La ópera se cuela en las aulas

La ópera como vehículo de aprendizaje (LÓVA) es una iniciativa educativa protagonizada por profesores y alumnos cuyo objetivo es montar desde cero una ópera.  Pasen, lean y diviértanse.

Desde el libreto, hasta la composición musical, pasando por la producción, regiduría, vestuario, maquillaje, escenografía, iluminación, promoción… Y así hasta abordar todas y cada una de las tareas necesarias para organizar una ópera. Más de cincuenta alumnos del Colegio “Miramadrid” están trabajando, en dos compañías diferentes, en horario lectivo para estrenar a finales de mayo dos montajes que han creado desde cero, con la orientación inicial de los profesores. El colegio “Miramadrid” es uno de los centros en España que se ha sumado al proyecto LÓVA (la ópera como vehículo de aprendizaje), que convierte las aulas en lugares de trabajo y a los alumnos en los integrantes de una gran compañía teatral. Para orientar a los alumnos en este particular viaje (toda una metáfora de la vida) los profesores han tenido que formarse previamente en unos cursos organizados por la Fundación Saludarte con el apoyo de los Amigos de la Ópera de Madrid y del Teatro Real de Madrid. Estefanía Grau es una de las coordinadoras de este proyecto en el “Miramadrid”: “Es la tercera vez que participamos en este fascinante proyecto. Los dos anteriores años lo hicimos en primaria y el resultado fue fantástico. Los niños se los pasaron genial y aprendieron muchísimo. Y este año, lo estamos llevando a cabo en secundaria, en tercero de la ESO y hemos organizado dos compañías diferentes. Aunque al principio, cuando les propusimos el proyecto, no les entusiasmó y se sentían muy perdidos, ahora están muy ilusionados con estrenar la obra y mostrar su trabajo a sus compañeros de colegio”.         
Las profesiones
Los alumnos eligen tres profesiones que les gustaría desempeñar dentro del montaje y se llevan a cabo entrevistas para conseguir el trabajo. Los directores, hasta ese momento los profesores, valoran qué  profesión les servirá para desarrollar sus capacidades, aunque no suponga la tarea más fácil a realizar por cada uno. Para elegir su profesión en la compañía antes deben conocer bien en qué consiste. Y por ello, reciben la visita en la clase de profesionales del mundo de la creación: intérpretes, escenógrafos, relaciones públicas, técnicos de luz, diseñadores de maquillaje y vestuario, músicos, directores de escena y de producción que comparten con ellos en qué consiste su trabajo.
Ana Belén de Juan y Almudena García son las coordinadoras del proyecto LÓVA en el colegio “Arturo Soria” de Madrid. “Este años hemos montado dos compañías diferentes en sexto de primaria: El Hormiguero y Lova Max. En cada compañía participan unos veinticinco chavales que trabajan en su montaje, en horario lectivo, y cada uno ejerce un rol de las diferentes profesiones”, cuenta Ana Belén de Juan.
A lo largo del proceso de creación, los alumnos deciden (de forma democrática y participativa) el nombre de la compañía, el título dela obra, los temas que quieren tratar en la composición musical, la historia que quieren contar, las características de los personajes, el marco espacio-temporal en el que se desarrolla la trama, las acciones especiales que se van a llevar a cabo para promocionar la obra.
Almudena García, coordinadora del proyecto en el colegio “Arturo Soria”, desvela que “es una obra en español, con canciones en español y que aborda el tema de la solempatía. Los chavales se inventaron este término, que procede de las palabras soledad y empatía, porque la historia se centra en cómo se puede comprender la soledad del otro. Otro aspecto interesante es que los documentalistas han puesto en marcha un blog donde van contando cómo va la ópera, anécdotas, nuevos retos”.
Trabajar en equipo
¿Beneficios? “Muchos”, asegura Almudena García, coordinadora del proyecto en el colegio “Arturo Soria”. La ópera no deja de ser el pretexto, la meta, pero lo realmente importante es el camino. Y durante este viaje, los alumnos aprenden a trabajar en equipo, a respetar el trabajo de sus compañeros, mejoran en expresión oral y escrita y a nivel emocional mejoran su autoestima y confianza en ellos mismos”.
Estefanía Grau, coordinadora de este proyecto en el colegio “Miramadrid”, apunta más beneficios de la actividad: “Aprenden a tomar decisiones, a ser más independientes y autónomos, a ser más creativos e imaginativos e incluso aprenden a aceptar las críticas”.
El próximo mes de junio estos colegios madrileños estarán de fiesta. Por fin, habrá llegado el gran día del estreno. Será entonces cuando el regidor gritará con ilusión: “Arriba el telón”.

TESTIMONIOS

“Ahora estoy construyendo una pista de baile en la cafetería para el primer acto”

Iván Reques, 14 años. Estudia 3º de la ESO en el colegio “Miramadrid”. Es carpintero. Se ocupa de construir el decorado de la ópera.
“Elegí la profesión de carpintero, porque se me da bien lo de construir y las manualidades y estoy contento con mi trabajo en la ópera. Ahora estoy construyendo una pista de baile para el salón-cafetería que es donde se desarrolla el primer acto. Es una labor muy entretenida e interesante, porque al estar la obra ambientada en los años cincuenta en Estados Unidos, reviso el estilo en internet que predominaba en aquella época para contextualizarla correctamente. Aunque al principio el proyecto no me entusiasmó demasiado, ahora estoy más motivado y ya queda menos para que estrenemos en mayo”.

“Nuestra ópera es en español y aborda el tema de la adolescencia”

Candela Hita, 14 años.  Estudia 3º de la ESO en el colegio “Miramadrid”. Es la directora de la ópera.
“Mi trabajo consiste en coordinar a todo el equipo que participa en la ópera, en dirigir las tareas y también me toca decir lo que no está bien y debe cambiarse. Es un oficio complicado, pero es muy interesante y muy enriquecedor cuando descubre que todo marcha y el resultado va a quedar muy chulo. Nuestra ópera es en español, está ambientada en los años cincuenta en Estados Unidos y aborda el tema de la adolescencia, porque todos los que participamos en ella, estamos viviendo esta etapa. El primer acto se desarrolla en una cafetería y es ahí donde se presentan los personajes. Espero que nuestra ópera guste al público”.

“Me ocupo de coordinar el trabajo de todo el equipo y de ver lo que hace falta”

Raquel Perán, 14 años. Directora de producción de la segunda compañía de 3º ESO del colegio “Miramadrid”.
“Nuestra ópera se titula El dólar italiano, está ambientada en los años cincuenta de Estados Unidos y es una drama. El texto es en español, las canciones son en inglés y la música es de misterio. Retrata la vida de cinco de personajes, sus alegrías y miserias relacionados con la mafia. Ya tenemos casi acabada la escenografía, música, texto, vestuario y guión del primer acto. Las primeras escenas de la ópera transcurren en un despacho. Mi trabajo como directora de producción consiste en ver lo que necesitan los diferentes técnicos, contar lo que está bien y lo que hay que mejorar, coordinar el trabajo y poner plazos de tiempo…”.

Buen humor: aulas en positivo

Los niños pasan la mayor parte del día en el colegio. Habitualmente recibiendo sesudas enseñanzas que dejan poco espacio dentro del recinto escolar al ingenio y la risa. Pero ¿qué sucede cuando el humor y la risa se introduce en el aula?

Si los que ya hemos concluido nuestra etapa escolar nos parásemos a pensar en los profesores que nos han dejado huella, posiblemente la mayoría de los recuerdos se concentrarían en dos perfiles: el de los docentes muy estrictos y el de los docentes divertidos. ¿Cómo olvidar a aquellos profesores que nos hacían temblar y a aquellos otros con los que la hora de clase se nos pasaba volando?
Germán Payo pertenece al segundo grupo. Durante treinta años ha impartido clases en el colegio Antonio Machado de Salamanca, adonde implantó una pedagogía centrada en el buen humor. Su programa, denominado Educa desde el Humor, se ha exportado a numerosos países y en España ha sido galardonado con dos premios a la Experiencia Educativa Innovadora. Uno de sus lemas es “el humor no te soluciona la vida, pero sí ayuda”. Él ha tenido ocasión de comprobarlo en el ámbito educativo.
El humor beneficia seriamente la salud y, según algunos estudios, también la calidad de la enseñanza. Cuando el humor se utiliza en clase, hay un efecto directo sobre el clima escolar, “mejora la relación con los demás compañeros y con el profesor”. Además, “cuando el alumno puede reírse en clase y está relajado, aprende mejor. La tensión no ayuda al aprendizaje”, explica Germán Payo. Además, hay otros dos aspectos fundamentales que se fomentan gracias al humor: los alumnos están más motivados en el proceso educativo y tienen posibilidad de desarrollar su creatividad y su ingenio “lo que les va a ayudar mucho para enfrentarse al estrés”.
La risa se emplea como medida terapéutica. Pero sus beneficios no se circunscriben al momento en que se produce, sino que van mucho más allá. La risa produce sensación de bienestar, ya que al reír se generan endorfinas y serotonina, permite liberar tensiones y estrés, ayuda a hacer juicios más compensados, poniendo los problemas en perspectiva, mejora la autoestima y estimula la creatividad y el ingenio, entre otros beneficios.
“Muchos profesores son reticentes a introducir el humor en las aulas porque tienen miedo a no poder dominar a la clase, pero esto no tiene por qué suceder”, advierte el experto, que es miembro de la Sociedad Internacional de Estudios del Humor. “Los profesores deben usar el sentido común antes del sentido del humor. Primero hay que lograr el control de la clase, y luego aplicar el sentido del humor durante un tiempo limitado, contando alguna cosa que sea divertida, mediante la improvisación, llamando su atención con algo gracioso o imposible…”, puntualiza Germán Payo.
“Poner límites no está reñido con el sentido del humor, del mismo modo que el sentido del humor no es incompatible con ser serio, cumplidor y exigente en el trabajo”, explica. “Se pueden poner límites, pero sin estar enfadado todo el día”.
El humor en el aula ha de ser un humor blanco, no es un humor basado en el chiste fácil ni en el sarcasmo ni  la burla. En la risa deben participar todos, y en este sentido el profesor ha de cuidar no herir ninguna sensibilidad. No consiste en reírse de alguien sino en hacer partícipe a todo el grupo del buen humor, en el que ninguno de los alumnos sea el blanco de las burlas.

Adaptar las vacaciones a las necesidades del niño

Nos encontramos inmersos en un trimestre muy largo. El hecho de que este año la Semana Santa sea muy tarde hace que haya más de tres meses seguidos de clase. Esto reabre el eterno debate sobre el calendario escolar. ¿Son demasiado largas las vacaciones de verano? ¿Se podrían fragmentar a lo largo del curso? Un debate en el que opinan los expertos y las familias.

La tendencia en el resto de Europa es disfrutar de más periodos de descanso durante el curso y unas vacaciones de verano más cortas, en pro de facilitar la concentración de los niños.  “Vemos como nuestros hijos en estos trimestres tan largos se les ve muy alterados. Es muy difícil que guarden una concentración. No es bueno el calendario actual, no es el más adecuado, porque hay mucha descompensación.”, se lamenta Jesús María Sánchez, presidente de CEAPA (Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos). Además es ya una evidencia, según diversos estudios, que las diferencias entre alumnos que se van acercando durante el curso, vuelven a surgir tras el largo verano.
Desde la confederación se apuesta por otra organización del calendario escolar. Si el número de horas diarias de clase se acortarse y el número de días se organizase de otra forma, sería más llevadero y causaría menos fatiga en el alumnado. De hecho CEAPA, denuncia que el modelo de jornada única, en aquellos centros donde se está implantando ya desde hace muchos años, se ha visto que no es buena.
Con la mirada en Europa, observamos que Finlandia, país que cosecha los mejores resultados en PISA, ofrece 626 horas de clase frente a las 875 horas de España y en ambos países los escolares disfrutan de un largo verano. Países Bajos sigue a Finlandia en los resultados de PISA y sin embargo cuenta con gran número de horas de clase por curso (940) y pocos días de vacaciones incluso en verano.
Menos días lectivos
La generación de los padres actuales estuvimos escolarizados 210 días al año. En la LOMCE, en el Art. 81, establece: “El calendario escolar, que fijarán anualmente las Administraciones educativas, comprenderá un mínimo de 175 días lectivos para las enseñanzas obligatorias. En cualquier caso, en el cómputo del calendario escolar se incluirán los días dedicados a evaluaciones dispuestas en los artículos 20.3, 21, 29 y 36.bis de esta ley orgánica”.  A partir de aquí las Comunidades Autónomas tienen la última palabra. Las oscilaciones van desde los 172 días de clase en la ESO en Galicia o Navarra a los 180 días en Primaria en Andalucía, según datos de CEAPA. Con lo que observamos que, en ocasiones, no se respeta el mínimo establecido por la ley, como denuncia CEAPA.
De cara a evitar trimestres tan lagos como en el que nos encontramos parece haber un consenso en el papel, aunque en la realidad estamos muy lejos del modelo europeo. Desde el colectivo de los profesores, Carlos López, secretario general de FETE-UGT (Federación de Trabajadores de la Enseñanza) aboga por racionalizar el calendario escolar, es decir, “intercalar cada mes y medio, un periodo de una semana para que sirva como descanso del alumnado, pero también para realizar una evaluación, de lo realizado en este periodo de clase, para incidir en aquellos temas que necesitan ser reconducidos para unos mejores resultados”.
El representante de FETE, también ve un problema importante en la climatología de nuestro país “No es lo mismo Noruega que España y nosotros consideramos que hay meses en España que es complicado tener al alumnado en clase por la propia climatología, mucho más cuando no están adaptados los centros al calor”.
Desde la Confederación de Padres se reclaman unas vacaciones de Navidad más cortas. “Creemos que el día 2 de enero tendría que haber clase. A nosotros nos parece que deberían recortarse y ponerse en otra fecha buscar un poco el equilibrio y tener otra semana para intentar compensar”. Respecto a la Semana Santa pone sobre la mesa el problema de las familias en las comunidades autónomas donde las vacaciones escolares son la semana siguiente. “Nosotros siempre hemos dicho que esto modelo conciliador de la vida familiar  y laboral no es. Porque si los padres tenemos las vacaciones en esa semana , que hacemos con los niños la semana siguiente.”, se queja Jesús María.
conciliación
Los profesores disfrutan de 21 días de vacaciones en Navidad, entre 7 y 8 días en Semana Santa y todo el mes de julio y agosto. ¿Hay posibilidades de conciliar? Jesús María Sánchez, de CEAPA, no lo ve claro: “Hay un espacio de tiempo muy grande en el que nosotros no podemos estar pendientes de nuestros hijos por nuestras obligaciones laborales”.  “Yo entiendo que los profesores tienen un único mes de vacaciones que es en agosto pero en julio en el colegio no hay nadie. Esto se tendría que regular de alguna manera”.
Jesús María nos da un ejemplo: “Ya en una comunidad se propuso que en el mes de julio hubiera clases de apoyo para el alumnado que tuviera dificultades durante el curso. Pero fue un globo sonda que no fue muy bien aceptado por los sindicatos de la enseñanza. Yo entiendo que los representantes de los trabajadores de la enseñanza velaran por sus intereses. Aquí habría que ver hasta que punto esos intereses particulares son interés general.”
Por su parte, Carlos López, nos pone el ejemplo de Francia que “en estas semanas de descanso los alumnos pueden ir al centro a la biblioteca  o a hacer actividades extraescolares y el centro está abierto pero sí que hay un descanso en su horario lectivo”.

TESTIMONIOS

Natalia Álvarez-Barón Stoof  
Médico de familia y madre de dos hijos
“Mi familia procede de Holanda. Allí tienen una semana de vacaciones en Navidades, dos en Carnaval, no tienen Semana Santa y tienen un mes y medio de vacaciones en verano.  Para padres que trabajamos me parecen mucho mejor las vacaciones que hay en el norte de Europa, porque tienes que organizarte menos tiempo de vacaciones. Las semanas sueltas se organizan con campamentos o actividades que hay en los propios colegios… utilizando las instalaciones de los colegios, no con los profesores pero sí con actividades en los colegios. En ese tiempo los niños no necesitan madrugar tanto y tienen un sitio donde organizarse los padres.
Con mes y medio de vacaciones vuelven al colegio con “la neurona menos torpe”. Con tres meses no saben ni sumar ni restar”.

Arancha Ruiz González
Secretaria de dirección y madre de dos hijos
“A mí me parece más complicado solucionar el problema con los niños en semanas sueltas durante el año, porque llueve y hace frío, que la organización durante las vacaciones estivales. En verano el clima acompaña más para estar al aire libre. Además tampoco es fácil para mi en el trabajo coger vacaciones una semana en medio del curso cuando, a lo mejor, coincide con balances finales.
Según está la situación laboral, para mí es más fácil que las vacaciones escolares se centren en el verano. Yo prefiero los días sueltos que hay ahora, a que se establezca una semana entera sin clase en mitad del curso. Al ser más mayores, un día suelto de fiesta les ayuda a despejarse y descansar y no me supone el tener que buscar una actividad para ellos.

Miguel Ángel Valero
Profesor de infantil y primaria y padre de tres niños
“Las vacaciones escolares están “organizadas” para que coincidan con los finales de trimestre, aunque las del segundo trimestre (Semana Santa), no siempre coinciden. Con esto se intenta que los niños no arrastren demasiado cansancio. Por otro lado durante los últimos días de clase en junio, si hace mucho calor, los niños no aprovechan el tiempo debidamente.  Muchos padres estarían encantados de que prolongase la jornada durante el verano, pero no todos con la misma finalidad. Todo es susceptible
de cambio, siempre que sea consensuado entre todas las partes y sirva para mejorar la calidad educativa de nuestros hijos. En mi opinión, como padre y docente no me parecería mal que parte de las vacaciones de verano se repartiesen en los otros periodos vacacionales”.

“Vacaciones largas rompen el proceso de aprendizaje”

El profesor Fernández Enguita está inmerso en la investigación sobre la organización de los centros de enseñanza y la profesión docente. Es acérrimo defensor de tomar decisiones en el calendario y horario educativo respetando los ritmos vitales de los niños y los adolescentes.

¿Piensa que las vacaciones actuales hacen perder el ritmo de trabajo educativo?
Es cuestión de grado. Las vacaciones son buenas para descansar y abordar otras actividades, pero más allá de cierto punto rompen la continuidad y el proceso acumulativo del aprendizaje. Si el alumno tiene algo mejor esperándolo en vacaciones, estupendo, pero si no es así no hay mucho que ganar. Contamos con amplia evidencia de que las diferencias de logro que se cierran, en parte, durante el curso se reabren entre cursos.
¿Qué beneficios y que inconvenientes ve a un calendario con las vacaciones más cortas pero más fraccionadas?
El único inconveniente que le veo es para las familias que envían a sus hijos a largos cursos especializados, estancias en el extranjero, etc., o para los alumnos ya mayores que pueden aprovechar el largo verano para buscar un trabajo remunerado, pero todos ellos juntos son una minoría. 

Comparado con otros países europeos en España hay más vacaciones pero sin embargo los profesores tienen más horas lectivas.   
En España el calendario escolar está sistemáticamente organizado para que los profesores vuelvan antes a casa (jornada continua), acudan menos días al año al centro (largas vacaciones) y terminen antes su vida laboral (jubilaciones anticipadas). En las comparaciones internacionales los horarios reales españoles están inflados: aquí inventamos la hora de cincuenta minutos.
¿Nuestro clima condiciona las vacaciones de verano?
 Nuestro clima aconsejaría más que ningún otro mantener a los niños en edificios bien ventilados y refrigerados en verano, y que fuesen a las escuelas representaría algo de justicia compensatoria. Y es mucho más barato «refrigerar» a dos docenas de niños en una habitación que hacerlo en otras tantas.
¿Qué peso tienen los derechos laborales de los docentes en todo este debate?
En primer lugar no deberíamos hablar de «derechos» sino de privilegios o pretensiones. Dicho eso, estos lo tienen todo, son el principal determinante. Los docentes firman y cobran un calendario laboral de once meses. Pero el hecho es que por cada día de vacaciones de los padres los docentes tienen dos.
¿La LOMCE dicta algo al respecto?
Las leyes del Estado dictan los mínimos, las normas autonómicas suelen apartarse nada o muy poco.
¿Alguna autonomías han tomado la iniciativa?
Episódicamente sí, pero siempre ha desencadenado protestas de organizaciones de profesores. La diferencia máxima está en cuatro días para un par de autonomías.

“Los políticos deberían dar sus dietas para becas de comedor”

Esta arquitecta, madre de dos hijas de 10 y 5 años, no para de pergeñar ideas y propuestas para mejorar la Educación y facilitar la labor de los padres en el aprovechamiento y ahorro de material escolar. Lo cual, en los tiempos que corren, puede resultar un gran alivio monetario. Después de la recogida de más de 300.000 firmas en su iniciativa popular para promover el préstamo de libros de texto, ahora prepara una nueva acción en la que propondrá a los políticos que cedan sus comidas subvencionadas para convertirlas en becas comedor. Mientras, va vertiendo sus ideas e inquietudes en su blog “Inquietanzas”.

–Logró gran difusión y apoyo popular con su propuesta de préstamo de libros de texto… Pero ¿en qué quedo esa regulación de los bancos de libros?
–Nunca recibí respuesta a ninguna de las dos entregas de firmas, ni del Ministerio de Educación ni, mucho menos, del ministro.
–Las editoriales le debieron ver como su enemigo número uno.
–La Asociación Nacional de Editores de Libros denunció a varias comunidades autónomas, dónde ya había préstamos, como Navarra y Valencia, porque decían atentaba contra los derechos de propiedad intelectual, iba contra la calidad de la Educación y violaba la unidad de mercado. En todos los casos el Tribunal Supremo dijo que ni violaba, ni atentaba contra nada.
–Todo esto resulta algo paradójico porque el uso de libros de texto ni siquiera es obligatorio. ¿Verdad?
-Sí, es un mercado falso, porque los padres en realidad no podemos elegir qué libros de consulta preferimos para nuestros hijos. Tampoco se puede pedir el no tenerlos. La gente más humilde tiene una confianza ciega en la Educación y no va a negarle eso a sus hijos.
–¿Los libros electrónicos serían la solución?
–Mis hijas tienen un iPad en el colegio y soy muy fans de la tecnología, pero veo la trampa. Cuando empezaron a hablar de la mochila digital en Valencia –fueron los primeros–, eso se traducía en un gran almacen para las editoriales. Porque, además del ahorro o no ahorro, está el tema del soporte, del cableado del colegio, la formación del profesorado… Yo desde el principio, con el préstamo de libros, no plantee un cambio radical sino una medida de mínimos que pudiera ser acogida por todos.
–¿Qué papel deben desempeñar los padres en los centros?
–Los padres, creo que, lo hacemos fatal. Es cierto que muchas veces no se cuenta con nosotros, pero es que nos lo merecemos porque no tenemos la menor confianza en los profesores. Parece que de fútbol y educación sabe todo el mundo, y todos nos atrevemos a dar su opinión. Los padres tendríamos que respetar más el criterio del profesor.
–Detecto cierta culpabilidad.
Sí. Tanto que decimos los padres que los niños no respetan a los profesores, pero eso empieza en casa. He ido pocas veces a tutorías porque sé que si algo va mal me van a avisar, pero muchas veces lo único que queremos es que nos digan lo maravilloso que es nuestro hijo. Y lo esencial es la comunicación con el centro y tener un mínimo de respeto a los criterios de los profesores, porque los especialistas son ellos. A priori, ellos son los que saben de esa materia.
–El horario laboral también limita la participación de los padres en el centro escolar y en la relación con los hijos.
–Soy arquitecto y he pedido la jornada reducida; así que recojo a mis niñas a las cinco de la tarde todos los días. Es cierto que tengo la suerte de trabajar con mi marido y que busqué el colegio al lado del trabajo; más que cerca de casa. Entonces, hay días que saco a mis hijas del colegio y comemos juntas.
–Tras la iniciativa de los libros, que hizo por ayudar a su madre que trabaja en Cáritas, ahora tiene entre manos otra propuesta sobre becas comedor.
–La mayoría de lugares de asamblea, como el Congreso, el Senado, la Asamblea de Madrid…, tienen unas cafeterías subvencionadas. Si el menú escolar está en 4,30 euros diario y no hay becas para comedor, no entiendo por qué hay que pagarles la comida y dietas a políticos con unos sueldos estupendos, si no lo necesitan. El Congreso tiene 1.050.000 euros al año destinados a los servicios de cafetería y restauración.
–Tendrían que aceptar todos los políticos. ¿Sería factible?
La medida no lo podrá tomar ningún partido político porque le llamarán demagogo, pero creo que tendría que salir de los propios políticos; y que ese dinero fuera a las becas de comedor. No tienen sentido que les salga el menú más barato porque ni siquiera lo notan, e incluso muchos ni comerán allí. Pero antes de hacer algo tengo que investigar. Lo importante es que esté todo documentado e ir con unos números.
–¿Cómo se le ocurrió?
–Hace muy poco, cuando se anunció que los tickets de comida pasarían a computar como salario “como medida de equidad”. A mí me entró la risa, porque la equidad es que se aplique a todos, empezando por ellos mismos, por los propios políticos.
–¿Ha pensado dedicarse a la política en un futuro?
–No sé si podría resistir ese nivel de exposición; aunque nunca se puede decir “de este agua no beberé”.

¿Por qué lloras? Análisis del llanto

Hambre, sueño, miedo… suelen ser algunos de los motivos por los que los niños lloran. Pero ¿es posible averiguar problemas de salud a través del llanto? Los padres –especialmente los primerizos- se vuelven locos para averiguar por qué lloran sus hijos. Un pañal sucio, hambre o sueño suelen ser los primeros pensamientos que vienen a la cabeza. Varios investigadores estadounidenses han querido ir más allá.  Tras dos años de trabajo, científicos de la Universidad de Brown y del Hospital Women & Infants han desarrollado un dispositivo informático que puede analizar el llanto de los niños. El objetivo es detectar desordenes neurológicos o fisiológicos  en la edad temprana a través de matices en el llanto.

 En la primera fase del procedimiento, se analiza la frecuencia, el tono y el volumen del llanto en secuencias de 12.5 milisegundos. Después, realiza una segunda fase donde sólo se estudian los parámetros más frecuentes. Las secuencias se ponen de nuevo juntas y se dividen entre expresiones y silencios. Al final, el sistema evalúa de 80 parámetros diferentes, cada uno de los cuales podrían ser indicios de la salud del bebé. El sistema detectó entre un 88% y un 95% de precisión.
Stephen Sheinkopf -profesor de Psiquiatría y del Comportamiento Humano de la Universidad de Brown- afirma que han detectado algunos elementos de la acústica del llanto que permitirían deducir problemas en el desarrollo. Aunque advierte que estos matices “sólo pueden ser detectados mediante la tecnología adecuada, no mediante el oído humano” e insiste en que los padres no deben caer en el error de intentar interpretar el llanto de sus hijos para determinar problemas de salud que sólo podría detectar este dispositivo.
«Hay muchas condiciones que podrían manifestarse a través de matices en la acústica del llanto. Por ejemplo, se podrán determinar traumas del nacimiento o incluso lesiones cerebrales provocadas por complicaciones en el embarazo o en el nacimiento. Incluso podremos detectar problemas médicos habituales en bebés extremadamente prematuros”, explica Sheinkopf que añade: “El ‘analizador del llanto’ puede ser un método no invasivo para obtener una medida de estas interrupciones en el desarrollo neurobiológico y en los sistemas neuroconductuales de niños muy pequeños».
Sheinkopf ha trabajado junto a Barry Lester, director del Centro de Brown para el Estudio de Niños en Riesgo en la escuela de medicina Brown Alpert Medical School y en el Women & Infants Hospital. Lester afirma que esta investigación se remonta a la década de 1960 y que empezó con el estudio de un trastorno llamado síndrome del maullido de gato (Cri du chat). El síndrome del maullido es una enfermedad caracterizada por un llanto que se asemeja al maullido de un gato. Su causa es una anomalía genética similar al síndrome de Down. Ya que esta enfermedad se detectaba a través del llanto, plantearon si podrían también detectar otras alteraciones por el mismo medio.
Entonces, ¿pueden los déficits neurológicos modificar la forma en que los niños controlan sus cuerdas vocales? Este equipo de investigadores insiste en que sí y que esas diferencias pueden notarse cuando lloran, a través de pequeños cambios en el tono, frecuencia y otras características acústicas. “El llanto puede ser una ventana hacia el cerebro», dice Lester.
Las herramientas iniciales eran más primitivas: convertían los llantos en espectrogramas -gráfica tridimensional que representa la energía del contenido frecuencial de la señal y sus variaciones- que los investigadores debían codificar a mano. Actualmente, el sistema se ha automatizado, permitiendo a los investigadores evaluar los llantos mucho más rápida y detalladamente.  Sheinkopf, especializado en trastornos del desarrollo, cree que este dispositivo se podría llegar a utilizar para buscar indicios de autismo en la edad temprana. «Los adultos con autismo producen sonidos o vocalizaciones que son atípicas por lo que las vocalizaciones de los bebés podrían ser útiles para el diagnóstico precoz del autismo”, explica Sheinkopf .
Por su parte, Lester explica que «la detección temprana de trastornos del desarrollo es fundamental y puede ayudar a averiguar las causas de estos trastornos y las intervenciones para prevenir o reducir la gravedad de las deficiencias”.

El perdón: carretera de doble sentido

Una mala palabra, un juego que termina sin reglas, la competencia entre compañeros, el sentido de la propiedad sobre sus juguetes… los niños se pelean y se abrazan a partes iguales. Pero cuando cuando una pelea termina en un enfado real, ¿saben cómo pedir perdón? ¿Podemos enseñarles?

Decía Paulo Coelho que “el perdón es una expresión de amor”. Sin embargo, eso no significa que sea fácil. No en vano Gandhi lo definía como “el valor de los 
valientes”. Y es que el valor y el perdón suelen ir de la mano. ¿Por qué nos cuesta tanto perdonar?
“Pedir perdón implica reconocer que te has equivocado y algunas personas temen que sea herido su orgullo o autoestima, sobre todo quienes tiene una autoestima más frágil”. Quien habla es Ana Muñoz, directora del portal de psicología y medicina Cepvi.com.
La autoestima es muchas veces la clave ya que suele ser el ingrediente secreto detrás de muchos sentimientos, tanto buenos como malos. La propia Real Academia de la Lengua la define como “la valoración, generalmente positiva, de uno mismo”. Es decir, la imagen que cada uno tenemos de nosotros, un espejo interno al que no podemos engañar y  que muestra lo que realmente creemos de nosotros mismos.
Ana Muñoz lo define como “pensamientos, conductas y emociones dirigidas hacia uno mismo. Lo que pienses de ti en cada momento, cómo te hablas, cómo te tratas, lo que haces cuando cometes un error”. Así, al pedir perdón son la autoinculpación y malestar los que surgen en el niño como un “crítico interno” construido sobre su opinión de si mismo.
Rosario Linares, directora de El Prado Psicólogos, lo relaciona con el ego: “Disculparse produce una herida a nuestro ego. Sentimos que le damos poder a la otra persona, tememos que si reconocemos nuestro error es­temos validando el enfado del otro y tememos las represalias”. Pero insiste en que, en realidad, sucede al contrario: “Pedir perdon es tan liberador como perdonar. Nos permite liberarnos de emociones tan desagradables como la culpa o el rencor, y es el camino hacia la reconciliación”.
Sin embargo, y aunque Muñoz explica que “no hace falta que los niños se sientan culpables sino que basta con que reconocezcan que su error”, sí insiste en que debemos diferenciar entre la culpa y la vergüenza: “Nunca debemos hacer que un niño se sienta avergonzado por haber cometido un error. La vergüenza es una emoción sumamente desagradable que no trae nada bueno; mientras que la culpa es el reconocimiento de un error y es más probable que vaya asociada al intento de reparación y a que se aprenda del fallo”.
De hecho, aprender de uno mismo es una de las finalidades del proceso del perdón. ¿Pero podemos enseñar a nuestro hijos a pedir perdón? Podemos instruirle. “Primero hay que explicarle por qué lo que ha hecho ha estado mal y luego es recomendable decirle, en primera persona, lo que esperas que le diga a la otra persona. Por ejemplo: Dile a tu hermana: lo siento, ha estado mal que esconda tu juguete, ¿me perdonas?» explica Muñoz.
Por su parte, Linares matiza que lo imporante de este proceso de aprendizaje es no enseñarle a disculparse “de forma mecánica”. E insiste en que lo más importante es que sea “consciente de que su comportamiento ha causado un daño a alguien” y “hacerle consciente de cómo se siente la otra persona” para “fomentar su empatía”. Los niños deben hacerse “responsables del daño causado” para que lleguen a pedir un perdón sincero y no mecanizado. Y aunque siempre es difícil disculparse, explica que la edad más complicada suele ser “antes de los cinco años los niños están en la fase egocéntrica y les cuesta ponerse en el lugar de los demás”. Por supuesto, la mejor forma de enseñarles será dando ejemplo.
Linares nos da unas pautas para enseñarle a disculparse. “Si ha pegado a otro niño, conviene interesarnos por cómo se encuentra el otro niño, preguntarle ¿te duele mucho? Siento que «x» te haya pegado.  Luego podemos dirigirnos a nuestro hijo y explicarle cómo nos hace sentir que pegue a otro niño, decirle que eso no nos gusta, preguntarle qué ha pasado , validar su emoción y explicarle cómo podría haber resuelto la situación sin tener que recurrir a pegar,o explicarle que la próxima vez que le quiten un juguete puede pedirle al niño que se lo devuelva o “puedes llamarme”. Después debemos darle a nuestro hijo la posibilidad de enmendar su error pero no debemos presionarle”, explica.   
También es importante que seamos conscientes de que lo justo es que el perdón sea una carretera de doble sentido. No sólo los niños deben pedir perdón sino que nosotros también debemos disculparnos con ellos si nos equivocamos. “Pedir perdón a los hijos es un buen modo de mostrarles que no deben tener miedo a cometer errores. Todo el mundo puede equivocarse, no es ninguna tragedia. Tenemos derecho a cometer errores y eso no nos convierte en malas personas ni en incompetentes. Además, así pueden aprender el modo de reparar el daño causado al ver cómo o hacen sus padres”, dice Muñoz.
Y Linares añade: “Muchos padres tienen miedo a perder su autoridad si piden perdón pero por el contrario, pedir perdón evita que el niño se rebele ya que se siente comprendido y respetado”.

Uno de cada ocho menores presenta transtornos mentales

En España, uno de cada ocho menores de 18 años presenta trastornos mentales y uno de cada cinco padecerá a lo largo de  su vida un problema de desarrollo emocional o de conducta, según las conclusiones del Libro Blanco de la Psiquiatría del Niño y el Adolescente, patrocinado por la Fundación Alicia Koplowitz.

Las principales patologías que afectan a los niños y adolescentes españoles son los trastornos del desarrollo neurológico (discapacidades intelectuales, trastornos de la comunicación, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno específico del aprendizaje y los trastornos motores entre otros), el espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el trastorno bipolar y los relacionados con  la depresión, la ansiedad, la alimentación, el sueño y el estrés. Por comunidades, son Navarra y Cataluña las que presentan el mayor número de casos, mientras que el mayor índice de nuevos pacientes atendidos lo encabeza Castilla y León.

El Libro Blanco de la Psiquiatría del Niño y Adolescente, patrocinado por la Fundación Alicia Koplowitz con motivo de su XX Aniversario, a través de la Cátedra Fundación Alicia Koplowitz – UCM pretende conocer el estado actual de la Psiquiatría del Niño y el Adolescente en España, único país de la Unión Europea donde esta disciplina no está reconocida como especialidad médica.
La trascendencia de la psiquiatría Infantil y Juvenil se refleja en que la mitad de los trastornos aparecen por primera vez antes de los 14 años y más del 70% comienzan antes de los 18.  Pese a la creciente importancia de la salud mental, una de las conclusiones de este libro blanco se refiere a las grandes diferencias en cuanto a la distribución de recursos (especialmente humanos) entre autonomías.

Grandes títulos de cine sobre padres e hijos

La reciente Nebraska, que muestra una de las relaciones paterno-filiales más conmovedoras de los últimos tiempos en el cine, pone de manifiesto que las películas pueden captar a la perfección la importancia de la figura paterna.

El séptimo arte puede servir para reflexionar sobre muchísimos temas, entre ellos todos los relacionados con la paternidad. Un ejemplo, en Golpe de efecto, Clint Eastwood realiza un gran trabajo interpretando a Gus Lobel, cazatalentos de béisbol aparentemente distante de su hija, Mickey (Amy Adams), a pesar de que como se puede ver a lo largo del metraje, ha hecho lo imposible para proteger a la joven durante toda su vida.
¿Hasta dónde es capaz de llegar un padre por su hijo? En The Road (La carretera), adaptación de la novela de Cormac McCarthy, del director John Hillcoat, Viggo Mortensen interpreta a un padre que tras un gran cataclismo indeterminado trata de sobrevivir en un entorno hostil con su pequeño, acechado por hombres convertidos en caníbales, así como por diversos peligros naturales. Sin embargo, el film sabe captar la esperanza de que a base de una intensa lucha los hijos pueden tener un futuro mejor por delante.
También lo da todo Roberto Benigni, en La vida es bella, capaz de cualquier cosa con tal de proteger la inocencia de su niño, al que logra convencer de que haber sido internados en un campo de concentración por los nazis en realidad es parte de un juego. Un título tan hilarante como conmovedor.
Familias con problemas
A la muerte de su propio padre, Tim Burton filmó la conmovedora Big Fish, en torno a un joven que tras una larga temporada sin hablarse con su progenitor, acude a su lecho de muerte, cuando se entera de que le quedan pocos días. Aprenderá a comprenderle tras muchos años de malas interpretaciones. En En busca de la felicidad, Will Smith encarna a un padre con problemas económicos (en la pantalla aparece Jaden Smith, el hijo real de la estrella).
En el estremecedor film En el nombre del padre, Gerry Conlon –joven de carácter rebelde– tiene una relación tirante con su ordenado padre. Cuando el chico  es acusado de haber organizado un atentado, el padre no duda en acompañarle ingresando con él en la cárcel. En Una historia del Bronx, dirigida por Robert De Niro, éste interpreta a un conductor de autobús cuyo hijo se siente más deslumbrado por la figura de un mafioso que por él.
grandes clásicos
A lo largo de la historia del cine ha habido grandes títulos que muestran a padres en la pantalla. El arquetipo por antonomasia sería el protagonista de Matar a un ruiseñor, un abogado honrado, tenaz y comprometido, que interpretó el irrepetible Gregory Peck.  
Otra figura inolvidable, la del honrado individuo al que han dejado sin medio de vida al robarle su vehículo en Ladrón de bicicletas, de Vittorio De Sica, uno de los grandes títulos del neorrealismo italiano. Antonio Ricci recorre las calles en busca de su bicicleta, en compañía de su pequeño. En Las uvas de la ira, John Ford adaptaba la novela homónima de John Steinbeck, en torno a la familia Joad. Tras una temporada mala, los Joad se ven obligados a sobrevivir como jornaleros, recorriendo California en busca de tierras en las que recoger las cosechas.
En España el gran clásico sería La gran familia, en torno a un aparejador al frente de una numerosa prole. La pérdida del pequeño Chencho ha conmovido a generaciones de españoles.
Padres animados
Incluso el cine de animación, dirigido fundamentalmente a los niños, ha reflexionado sobre las relaciones entre padres y vástagos. Por ejemplo, la imaginativa Buscando a Nemo, de Pixar, trataba sobre el problema de la sobreprotección de los hijos, a través de un pez obsesionado por la seguridad de su pequeño tras la muerte de su esposa. En Los increíbles, los protagonistas son superhéroes que sin embargo tienen los mismos problemas y la misma necesidad de apoyo familiar que el resto de los mortales.
En Lluvia de albóndigas, el protagonista, Flint Lockwood, aspirante a inventor, sólo aspira a que su progenitor esté orgulloso algún día de él. Especialmente interesante resulta la relación entre el joven protagonista de Cómo entrenar a tu dragón, un joven delgaducho pero con un cerebro privilegiado, y su padre, un aguerrido vikingo que esperaba que fuera de otra manera.
ayuda online
En la red es posible encontrar numerosa información cinematográfica para informarse de títulos de interés. En torno a este tema, la página web decine21.com publicó una lista con las 100 mejores películas de todos los tiempos en torno a la figura paterna.
La web menciona grandes clásicos, como El padrino, Qué verde era mi valle o Sonrisas y lágrimas, y títulos más recientes como Billy Elliot (Quiero bailar), Biutiful o Pozos de ambición.