Sólo el 40% de los niños españoles realiza al menos una hora de actividad física al día

60 minutos es el tiempo recomendado por los especialistas para que sea beneficiosa para su salud. El ejercicio físico realizado de manera regular desde las edades infantiles (a partir de los 6-7 años) mejora la salud general, reduce las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares en las edades adultas, teniendo un mejor perfil ‘cardiometabólico’.

Los especialistas recomiendan que todos los niños y adolescentes realicen al menos una hora al día de actividad física moderada o intensa, como practicar algún deporte o andar a ritmo rápido. “Sin embargo, en la actualidad apenas el 41% de los pequeños cumple esta recomendación en nuestro país”, señala el profesor Alejandro Lucía, catedrático de Fisiología del Ejercicio en la Universidad Europea de Madrid y uno de los expertos participantes en el primer Simposio Internacional sobre Actividad Física Pediátrica, que organiza hoy y mañana esta institución académica.

Según destaca el profesor Lucía, la actividad física adecuada y permanente en niños y adolescentes ha demostrado tener beneficios para su salud cuando llegan a la edad adulta. Así, “se ha comprobado que el ejercicio físico realizado de manera regular a partir de los 6-7 años de edad mejora los niveles de la salud cardiovascular al llegar a adulto, teniendo un mejor perfil ‘cardiometabólico’. Diversos estudios han puesto de manifiesto que la actividad física temprana incluso es capaz de modificar en muchos casos la predisposición genética que tienen algunos niños a la obesidad”, destaca.

Además, “a una edad temprana, antes incluso de los 8 años, el niño puede adoptar los patrones de actividad física para después mantenerlos durante la edad adulta, por lo que consideramos fundamental para fomentar el ejercicio físico a partir de esta franja de edad”, afirma de forma rotunda este experto, y más teniendo que la práctica física va disminuyendo con la edad. “Según van cumpliendo años, los niños van dejando de hacer deporte, de forma que en la etapa adolescente hacen aún menos ejercicio que durante la infancia”, indica el doctor Lucía.

Riesgo de lesiones graves en niños

Esta falta de práctica física diaria puede también tener consecuencias en forma de lesiones graves. Así lo asegura la doctora Andrea Stracciolini, directora de la sección de Medicina de Danza y Actividad Física para la Salud en el Hospital infantil de Boston (EE.UU.). Según esta especialista, “en la actualidad, muchos niños, por falta de actividad física de manera regular, están en riesgo de poder sufrir lesiones graves cuando tengan que realizar ejercicios físicos muy intensos o que conlleven un gran grado de estrés muscular. Así, la falta de preparación física unida a un aumento puntual de exigencia física está ocasionando casos de lesiones de ligamento cruzado anterior, que se dan fundamentalmente en deportistas de élite, en niños de tan sólo 5 años de edad”, destaca la doctora.

Este hecho, advierte la doctora Stracciolini, “tiene que hacernos ver que el futuro de la Medicina Deportiva pediátrica debe ser la prevención de las lesiones”. “Para ello –añade- los profesionales debemos identificar a los niños en riesgo de posibles lesiones basándonos en una detallada historia familiar y de desarrollo del niño y en exámenes de biomecánica y perfil musculoesquelético. Con esta información se pueden prescribir programas de ejercicio individualizados dirigidos a niños de corta edad con el objetivo de prevenir lesiones”, explica la doctora, al tiempo que señala que los entrenadores y monitores deportivos con niños de estas edades son los profesionales que “deberían tener esta formación en salud y medicina deportiva para instaurar esta prevención en las actividades físicas infantiles que desarrollan”.

Ultimas investigaciones en niños

El primer Simposio Internacional sobre Actividad Física Pediátrica, organizado por el Aula Europea del Deporte de la Universidad Europea de Madrid, acoge durante los días 13 y 14 de mayo en Madrid a destacados expertos nacionales e internacionales para analizar las últimas investigaciones sobre los efectos de la actividad física en niños y jóvenes. Asimismo, se analizarán los riesgos y beneficios del deporte y las metodologías más adecuadas para favorecer su crecimiento y desarrollo.

Enseñar contando historias

El proyecto Experts esta co-financiado por la Comisión Europea y se centra en la creación de una red europea de profesionales de la educación infantil proporcionando un apoyo específico a estos profesionales en el marco de una experiencia de formación a lo largo de la vida.

Los maestros y educadores de educación infantil pueden compartir sus experiencias contando sus historias; el Proyecto Experts ayuda a desarrollar las habilidades de información social y la cultura del aprendizaje colaborativo. El planteamiento de los servicios que ofrece el Proyecto Experts se basa en una metodología de historias de vida (storytelling mothodology). Se invita a maestros y educadores pero también a madres y madres a que cuenten sus experiencias, cómo han crecido y cuáles son las experiencias que tienen o han tenido en su vida laboral.

Más información: www.experts.story-telling.eu

Madres a partir de los 30

Menos bebés y cada vez más tarde. Esta es la tendencia que apuntan los datos del Instituto Nacional de Estadística, que confirman que la natalidad en nuestro país se ha elevado a los 31,2 años.

Coincidiendo con esta realidad, el estudio Clearblue, realizado a 1.500 mujeres de toda España, revela que el reloj biológico empieza a sonar con fuerza a partir de los 30, ya que 8 de cada 10 mujeres entre 30 y 40 años desea tener hijos. 3 de cada 4 entrevistadas, consideran que ser madre con menor de 25 años es demasiado pronto. Incluso, un tercio de ellas apunta que aún hay tiempo para quedarse embarazada por encima de los 45 años.

Más información: zilvettiloggia.l@pg.com

Evitar la dermatitis del pañal

Los pañales ceñidos o húmedos, los nuevos alimentos y las infecciones por hongos o bacterias son algunas de las principales causas de las dermatitis del pañal.

Los bebés son especialmente propensos a padecer irritaciones en el área del pañal e incluso en los muslos y barriguita. Es la conocida como dermatitis del pañal, que provoca el enrojecimiento de su delicada piel y que puede incluso degenerar en la aparición de úlceras si no es tratada a tiempo.

La dermatitis irritativa del área del pañal aparece normalmente propiciada por una mezcla de factores, como la excesiva humedad, la fricción y el contacto con la orina y las heces, que se producen en esta zona hasta que el bebé aprende a utilizar el orinal. Todo esto hace que la piel del lactante esté más expuesta a padecer este problema, porque además no está preparada: es más permeable y tiene limitada su función barrera frente a agentes externos.

Para evitar la aparición de estas irritaciones cutáneas es importante seguir una serie de pautas muy sencillas, como mantener una buena higiene de la zona, que debe estar siempre limpia y seca. Es recomendable emplear una esponja natural, agua tibia y geles sin jabón no agresivos con su piel y, al finalizar, secar bien sin frotar incidiendo en las zonas de los pliegues.

Asimismo, es muy adecuado emplear cremas barrera regenerantes para aislar la piel de la humedad tras cada cambio de pañal. Si es posible, es preferible que tenga ingredientes activos como el aceite de almendras dulces, la manteca de karité o el dióxido de titanio, pues aceleran el proceso de cicatrización.

Otros puntos que hay que tener en cuenta son el cambio en la alimentación, especialmente la introducción de sólidos o la sensibilidad a ciertos productos no específicos para el cuidado de la piel del bebé. Es muy positivo mantener la lactancia materna, que reduce la cantidad de orina y hace que sea menos alcalina.

Durante el verano, una de las épocas en las que más se intensifican los casos de dermatitis del pañal con motivo de las altas temperaturas, se recomienda dejar al bebé todos los rías un ratito sin pañal ya que el aire ayudará a fortalecer la piel de la zona.

Eso sí, en caso de que al bebé no se le aprecien signos de mejoría en unos tres o cuatro días será necesario acudir al pediatra por si fuera necesario recetarle algún tratamiento.

Recomendaciones útiles para evitar la dermatitis del pañal

Cambiar de manera frecuente el pañal, para evitar que la humedad o las bacterias generadas por las deposiciones afecten al PH de la piel del bebé.

Evitar ponerle el pañal demasiado ajustado. Es mejor dejárselo suelto para evitar que la fricción afecte a la dermis.

Tras cada cambio asegurarse que toda la zona que cubre el pañal queda bien limpia, preferiblemente empleando una esponja natural, agua tibia y geles sin jabón no agresivos con su piel.

Una vez limpio es importante secar la zona con cuidado, sin frotar, prestando especial atención a las zonas de pliegues para que no queden húmedas, y evitar los polvos de talco que el bebé pueda inhalar.

Es imprescindible que tras cada muda se aplique una crema que aísle la piel de la humedad, ayude a cicatrizar y evite posibles irritaciones.

Intentar dejar al bebé un ratito cada día sin pañal, ya que estar expuesto al aire tiene efectos beneficiosos para la dermis del bebé

Es recomendable tener especial cuidado al ampliar la dieta sólida del bebé, dado que el cambio en la alimentación altera el PH de la orina y de las deposiciones, lo que incrementa las posibilidades de que aparezcan las molestas irritaciones.

Los bebés alimentados con leche materna están menos expuestos a padecer dermatitis del pañal, ya que ésta reduce la cantidad de orina que, además, es menos alcalina.

En el caso de emplear pañales de tela es mejor limpiarlos con detergentes sin fragancias y evitar los suavizantes.

En el caso de persistir la piel irritada, es importante acudir al pediatra.

Sanción del director

La última comunidad en dar un paso adelante hacia la concesión de un mayor margen de maniobra a los centros públicos ha sido Andalucía con la aprobación –durante el pasado mes de agosto– de una orden que permite a los directores sancionar las faltas leves que cometan los docentes y el resto de personal de su centro.

Entre ellas se incluyen el incumplimiento del horario de trabajo hasta un máximo de nueve horas al mes, la falta de asistencia injustificada durante una jornada lectiva completa o el hacer caso omiso de otros deberes y obligaciones.

Hasta el momento, sólo la consejería de Educación (a través de sus delegaciones provinciales) podía actuar en este sentido, lo cual ralentizaba sumamente los trámites. En muchos casos, el proceso se dilataba tanto que las faltas acababan prescribiendo. El director tendrá la potestad de nombrar a un “instructor del procedimiento”, que, según la orden, “deberá ser una persona funcionaria perteneciente a un cuerpo o escala igual o superior al grupo de la persona inculpada”.

La sanción que podrán imponer los líderes de los centros escolares es el apercibimiento, que quedará reflejado en el expediente del trabajador y no prescribirá hasta pasado un año. En caso de que el profesor acumule tres apercibimientos por faltas leves, estaría incurriendo en una falta grave, la cual puede suponer la suspensión de funciones o el traslado con cambio de residencia. No obstante, las faltas graves o muy graves seguirán siendo impuestas únicamente por la administración.

La posibilidad de que el director pueda sancionar determinadas faltas cometidas por sus profesores también está incluida en la Ley de Educación de Cataluña. Un marco normativo que abre asimismo la puerta a que los equipos directivos participen (aunque con limitaciones) en el proceso de selección del personal docente, asunto casi tabú entre el funcionariado educativo de este país.

¿Qué hacer con los niños especiales?

Una de las principales obligaciones de educadores y padres es descubrir cuanto antes las posibles deficiencias de aprendizajes de los alumnos e hijos para buscar un remedio. Pueden ser de calado o mínimas, pero cuanto más tiempo se tarde en actuar, peores serán las consecuencias no sólo para el aprendizaje de estos alumnos sino, también, para su mejora como persona.

Conviene, pues, en los primeros años de escolarización estar muy atentos. En este sentido es muy importante la información que reciban los padres del comportamiento de sus hijos en el colegio para tomar decisiones. Y al revés. En el fondo, de lo que se trata es de poner todos los medios posibles para ayudar a estos alumnos.

Aunque se ha avanzado bastante en este sentido, todavía muchas escuelas no cuentan con profesionales preparados para afrontar estos casos y tienen que derivar a estos alumnos a gabinetes externos que se encargan de hacer una valoración o seguimiento de cada caso. A los padres y madres habría que advertirles que, en principio, si aparecen problemas de aprendizaje, no deberían dramatizar y pensar ya en lo peor.

Por suerte, gracias a los avances que se han dado, muchos de estos problemas se corrigen con el tiempo, con un método adecuado y con un tratamiento específico. Si aparecen las dificultades, lo peor es mirar para otro lado y pensar que se trata de manías de los profesores o meros despistes sin importancia de sus hijos porque no saben concentrarse, se distraen demasiado o, sencillamente, son así. Como todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, si se observa que las cosas no van bien, lo mejor es acudir a un especialista, sin que esto se convierta en una obsesión, pues tampoco resultaría lo correcto acudir a un especialista en cuanto surge un problema. Como siempre, el sentido común es la mejor receta.

Y aunque sea triste reconocerlo, también hay casos de niños especiales que necesitan un trato especial, pues las dificultades que tienen de aprendizaje son graves. Por ejemplo, niños hiperactivos, con déficit de atención o con el síndrome de Asperger. En Madrid hay varios colegios privados dedicados especialmente a este tipo de niños, como son el colegio Areteia o el BrotMadrid. El Areteia, situado en La Moraleja, cuenta con mucha experiencia; el BrotMadrid es un colegio nuevo situado en el bario de La Latina.

Con estos niños, el éxito se mide de manera muy distinta al del resto de los alumnos. Con un tratamiento adecuado, y conociendo bien el diagnóstico, muchos de estos niños salen adelante en los estudios y aprenden a convivir con su enfermedad y a desarrollar su personalidad. Cada uno tendrá una meta distinta, pero con el apoyo de especialistas y con la dedicación de los padres, se cumplen muchos de sus objetivos. Centros como éstos demuestran la necesidad de avanzar en esta dirección: descubrir el problema cuanto antes y darles el tratamiento personalizado y oportuno en el momento justo. Lástima que lo que más falle sea el diagnóstico, asunto que no tiene, por ahora, fácil solución.

¿Problemas de concentración o cuestión de tiempo?

Muchos adolescentes presentan dificultades para seguir el hilo de las explicaciones o pasar del pensamiento abstracto a la acción. Puede tratarse de alguna patología; pero lo más habitual es que esos problemas desaparezcan con el tiempo, ya que los científicos siguen retrasando la edad de la madurez cerebral.

Nadie se asusta de que un niño tenga voz aguda y pequeña estatura hasta que no finaliza completamente su etapa de crecimiento. En estos casos, los estudios científicos fijan con bastante precisión cuándo termina cada fase de desarrollo, pero la propia experiencia también es un indicador válido, ya que estamos acostumbrados a ver los cambios físicos que se producen en los adolescentes. Por eso, cuando se produce cualquier pequeño retraso en el desarrollo, dejamos que el tiempo pase sin mayores preocupaciones.

Sin embargo, las alarmas se suelen activar ante problemas de aprendizaje o dificultades de concentración cuando, en muchos casos, también están íntimamente relacionados con el crecimiento anatómico: exactamente con el desarrollo cerebral.

Madurez a los 30

Hace unos meses, unos investigadores del Institute of Cognitive Neuroscience, perteneciente al University College London, publicaron un artículo (Development of the Selection and Manipulation of Self-Generated Thoughts in Adolescence) en el que aseguraban que los adolescentes y adultos jóvenes tienen dificultades para concentrarse debido a que su cerebro no está todavía plenamente desarrollado. El estudio afirma que la madurez no se alcanza hasta rondar los 30 años de edad, mucho más tarde de lo que se venía admitiendo hasta ahora. En esta investigación, 179 adolescentes y adultos jóvenes realizaron un ejercicio delante de una pantalla de ordenador. El objetivo era medir su capacidad para alternar entre sus propios pensamientos y la concentración en el ejercicio, así como medir la capacidad para ignorar las distracciones que aparecían en la pantalla.

Los resultados indicaron que los cerebros de los adolescentes trabajan de manera mucho menos eficiente que los de los adultos, derrochando una enorme actividad cerebral innecesaria. Junto con esto, la investigación concluyó que la capacidad para pasar de la reflexión abstracta a la concentración, así como la velocidad en hacerlo, sigue desarrollándose durante la adolescencia y mejora con la edad.

Según una de las autoras del estudio, no siempre es fácil para un adolescente prestar atención en clase impidiendo vagar a su mente, o resolver un problema de matemáticas en casa haciendo caso omiso a las distracciones de un hermano menor.

Hay estudios científicos anteriores que confirman la necesidad de que pase el tiempo para que el cerebro se vuelva más eficiente. En uno de ellos, realizado por un equipo internacional de la Universidad de Northwestern, se analizaron los datos de seis amplios estudios previos terminados en los últimos cuarenta años. Los investigadores identificaron a los niños más problemáticos (calificados por sus profesores de antisociales o indisciplinados) durante la etapa de Educación Infantil, y observaron su evolución en los años sucesivos.

El resultado fue que al terminar la enseñanza Primaria esos niños eran estadísticamente iguales a sus compañeros. Los científicos no detectaron relación entre los problemas de conducta en las edades más tempranas y el rendimiento escolar posterior.

Otro de esos estudios que revela la necesidad de que pase el tiempo, elaborado esta vez por el National Institute of Mental Health, analizó el desarrollo cerebral de niños con trastorno por déficit de atención o hiperactividad, mediante técnicas de diagnóstico por imagen. Se estima que alrededor del 5% de los chicos en edad escolar son diagnosticados con este trastorno.

El equipo de investigadores concluyó que los cerebros de niños con hiperactividad se desarrollan con normalidad, pero más lentamente en algunas áreas. Esto explica por qué la mayoría de los chicos con ese trastorno lo superan en la adolescencia o incluso antes.

En el primer estudio citado, del University College London , también se utilizó la técnica de diagnóstico por imagen, y el resultado fue que el cerebro de los adolescentes realiza una actividad muy alta en la región cerebral encargada de actividades como procesar la información, pasar del pensamiento abstracto a la acción, planificar y tomar decisiones. Es decir, su esfuerzo cerebral es mucho más alto que el de los adultos para realizar la misma tarea.

Ante investigaciones de este tipo, muchos se preguntan si no se están “patologizando” comportamientos y conductas que obedecen a una falta de madurez cerebral. Está admitido que después de difundirse mucho las características de un trastorno, se puede producir un exceso de diagnósticos. La consecuencia es que puede haber, aunque no sea demasiado frecuente, niños diagnosticados con trastorno por déficit de atención cuando son más revoltosos de lo normal o padecen otros trastornos. Por esta razón, hay psicólogos infantiles que afirman que los profesores y educadores disponen de herramientas para resolver muchos problemas de conducta, de forma que los niños y niñas que los padecen puedan aprender exactamente lo mismo que el resto de sus compañeros.