Tus mejores pinches duermen en casa

Los expertos ya no saben cómo decirlo: alimentarse de manera sana y equilibrada sienta los pilares de una salud de hierro. Para acercar a los niños a la cocina, la reconocida periodista británica Mandy Francis ha escrito una obra con mil consejos y otras tantas recetas.

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Si hablamos de las cifras de obesidad infantil que presenta el mundo desarrollado, y de manera especialmente preocupante España, no estaremos descubriendo nada nuevo.
Tampoco es ninguna exclusiva el hecho de que los especialistas hacen, prácticamente a diario, llamamientos para que las dietas de nuestros pequeños adquieran mayor calidad no sólo en casa, sino en los comedores escolares y en los establecimientos de restauración.
En opinión de los especialistas, la alimentación de los más pequeños de la casa debe mejorar al mismo tiempo que lo hace la de los mayores, que no se pueden permitir el lujo de no predicar con el ejemplo. El beneficio será para todos los miembros de la familia.
Asimismo, aconsejan implicar a los chavales en todas las tareas relacionadas con la nutrición y éstas van desde llevarles a hacer la compra hasta dejar que nos ayuden en la cocina, incluso desde edades muy tempranas. El objetivo no es otro que enseñar a los críos que la clave de la salud reside en una dieta sana, variada y equilibrada, y que si bien no hay alimentos buenos y malos, sí es necesario restringir el consumo de algunos de ellos y potenciar el de otros.
Sin embargo, los propios padres en ocasiones se quejan de que ellos no cuentan con la formación necesaria para impartir estas enseñanzas o de que llevar la teoría a la práctica (sobre todo a la hora de meter a los peques en la cocina o introducirles nuevos sabores) no es una tarea fácil.
Para facilitar esta labor, Mandy Francis, una colaboradora habitual del Daily Mail y con una larga trayectoria en las secciones de salud de algunas de las mejores cabeceras británicas, ha escrito Cocina Sana para Niños (Editorial Nowtilus).
La autora parte de la base de que, en ocasiones, los padres ponen toda su buena voluntad, pero las pataletas de los niños, el ajetreo diario y el desconocimiento en materia de dietética hacen difícil una tarea (dar de comer) que a priori parece extremadamente simple.

Soluciones sencillas

Por ello, Francis ha querido responder a las dudas y planteamientos más habituales ofreciendo soluciones sencillas y asequibles para la inmensa mayoría de los hogares.
Cómo variar la dieta, interpretar etiquetas, útiles de cocina necesarios para preparar sus menús, conocimientos sobre vitaminas, minerales, la importancia de la leche o del pan y sus derivados. Qué alimentos pueden sustituir a otros en caso de alergias o intolerancias, cómo limitar grasas y azúcares sin perder sabor. Qué hacer con los productos procesados. Dar con la mejor elección cuando se acude a un establecimiento de comida rápida, alternativas a los refrescos con gas, trucos para fiestas de cumpleaños… Y así hasta un largo etcétera que resolverá muchos de los conflictos que a diario se presentan en todos los hogares en referencia a la comida.
Por ejemplo, se destaca que los niños no son computadoras y que no todos están listos para alimentarse con sólidos a la misma edad (y que no ocurre nada por ello). También que, si se recupera el hábito de preparar y congelar alimentos, no sólo mejorará la dieta, si no también la economía familiar.
Uno de los apartados más útiles hace referencia a la dieta de los niños con necesidades específicas (alergias, intolerancias…) o bien a los que, por ejemplo, son vegetarianos. Francis destaca que, siguiendo unas normas sencillas, el hecho de alimentarse fundamentalmente de productos vegetales no tiene por qué repercutir en la salud de nuestro vástago.
¿Y qué hacer con los que no comen? Según esta especialista, es absolutamente contraproducente convertir la hora de la comida en un suplicio para el pequeño o amenazarle con llenarle más el plato si no se lo termina todo.
Es preferible hacer raciones más pequeñas y no introducir nuevos alimentos a la fuerza por aquello de que hay que comer de todo. Lo normal, según los expertos, es que haya que presentar un nuevo producto entre ocho y diez veces para que el niño se decida a probarlo.
Asimismo, y aunque es una tarea pesada, es recomendable que padres e hijos coman juntos. En este sentido, hacer partícipe al niño de la compra y de la preparación de los alimentos es vital para conseguir que comer no sea una pesadilla.
Finalmente, la obra se complementa con unas recetas que muestran cómo confeccionar menús saludables, nutritivos y divertidos para los pequeños; cómo presentárselos de forma atractiva y cómo conservarlos para que la tarea de cocinar sea más productiva.

Dibujos animados

Los Simpson, South Park, Shin Chan… Muy diferentes entre sí, estas series de dibujos animados comparten una característica común: sus contenidos no están dirigidos a un público infantil. Adultos que roban tiempo catódico a los niños, en este caso usurpando su formato predilecto.

Autor: RODRIGO SANTOMINGO

Sarcasmo con un alto grado de acidez. Varios niveles de realidad fundidos en una (aparentemente) simple trama que apenas dura 25 minutos. Todos tipo de ironías, dobles sentidos, bromas sofisticadas y mensajes sutiles.
El dibujo animado –antaño territorio casi exclusivo del público infantil– busca audiencia entre los adultos con una voracidad inédita en su relativamente corta vida.
Con más de una década de emisión ininterrumpida en España, Los Simpson son el paradigma de un fenómeno de apropiación indebida que también ejemplifica la vulgar South Park o las desventuras del dulcemente odioso Shin Chan.
Los dibujos para adultos no son más perniciosos que muchos contenidos programados en horario de máxima protección para la infancia (pensad en telenovelas, el Tomate o los morbosos realities que pueblan la parrilla a diario). Su peligro radica en que, queriendo o no, tienden una trampa a tantos padres que aún identifican ficción ilustrada con apto para menores.  

Como los videojuegos

“Pasa igual que con los videojuegos”, apunta desde la asociación Protégeles.com su director de proyectos, José Luis Zatarain. “Por su forma de presentación, parece que el videojuego y el dibujo animado son algo por definición destinado al uso de los niños. Yo haría una llamada de atención a los padres. Primero para que vigilen lo que ven sus hijos. Y también sugerimos que se animen a denunciar los incumplimientos del código de autorregulación a las asociaciones de protección del menor, que se quejen formalmente, que protesten”.
Dicho código, firmado por las grandes cadenas en diciembre de 2004, no es en realidad más que un mero lavado de cara que muestra el camino a seguir pero nunca de forma vinculante. Papel mojado que todos rubrican y nadie cumple.
Indica, por ejemplo, que de 6 de la mañana a 10 de la noche (y en especial de 5 a 8 de la tarde en laborables, de 9 a 12 de la mañana en fines de semana), las televisiones deben “evitar la utilización instrumental de los conflictos personales o familiares como espectáculo, creando desconcierto en los menores”. Toda una utopía, a la vista de los contenidos que en esas horas alimentan a nuestra degradada caja tonta.
“Cuando el padre de Shin Chan discute con la madre, lo primero que hace es meterse en su habitación a beber cerveza”, señala como botón de muestra Victoria Tur, profesora de la Universidad de Alicante y investigadora principal de un proyecto financiado por el Ministerio de Educación para catalogar la programación que se emite en horario supuestamente infantil.
Tur advierte: “los padres confían demasiado en que las televisiones programan de forma responsable. La autorregulación es necesaria pero no suficiente”.


TRAMOS DE EDAD

Según la profesora Victoria Tur, a la hora de hablar de contenidos para menores suele caerse en el error de concebir “la infancia como cajón de sastre, cuando lo cierto es que las diferencias psicocognitivas son enormes dependiendo de la edad”. Es por ello que uno de los principales objetivos del proyecto emprendido por su universidad en colaboración con las de Navarra, Sevilla y Carlos III (Madrid) es acotar la pertinencia de los programas según tres tramos de edad hasta los 12 años. 

0 a 6 años
Capacidades cognitivas limitadas. Es necesario que las tramas sean lo más sencillo posible.

7 a 9 años
Los niños ya son capaces de discernir entre realidad y ficción, por lo que es posible aumentar el nivel de complejidad.

9 a 12 años
Hablamos de un visionado desde una perspectiva que ya cuenta con una cierta madurez.

Otro frente de batalla trata de conseguir que las televisiones añadan más información sobre el tipo de imágenes que se contemplan (violentas, sexuales, con lenguaje soez), tal y como ya ocurre con los videojuegos.

"Mi madre me dio un salvavidas para mi autoestima"

Es la superestrella de la psiquiatría española. La voz a la que todos recurren para intentar entender los más oscuros entresijos de la mente. En su último libro, La Autoestima (Editorial Espasa), Luis Rojas Marcos recuerda una infancia y adolescencia llenas de altibajos emocionales. Con catorce años suspendió cinco de ocho. Rojas Marcos habló para PADRES desde su despacho en Nueva York.

Autor: RODRIGO SANTOMINGO

P. Cuenta en La Autoestima que le expulsaron de dos colegios, que era un niño tremendamente travieso. Nosotros recibimos a diario peticiones de ayuda provenientes de familias con hijos que responden al mismo perfil. Es habitual que soliciten información sobre colegios internos, en muchos casos para niños de 7, 8 o 9 años. ¿Son una opción recomendable?
R.
No en niños menores de 15-16 años. También depende de la situación: si el niño está en un ambiente que le hace sufrir, entonces quizá su seguridad psicológica quede mejor protegida en un internado. Pero en general –y es algo que está muy demostrado en los estudios sobre el desarrollo de los seres humanos– hasta los 15, 16 o 17 años necesitamos las relaciones con nuestros padres. Sacar a un niño de casa a los 8, 9, 10 años no es recomendable a no ser que se le quiera proteger de males mayores.  

P. Habla de su madre como una especie de ángel salvador en los momentos más duros de su infancia. ¿Se entiende al Luis Rojas Marcos adulto sin su figura?
R.
Sí, y en otro sentido la de mi padre también fue fundamental. Él era una persona bastante autoritaria, con una idea muy clara del bien y del mal, de lo correcto y lo incorrecto. Un hombre que no se sentía cómodo en los grises, en la duda. Por el contrario mi madre se movía muy bien en ese mundo donde no hay extremos. Ambos tuvieron una influencia positiva, mi padre recurriendo más al miedo, la amenaza… Claro, hablamos de los años 40…

P. Probablemente no sabía educar de otra forma…
R.
Y educarme a mí no era fácil… (risas). No sabía hacerlo de otra forma y además era una época en la que se aceptaba la disciplina a ultranza y a todos los niveles. El autoritarismo no sólo estaba presente en el mundo político, también impregnaba los colegios, la familia, toda la sociedad.

P. ¿Y su madre era el contrapeso a esa concepción en exceso autoritaria de la educación?
R.
Ella me dio una aceptación emocional –a veces verbal y a veces no verbal, con gestos, sonrisas– que en esos momentos fue como un salvavidas para mi autoestima. A pesar de no tener estudios, y gracias a su inteligencia social y emocional, pudo captar que esa energía exagerada, impulsiva, molesta, se podía encauzar. En mi caso, dado que los deportes no eran lo mío, pensó que la música podía servir. Primero la guitarra y luego la batería, un instrumento muy adecuado para niños hiperactivos… Esto no sólo encauzó esa energía, sino que hizo que mejorara mi autoestima. Yo tocaba la guitarra y los amigos me decían “qué bien suena esto”: por fin estaba haciendo algo que era aceptado por la gente a mi alrededor.  

P. Recuerda con especial cariño a Doña Lolina, una profesora determinante para enmendar su hasta entonces errática trayectoria académica. ¿Considera que el mejor antídoto contra el fracaso escolar son los profesores irrendentos y vocacionales?
R.
El impacto de un profesor que perciba algo redimible, positivo, en un niño con problemas, y que además sea capaz de infundirle comprensión, incluso cariño, el impacto decía, es tremendo. Para que esto ocurra, a veces es importante considerar un cambio de colegio. Hay padres que se aferran a que el niño siga en el mismo colegio durante toda su educación, y puede ser que ese profesor que puede modificar las cosas no esté en ese colegio, que a lo mejor tiene muy buenos profesores, pero que quizá ya han tachado de “imposible” a ese niño conflictivo.

P. Y entonces todo comenzó a mejorar. Como un círculo vicioso pero a la inversa.
R.
Me animé, empecé a aprobar (con 14 años, de ocho asignaturas suspendí cinco) y comencé a recibir mensajes positivos de mi entorno. Es algo que se retroalimenta: consigo retos, mi entorno me lo reconoce, mejora mi autoestima…

P. Se refiere al cariño, el afecto y a disfrutar de un entorno seguro durante la infancia como auténticos pilares para construir un sano “concepto de uno mismo”. Parece que los padres tienen esto claro, pero muchos desatienden la otra cara de la moneda, esto es, poner límites claros, mostrarse firme cuando es necesario…   
R.
Un elemento muy importante para crear una buena valoración de nosotros mismos es lo que en psicología se llaman funciones ejecutivas, que son nuestra capacidad para autocontrolar comportamientos e impulsos, planificar nuestra vida, perseguir metas. Y son los padres los que tienen que enseñarnos esto poniendo límites, dando premios y castigos razonables, estableciendo reglas imprescindibles para disfrutar de la vida en sociedad. En mi opinión, lo que ocurre en España y no en otros países es que tantos años de dictadura han conseguido que muchos padres teman ser tildados de dictadores. No saben separar lo que es disciplina necesaria de autoritarismo.    

P. Afirma que en España existe “una tradicional tolerancia” hacia problemas como el fracaso escolar y la emancipación tardía, que esto no afecta demasiado a la autoestima de nuestros jóvenes y adolescentes. ¿Deberíamos aplicarnos más el “mal de muchos, consuelo de tontos”?
R.
Los seres humanos necesitamos ser comprensivos con nosotros mismos, buscar excusas y mecanismos de defensa para poder sobrellevar los fracasos, las humillaciones, las decepciones. Esto, claro, tiene sus límites. Yo no creo que en España abusemos de esos recursos, pero concretamente sobre estos dos temas hay una aceptación que en EEUU no existe. Comentarios como “sólo me han cateado dos”. O “la carrera son cinco años, pero yo la haré en ocho”. No se ve como algo tan grave…   

P. Asegura que la víctima del bullying corre el riesgo de sufrir miedo crónico y un sentimiento de indefensión que le acompañe toda la vida. En España hay estudios que aseguran que un 25% de escolares sufre acoso. Otros más fiables nunca lo cifran en más del 5%. Le invito a que lidie en la polémica… 
R.
Lo importante es definir qué es acoso, algo muy subjetivo. Yo considero que es un ataque continuado, organizado de alguna forma. No sé qué tipo de preguntas se hicieron en ese estudio del que habla.

P. Brevemente, el problema es que en la encuesta todo sumaba para medir el grado de acoso. Tener un mote por ejemplo, algo que creo nos ha ocurrido a todos.
R.
A mí me llamaban “gafitas cuatro ojos, capitán de los piojos”… ¿Me sentí acosado? No. ¿Me creó un trauma? No. En España el estudio del bullying es más o menos reciente. Y lo que pasa con fenómenos que empiezan a estudiarse es que se tiene a exagerar su incidencia, lo cual no es necesariamente negativo: a lo mejor hay que exagerar para que la gente se entere de que hay un problema y tome conciencia. Ahora, si lo que queremos es estudiarlo desde un punto de vista realista y científico para utilizar los datos que nos van a ayudar a poner remedio al problema, el exagerar no nos ayuda. 

P. Hace unos días ocurrió una nueva matanza de estudiantes en EEUU: más de 30 estudiantes muertos en la Universidad de Virginia. Aún sabemos poco sobre el responsable, pero ¿piensa que podría responder al perfil de un alumno que ha sufrido acoso?
R.
No me extrañaría. Por lo que parece fue una revancha… En los casos anteriores de asesinatos múltiples en colegios siempre ha habido un componente de acoso, con chicos que se han sentido marginados y humillados. No me extrañaría que, en este caso, parte de su odio haya sido alimentado por el ambiente del que estaba rodeado.

Un figura en casa

Que tu hijo juegue al fútbol como Ronaldinho o pueda convertirse en el próximo Gasol suena maravilloso. Eso si sabes cómo dirigir sus pasos y organizar su tiempo y su formación convenientemente.

Autor: Sergio SÁNCHEZ

Imagina por un momento que ese sueño que tuvo cuando supo que iba a ser padre se convierte en realidad y que su hijo resulta tener un talento oculto. Suele traer los zapatos rotos por la puntera y la camisa arrugada por los agarrones de los compañeros. Algo después comienza a despuntar en el equipo del colegio. Una temporada excelente en el club local y un ojeador que le pide el teléfono al entrenador. Una llamada y comienza una historia diferente a la que pocos padres están acostumbrados.

En los Estatutos y Normativas de la Federación y en la Ley Española del Deporte se recoge explícitamente la irregularidad que supone proporcionar beneficios económicos a las familias como medida persuasiva para adquirir los derechos de la tutela futbolística de los chavales. Se entiende por esa tutela el derecho de traspasar o mantener al jugador menor de edad dentro de los clubes, y con ello asegurarse no sólo la preparación más adecuada, sino su debut profesional, así como una posible venta después a otro club.

Una práctica habitual

Sin embargo, comprobamos que es una práctica muy habitual que los clubes negocien con las familias honorarios más o menos enmascarados. Como nos cuenta Pedro de Felipe, representante de jugadores, puede hacerse en forma de ayudas para estudios o manutención: “Es lo que yo llamo el ‘Caballo de Troya’. Parece muy bonito por fuera, pero luego pueden existir engaños”. La proposición se le ofrece a los padres. Ellos, como representantes ante la ley de los niños, son quienes firman esas ‘ayudas’.

El asunto es como sigue: un equipo coge un chaval con 11 años. Promete. Lo une a sus equipos de fútbol base pagándole la manutención, los estudios y el material deportivo, junto con una pequeña ayuda mensual para transporte, unos 500 euros. A los 18 años sale Iniesta, Messi o Agüero. 24 millones de euros por traspaso que el club se lleva íntegros al ser de su ‘propiedad’. Un solo jugador de estas características consigue saldar la ‘deuda’ del 84% de los futbolistas de las categorías inferiores que nunca llegarán a ser profesionales. Un buen negocio para los clubes y para los representantes. Para los niños que llegan a ser estrellas, sin duda también. Pero hay un buen número de ellos que se quedan en el camino. Los chavales, de esta manera, entran en una cadena en la que la opinión de los adultos está por encima de muchas de las prioridades que los expertos en educación y desarrollo consideran esenciales, como la estabilidad y un entorno en el que se prime por la educación integral.

En manos del experto

Nos pusimos en contacto con la oficina del Defensor del Menor para conocer la opinión de un experto en la materia y allí conocimos a José Antonio Luengo, Secretario General del Defensor del Menor y psicólogo deportivo de las categorías inferiores del Getafe CF.

Según él, “Como en Fuenteovejuna, es un poco culpa de todos, pero la familia es quien tiene la última palabra. Los padres de los chicos que reciben la tentación del fútbol tienen varias alternativas: seguir apostando por la educación integral del chaval complementada por la aparición del deporte digamos de una manera más comprometida, o pueden perder un poco los papeles, vestir al niño de lagarterana si hace falta y pensar que el chaval va a llegar a ser el mejor del mundo. El problema mayor viene cuando son los padres los que priorizan el futuro deportivo de sus hijos por encima de todas las cosas, y esto con chicos de muy corta edad”. 

Si la opción es la de que sea deportista, hay que tener en cuenta algunos aspectos. Como vemos, no es sencillo asumir la responsabilidad de dotar a tu hijo de un ‘empleo’ a corta edad. Varios son los riesgos desde el punto de vista del padre. El primero, pensar que el niño no se está esforzando al realizar una práctica que a él le gusta. “Un deporte de elite”, nos comenta María José Ordóñez, psicólogo, “exige un esfuerzo al que el niño puede no estar acostumbrado, tanto en uso del tiempo como en el cese de otras actividades propias de su edad”.


DECÁLOGO VÍA AL ÉXITO

1- Prepárale para el exíto: los deportistas de elite son superdotados de alguna manera y por eso es importante que el niño se sitúe en su entorno.

2 -. . . y para el fracaso: un niño mal preparado psicológicamente puede sufrir depresión y obsesiones si fracasa. Hay que hacerle ver que perder es una parte de la vida igual a la que supone ganar.

3 – Abajo esos humos: el niño puede creerse superior o hacerse mayor antes de tiempo. No conviene que se sienta más que nadie.

4 – Que no se convierta en un consentido: el ‘mini deportista’ puede utilizar su esfuerzo para ‘conseguir rebajas’. Es necesario establecer normas que le igualen con los demás niños.

5 – Busca apoyos: sus profesores, su pedagogo en el colegio, su entrenador… Hay personas que pueden echarle una mano en esta situación.

6 -Que no se obsesione: la capacidad de superación es importante siempre y cuando no se convierta en obsesión.

7 – La gallina de los huevos de oro: tu hijo podría ganar dinero a corta edad y en abundancia. Ese flujo económico debe ser enfocado en su vida con mucha responsabilidad.

8 – Está en edad escolar: es difícil compaginar estudios, aficiones y obligaciones deportivas, pero es necesario.

9 – Relaciónale: deja que tenga novia y un grupo de amigos nutrido. Su mundo podría verse reducido al deporte, y si fracasa necesitará un grupo de apoyo.

10 – Comunicación: con sus   hermanos, su entorno, el resto de la familia. Que no se aísle.

En busca de colegios más sanos con EducaSalud

En un mundo en el que más del 90% de la mortalidad precoz está relacionada con el estilo de vida, nace un nuevo portal, EducaSalud (en www.educared.net/educasalud), que trabaja desde la red de redes en la promoción de los hábitos saludables en las escuelas con un objetivo final: que padres, educadores y alumnos se conviertan en agentes de salud, medio ambiente, higiene e incluso justicia social.

Autor: Zaida Pérez de Aranda

Ante la necesidad de contar con un espacio que aborde específicamente la educación para la salud, acaba de nacer EducaSalud (www.educared.net/educasalud), un portal abierto a la colaboración de todos que pretende crear hábitos saludables entre los alumnos y en la comunidad educativa en general..
Así, este sitio web, perteneciente al programa EducaRed, aborda las áreas de alimentación, comportamiento, sexualidad y afectividad, salud del alumno, deportes, juegos y hábitos saludables, entre otras. Todo ello con un marcado carácter formativo y también de actualidad.
Pero como la salud va mas allá de un conjunto de normas y hábitos, EducaSalud abarca también cuestiones como el medio ambiente, la educación en valores y la justicia social. Se trata de que las escuelas se conviertan en espacios que generen salud y que, a través de ellas, padres, educadores y alumnos se conviertan en agentes de salud que transmitan e impregnen con su mensaje a toda la sociedad. Para ello se ofrecen materiales docentes y se promueven acciones en la escuela.

OBESIDAD INFANTIL

Consejos, enlaces interesantes, foros de opinión, un tablón de anuncios, noticias y temas tratados en profundidad es lo que podemos encontrar en la sección dedicada a la alimentación dentro de EducaSalud. De hecho, éste es un buen sitio para informarse de temas tan de actualidad como la obesidad infantil o de trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia.
La obesidad infantil se ha convertido ya en toda una epidemia de los paises industrializados, que ha crecido como una bola de nieve y que, según las previsiones para los próximos años, será imparable, con graves consecuencias como la aparición de enfermedades exclusivas de los adultos hasta hace sólo unos años, y su relación cada vez más estrecha con la muerte prematura y diversos tipos de cáncer. Además, no hay que olvidar que las personas afectadas por obesidad o sobrepeso son, a menudo, víctimas de estigmatización y discriminación social a todas las edades.
Lo cierto es que la herencia es algo que no podemos modificar, pero nuestra forma de vida puede influir positiva o negativamente en su comportamiento. Los genes no son una condena del destino, la obesidad se puede prevenir o controlar con una combinación de dieta, actividad física y medicamentos. En muy contadas ocasiones, las personas sufren mutaciones en genes individuales que resultan en una obesidad severa que se inicia en la infancia. El estudio de estos individuos ofrece conocimientos sobre los complejos mecanismos que regulan la ingesta y el gasto de energía. Pero la prevención sigue siendo el mejor frente de acción contra la obesidad.

PROBLEMAS DE VOZ

Dejando a un lado la alimentación, el portal EducaSalud también ofrece otros temas de interés para padres y profesores, como que el 40% de los niños en edad escolar y hasta un 22% de sus docentes padece algún tipo de problema en la voz, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología (Seorl). En el niño, como en el adulto, este problema puede ser ocasionado por una alteración anatómica de la laringe o por una disfunción entre los diferentes órganos fonatorios. En ellos la patología más frecuente (50 a 80%) son los nódulos.
También los padres y profesores navegantes pueden hacer uso de un canal dedicado a los primeros auxilios, con consejos sobre lo que debe contener un botiquín de urgencia, qué hacer ante una intoxicación o cómo reaccionar ante una urgencia por consumo de drogas, entre otros.

IMPLANTE COCLEAR

Otro aspecto en el que se profundiza desde esta web tan saludable es el del implante coclear (IC). En torno a 150-300 niños y 250 adultos necesitan un implante coclear cada año para recuperar su capacidad auditiva. Sin embargo, la tasa de implantación en nuestro país sigue siendo baja, en torno al 70%.
Los mejores resultados se obtienen en niños nacidos con una pérdida de audición severa –sordera prelocutiva–, donde el IC tiene una efectividad del 95%. Este problema afecta a 1 de cada 1.000 recién nacidos en España, y es importante evaluar cuanto antes la posibilidad de un IC. Diversos estudios han comprobado que si la intervención se realiza antes de los dos años el desarrollo del lenguaje es el mismo que el de un niño sin problemas de audición, sin necesidad de aprender el lenguaje de signos ni leer los labios.
Diabetes, piojos, fobias, ansiedad, depresiones, adicciones, problemas de la piel como el acné o la dermatitis, gastroenteritis o vacunas  son sólo algunos de los otros temas que se pueden encontrar y sobre los que se puede opinar en EducaSalud.


               El asma, principal causa de ausencia escolar, afecta hasta al 12% de niños


El portal EducaSalud cuenta con una interesante sección dedicada a novedades y noticias, donde aparece destacada este mes el asma, enfermedad que es la principal causa de ausencia escolar y afecta hasta al 12% de los niños. Lo cierto es que su incidencia aumenta cada año y que, con la llegada de la primavera, se incrementa el número de casos de asma alérgica, debido a alérgenos como el polen.

Según el doctor Julio Ancochea, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), “el asma es una enfermedad muy frecuente cuya prevalencia se ha incrementado debido al estilo de vida actual de las sociedades occidentales. Sin embargo, es una enfermedad infradiagnosticada; es decir, hay muchos asmáticos que desconocen que la padecen y relacionan sus síntomas con otras muchas causas como alergia, catarros, ansiedad…”

De hecho, existen falsas creencias, como confundir el asma con una simple alergia o pensar que el asma provoca sólo ahogos y no tos u opresión en el pecho.

Según un estudio realizado por la Fundación AstraZéneca, 2 de cada 5 asmáticos padecen síntomas diarios (tos y dificultad para respirar) de la enfermedad. No obstante, la mayoría de estos pacientes piensa erróneamente que controla su asma.

El tratamiento debe ser individualizado para cada paciente, ya que, de ser así, el asma se puede controlar totalmente y, en la mayoría de los casos, el paciente lleva una vida completamente normal. Ahora bien, los pacientes asmáticos demandan tratamientos más simples y menos agresivos, que les permitan tener una mejor calidad de vida. Y es que, según afirma la presidenta de la Asociación de Asmáticos Madrileños (Asma Madrid), Genoveva Villar, muchos de los medicamentos que toman tienen efectos secundarios graves.

Más información en www.educared.net/educasalud/info/info_noticias.asp?idn=2521.

No olvides que eres su espejo

Los niños hacen lo que ven hacer. El primer aprendizaje del niño, el inmediato, el espontáneo, es por imitación. De ahí la importancia de que lo que los niños vean hacer sea algo digno, con categoría.

Autor: RAFAEL GÓMEZ PÉREZ


Los niños aprenden por imitación. Que se sepa, fue Aristóteles el primero que lo dejó escrito. En su Poética dice así: “El imitar es connatural al hombre desde la niñez, y se diferencia de los demás animales en que es muy inclinado a la imitación y por la imitación adquiere sus primeros conocimientos”.

En algunas pinturas rupestres, de unos treinta mil años de antigüedad, se ve a veces la impronta de una pequeña mano. A mí me gusta imaginarme que un niño o una niña, hijos del artista paleolítico, al ver a su padre pintar, quisieron hacer lo mismo.

Son varios los ámbitos de la imitación y van cambiando con la edad. Primero, la familia; después, la escuela. Después, de forma creciente, el grupo de amigos. Y el cuarto ámbito, que es moderno por su intensidad, es el electrónico: televisión, videojuegos, internet.

Esencial es, como se sabe desde siempre, el ámbito de la familia. Ahí se adquieren o no las principales pautas que, de algún modo, permanecen siempre.
Lo que más se imita es “lo que entra por los ojos”, ya que la vista es el sentido principal. Y a quienes más se imita es a los padres.

Primera conclusión: los padres han de cuidar no hacer a la vista de los hijos lo que podría no ser conveniente para ellos, porque no lo entendieran o porque les sugiriese una mala imitación.

COSAS QUE SÍ Y QUE NO

¿Hace falta dar ejemplos? No discutir; no dirigirse palabras ofensivas; no hacer excesivas demostraciones de  caricias; no mostrar una preferencia por alguno de los hijos; no perder el tiempo. Y algo que puede parecer trivial pero que es esencial en cualquier hogar: no dejar las cosas por medio; por ejemplo, al quitarse la ropa. Conozco un caso patológico de alguien que, con casi diecinueve años, va dejando un reguero de ropa en el suelo desde su cuarto hasta el cuarto de baño, cuando va a ducharse. Está bien documentado que es una copia, aunque corregida y aumentada, de lo que hacía su padre…
O bien ejemplos en positivo: estar atareados; leer; saber apagar el televisor después de ver el programa que interesaba; ayudarse el uno al otro en la cocina y tareas de la casa, en el cuidado de los hijos; saber prescindir de algo que gusta, a favor de los demás…

La coherencia es muy importante: si los hijos, desde muy pequeños,  ven que los mayores no acaban nunca de recoger la cocina, que a veces se quedan cacharros sucios horas enteras, no se les podrá decir que recojan los juguetes…
Es importante alimentar estos hábitos buenos desde que los niños son pequeños; parece que no se fijan, que aún no entienden, pero se dan cuenta de todo, a su modo, y lo guardan en su experiencia.
Hablaba de estas cosas con un amigo, psicólogo profesional, uno de los que saben combinar (lo que no es corriente) la preparación científica con el sentido común, y me decía que la mayor dificultad en este asunto proviene más de los padres que de las madres, como media.

CUANDO SEAS PADRE…

Las madres poseen, por instinto, el sentido de la  protección inmediata y efectiva  de los hijos y entienden a bote pronto lo de saber dejar de hacer algo si es en beneficio de los niños.  En cambio, el padre tiene más tendencia a considerarse el señor de la casa, el de más privilegios, porque ya ha accedido por fin a lo que esperaba.  “Es lo más frecuente”, comentaba mi amigo psicólogo, “pero cada vez con más excepciones, porque las nuevas generaciones son más normales, más justas”.
Hay que desechar, en la familia, la misma idea de jerarquía, porque la familia, en sí misma, es lo opuesto a cualquier jerarquía. No al respeto, que es cosa muy distinta. También es importante el respeto allí donde se da la mayor familiaridad e intimidad posibles.

Me parece estar oyendo, si leyese esto, a mi amigo Henry, hippy  a mediados de los setenta y hoy soltero, cincuentón y un poco pasado. Para él, todo lo que no sea hacer ante todo lo que se te antoja en cada momento es hipocresía burguesa. Yo le digo que no me corto las uñas de los pies delante de todo el mundo, y no por eso me considero hipócrita. Por no poner ejemplos más gráficos.

Todas las sociedades tienen sus cautelas y  sus prohibiciones. Algunas son muy netas: “No matarás”. Otras son más tenues. Lo único que hay que esperar es que nunca sean irracionales, perjudiciales para alguien e indignas del ser humano. “Pero a nadie haces  daño, al contrario,  –le diría a Henry– si te tapas  la boca al bostezar en público, porque así evitas que tengan que ver tus fauces y tus caries”.

No le hagan caso a Henry, que se ha quedado tan atascado en su progresía que hasta se ha hecho, como le llama nuestro común amigo Sergio, “un beato de lo alternativo”. No hay que cansarse  de hacer el elogio de la bondad. Lo mejor es que los niños, que lo ven todo, vean en sus casas cosas buenas. Parece algo elemental, pero qué difícil es en la práctica.

Nuevas tecnologías con precaución

Autor: padresycolegios.com

La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de los Colegios de Fomento (Fapace) organizó, junto con los centros “Las Acacias” y “Montecastelo”, su 33º Congreso con el título  Familia y cibersociedad. El evento, que se desarrolló  los días 19, 20 y 21 de abril, mostró a los padres asistentes el efecto que las nuevas tecnologías pueden llegar a tener en sus hijos para  fomentar  su uso responsable y así enriquecer su formación