares, pero también otros en los que la genealogía nos da pocas pistas. La mayoría de expertos se limita a consensuar que se trata de una disfunción en la que intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales.

Se calcula que en España afecta a un 2% de adultos y un 5% de niños, unas 800.000 personas en total. En proporción de cuatro a uno, la incidencia es mayor en hombres que en mujeres.

Algunos consejos generales a la hora de tratar con un niño tartamudo son: mirarle a los ojos cuando hable, no ayudarle a completar las frases, no instarle a que hable más despacio o a que no se ponga nervioso (conseguirás el efecto opuesto), hablarle con un ritmo pausado pero natural, y transmitirle que lo importante es lo que dice y no cómo lo dice.

Accede a la Fundación Española de Tartamudez en www.ttm-espana.com

PADRES lanza el libro En manos expertas. 80 respuestas para educar mejor

Fruto de la colaboración entre PADRES y el Área de Educación del Centro Universitario Villanueva, el consultorio Villanueva nos acompaña desde el primer número y es sin duda una de las secciones más populares de nuestra revista.

Esta colaboración da ahora un nuevo fruto con el lanzamiento de En manos expertas. Ayudas para educar mejor, un volumen que reúne ochenta de las cuestiones presentadas por nuestros lectores a lo largo de estos años, respondidas por una veintena de especialistas y cuidadosamente seleccionadas y sistematizadas por la psicóloga Teresa Artola y la psicopedagoga Belén Poveda García-Noblejas. Está prologado por el psiquiatra Enrique Rojas, que considera que lo interesante del libro es que “está en la realidad, en la vida misma, en el día a día”. No en vano, pretende ser una guía para las familias ante los problemas y dudas que les surgen en la educación de sus hijos. Aquí presentamos un avance de los contenidos que se recogen en el libro:

1. Problemas en la relación entre hermanos
2. ¿Rebeldía o falta de atención antes de los 6?
3. ¿Y tartamudeo o ansiedad?
4. ¿Cómo poner límites en la infancia?

5. Entre los 6 y los 12, ¿tiene algún problema de autoestima?
6. Y es un niño mentiroso y pasivo
7. Adolescentes con actitud agresiva

8. ¿Estoy abusando del castigo?
9. El niño tiene retrasos en el habla o dificultades de pronunciación
10. Información sobre dislexia a los 5 años
11. ¿Inmadurez o dificultad de aprendizaje?

12. ¿Cómo saber si tiene TDH?
13. ¿Psiquiatra o Psicólogo?
14. Mi hija no sabe estudiar

15. ¿Internado de verano?
16. ¿A qué edad se puede detectar la Alta Capacidad?
17. ¿Cómo atender a niños con altas capacidades?
18. ¿Cómo actuar en conflictos profesor-alumno?
19. ¿Qué es el síndrome de Asperger?
20. ¿Y el mutismo selectivo?

En este enlace es posible descargarse el prólogo de Enrique Rojas así como la primera consulta resuelta por los especialistas del Centro Universitario Villanueva. Además, En manos expertas puede adquirirse pinchando aquí o en el teléfono 902 15 24 86.

¿Estamos robando el planeta a los niños?

A mediados del pasado mes de mayo Jane Goodall, reconocida y premiada en todo el mundo por su dedicación al estudio de los chimpancés y a la defensa de la vida salvaje, visitó nuestro país para recordarnos que “la verdadera crisis mundial no es económica, sino ambiental”.

El pasado 14 de mayo, la doctora Jane Goodall –distinguida con más de 90 premios internacionales, incluido el Príncipe de Asturias de Investigación 2003 por una vida consagrada al estudio y conservación de la vida salvaje de los chimpancés– dio una conferencia en el Jardín Botánico de Madrid, en la que la gran mayoría de los asistentes eran jóvenes, un público por el que la primatóloga siente debilidad. “En mis viajes por el mundo me tropezaba con muchos jóvenes sin esperanza, deprimidos o indiferentes, hablaba con ellos y me daba cuenta de que compartían una idea: vosotros –los adultos, los gobiernos, las multinacionales…– habéis comprometido nuestro futuro y nosotros no podemos hacer nada”. Así nació la iniciativa Roots & Shoots –raíces y brotes–, que cuenta actualmente con más de 8.000 grupos en casi 100 países en los que chicos y chicas de todas las edades llevan a cabo proyectos de aprendizaje que fomentan el respeto y la compasión por todos los seres vivos, al mismo tiempo que motivan a actuar para mejorar las cosa.

Sabiduría y compasión

Si somos los seres vivos más inteligentes, ¿por qué destruimos el mundo? “Porque hemos perdido la sabiduría que, a mi entender, es la conexión entre el intelecto y el corazón. Ésa es la base de la compasión o empatía y nuestra tarea es volver a fortalecer ese vínculo”, explica Goodall.

Según la primatóloga, esa sabiduría aún puede observarse en los pueblos indígenas, que toman sus decisiones pensando en el futuro de sus hijos y no, como nosotros, en lo que pasará hoy y me afectará ahora. “Necesitamos un sistema diferente que no implique el dinero como valor. La caza ilegal, la explotación maderera y la extracción de minerales mueven mucho dinero y, aunque la gente que vive en estos contextos sabe que cuando cortan un árbol están destruyendo su entorno, luchan para alimentar a su familia y, si tienen que hacerlo, lo harán. Por lo tanto, es tan necesario luchar contra la pobreza de estas aldeas como por la conservación del entorno en el que viven los grandes primates”. Por ello, una de las propuestas del Instituto Jane Goodall España es la campaña de reciclado de móviles para facilitar su envío gratuito MOVILízate, la selva te llama. De esta manera se pretende disminuir la demanda de coltán –mineral que se extrae en su mayoría de la cuenca del Congo– y recaudar fondos para la conservación en esta zona, uno de los últimos reductos de los grandes primates en el mundo.

Cada decisión cuenta

Hay una frase que dice que no hemos heredado el planeta de nuestros padres, sino que lo hemos tomado prestado de nuestros hijos. Sin embargo, la doctora Goodall cree que esa frase no es cierta: “Lo hemos robado, porque los préstamos se devuelven y nosotros no lo vamos a hacer”. Entonces, ¿qué podemos hacer?

Entre las líneas de actuación posibles, Jane Goodall señaló la compensación por las emisiones de carbono de los países desarrollados, la implantación de energías renovables y el desarrollo sostenible, pero también que cada persona, cada día tome pequeñas decisiones que contribuyan a equilibrar la balanza. “Si cada uno de nosotros pasara un poco más de tiempo pensando cada opción del día –qué comer, dónde comprar la ropa…–, el futuro sería más alentador para los niños. ¿Estamos listos para pagar un poco más por el mundo de nuestros hijos?”

La charla de la admirada primatóloga comenzó con el saludo de los chimpancés y acabó con más de la mitad del auditorio subido en el escenario ante la llamada de Goodall a todos los jóvenes implicados en proyectos de conservación. Después se quedó mirando a los pocos que quedaban sentados y preguntó: “A los que estáis ahí, ¿no os gustaría estar aquí?”

La madrina del Año Internacional del Gorila respondió con especial cariño a un niño que, temeroso de resultar “ridículo”, preguntó cuál era su chimpancé favorito. Tras nombrar al primero en perder el miedo a acercarse a ella y a alguno más, añadió: “No es en absoluto una pregunta ridícula, pues me ha permitido hablar de mis amigos”.

Ideas del Instituto Jane goodall para cambiar el mundo

MOVILízate, la selva te llama. Descarga en www.janegoodall.es la etiqueta prefranqueada para enviar gratis tu móvil. Las personas, escuelas u organizaciones que reúnan más de 30 pueden solicitar una recogida gratuita en el 902 92 96 05. El IJG regalará un apadrinamiento Chimpamig@s anual por cada uno de los envíos.

Biodiverciudad. Se trata de un programa educativo para que los niños descubran la biodiversidad que se encuentra en los parques y zonas verdes de sus ciudades. Para ello se organizan talleres y excursiones gratuitas los fines de semana y existe una página web (www.biodiverciudad.org) de difusión del proyecto que aporta material de apoyo para casa o para el cole sobre el entorno.

Ecoviajeros. Es un programa de ecoturismo responsable que trabaja en las líneas de desarrollo, protección del entorno, sensibilización e intercambio cultural, dentro del marco del comercio justo, en misiones de formación, recogida de datos o trabajo físico (www.ecoviajeros.org).

Roots & Shoots. Una oportunidad de actuación para que las familias, especialmente los jóvenes y niños, aprendan qué problemas afectan a nuestras comunidades locales y globales y cómo diseñar, liderar e implementar iniciativas para resolverlos. “He visto cómo el programa ha cambiado la vida a familias enteras”, comentó Goodall.

El eterno debate de la jornada escolar

El debate sobre la jornada escolar continua o partida no atiende (vaya alivio) a razones ideológicas. Tampoco parece que la pedagogía tenga vela en este entierro: ni una ni otra pueden alardear de base científica que demuestre sus supuestos beneficios para el rendimiento de los alumnos. En uno de los temas estrella de todo inicio de curso, el protagonista absoluto es el tiempo, que en este caso nos descubre su rostro más neutral y silencioso.

De un lado los profesores, que legítimamente luchan por mejorar sus condiciones laborales (en esencia, comer en casa mientras otean un horizonte vespertino alejado de pizarras y pupitres). Del otro, padres y madres sometidos a horarios de trabajo que no casan bien con el cerrojo temprano en los colegios de sus hijos.

A la vista del informe que cada septiembre publica la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres (Ceapa), el panorama estatal a la hora de optar por una de las dos opciones en la escuela pública no puede ser más dispar. Hablamos de Infantil y Primaria, ya que, con la excepción de Cataluña y (en menor medida) la Comunidad Valenciana, la Secundaria suele ser feudo absoluto de la jornada continua.

En un extremo encontramos a aquellas regiones cuyos alumnos sólo acuden a clase por las mañanas. Son Canarias, Extremadura y, salvo contadísimas excepciones, Murcia. La jornada continua cuenta también con amplias mayorías en los colegios de Baleares (86%), Andalucía (80%), Asturias (80%), Castilla-La Mancha (78%) y Galicia (60%).

Por su parte, en Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana las respectivas leyes son tajantes respecto a la obligatoriedad de repartir la carga lectiva entre mañana y tarde. Euskadi y Navarra presentan porcentajes de centros donde está implantada la jornada partida que superan el 95%. Les siguen Cantabria (84%), Madrid (82%), La Rioja (62%) y Castilla y León (60%).

Algunas consejerías tratan de ahorrar quebraderos de cabeza a los progenitores con hijos que acuden a colegios donde existe jornada continua mediante servicios de comedor y actividades extraescolares que tienen lugar en el mismo recinto escolar. En caso contrario, no queda otra que recurrir a abuelos, otros allegados o el servicio doméstico para que acudan al rescate.