Lucía Galán: “Debemos quitarnos de vez en cuando el traje de ser padres”

La pediatra y bloguera Lucía Galán publicó este año su segundo libro, ‘Eres una madre maravillosa’ (Editorial Planeta). En él, y a lo largo de casi 300 páginas, su autora habla de los sentimientos que la maternidad produce, desde el miedo o la culpa hasta el orgullo o el amor incondicional. De “las luces y las sombras” de un momento vital que, sea cual sea nuestra manera de criar o de educar, aparecen por igual.

Por Teresa Alonso

Cuenta en su libro cómo «todos celebramos las mismas alegrías, lloramos las mismas penas y sentimos los mismos miedos», ¿por qué entonces en vez de ser solidarios y empáticos con el resto de padres somos tan críticos con las demás opciones de crianza?

Buena pregunta. Ya está bien ¿no te parece? Un niño que escucha a sus padres juzgar, será un adulto que juzgue y castigue duramente y esto no lo podemos permitir. Si no quieres que te juzguen, empieza por no juzgar. Y por otro lado debemos poner freno y no consentir que entren hasta la cocina de nuestras casa para opinar lo que no es opinable

Probablemente los padres de hoy somos los que más hemos leído y nos hemos formado sobre Educación, estimulación… Sin embargo, eso no nos quita el peso de la culpa. ¿Tenemos arreglo?

Quiero pensar que sí. Hablo mucho de la culpa en mis libros, muchísimo. ¿Por qué? Porque es algo que ha pesado mucho en mi equipaje, en mi mochila y no quiero que mis hijos convivan con una madre devorada por la culpa. No me gusto cuando me veo así.

¿En qué beneficia a nuestros hijos que a ratos nos «quitemos el traje de madre» o de padre como recomienda en el libro?

Nuestros hijos han de vivir en la realidad. Y la realidad de una madre o de un padre es que antes de serlo era un profesional estupendo, una amiga fantástica, una hija, una hermana, un hombre al que le gustaba el deporte, salir con sus amigos o pasar tiempo solo. Y todo ello no deberíamos perderlo con la maternidad o con la paternidad. Lo difícil radica en volver a encontrar ese espacio una vez tus hijos ocupan la mayor parte de tu vida. Pero considero que es importante no perder cada una de esas parcelitas porque también forman parte de nuestra felicidad y también es un valioso ejemplo para cuando ellos sean padres.

«Un niño que escucha a sus padres juzgar, será un adulto que juzgue y castigue duramente y esto no lo podemos permitir. Si no quieres que te juzguen, empieza por no juzgar»

En su obra habla del necesario descanso del cuidador. ¿Soportamos los padres demasiada presión en la actualidad? ¿Cómo librarnos de ella?

Sin duda. Cargamos con tantas y tantas responsabilidades que muchas veces no nos corresponden que llegamos a creernos de verdad que somos invencibles. Y no, no lo somos. Todos merecemos un descanso, todos merecemos un relevo. ¿Cómo librarnos de ella? Trabajando la asertividad: “Cariño, necesito un descanso”, “no puedo con todo”, “es hora de aprender a delegar”, “ha llegado el momento de pedir ayuda”, “hasta aquí puedo llegar, lo demás no me corresponde”…

¿Son la sobreprotección y la sobreempatización dos de los principales problemas de los padres de hoy?

Sí. Metemos a nuestros hijos en una urna de cristal, en una burbuja segura en la que es difícil que les pase algo. Pero el aprendizaje de la vida se encuentra justamente en esas cosas que nos van pasando a lo largo del tiempo. Es difícil no sobreproteger, no sobreempatizar con nuestros hijos, lo reconozco, a mí también me cuesta, pero debemos intentarlo. De ellos queremos que sean personas autónomas, independientes y decididos.

A la hora de criar y educar a nuestros hijos, ¿cree que es un buen consejo aplicar la intuición o debemos guiarnos por modelos más fundamentados?

Fifty fifty. No me gustan los extremos. Ni los manuales rígidos del perfecto padre con afirmaciones categóricas que sientan cátedra y con las que si no comulgas te sientes el peor padre del mundo, ni tampoco con el “vive la vida loca” y ya veremos qué ocurre. Sentido común e intuición tras haber leído o escuchado a personas que ya hayan caminado por donde tú andas de los que indudablemente tenemos mucho que aprender. Y con esto no digo que te compres todos los libros habidos y por haber, en absoluto, sino que escuches y te inspires en aquellas personas que te hacen la vida más fácil.

Frente al eterno debate entre tiempo de calidad y tiempo de cantidad, usted reivindica «coleccionar momentos con los hijos». ¿Cómo conseguirlo en mitad del estrés y la falta de tiempo?

Estando muy atentos de cuando llegan cada uno de esos momentos y disfrutarlos intensamente. No pongamos más excusas, ya no. Yo no sé si pasé mucho tiempo o poco con mis padres, sinceramente, lo que sí sé es que la colección de momentos que tengo junto a ellos es tan valiosa, que me lo han puesto fácil a la hora de educar yo a mis hijos. Soy una afortunada.

«Cargamos con tantas y tantas responsabilidades que muchas veces no nos corresponden que llegamos a creernos de verdad que somos invencibles. Y no, no lo somos. Todos merecemos un descanso, todos merecemos un relevo»

En el libro destaca en varias ocasiones el poder de tres palabras hacia nuestros hijos «Confío en ti».

“Creo en ti”; “tú puedes”; “eres capaz”; “aquí estaré pase lo que pase”; “puedes confiar en mí”; “te quiero incondicionalmente”; “lucha con uñas y dientes por tu verdad, por tu felicidad y protege a los tuyos, siempre”.

¿Qué aconseja cuando tu hijo se siente «como un extraterrestre»?

¡Viva los extraterrestres! ¡Viva la gente diferente! En lo diferente está lo extraordinario. A ese niño le diría que las diferencias es lo que nos convierte en especiales.

España es uno de los países con mayores tasas de divorcio, un tema al que dedica un capítulo del libro. ¿Cómo se puede preparar a los hijos ante el divorcio?

Buscando los momentos adecuados, esos en los que estamos tranquilos y podemos hablar con serenidad. Habiendo consenso y acuerdo por ambas partes: una relación cordial se convierte en algo imprescindible para que no sufran. Intentando transmitir un único mensaje, tanto papá como mamá.

Viajes El Corte Inglés gana, por tercer año consecutivo, el “Premio a la Mejor Agencia de Business Travel” de IBTA

Viajes El Corte Inglés, por tercer año consecutivo, ha ganado el premio en la categoría “Mejor Agencia de Viajes de Negocio 2018” durante la gala celebrada el pasado 15 de noviembre en Barcelona y organizada por IBTA – Asociación Ibérica de Viajes de Negocios.

La elección de las compañías premiadas en las diferentes categorías, se realizó a través de una encuesta a más de 1.500 empresas españolas cuyo presupuesto en viajes es superior a un millón de euros anuales y, además, cuentan con un Travel Manager en su plantilla.

Este premio pone de relieve, una vez más, el liderazgo de Viajes El Corte Inglés gracias a la profesionalidad y experiencia del equipo humano de su División de Empresas, a la hora de gestionar los viajes corporativos tanto de importantes compañías e instituciones como de PYMES.

Tercera edición del concurso escolar 'Hazlo verde': Llega la 'Misión #Somoslaraíz'

El lema de esta tercera edición del concurso escolar será “Hazlo verde. Misión #somoslaraíz”. El motivo del concurso dirigido a los escolares es alzar la voz de los escolares para responder a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU en su Agenda 2030.

Redacción

En esta tercera edición, Hazlo Verde invita a la comunidad educativa a sumarse al movimiento escolar “Somos la Raíz”, creado por profesores y alumnos participantes en la segunda edición el pasado curso. El fin es sensibilizar a los escolares de 6 a 12 años sobre hábitos sostenibles, convirtiéndoles en ciudadanos responsables con su entorno, potenciando su espíritu emprendedor, transformándolos en agentes de cambio y promoviendo la sostenibilidad mediante su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (los “ODS”).

Este movimiento escolar, secundado por más de 200.000 niños de toda España cuenta con el respaldo de Unicef, WWF y Aldeas Infantiles, entre otros, y tiene en la plataforma Change.org cerca de 28.000 firmas respaldando este movimiento.

Por medio del Aprendizaje-servicio y la Competencia Global, los alumnos adquirirán una capacidad crítica con su entorno y las herramientas necesarias para alzar la voz proponiendo soluciones y compromisos de actuación factibles.

Material didáctico

Todo el material y los recursos didácticos están disponibles en la web del concurso, y se puede descargar en formato pdf por parte de aquellos estudiantes que deseen participar. Se puede encontrar material didáctico inserto en los currículos y las Competencias Clave del Currículo de Primaria; Recursos para trabajar las áreas de Ciencias de la Naturaleza , Valores Sociales y Cívicos y Ciencias Sociales; y cuatro nuevas unidades didácticas: Objetivos de Desarrollo Sostenible, Proyectos de Aprendizaje-Servicio, Participación Ciudadana y siete dinámicas para trabajar los ODS.

El fin es sensibilizar a los escolares de 6 a 12 años sobre hábitos sostenibles, convirtiéndoles en ciudadanos responsables con su entorno, potenciando su espíritu emprendedor, transformándolos en agentes de cambio y promoviendo la sostenibilidad mediante su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles

Todos estos materiales –disponibles también en los idiomas cooficiales de las comunidades autónomas respectivas e inglés– están diseñados con un carácter transversal y centrados en la Competencia Global, nueva área de evaluación del Informe PISA. Para hacer el contenido más ameno, entre los recursos podemos encontrar un juego de mesa “Triviambiente” para trabajar la gamificación, tres cómics y siete pósters explicativos de los ODS con consejos sencillos para poner en práctica.

Mecánica del concurso

Se organiza la participación de los colegios en base a tres categorías de participación y un trabajo de participación. El periodo de participación es del 1 de octubre de 2018 al 15 de marzo de 2019, mediante vía telefónica gratuita (900 670 686), por WhatsApp (686 980 767) o por enlace de suscripción (www.hazloverde. es/participa/).

En este concurso existen tres grandes categorías:Categoría A – alumnado de 3º y 4º de Primaria-, categoría B – 5º y 6º de Primaria- y Categoría C – para aquellos docentes que participan con un mínimo de dos clases de distinto nivel-. Los estudiantes tendrán que identificar una necesidad de su aula o entorno, y presentar un proyecto de mejora ambiental que afecte a su colegio, barrio o entorno, basado en un Aprendizaje-Servicio y relacionado con la consecución de uno o varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el Medio Ambiente:

  • ODS6. Sobre agua limpia y saneamiento.
  • ODS7. Energía asequible y no contaminante.
  • ODS11. Ciudades y comunidades sostenibles.
  • ODS12. Producción y consumo responsables.
  • ODS13. Acción por el clima.
  • ODS14. Vida submarina.
  • ODS15. Vida de ecosistemas.

A la hora de participar, se podrán elegir varios formatos asegurando la libre elección del formato elegido por el docente participante: una imagen (GIF, JPG) con un peso máximo de 2MB. Un documento (PDF, PPT, DOC o TXT) con una extensión máxima de 10 páginas. Un vídeo (AVI, MP4, MOV) con una duración máxima de dos minutos.

Además, el trabajo de participación en este concurso escolar irá acompañado de un título que no superará los 140 caracteres y,además, se deberá incorporar, independientemente del formato presentado, una audio-descripción del proyecto con una duración máxima de un minuto.

El movimiento escolar «Somos la raíz» está secundado por más de 200.000 niños de toda España, cuenta con el respaldo de Unicef, WWF y Aldeas Infantiles, entre otras ONG, y tiene en la plataforma Change.org cerca de 28.000 firmas de respaldo

Premios

  • REGALO DE PARTICIPACIÓN. Cada aula registrada para participar en este concurso recibirá un póster motivacional de Vega y su pandilla explicando los ODS y tanto el alumnado como el profesorado, recibirán un marcapáginas de semillas.
  • GANADORES AUTONÓMICOS. Cada premiado de las categorías A y B recibirá un premio valorado en 400€ IVA incluido que contribuirá al desarrollo de una fiesta en su centro educativo, para celebrar el 5 de junio 2019 el Día Mundial del Medio Ambiente.
  • GANADORES NACIONALES DE LAS CAT. A y B. Las aulas ganadoras disfrutarán en el Parque Nacional del Guadarrama (Madrid) del Campus “Hazlo Verde” que tendrá lugar los días 19, 20 y 21 de junio de 2019.
  • GANADORES NACIONALES DE LA CAT.C. El premiado elegido por el jurado estatal recibirá un premiode 2.000€ (IVA incluido) que contribuirá a la materialización del proyecto presentado o para necesidades del centro.

Homeschooling: Educados en casa

Un estudio afirma que, en contra de la creencia habitual, los niños educados en casa no aprenden peor que los educados en la escuela sino simplemente lo hacen de una manera diferente. En cambio, algunos educadores insisten en que puede conllevar problemas de socialización.

Por Ana Veiga

“Los niños no necesitan la escuela. El colegio no habilita a un niño para leer; son aprendices naturales”, afirma rotunda la doctora Paula Rothermel, psicóloga y entonces investigadora de la Universidad de Durham (Gran Bretaña). Ella es la autora del estudio El bienestar psicológico de los niños educados en casa o homeschooling (2002), en el que saca una conclusión principal: los niños educados en casa sí tienen buena salud mental.

Un aprendizaje distinto

La confirmación de que los homeschoolers o niños educados en casa tienen su salud psicológica a salvo parece una frase un tanto exagerada, como si resultara extraño tener que confirmar eso. Sin embargo, se trata de un dato importante ya que es la crítica más común sobre esta opción educativa; algunos expertos se muestran preocupados por que estos niños puedan presentar futuros problemas en sus destrezas sociales.

En su estudio, la investigadora presentó el primer informe realizado en el Reino Unido a niños y familias homeschoolers –educadores en casa-, utilizando metodologías diversas y una muestra de más de 80 casos de 9 a 11 años. Los resultados mostraron además que el 64% de los niños educados en casa en obtuvieron puntuaciones por encima del 75% de sus compañeros en las evaluaciones.

Esta investigación empleó dos instrumentos de calificación: la Escala de Rutter Revisada (RRS) y el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades de Goodman (SDQ). El estudio actual formó parte de una encuesta más amplia de 419 familias educadoras en el hogar en el Reino Unido que representan a 1.099 niños.

“No creo que se pueda decir que la escuela es mejor o que educar en casa es mejor, simplemente en casa aprende diferentes cosas y de forma diferente”

Las familias participantes recibieron una encuesta creada teniendo en cuenta los instrumentos citados. Además, se hicieron evaluaciones educativas y psicológicas de los niños educados en el hogar y se hicieron entrevistas a 100 familias homeschooler.

¿Los resultados? Mientras que el RRS y SDQ ‘Total Dificultades de Puntaje’ fueron consistentes en encontrar que los niños no exhibieron problemas de comportamiento, hubo una discrepancia en las escalas prosociales – es decir, en la medición de toda conducta social positiva con o sin motivación altruísta-. En un examen más detallado, se observó que las diferencias se debían a que el RRS y el SDQ definían los niños de manera muy diferente.

Como extra, Rothermel llegó a tomar documentos anteriores como marco referencial y contexto, como fue el caso de un estudio de Shyers, donde este mantenía que los niños educados en casa tenían mejor control de sus emociones. Pero tras tratar de replicar sus resultados, retiró su mención al confirmar que el investigador no había realizado correctamente el experimento.

¿En casa o fuera?

Por tanto, ¿es el homeschooling la mejor opción? “No creo que se pueda decir que la escuela es mejor o que educar en casa es mejor, simplemente en casa aprende diferentes cosas y de forma diferente”, comenta Rothermel, que insiste en que el aprendizaje es “motivacional”, es decir, es más importante generar ganas de aprender que enseñar. Considera que “la decisión debe depender de lo mejor para cada niño y de lo que cada niño quiera hacer”, insiste. Y no solo sabe de lo que habla sino que lo ha puesto en práctica con sus cuatro hijos en Reino Unido y después con su mudanza a Suiza, donde la edad de escolarización es de los 7 años a los 21 años – de hecho, hasta el año 2017, el colegio se empezaba normalmente con 8 años-.

Su hija mayor fue por primera vez al colegio cuando tenía 13 años; ahora tiene 23 y acaba de empezar la Universidad. El segundo hijo empezó a los 8 años justo al mudarse a Suiza y tras 5 años de enseñanza en casa mientra vivían en Reino Unido. El tercero ha tenido sólo un año de homeschooling a los 13 años. Y el cuarto hijo fue al colegio de 8 a 9 años, estuvo en casa hasta los 13 y luego volvió al colegio.

Insiste en escuchar. Esa escucha fue la que hizo que su hija se apuntara al colegio con 13 años. “Un día se levantó y dijo ‘me gustaría ir al colegio’. Antes de eso, no sabía alemán –idioma oficial del cantón suizo en que viven ahora-, no leía ni había escrito nunca -y menos en una hoja en línea recta- porque en casa no trabajábamos con libros. Tras seis meses en la escuela, ya había aprendido alemán y hecho los exámenes oficiales”, comenta. Y admite que este semestre de adaptación no es único de su hija sino que es el tiempo habitual que tardan los niños en hacerse al ritmo –e idioma de clase. Los niños son pequeños genios que pueden hacer mucho más de lo que creemos. Pero, “hemos perdido la experiencia del sentido común, la confianza en nosotros mismos, la fe. La escolarización y las profesiones educativas se han convertido en una ciencia y hay una industria que se ha creado alrededor de esto. Olvidamos que realmente los niños no lo necesitan; al menos no cuando son aún muy jóvenes”.

En la postura opuesta se instala Rafael Feito, Doctor en Sociología por la Universidad Complutense. Una de las pocas ventajas que ve en el homeschooling es la posibilidad de tener un programa educativo a la medida de las necesidades del niño. Pero sigue sin ser suficiente para estar a favor. “Es una opción poco aconsejable porque no solo se trata de aprender conocimientos sino también de las habilidades sociales y emocionales, que no se pueden adquirir en la familia”.

Si por él fuera, ampliaría la escolarización de 0 a 3 años. “Cuanto antes se escolaricen, mejor. Para conocer entornos distintos, ayudar a convivir y reducir desigualdades”. El sociólogo hace referencia a la conciliación intrínseca a la idea del homeschooling. Para educar en casa, el padre o madre tienen que estar en casa. Y no todas las familias pueden permitirse que uno de los dos no trabaje o contratar un profesor a domicilio. “En EEUU no hay una escolarización temprana estandarizada y es una de las causas de las desigualdades.

“Hemos perdido la experiencia del sentido común, la confianza en nosotros mismos, la fe. La escolarización y las profesiones educativas se han convertido en una ciencia y hay una industria que se ha creado alrededor de esto. Olvidamos que realmente los niños no lo necesitan; al menos no cuando son aún muy jóvenes”

En cambio para Rothermel, no tiene por qué ser así. A pesar de que en Suiza la conciliación se consigue porque muchas mujeres optan por quedarse en casa, cree que la posibilidad de la conciliación para el homeschooling, “no debe depender solo de la familia sino del Estado y de cómo ayuda a que esto sea posible”. En Suiza, por ejemplo, reciben 350 euros al mes por cada hijo, lo que “permite tener a uno de los progenitores en casa o a los dos a media jornada”.

El sociólogo concuerda con que puede haber casos –por evitar bullying, por dar una Educación con cariz religioso, por descontento con el sistema educativo…- en que el homeschooling puede ser una opción apropiada. Sin embargo, opina que “en principio no es una opción recomendable porque la escuela hace sociedad”.

«El homeschooling no debe depender solo de la familia sino del Estado y de cómo ayuda a que esto sea posible”

España: 4.000 familias en un vacío legal

En España no es fácil lanzarse al mundo de la educación en casa. Ni siquiera es sencillo tomar la decisión de planteárselo en España. No solo es una opción poco extendida -4.000 familias españolas han escogido educar en casa según estima en su web la asociación Homeschooling Spains sino porque lo cierto es que en España el homeschooling está en un limbo legal. No, no es ilegal; pero sí alegal.

La Ley Orgánica de Educación no especifíca que no se pueda educar en casa. Solo dice que los niños y niñas deben estar escolarizados obligatoriamente de los 6 a los 16 años. No obstante, hay sentencias precedentes que han admitido la educación en casa como opción plausible y válida. Por ejemplo, a raíz de un par de casos en Málaga, el Tribunal Constitucional resolvió (2010) que la «invocada facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales».

Cuando Rothermel conoce la todavía poca popularidad del homeschooling en España,reconoce que puede resultar más difícil optar por esto aquí porque “los niños no tienen cerca a otros niños en esa situación”. Aún así, anima a intentarlo y dejar los miedos a un lado porque hay más formas de aprender y de socializarse que en el colegio: apuntarse a natación, atletismo o cualquier otra actividad puede ayudar a los homeschoolers a conocer a iguales sin necesidad de rendirse a la normalidad educativa de la escolarización.

4.000 familias españolas han escogido educar en casa según estima en su web la asociación Homeschooling Spains. Y lo cierto es que en España el homeschooling está en un limbo legal. No, no es ilegal; pero sí alegal.

Quizá una muestra del aumento del interés por el homeschooling en nuestro país es la publicación en 2012 de la primera tesis sobre el tema: Homeschooling en España: descripción y análisis del fenómeno, del profesor Carlos Cabo. A esto se suma la aparición de organizaciones como Homeschooling Spain, Asociación por la Libre Educación (ALE) o la Plataforma para la Libertad Educativa.

“La escuela que tenemos dice un tamaño sirve para todo el mundo, está muy estandarizada. Y sí creo que este es un serio problema. El homeschoolingen España es minoritario pero esa cifra nos interroga. Debemos pensar por qué hay familias que no quieren escolarizar a sus hijos”, barrunta Feito.

Javier Urra: “Educamos jóvenes como el cristal: duros pero frágiles”

Javier Urra es doctor en Psicología y en Ciencias de la Salud, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, y fue el primer Defensor del Menor en España. De todo el conocimiento acumulado en su vida profesional surgió en 2006 El pequeño dictador, un libro del que se vendieron más de 300.000 ejemplares. Ahora presenta Déjale crecer o tu hijo en vez de un árbol fuerte será un bonsái (La esfera de los libros), con el que intenta transmitir una máxima: sobreproteger a los niños no es educar.

El título me ha recordado mucho a una frase, aquella que dice que hay dos tipos de padres, los que preparan el camino para sus hijos y los que preparan a sus hijos para el camino. Los primeros, imagino, van a criar bonsais…

Sí, es exactamente así. Muchas veces hay excesiva preocupación con qué mundo vamos a dejar a los niños, pero a mí me preocupa más qué niños vamos a dejar a este mundo. Y para dejar a los mejores niños posibles para el mundo hay que educar a los niños en la duda, en la incertidumbre, en el compromiso, en ponerse de verdad en el lugar del otro, en saber cooperar.

Hay quien plantea, creo que quizás exageradamente, que la sobreprotección es un maltrato.

Yo no diría que lo es, pero se le parece, porque hay que preparar a los niños para la vida. Una vida que a veces es divertida, otras aburrida, a veces tierna, en ocasiones dura. Una vida en la que la gente muere, en la que los padres a veces se separan, en la que vas al paro… Todo eso hay que prepararlo desde la más corta edad. Al final se trata de respetar al niño. Y respetarle significa no sobreprotegerle.

«Para dejar a los mejores niños posibles para el mundo hay que educar a los niños en la duda, en la incertidumbre, en el compromiso, en ponerse de verdad en el lugar del otro, en saber cooperar»

dejale-crecerTodas las acciones sobreprotectoras que ponemos en práctica durante la primera infancia de nuestros hijos luego tienen sus consecuencias, como explica, en la preadolescencia y la adolescencia. ¿Cómo se manifiestan en el comportamiento de estos jóvenes?

Al final la sobreprotección tiene consecuencias muy negativas en algunos niños, que luego van a ser jóvenes y luego adultos. Y eso realmente es un problema, porque se acostumbran a que todo el mundo gire a su alrededor y por lo tanto son muy poco flexibles, incapaces de perdonar, con escasa asertividad, con dificultades para autocontrolarse, y muy nihilistas y egoístas a veces. Estamos creando jóvenes que son como el cristal: duros pero frágiles.

¿Qué explicación encuentra para que los padres seamos cada vez más protectores con nuestros hijos?

En primer lugar, creo que muchos padres buscan erróneamente la felicidad de sus hijos. Su fin es que sus hijos sean siempre felices, así que no parten de la realidad: la vida no siempre es feliz, no es algo que se pueda garantizar. Por otro lado, creo que en algunos padres hay un cierto postureo, como si para ser un buen padre hubiese que mostrar una honda preocupación por la educación de los niños, llevarlos a mil y una actividades. Y luego vivimos también en una sociedad de muy pocos niños, a veces de padres bastante mayores que consideran la educación casi como unas oposiciones, una labor dificilísima, y por lo tanto siempre precisan de otros profesionales (psicólogos, logopedas, pediatras), de los que en muchas ocasiones se abusa.

Dice en el libro que hay padres que no quieren asumir su papel como tales.

Es que no todos quieren asumirlo, porque ser padre significa ser adulto, dar confianza, transmitir amor y seguridad, pero también marcar límites, decir “no”, enfrentar situaciones. En nuestra sociedad la autoridad se ha diluido y se ha tendido, equivocadamente, a un cierto igualitarismo desde que el niño nace.

“Los padres querrían pasar mucho más tiempo con sus hijos y los horarios laborales que hay hoy en día no lo permiten”

Pone muchos ejemplos prácticos, que a todos nos pueden sonar o podemos haber visto, de sobreprotección. Por su experiencia, ¿cuáles son las formas de sobreprotección más recurrentes?

La más recurrente es cuando el niño empieza a tener conductas a corta edad que no debería realizar, más allá del capricho, y los padres miran para otro lado pensando que con el tiempo desaparecerá ese comportamiento. Eso no es verdad. Las cosas van a más, se cronifican. También están las batallas soterradas entre los padres para ser el bueno ante los niños. Y luego está la defensa a ultranza. Vemos a padres que en la Fiscalía discuten al juez un acto llevado a cabo por su hijo cuando hay imágenes grabadas que lo corroboran sin ningún tipo de duda. Ese ser el abogado defensor del hijo demuestra que hay padres que temen a sus hijos.

Y en toda esta sobreprotección, ¿qué papel juega el sentimiento de culpa que lleva aparejada la maternidad/ paternidad y al que hace continua referencia en el libro?

Ese sentimiento existe. En parte porque las condiciones laborales y económicas han cambiado, lo que obliga a los dos progenitores a trabajar. Hay un problema de horarios. Los padres querrían pasar mucho más tiempo con sus hijos y los horarios laborales que hay hoy en día no lo permiten. Y luego se viven muchos años ahora y eso hace que los padres no quieran perder su vida, sus amigos, los viajes, las salidas a cenar, los conciertos… Sumas todo eso y claro, es imposible, no da. No se puede querer leer todos los libros, ver todas las obras de teatro, viajar por todo el mundo, cuidar a la abuela y educar a tu hijo. Hay que priorizar qué es lo esencial y no exigirnos mucho más. Y, sobre todo, intentar hacerlo bien sin necesidad de ser un súper padre o una súper madre.

Colegios solidarios: construyendo un mundo mejor

Actuar de forma altruista por los demás no solo tiene beneficios para el que lo recibe, sino, y muy especialmente, para el que lo da. La solidaridad también se enseña desde pequeños. Muchos colegios apuestan, con éxito, por ella.

Por Terry Gragera

El concepto de solidaridad está cambiando. “Cada vez nos encontramos con más niños que desde muy pequeños están concienciados de que hay que hacer algo por los demás”, resalta Guadalupe Díez, responsable de Eventos y Colegios de la Fundación Aladina, que presta soporte a niños con cáncer (ocio, apoyo psicológico, ayudas, entrenamiento físico…).

En la Fundación Aladina llevan varios cursos desarrollando la campaña “1 dibujo = 1 sonrisa”, por la que los escolares mandan su sonrisa, a modo de dibujo, para los niños hospitalizados. En el curso pasado, colaboraron con la iniciativa 108 colegios de toda España. “Los escolares, de todas las edades, mandaban dibujos, cartas, cómics… a niños con cáncer que están en el hospital a los que les encanta saber que hay gente fuera que, aun sin conocerlos, se preocupa por ellos y quiere arrancarles una sonrisa”, explica Guadalupe Díez.

Los beneficios de esta acción son bidireccionales, ya que en los niños sanos “fomenta que valoren realmente todo lo que tienen, descubren que la solidaridad no es algo solo de los mayores y que no consiste en decir ‘mamá, mete dinero en este sobre’ y se sienten bien porque se dan cuenta de que a cualquier edad se pueden hacer cosas por los demás”, dice la responsable de Fundación Aladina.

¿Cómo puedo ayudar?

“Para presentar la campaña, acudimos a los colegios. Los escolares nos preguntan si los niños con cáncer se curan, si pueden comer chucherías, si pueden jugar al fútbol o hacer las mismas cosas que ellos… Cuando son más mayores, se interesan por la forma de ayudar más. Se siembra en ellos una inquietud y quieren ir más allá. A ellos les enseñamos que hay maneras sencillas de colaborar como utilizar sus redes sociales para compartir campañas solidarias y hacerse eco de este tipo de acciones. Muchos se hacen voluntarios de nuestros eventos, ya que al hospital, al ser menores de edad no pueden ir, y nos ayudan en ellos”, relata Guadalupe Díez.

La solidaridad de los más pequeños del colegio o de la casa suele ser también un revulsivo en el centro o en la familia. Así, la campaña “1 dibujo = 1 sonrisa” consiguió recaudar el año pasado más de 140.000 euros procedentes de las donaciones de los padres de los niños que habían hecho los dibujos, escolares de todas las edades, incluso desde la Escuela Infantil.

«Los niños educados en solidaridad cuando son más mayores se interesan por la forma de ayudar más. Se siembra en ellos una inquietud y quieren ir más allá»

También cada vez más colegios organizan actividades solidarias: mercadillos, carreras, teatros, fiestas… con la mirada puesta en Aladina o en otras asociaciones. Cada una cuenta para sembrar el germen de la acción social.

Un pasaporte solidario

En los colegios CEU se toman la solidaridad muy en serio. Por ello han creado un Pasaporte Solidario y lo que denominan Menú del Voluntariado. Se implica a todos los alumnos de cualquier etapa educativa de todos sus centros escolares, adaptando las actividades a la edad, para realizar acción social (economatos, entidades caritativas…), acompañamiento a mayores, educación e instrucción a colectivos desfavorecidos o barrios marginales, viajes a países en vías de desarrollo, patrullas ecológicas, carreras solidarias, eventos deportivos para recaudar fondos, padrinos de aprendizaje…

El objetivo es “favorecer el sentido de la realidad y, al mismo tiempo, educar la mirada en la sensibilidad social”, resalta Luis Martínez Abarca, responsable del Área de Colegios CEU. “Si en este compromiso el conocimiento y reflexión son imprescindibles, educar para la acción es, al menos, igual de importante. Descubrir, sensibilizar y hacer son tres piezas de un único recorrido”, destaca. ¿En qué se basa el Pasaporte Solidario? “Todo alumno de nuestros colegios necesita sellar un número de acciones por curso de las que ofrecen en su menú u otras que él mismo proponga”, aclara el representante de los colegios CEU.

La solidaridad de los más pequeños del colegio o de la casa suele ser también un revulsivo en el centro o en la familia

Así, en el Pasaporte quedan plasmadas “todas las actividades de voluntariado en las cuales haya participado”. La reacción de los alumnos es “muy positiva”. “Son conscientes de la necesidad y de que es parte de la identidad que reconocen con naturalidad y también con orgullo. En algunos casos la demanda de participación desborda las posibilidades, pero pensamos que es una prueba de su éxito”, reconoce.

Ventajas de ser solidarios

Para una personalidad en formación, como la de los niños y adolescentes, aprender a ser solidarios tiene muchos beneficios:

-Se siente parte activa de la sociedad desde pequeños.

-Aprenden a comprometerse.

-Pueden conocer a niños y jóvenes con sus mismas inquietudes.

-Descubren valores y fortalezas ocultas en ellos mismos.

-Desarrollan la empatía y la sensibilidad.

-Aumenta su autoestima.

Una guía para el uso seguro de los juguetes con conexión a internet

Redacción.

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), junto con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes han hecho pública una “Guía para el uso seguro de los juguetes conectados”, con el fin de asegurar la diversión de los niños y adolescentes a través de la tecnología sin riesgos.

Los juguetes conectados ofrecen nuevas posibilidades de juego, fomentando la interactividad y participación del menor, siendo necesario conocer las sencillas recomendaciones que permiten evitar los riesgos derivados de esta nueva dimensión de juego.

Contraseñas seguras, control parental, uso y difusión de imágenes y audios, etc. El contenido da respuesta a estas cuestiones y otras como: ¿Qué es un juguete interactivo? ¿Para qué recogen estos juguetes nuestros datos? ¿A qué nos exponemos? ¿Cómo elijo un juguete conectado para mi hijo? ¿Cómo configuro el juguete para que sea más seguro? ¿Cómo les enseño a jugar con más seguridad? ¿Cómo puedo saber más sobre juguetes conectados?

En ese sentido, la información contenida se presenta de forma esquematizada para tener presente qué papel juegan los datos personales que utilizan estos juegos y cómo podemos asegurar la privacidad. También proporciona consejos para los padres a la hora de elegir un juguete conectado, como comprar con responsabilidad, leer las especificaciones técnicas e informarse consultando la web del fabricante u otras páginas en las que expertos y usuarios cuenten su experiencia y su opinión.

Los juguetes conectados ofrecen nuevas posibilidades de juego, fomentando la interactividad y participación del menor, siendo necesario conocer las sencillas recomendaciones que permiten evitar los riesgos derivados de esta nueva dimensión de juego

Además, se detallan los pasos básicos que se han de seguir para configurar correctamente un juguete conectado. Para ello, es vital tener en cuenta herramientas específicas de control parental y la protección de los datos personales, eliminando los registros de mensajes.

Así, INCIBE, a través de Internet Segura for Kids (IS4K) invita a fabricantes, vendedores de juguetes, padres y educadores a conocer esta guía para ser parte activa en el futuro de la educación y la seguridad de los menores en la era digital. Además, la misma propone actitudes que se deben fomentar en los menores cuando tienen al alcance esta tecnología, colaborando con la educación de los niños y adolescentes en este sentido.

Descargar la “Guía para el uso seguro de los juguetes conectados”.

 

¿Cómo les afecta tener un hermano enfermo?

La vivencia de tener un hijo con una enfermedad crónica o grave es una de las más difíciles a las que pueden enfrentarse unos padres. Pero si hay más hermanos en la familia, estos también pueden necesitar ayuda.

Por Terry Gragera

“Cuando un hijo tiene una enfermedad grave, las rutinas familiares cambian y la energía de los padres se destina a cuidar de su hijo enfermo y a gestionar sus propias emociones. Entonces, hay algo que suele ser común a todos los hermanos y es la sensación de haber perdido el interés de sus padres”, advierte Gabriela Medin, psicooncóloga de la Fundación Aladina. “Por eso es importante hacerles ver que es algo que atañe a toda la familia, que ‘somos un equipo’. Si esto te pasara a ti, haríamos igual”, recomienda explicitar al resto de hijos. Así, los padres deben enfrentarse de cara a la situación y comentarles al resto de sus hijos: “Sabemos que no estamos haciendo la vida familiar que nos gustaría, que no estamos pudiendo ocuparnos de ti como necesitarías. Pensemos en qué cosas te ayudarían a pasar mejor este momento difícil porque sabemos que para ti supone una renuncia”, detalla la psicooncóloga.

De la misma opinión es Ana Belén Hernández, psicóloga de la Fundación Menudos Corazones: “Hay que hacerles entender que todos son importantes en la misma medida, pero que alguno de ellos puede tener más necesidades en un momento determinado. Y repetirles que se les quiere mucho, intentando dedicarles tiempo de calidad, haciendo cosas individuales con cada uno de ellos”. La enfermedad de un miembro de la familia, y más si es un niño, requiere de una serie de ajustes que afectan a todos. Hay que intentar “dar naturalidad” a la situación, como recomiendan desde Menudos Corazones. Así, conviene:

-Contarle a los hermanos lo que sucede en cada momento, con palabras que puedan comprender.

-Si hay hospitalización, deben saber con quién se quedan, quién los cuidará…

-No hay que negarles los sentimientos de rabia, miedo, celos… Hay que ayudarlos a encontrar las palabras para expresarlos, pero sin ponerlas en su boca.

-Utilizar cuentos y publicaciones que hablen del proceso que está viviendo su hermano.

-Proponer actividades donde se trabajen las emociones, como escribir un cuento relatando algo similar que le pase a otro niño.

-Involucrar a los hermanos sanos en el día a día de la familia y también en los cuidados de su hermano, pero sin adoptar un rol de cuidador o excesiva responsabilidad que no le corresponden.

-Participar en asociaciones para desmitificar su día a día. Esto les ayudará a ver que hay muchas familias como ellos, a sentirse comprendidos y a hablar de lo que sienten sin tabúes, afrontando mejor el miedo.

-Si hay respuesta sintomática por parte de algún hermano (dolores inespecíficos, dificultad para dormir, regresiones, bajada en las calificaciones…), se debe consultar con un especialista.

«Hay que hacerles entender que todos son importantes en la misma medida, pero que alguno de ellos puede tener más necesidades en un momento determinado»

Hablar sin forzar

En la mente de un niño con un hermano enfermo pueden surgir muchas ideas, miedos, incluso sentimiento de culpabilidad. “Es importante no forzar a los niños a hablar de cómo se sienten sino darles la oportunidad de hacerlo con tiempo, con calma, a su ritmo y a través de la forma que ellos encuentren: jugando, hablando, mediante un cuento, comentando lo que le pasa a su hermano a través de sus muñecos o escuchando simplemente que algo parecido le pasa a un compañero del cole, pero escuchándoles, no simplemente oyendo lo que dicen”, recomienda la psicóloga de Menudos Corazones.

Para Gabriela Medin es importante la actitud de los padres: “En casa debe haber un clima para expresar sentimientos. Si los adultos lo hacen, los hermanos acabarán haciéndolo. No se trata de llegar y preguntar, sino de mantener una charla abierta”.

¿Qué le va a pasar?

La enfermedad de un hermano sitúa a muchos niños ante la posibilidad de un fatal desenlace. “No hay que mentir a los niños ni trasladarles la realidad con crueldad. Se pueden usar distintas estrategias como intentar saber qué es lo que piensa el niño para hacer esa pregunta, devolviéndosela. No hay que evitar la respuesta”, subraya la experta de Menudos Corazones.

Por su parte, la psicooncóloga de la Fundación Aladina, destaca la importancia de que los hermanos puedan despedirse” si no hay posible curación.

“Es importante no forzar a los niños a hablar de cómo se sienten sino darles la oportunidad de hacerlo con tiempo, con calma, a su ritmo y a través de la forma que ellos encuentren»

¿Puede ser la solidaridad una asignatura escolar?

Por Terry Gragera

¿Puede ser la solidaridad una asignatura?

En el Bachillerato Internacional consideran que sí, y por eso se incluye Creatividad, Actividad y Servicio (CAS) entre sus materias troncales. Los alumnos de este Bachillerato han de simultanear el estudio de las disciplinas académicas con las tres áreas de CAS: Creatividad (artes u otras experiencias que impliquen pensamiento creativo), Actividad (que conlleve esfuerzo físico y un estilo saludable de vida) y Servicio (intercambio voluntario y no remunerado con el objetivo de respetar los derechos, la dignidad y la autonomía de las personas). En un estudio que analizaba los efectos de esta materia sobre el alumnado, se constató que los escolares desarrollaban una ética del servicio, se volvían más solidarios y reflexivos, abrían su mente y desarrollaban mayores niveles de madurez y confianza en sí mismos.

¿Entrará en la nueva Ley Celaá?

Uno de los cambios que Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, ha anunciado en la nueva ley educativa que sustituirá a la actual LOMCE, es la inclusión de una asignatura que eduque en valores cívicos y éticos. No se volvería a la antigua “Educación para la Ciudadanía”, sino que se trataría de una materia nueva, también con nueva denominación, impartida en Primaria y Secundaria de carácter obligatorio (no optativa). ¿Su contenido? Conocer y respetar los Derechos Humanos y de la Infancia y la igualdad entre hombres y mujeres. Un germen para ser más solidarios.

¿Desde qué edad se puede ser voluntario?

Al margen de las actividades de voluntariado en los centros escolares, algunos niños y adolescentes muestran interés por el mundo del voluntariado. La actual Ley del Voluntariado, de 2015, proclama que para ser voluntarios, “los mayores de 16 y menores de 18 años deberán contar con el consentimiento de sus progenitores, tutores o representantes legales”. En el caso de “menores de 16 años y mayores de 12 podrán llevar a cabo acciones de voluntariado si cuentan con la autorización expresa de sus progenitores, tutores o representantes legales en la que se valorará si aquellas perjudican o no su desarrollo y formación integral”.

Voluntariado en familia.

Hay muchos tipos de voluntariado: social, internacional de cooperación, ambiental, cultural, deportivo, educativo, socio-sanitario, de ocio y tiempo libre, comunitario y de protección civil. Sin embargo, la realidad es que es difícil encontrar actividades para menores de 16 años. Las organización suelen preferir a mayores de edad y, si son menores, a veces obligan a que los niños o adolescentes acudan acompañados de sus padres. No obstante, en algunas plataformas como hacesfalta.org se pueden encontrar algunas ofertas de voluntariado para menores o para hacer en familia.

El voluntariado como extraescolar.

Algunas ONG o asociaciones, como ANAA (Asociación Nacional de Amigos de los Animales) han desarrollado programas de voluntariado como actividad extraescolar basados en el cuidado de los animales. El objetivo: que los escolares se impliquen en la concienciación sobre la adopción de animales y aprendan a cuidar de ellos, como parte del fomento de los valores de solidaridad y trabajo en equipo.

Quizás te interese: Colegios solidarios: construyendo un mundo mejor

Cómo desarrollar la tolerancia a la frustración

¿Son nuestros hijos menos tolerantes a la frustración de lo que éramos nosotros? ¿Por qué parece que no aceptan que se les niegue nada? Y, sobre todo, ¿qué debemos hacer ante ello?

Por Terry Gragera

“Los niños hoy en día se frustran más rápidamente cuando no consiguen lo que quieren, cuando se les da un ‘no’ por respuesta, cuando se les cambian los planes o cuando les sale mal algo o comenten un error. Vivimos en una sociedad inmediata, queremos tenerlo todo ya, al instante”, advierte Vanessa Olmos, psicóloga en Saüc Psicólogos, de Barcelona. Por su parte, José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo infantil de San Sebastián, subraya la necesidad de, ante esta situación, ver siempre qué hay más allá: “Detrás de una respuesta de intolerancia a la frustración puede manifestarse una necesidad emocional del niño”.

“Si el niño aún es inmaduro y le cuesta controlar la reacción emocional que supone un ‘no’, es decir, si estamos ante una cuestión meramente normativa, de obediencia, el adulto debe atender a la emoción del niño, ayudarle a regularla, calmarlo, decirle que siente que es difícil para él hacer determinadas renuncias, y acompañarlo en esa emoción, pero siendo al mismo tiempo muy firme en el ‘no’ en la conducta. Sí a las emociones, sí a validar el mundo interno del niño, y no a las conductas indeseadas que no contribuyen a su desarrollo”, explica José Luis Gonzalo. “Aunque el niño tenga un temperamento de base más irritable o explosivo, los genes solo predisponen, no determinan”, subraya el psicólogo.

“Detrás de una respuesta de intolerancia a la frustración puede manifestarse una necesidad emocional del niño”

Además, Vanessa Olmos destaca la importancia de no sobreprotegerlos. “Si los sobreprotegemos, los niños no aprenden por ellos mismos a conseguir lo que desean, no se plantean objetivos ni se esfuerzan por conseguirlos porque ya están papá o mamá para hacerlo por ellos. Hay que acompañarlos y darles las estrategias adecuadas para que lo puedan lograr, pero sin hacerlo por ellos”, recomienda.

Cuándo empezar

A tolerar la frustración se empieza desde la cuna. “Lo ideal sería que los niños fueran aprendiendo ciertas responsabilidades adaptadas a su edad y su etapa de desarrollo. Así van ganando confianza en ellos mismos, autoestima y seguridad, a la vez que aprenden que hay que esforzarse para conseguir las cosas”, enfatiza la psicóloga.

Además de las responsabilidades propias, José Luis Gonzalo destaca la importancia de crear un vínculo afectivo saludable desde que el niño nace, “donde sus necesidades básicas se satisfagan con afecto, ternura, sensibilidad y donde el niño se sienta acompañado por un adulto que le irá ayudando progresivamente a manejar mejor sus emociones, incluso las más intensas y difíciles como la frustración”. Para él, este acompañamiento “sienta las bases para un óptimo desarrollo emocional y un competente desarrollo social”.

«Sí a las emociones, sí a validar el mundo interno del niño, y no a las conductas indeseadas que no contribuyen a su desarrollo”

Posteriormente, y con estas bases ya sentadas, en la segunda infancia el niño es más capaz de autorregularse y el adulto solo “actúa de guía para ayudar en determinadas situaciones, aunque hay que enseñarles a aceptar lo que se siente, a tener pensamientos más positivos, a ver las cosas desde distintos puntos de vista para no quedar secuestrado por las emociones…”, explica el experto. La dificultad para tolerar la frustración puede necesitar de ayuda profesional en algunos casos:

-El niño usa el lloro o el chantaje para conseguirlo todo.

-El niño es consciente de que no tiene control sobre sus reacciones emocionales.

-Las reacciones emocionales del niño le conducen a conductas negativas para él o para los demás.

-Sus explosiones de ira por no tolerar la frustración se hacen muy frecuentes o muy intensas.

-El niño llevaba un desarrollo normalizado y, de repente, sufre un cambio considerable en este sentido.

También en el colegio

La frustración también se trabaja en el colegio. Pero ¿cuál es la mejor forma? Estos son los consejos de Vanessa Olmos,psicóloga en Saüc Psicólogos, de Barcelona: “Potenciar valores en los niños como la planificación, el esfuerzo, poner la mirada en el largo plazo… Que vean que para obtener unos buenos resultados debe haber un trabajo previo, que para resolver los conflictos en el patio hay que saber dialogar, que no pasa nada si se equivocan, porque si lo vuelven a probar seguramente saldrá mejor, que no todo se consigue solo con quererlo, sino que hay que trabajárselo…”, detalla.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo infantil de San Sebastián, subraya en este punto la importancia del profesorado: “El maestro debe ser un ejemplo de tolerancia a la frustración. Una autoridad calmada, una persona firme y respetuosa que sea capaz de recoger lo que el alumno quiere expresar a través de su conducta para luego dar una respuesta razonada que ayude a contener lo que el alumno no puede regular por sí mismo”.

«El maestro debe ser un ejemplo de tolerancia a la frustración. Una autoridad calmada, una persona firme y respetuosa»