Maternando: un proyecto social para madres adolescentes

Desde Maternando se ofrece formación y un taller de inserción prelaboral para madres adolescentes en situación de vulnerabilidad.

 

Por Diana Oliver

 

Que la maternidad es una metamorfosis nos lo han dicho o lo hemos experimentado en nuestras propias carnes. Es un cambio a todos los niveles para el que no hay preparación posible, por mucho que hayamos leído, escuchado o visto sobre tan enorme cuestión. Cuando la maternidad llega en la adolescencia, esa metamorfosis es aún más compleja porque las madres jóvenes muchas veces carecen de un espacio de seguridad, de recursos e, incluso, de apoyo familiar, social e institucional. De esta ausencia nacía en 2014 Maternando, un proyecto de trabajo social de acompañamiento socioeducativo a madres jóvenes junto con sus criaturas en ese tránsito hacia la vida adulta. Desde entonces han participado 135 personas, contando madres y bebés. “Es un espacio al que pueden asistir, siempre voluntariamente, de lunes a viernes de 9 a 15 horas, y en que se desarrollan propuestas y actividades que responden a las diferentes dimensiones de sus situaciones personales y grupales” explican desde Maternando. Actualmente asisten de manera habitual 12 mujeres, entre 14 y 19 años, de Valencia y alrededores.

Sin apoyo y sin recursos

El proyecto tiene cinco ejes fundamentales alrededor de los cuales se organizan diferentes actividades que van organizando el día a día: formativo (para continuar con los aprendizajes de la etapa escolar), productivo y pre-laboral (a partir del proyecto de comercio online 9lunas.com para el aumento de la empleabilidad y el acceso a recursos económicos), crianza y parentalidad (para cuidar el vínculo madre-criatura como un factor de protección social), cuerpo, salud y sexualidad (de cuidado y autocuidado) y promoción social y emancipación (donde se aborda específicamente la problemática social de cada mujer participante). Según explican desde Maternando, en paralelo a las actividades grupales se definen espacios individuales de encuentro y relación entre las mujeres y las profesionales del proyecto en los que se expresan las necesidades y se articulan las posibilidades de apoyo. “Se da una atención bio-psico-social, que puede ir desde la mediación en un conflicto familiar, a acompañar a la mujer en su parto, o asistir con ella a una reunión con los servicios sociales respecto a un tema de ayudas o de retirada de tutela”, cuentan. Escuchar, sostener y apoyar, al fin y al cabo.

Todas las actividades se pueden realizar junto con los bebés para lograr la “conciliación directa”. Esto, según las iniciadoras del proyecto, rompe con el postulado de “cargas familiares” clásico del trabajo social, que plantea que hay que descargarse para poder afrontar un itinerario de promoción o inserción social. “Se postula que el vínculo madre-criatura es una realidad a reivindicar, y la diada ha de ser un sujeto fundamental en la vertebración comunitaria. Ambas cosas adquieren, si cabe, un valor todavía mayor en los contextos de empobrecidos y de exclusión social en los que la precariedad produce una fragmentación que dificulta la supervivencia”, señalan.

¿Qué necesitan estas madres para poder salir adelante? “Nada en especial y todo en general”, responden desde Maternando. Y es que, estas mujeres necesitan recursos que no lleguen del mercado laboral porque, como señalan, estas mujeres son inempleables con las cifras de paro juvenil y con sus circunstancias personales. “Que su supervivencia dependa de un empleo es ciencia ficción, al menos en el puerperio”, insisten.

Además de la falta de recursos, las madres adolescentes deben lidiar con el juicio social de su embarazo y con el miedo hacia quienes deberían sostenerlas: los servicios sociales. “Se da la paradoja de que en el momento de más necesidad, que es cuando los servicios sociales podrían representar un papel significativo, las chavalas no acuden a ellos por miedo a la retirada de tutela. Sienten que no tienen la garantía de que sus necesidades no se interpreten como factores de riesgo para sus bebés, y de esta manera ellas mismas se sustraen de los pocos apoyos públicos que se podrían activar”. Por ello necesitarían de la asistencia de los servicios públicos y sociales y de un cambio de mirada por parte de la sociedad porque sólo así, y como nos recuerdan desde este proyecto, “la maternidad adolescente podría tener un espacio en los institutos, en los hospitales, en los barrios, en los teatros, en los parques y posiblemente no serían necesarios proyectos como Maternando”.

 

 

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Madres adolescentes las grandes olvidadas

Ocurre que la maternidad como experiencia vital en sí misma no tiene su lugar en la sociedad industrializada. Los cuidados y todo aquello que no suponga productividad queda fuera del debate. Según las iniciadoras de Maternando, a esta realidad hay que añadir el concepto de maternidad imperante: adulta, normativa, como un culmen de procesos de autorrealización personal y con una situación laboral y sentimental más “estable”. “En esta imagen las chavalas no se reconocen e incluso la pueden vivir como agresión”. Queda la maternidad adolescente excluida del imaginario social y, por ende, del propio debate. También de los servicios públicos de atención a la maternidad: “Todos los servicios públicos de atención a la maternidad tienen una visión de la maternidad adulta, ni las profesionales mejor intencionadas tienen la capacidad de normalizar la maternidad de una chica muy joven, incluso desde el ámbito sanitario, que podría centrarse en lo fisiológico, reciben juicio, reproche y maltrato”.

Por último, denuncian desde Maternando que las competencias parentales de estas madres están continuamente en tela de juicio, utilizando el “bienestar de sus bebés” como una presión absoluta para que se transformen en un par de días en adultas. ¿Y si no lo consiguen? “La maquinaria de la adopción se pone en marcha y lo tienen verdaderamente complicado para poder competir con una familia normalizada de los listados de adopción a ojos de esta sociedad. La maternidad adolescente está olvidada, pero también sufre una violencia estructural de control”, concluyen.

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Escuela de padres: El adulto soy yo

Una de las afirmaciones que solemos escuchar a menudo es “yo soy amigo/a de mis hijos”. Evidentemente, es maravilloso que como padres nos mostremos cercanos, amistosos y dediquemos parte del tiempo a jugar con nuestros hijos, pero en la actualidad nos estamos encontrando casos de padres que parecen estar examinándose constantemente cuando interaccionan con sus pequeños. Que más que padres parecen animadores socioculturales con una tremenda ansiedad porque a sus hijos no les falte de nada.

 

Por Marta Prado Bullido y Óscar González

 

No nos equivoquemos, estar cerca de ellos no significa que hablemos o que utilicemos sus mismas expresiones. No tenemos que “ganárnoslos” con el colegueo, queriéndoles demostrar que somos unos “padres guays” porque no debemos olvidar que nuestros hijos van a tener muchos amigos, numerosos colegas, pero solo un padre y una madre. Por tanto, debemos actuar como tales. No pensemos que por marcarles unas normas y establecer unos límites claros nos van a querer menos: es lo que necesitan. María Jesús Álava Reyes, en su libro El no también ayuda a crecer, afirma: “nada desconcierta más a los niños que la ausencia de normas”. Los niños necesitan que actuemos como se espera de nosotros, es decir, como adultos. Tenemos que asumir nuestro rol por el bien de su correcto desarrollo. Como bien destaca Emilio Calatayud: “yo soy padre de mis hijos, no su colega porque si no los estoy dejando huérfanos”, y añade “en España no hay término medio, y hemos pasado del padre autoritario al padre colega pasando de ser esclavos de nuestros padres a ser esclavos de nuestros hijos”. Queremos destacar que, para la tranquilidad de muchos, es bueno aspirar a ser amigos de nuestros hijos si entendemos por amigo “alguien que va a estar ahí siempre que lo necesiten” y no alguien que adopta actitudes infantiles que no se corresponden con nuestra edad: querer ser amigo y colega de los amigos de tu hijo, salir de fiesta con tu hijo “a ligar”, etc., no es saludable y esto siempre tiene consecuencias negativas. Recordemos: somos un referente para nuestros hijos, necesitan situarse y situarnos. No les ofrezcamos mensajes contradictorios, pues dificultará ese “saber ubicarse”. No podemos ni debemos invertir roles.

Como conclusión a este artículo nos gustaría compartir con vosotros el “Decálogo del buen padre”, por Javier Urra:
1. Amor paternal: es imprescindible querer a los hijos y hacérselo saber.

2. Disfrutar de los hijos: hay que saber disfrutar de los hijos, pero también disfrutar con ellos.

3. Sonreír juntos: fomentar el “piel con piel”, compartir los sentimientos y sonreír en familia.

4. Educación: compartir la tarea educativa con los profesores, implicándose en su formación.

5. Abuelos: es importante dar cabida a los abuelos para que tengan una buena relación con sus nietos.

6. Ocio saludable: los padres deben inducir a sus hijos a realizar actividades que impliquen un ocio sano y saludable.

7. Deporte en familia: practicar todo tipo de actividades deportivas entre padres e hijos.

8. Naturaleza: inculcar a los hijos el amor por la naturaleza y disfrutar de ella en familia.

9. Aprender de ellos: hay que saber aprender de los hijos si queremos llegar a ser buenos padres.

 

 

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Seguridad emocional

“Los niños que sienten a sus padres como amigos, no tendrán la seguridad emocional necesaria para poder desarrollarse y tener una personalidad fuerte y una autoestima estable”. Es importante que los padres y madres entiendan que su rol es diferente al de un amigo y que este rol, y el de los amigos, va cambiando según las etapas madurativas del niño. Tampoco los padres competimos con esa socialización entre iguales que también es muy necesaria para su desarrollo emocional. De este modo, los padres deben entender que su presencia para que los niños acudan sea cual sea su edad es necesaria, pero que nuestras respuestas e interacciones con ellos no son los mismos que los que tienen sus iguales. Al contrario, estas actitudes no les dota de las herramientas necesarias para su seguridad emocional y, por consiguiente, para convertirse en un adulto autónomo.

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La FP rompe su techo de cristal

Han sido décadas de constantes invocaciones a desarrollar con mayor ambición la Formación Profesional, anuncios de cuantiosas inversiones y presencia destacada en los programas electorales de todos los partidos políticos. Pero es ahora, y especialmente a partir de la extensión del FP dual creada en 2012, cuando se puede decir que los ciclos formativos de la Formación Profesional han roto su particular techo de cristal.

 

 

Por Javier Peris

En este curso se han matriculado en los estudios de FP casi el doble de los que lo hicieron hace diez años, y son 23.000 más que el curso pasado. Aun así, en España sólo el 12% de los estudiantes elige la FP, contra el 26% de media en el resto de países de la OCDE. No se puede afirmar, por eso, como alguien ha dicho exageradamente, que la FP está de moda, aunque hay datos que por primera vez están siendo percibidos y evaluados por alumnos y padres: la empleabilidad de los titulados en FP ya es mayor que la de los universitarios. Un ejemplo del éxito entre los nuevos centros de FP lo encarna “Xabec”, Centro de Formación Profesional situado en el populoso barrio de Orriols de Valencia. En los últimos años ha recibido diferentes premios como el de Mejor Centro de FP dual de España 2018 y su director, Antonio Mir, preside la red europea Innmain, que agrupa a escuelas e instituciones de 18 países implicadas en el desarrollo y mejora de la Formación Profesional.

Inversión insuficiente

“No se puede decir que la FP está de moda -explica Antonio Mir-; todavía estamos muy lejos del peso que tiene en otros países europeos y de las necesidades del mercado laboral en España. Pero sí hay un cambio de tendencia evidente”. Una de sus causas es que “durante la crisis muchos padres han sufrido el desempleo y quieren para sus hijos mayor seguridad laboral”. Ahí están las todavía enormes cifras de paro juvenil en España, que duplica el de la media europea. Esta recuperación parte desde muy abajo, entre otros motivos, sostiene el director de “Xabec”, por la desidia inversora de la Administración: “Incluso ahora los presupuestos destinados a la FP son claramente insuficientes. Constantemente se aprueban nuevos ciclos para abarcar más actividades económicas pero no se acompañan de los medios necesarios”. Otro de los problemas es el desajuste entre los contenidos de los ciclos y la demanda empresarial. Mir cita como ejemplo a la Conselleria de Educación valenciana, “empeñada en crear nuevos estudios para los que no se ha testado la demanda. Los empresarios, por su parte, siguen denunciando la dificultad para encontrar trabajadores cualificados”.

Esta ‘titulitis’ se refleja en los más de 900 títulos diferentes que se imparten en España. Antonio Mir prefiere el modelo de Suecia, donde cada año se deciden los ciclos de acuerdo con las necesidades de las empresas: “Incluso se crean títulos específicos para una zona donde se va a instalar una empresa concreta; y si finalmente la empresa se cierra el ciclo desaparece pero queda la formación de los jóvenes en un sector determinado. Se requiere, en fin, más flexibilidad, porque lo importante para los alumnos y las empresas no son los títulos sino las competencias. La FP está orientada a la empleabilidad y si no, no sirve”. ¿Cuál es la solución? Para Mir está claro: “Seguir la estrategia que ya han ensayado con éxito en el resto de Europa. No es una cuestión de número de ciclos, sino de los que quieren las empresas, y dotarlos de los medios necesarios. Como se suele decir en inglés: work based learning”.

Con el centro Xabec colaboran más de 200 empresas que “no son oenegés, y que acuden a nosotros cuando necesitan jóvenes a los que formar en sus diferentes procesos de producción o en otros ámbitos de la empresa”. Pues bien, no hay suficiente alumnado para satisfacer esta demanda. “Por otra parte -explica Mir- las empresas valoran a los alumnos de la FP precisamente por su capacidad para aprender y adaptarse con rapidez a los cambios vertiginosos que experimenta la tecnología.

Orientación

Los datos de fracaso escolar en la FP son pocos y mal conocidos, pero se estima que es diez puntos mayor que el de Bachillerato y que duplica al de la ESO. En “Xabec”, en cambio, es del 4%. Su secreto es el departamento de Orientación, en el que se implican todos los profesores y que se basa en el autoaprendizaje: “Es una idea revolucionaria. Los alumnos encuentran la motivación participando en la elección de los contenidos y en los métodos didácticos. Además, se involucran en proyectos con centros de FP del resto del mundo”. La orientación también es uno de los objetivos de la Fundación Bertelsman, que desde Barcelona fomenta el empleo juvenil y la FP Dual. Juan José Juárez, Senior Project Manager de la Fundación, sostiene que “la orientación ya no puede verse como responsabilidad de un solo departamento, sino como un compromiso estratégico de todo el centro educativo. Las familias y las empresas, por su parte, no solo deben exigir una buena orientación, sino involucrarse activamente en ella”.

Como otros centros privados de FP, “Xabec” debe justificarse constantemente para que la Administración apruebe y financie sus cursos, y no siempre lo consigue: “Recientemente nos han denegado un curso de sistemas de frío-calor que sólo ofrecen dos centros de la Comunitat Valenciana”. Para el director de “Xabec”, “en España existe un concepto de la enseñanza concertada muy rígido. En otros países como Reino Unido o Dinamarca es el modelo predominante y, sobre todo, no genera conflictos. Aquí es imposible sustraerse a la politización”. Mir recalca que “el modelo de la colaboración pública y privada se encuentra especialmente justificado en nuestro ámbito, porque nuestros beneficiarios directos son las empresas, mayoritariamente del sector privado, y respondemos con más flexibilidad y adaptabilidad a sus demandas. Públicos y privados debemos ir de la mano, pero desgraciadamente se nos ve como competidores”.

 

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El testarudo prejuicio social

Antonio Mir,Estudiar la FP se asocia todavía en España a malos estudiantes de Secundaria y a familias con pocos estudios. El poder de atracción de la universidad ha sido favorecido por un sistema que ha hecho crecer las plazas disponibles y convertido el resto de opciones en vías poco menos que vergonzantes. Los padres y madres son en parte víctimas y en parte culpables de este fenómeno. ¿Qué se les puede decir a los padres para que contemplen la FP como una ruta valiosa para el futuro de sus hijos? Antonio Mir contesta que “piensen en los hijos, no en sí mismos. La FP no cierra puertas, tiende puentes que pueden acabar también en la universidad pero con un bagaje práctico y una experiencia laboral que les ayudará a salir adelante. Y si en la empresa o en el sector en el que se han formado encuentran su sitio, su felicidad, les habrán hecho un enorme favor”.

Con todo, el objetivo de normalizar estos estudios está lejos de cumplirse. Ni el paro estructural que sufre España, especialmente los jóvenes, ni la insistente demanda de las empresas por encontrar personal cualificado o jóvenes a los que poder formar, han logrado quebrar la resistencia de padres e hijos. Las campañas de promoción que se han realizado en España para hacerla más atractiva apenas se han hecho visibles por su escaso presupuesto y ambición. Sólo en Cataluña, hace unos años, la Fundación Barcelona FP impulsó una campaña publicitaria con el apoyo de personajes de éxito que estudiaron FP como Andrés Iniesta, el mediático cocinero Isma Prados y Ramón Paredes, vicepresidente de Seat- WV España. El propio Paredes, hoy presidente de Formación de la Cámara de España, resume así el resultado: “El incremento de matrículas de FP en Barcelona fue increíble”. La Cámara trabajan actualmente en una campaña similar de ámbito estatal, además de un gran congreso sobre la FP dual.

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Mejor descalzos

El calzado puede dificultar el desarrollo de tu hijo en la primera infancia y, además, determinar los problemas de salud que sufrirá en su edad adulta.

Por Ana Veiga

 

Entras a una zapatería y ves unas mini Converse talla 16 (0-3 meses) que te enamoran. ¡Pero qué cosa más mona! Vas corriendo a caja con el fin de comprar un par para mi bebé y te asalta una duda:¿es necesario? Y lo más importante, ¿es recomendable? Pues parece que no. Al menos esto afirma el estudio «Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes», elaborado en 2007 por Isabel Gentil García, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid. En ese estudio, Gentil explica que “no debemos reprimir la sensibilidad táctil de los pies calzándoles, pues informan del mundo exterior, transmitiendo sensaciones de temperatura, texturas… que favorecen el desarrollo psicomotor del niño”. En cambio, anima a cuidar y potenciar la libertad de los movimientos de los dedos y de los pies. “A los 7-8 meses, los niños manipulan sus pies con las manos o con la boca, lo que les aporta un importante estímulo para el desarrollo sensorial”. Y es que en el niño preandante, la característica principal de esta etapa de desarrollo cognitivo es la superioridad de lo sensorial sobre cualquier otro aspecto.

En la primera infancia predomina el juego motor, es decir, el niño juega con su cuerpo y esto estimula el desarrollo porque permite la maduración del sistema nervioso “estimulando la mielinización de las dendritas y favoreciendo el control neuromuscular, el desarrollo intelectual y las habilidades sociales”, explica. El movimiento físico del bebé es un factor de aceleración de ciertas formas de maduración por el estímulo de mielinización. “Es necesario que la planta del pie en el niño se ponga en contacto con superficies irregulares a fin de estimular las sensaciones cinestésicas y los reflejos posturales. El niño necesita el estímulo táctil, de presiones, de irregularidades del terreno para desarrollar la propiocepción, mejorar la posición de articulaciones, reforzar la musculatura”, aclara la docente en su estudio. Es por ello que, para la investigadora, el uso del calzado preandante o el calzado para el gateo no tiene justificación porque impide al niño recibir sensaciones y añade un peso excesivo a los pies impidiendo hacer lo que necesitan. “El movimiento de autodefensa que utilizan los niños de descalzarse en cuanto pueden tiene mayor significado que el que aparentemente interpretábamos. No debemos poner impedimentos al desarrollo propioceptivo, neuromuscular e intelectual del niño encerrando sus pies en un calzado que no necesita, al contrario se deberá estimular a los niños a disfrutar de su cuerpo y de su motricidad con los pies descalzos”, sentencia.

 

Calzado para el cole

Los problemas con el calzado empiezan en la primera infancia pero continúan durante la etapa escolar. Acorde a las recomendaciones del Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España y del Instituto Valenciano del Pie, la edad recomendable para visitar al podólogo por primera vez es entre los 4 y los 5 años. En esta franja de edad, ya se puede observar cómo se está desarrollando el pie.

Uno de los problemas habituales es la utilización incorrecta del calzado deportivo en el centro escolar y cómo esto puede provocar la aparición de problemas en la edad adulta. De hecho, el Consejo emitió un comunicado en 2016 para advertir de esta situación, haciendo mención especial al calzado utilizado para jugar al fútbol, ya que habitualmente es demasiado ajustado y se lleva durante todo el día. En el caso de las niñas, se ha popularizado el calzado con ruedines, totalmente desaconsejado por los profesionales.

Roberto Pascual, podólogo de la Universidad Miguel Hernández de Elche, ha realizado diferentes estudios que demuestran que existe una alta incidencia de niños que acuden al colegio con un calzado incorrecto, específico para una actividad deportiva. Concretamente, de 600 niños analizados entre 3 a 12 años, el 62% acudía al colegio con un calzado inadecuado y a más de un tercio de los escolares (38,35%) se les recomendó una revisión podológica, la mayoría por prevalencia del pie plano infantil. Debemos extremar las precauciones y realizar un seguimiento periódico si el niño practica algún tipo de deporte que pueda afectar al desarrollo del pie.

 

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Cuál es el mejor calzado para mi hijo

  • “Vemos publicidad de muchos zapatos para la fase de preandantes y de primeros pasos que, en mi opinión, no favorecen el desarrollo del pie del niño. El pie es una pieza muy compleja formada por 28 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones y ligamentos; es una pieza creada para el movimiento y es imprescindible respertar ese movimiento libre del pie para el correcto desarrollo de sus distintas articulaciones”, espeta Alfaro. n Si hablamos de calzados poco recomendables, le vienen a la cabeza las botas porque pueden limitar el movimiento natural del tobillo. Cuando los niños gatean, o bien cuando comienzan a ponerse de pie en sus primeros años, es muy importante que el tobillo pueda tener movilidad.
  • Otras cuestiones a evitar son los zapatos con contrafuertes bastante rígidos (la zona que sujeta el talón), algo que suele hacerse para dar mayor estabilidad a esos primeros pasos pero que, en realidad, dificulta que la musculatura del niño se desarrollen También es fundamental entender que cuando caminamos, los dedos del pie no se quedan pegados al suelo sino que se dorsiflexionan (se doblan hacia arriba). Por eso es muy importante que en los niños las puntas sean redondeadas y con una altura de pala suficiente para no dañar los dedos.

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¿Sabías que es habitual que el pie de un niño sea plano en edades menores de 3 años? En función del tipo de pie plano, tendrá que corregirse siempre antes de los 7 años, pero en sus primeros años de vida es lo normal. “Los pies de los niños son pies en desarrollo, tanto a nivel óseo como muscular y ligamentoso. Es muy importante no pensar en el pie de un niño como el de un adulto en miniatura, hemos de conocer los valores de normalidad de evolución de un niño en función de su edad”, manifiesta Javier Alfaro es Profesor Universitario Podología Pediátrica, Director técnico de Podoactiva y Podólogo de la Selección Española de Fútbol. Cuanto más pequeños, más delicados porque sus pies pasan de una estructura que no está preparada para caminar a una estructura que pasará a soportar todo el peso del cuerpo. “Eso exige una gran evolución a nivel óseo, muscular y ligamentoso. Normalmente un niño empieza a caminar entre los 13 y 16 meses y el pie sufre los mayores cambios hasta los 6 años de edad”, admite, aunque añade que “los problemas relacionados con el calzado – si es inadecuado- pueden sufrirse en cualquier momento del desarrollo del niño”. Por consiguiente, es fundamental elegir bien cuándo calzamos a nuestros hijos. En esto, concuerda con el estudio de Gentil sobre la relevancia de no usar zapatos en niños preandantes; es suficiente con unos calcetines para abrigar el pie. “En los pies tenemos un gran número de receptores nervioso, por lo que poner calzado a un niño muy pequeño es un error porque le privará de estímulos. Tampoco defiendo que un niño deba de caminar durante mucho tiempo descalzo, pero debemos de encontrar el término medio. Desde luego, en un bebé que no camina, no tiene ningún sentido tenerlo con zapatos”.

Cuando el niño ya comienza a caminar, el zapato debe de cumplir la misión de proteger y estabilizar ligeramente, pero “en ningún caso limitar en exceso o bloquear la movilidad del pie”. Así, en niños andantes, Alfaro avala la práctica de que los niños caminen descalzos en superficie no dura como el complemento para el uso del zapato. “Realizar actividades sin calzado – en superficies no excesivamente rígidasfavorecerá la propiocepción y el desarrollo muscular del niño”. En contraposición a la rigidez extrema, también anima a huir de la tendencia de suelos blandos. “Hemos generado la conciencia colectiva de que para los niños todo tiene que ser «blandito» y ya hay estudios que afirman que la calidad de hueso es peor que en niños que practicaban deporte en superficies más duras o que estaban mayor tiempo descalzos”, advierte.

En función de la edad del niño y de su tipo de calzado y actividad, podrán diferentes enfermedades a las que deberemos hacer frente. Como comentábamos antes, la patología que más común en niños son los pies planos, aunque Alfaro diferencia entre el tipo de pie plano (flexible, semiflexible o rígido). “A veces es suficiente con una correcta pauta de ejercicios, pero en otras ocasiones será necesaria una plantilla personalizada, y en algunos casos (plano rígido) será necesario el tratamiento mediante cirugía”. En los no andantes es relativamente frecuente ver pequeñas deformaciones de los dedos que son muy fáciles de tratar si se actúa de forma precoz. No es necesario alarmarse ya que acudiendo al podólogo “se tratarán esas deformaciones mediante pequeñas ortesis de silicona o vendajes muy sencillos”, comenta Alfaro. Una de las patología que más ven en consulta es la Enfermedad de Sever -inflamación dolorosa de la placa de crecimiento del talón que generalmente afecta a los niños entre 8 y 12-14 años de edad-, que aparece debido a una serie de alteraciones biomecánicas que alteran la osificación del hueso. Esto se produce cuando hacemos demasiada fuerza repetitiva sobre la placa de crecimiento, por ejemplo, es habitual en menores deportistas. Está vinculada a niños con pies excesivamente cavos (con mucho arco) o pies que tienden a aplanarse más de la normalidad. “En mi opinión la peor receta es aconsejar al niño que deje la práctica deportiva ya que es muy sencillo solucionarlo sin necesidad de que el niño deje de hacer deporte. El tratamiento mediante una plantilla específicamente diseñada para este problema es efectivo en más del 90% de los casos”.

Otro problema habitual en niños es que caminen «de puntillas», generalmente motivado por un acortamiento de la polea muscular posterior de la pierna (tendón de aquiles, gemelos, sóleo, etc). En este caso, el tratamiento consiste en disminuir la tensión generada en la planta del pie y mejorar la elasticidad de dichos músculos, combinando podología y fisioterapia. Alfaro lanza un mensaje: “En muchos casos, atribuimos al crecimiento muchos de los dolores de los niños pero es importante entender que crecer no duele”.

 

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Consejos para elegir el mejor calzado, según Javier Alfaro

JAVEIR ALFAROCuando estamos en la etapa andante del niño, deberemos buscar zapatos que cumplan lo siguiente.

  • Suela flexible, sobre todo en la zona de los dedos. Si cogiendo el zapato por la zona del talón con una mano y por la zona delantera por otro somos incapaces que flexionar la suela, con toda posibilidad va a ser demasiado rígida para el correcto movimiento del pie.
  • El zapato debe dejar el tobillo libre para favorecer el movimiento.Es decir, mejor zapato que bota.
  • Medios de sujeción correctos: cordones o velcros. Para niños pequeños la sujeción con velcro es más indicada porque les resulta más fácil.
  • La altura de la suela no debe superar los 1.5 o 2 cm.
  • El ancho, el alto y el largo del zapato debe ser suficiente para que no oprima el pie.
  • Si el zapato lleva plantilla extraíble puede resultar de utilidad poner el pie del niño encima de la plantilla y comprobar que la plantilla sobresale un poco del tamaño del pie para asegurar que le ajusta adecuadamente.
  • El corte del zapato (la zona que cubre el pie) debe ser de material transpirable. Mantener el pie seco es fundamental para evitar por ejemplo los hongos en los pies.

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Aprendizaje por proyectos

El aprendizaje por proyectos se va abriendo paso en las aulas. Es un enfoque que puede convivir con los métodos más tradicionales, pero que pone al alumno en el centro de la enseñanza. ¿En qué consiste realmente?

 

Por Terry Gragera

Matemáticas, inglés, historia, lengua… Hasta hace bien poco cada materia se impartía de forma compartimentada y casi estanca, y no había otra opción, pero un nuevo enfoque metodológico: el aprendizaje por proyectos, ha venido a revisar esta práctica para crear una enseñanza más integrada o interdisciplinar, donde las áreas de conocimiento se interrelacionan, tal como hacen en la vida real. El aprendizaje por proyectos se caracteriza, además, por poner al alumno en el centro, haciéndolo protagonista de los conocimientos que adquiere.

¿En qué materias?

Pero ¿se puede aplicar de forma general este enfoque? “Es un error pensar que el aprendizaje por proyectos sirve para todo. Para unas materias es mejor, pero para otras no tanto. Las investigaciones nos hablan que los alumnos que trabajan con aprendizaje por proyectos puntúan muy bien en procesos de pensamiento de orden superior, como la creatividad, la capacidad crítica, la flexibilidad y las capacidades ejecutivas, y solo un poco mejor en otros procesos relacionados con la memoria”, explica Juan José Vergara, docente y experto en innovación y metodologías educativas activas. “Lo sensato es utilizar cada enfoque en función de los objetivos que tenga el docente. La enseñanza tradicional se ha centrado en determinados procesos como la reproducción, la memoria y el entrenamiento, y ahora el docente debe pensar que los alumnos necesitan desarrollar otras capacidades como la creatividad”, apunta el experto, que es autor de dos obras sobre este tema “Narrar el aprendizaje” y “Aprendo porque quiero. El aprendizaje basado en proyectos, paso a paso”, ambas editadas por SM.

El alumno, protagonista

El aprendizaje por proyectos sitúa al alumno como protagonista de su propia enseñanza. “Nos da la oportunidad de introducir nociones nuevas con unas dinámicas lúdicas y divertidas, por lo que los alumnos lo acogen muy bien”, señala Begoña Hernando de Luis, profesora de Infantil del Colegio Divino Maestro de Granada. En su clase, este trimestre el proyecto se centra en el Polo Norte, “vemos las estaciones, conceptos matemáticos, inmersión lingüística, el cambio climático, la naturaleza, el medio social, vestimentas, alimentación, valores…”, detalla. “Los alumnos se implican más y aprenden de forma diferente casi sin darse cuenta, además, los animamos a investigar cada fin de semana, con lo que estamos creando una rutina de estudio y deberes que les servirá cuando pasen a cursos superiores”, indica la docente. La ventaja del aprendizaje por proyectos en cursos superiores en los que los alumnos suelen perder la motivación por el estudio es innegable: “Aprendemos cuando nos encontramos algo que habla sobre nosotros o que nos implica. En el aprendizaje por proyectos el contenido se adapta al alumno para que lo pueda llevar a la vida”, precisa Juan José Vergara. “Cuando el alumno está inmerso en un proyecto y se da cuenta de que el contenido habla de él y que puede hacer de ello algo real se siente muy feliz y disfruta la experiencia”, destaca. Asimismo, este enfoque fomenta el trabajo cooperativo entre el alumnado y sus propias habilidades para adquirir conocimientos.

 

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Más allá del centro escolar

Para Juan José Vergara, experto en innovación,el aprendizaje por proyectos es una gran oportunidad para que la educación influya decisivamente en la realidad. “Tenemos un mundo en colapso y la educación deber tomar partido para formar a personas capaces de reinventar este mundo y hacerlo más habitable, repensando la identidad, la igualdad… Se necesitan personas con capacidad crítica y que busquen soluciones, y esto no se desarrolla del todo con el enfoque educativo tradicional y sí con el aprendizaje por proyectos, por lo que hay que apostar por él”, señala.

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El papel del profesor

Pero si los alumnos tienen autonomía, ¿significa esto que el papel del profesor queda atrás? “Trabajar por proyectos supone un trabajo extra para los docentes porque tienen que preparar mucho material fuera de la jornada lectiva. Es un proceso continuo que va a dar resultados a largo plazo, pero que necesita de la implicación de los profesores para tener esa necesaria continuidad”, explica Begoña Hernando. Por su parte, Juan José Vergara señala: “Con los alumnos brillantes vale todo, pero a los que plantean problemas de aprendizaje no les sirve en muchas ocasiones una enseñanza tradicional. Es ahí donde el docente debe decidir otro enfoque como trabajar por proyectos”. El aprendizaje por proyectos puede aplicarse en cualquier etapa educativa.

 

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El apoyo de las familias

 

  • El aprendizaje por proyectos tiene un factor más que lo hace interesante,y es que en muchos de ellos se pide la participación de la familia, ya sea para buscar información, hacer talleres, construir decorados o para asistir a la exposición oral de sus hijos al finalizar el proyecto “Es otra forma de contacto con las familias, menos oficial que la tradicional en la tutoría, y que permite que los padres puedan ver cómo se trabaja en el colegio y las dinámicas del aula.
  • A los alumnos les encanta ver a sus padres en clasey así logramos que colegio y familia vaya en la misma dirección”, apunta Begoña Hernando, profesora del Colegio Divino Maestro de Granada.

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Raúl Rodrigo: “Ante el acoso, nadie va a venir a salvarnos si no gritamos”

 

Por Gema Eizaguirre

“Un día me desperté y pensé en todo lo vivido, y en lo que me gustaría contarle a alguien que estuviera sufriendo acoso escolar”, esta reflexión le llevó a Raúl Rodrigo, Licenciado en Economía y Censor Jurado de Cuentas, a escribir Mi receta contra el acoso escolar (Desclée). En él cuenta sucesos, reflexiona y da pautas para salir de esta situación en la que explica los golpes más dolorosos fueron los de la soledad.

-¿Fue difícil contar su experiencia de acoso?

-Simplemente pensé que si un joven o un niño estaba sufriendo acoso escolar y mi testimonio le daba esperanza, yo no podía seguir callado nunca más. Así que me senté frente al ordenador y escribí todo lo que a mí me gustaría contarle a un adolescente que estuviera sufriendo acoso si tuviera la oportunidad de hablar con él o con ella. Aquello quedó guardado en un cajón y tiempo más tarde comencé a intentar difundir ese mensaje.

-¿Cómo puede detectar un padre/ madre que su hijo sufre acoso?

-En los cambios de comportamiento. Muy atentos a los cambios en los patrones de comportamiento, incluso si son positivos.

-¿Qué es lo que más les cuesta entender a los padres cuyo hijo sufre acoso?

-El por qué. Buscamos razones que expliquen y justifiquen lo que nos ocurre, y hay veces que hay cosas que simplemente son injustas y ya está. En la vida ocurren cosas injustas, es así.

 

Buscamos razones que expliquen y justifiquen lo que nos ocurre, y hay veces que hay cosas que simplemente son injustas y ya está. En la vida ocurren cosas injustas, es así.

 

-¿Y a los padres del niño que comente una agresión?

-Lo que les cuesta directamente es aceptar que está ocurriendo, porque se sienten cuestionados como padres. Y tampoco son ellos siempre los responsables; hay agresores que tienen un gran conflicto interior y que pagan con el agredido.

-¿Apuesta, entonces, por una segunda oportunidad para el agresor?

-Por supuesto, el agresor nos necesita tanto como el agredido. Es una persona herida que requiere de nuestra ayuda. Y es cierto que muchas veces los problemas están en casa, pero no siempre.

-¿A qué se refiere?

-A veces el problema solo está en el agresor y no en su entorno familiar. El agresor puede estar descubriendo cosas de sí mismo que no quiere aceptar: sexualidad, limitaciones físicas o intelectuales, alguna adicción de la que no sabe cómo escapar. No debemos estigmatizar el entorno familiar del agresor porque corremos el riesgo de no prestar atención a conductas y situaciones que requieren de nuestra ayuda. Y además, todo ello al perdón posterior.

 

El agresor puede estar descubriendo cosas de sí mismo que no quiere aceptar: sexualidad, limitaciones físicas o intelectuales, alguna adicción de la que no sabe cómo escapar.

 

mi receta contra el acoso escolar-¿ Cómo llegó a perdonar?

-En mi caso, he tenido la gran suerte de ser una persona reflexiva en la vida adulta apasionado de la psicología, del intento de comprensión de por qué los seres humanos nos comportamos como nos comportamos -en cualquier ámbito o cara de nuestra existencia-. Esto me ha ayudado a perdonar. Hoy no guardo ningún tipo de rencor porque soy capaz de ver que quienes me hirieron eran niños, adolescentes, y no adultos; y que si lo hicieron era porque no estaban bien.

-¿Qué diría a un niño que sufre acoso y no sabe cómo contarlo?

-Que no está solo. Que somos muchos los que estamos a su alrededor para cuidarlo y protegerlo. Que imagine que tiene que saltar desde un lugar muy alto, pero que abajo tiene una enorme red, una red fuerte que no le dejará caer: esa red son sus padres, sus profesores, sus compañeros… Y que no le ocurra lo que a mí. Yo descubrí hace unos tres años que mi familia no fue consciente de nada. Viví un infierno, viví avergonzado por el hecho de haber fracaso y sometido a mi familia al sufrimiento, y resulta que no lo sabían. Porque no lo conté. Creemos, también los adultos, que los demás serán capaces de adivinar lo que nos ocurre y no es verdad. Hay que pedir ayuda, nadie va a venir a salvarnos si no levantamos la mano y gritamos que estamos en peligro.

-Comenta el miedo a hablar. ¿No se ha superado un poco y cuentan más lo que les pasa?

-Lo desconozco. Quiero pensar que el miedo persiste porque está relacionado con tener que mostrar que has fallado. ¿Quién quiere contar que le rechazan, que es el excluido, el repudiado? Casi nadie, menos en la adolescencia. Creo que tiene que ver con eso.

-¿Quiénes tiene mayor responsabilidad en detectarlo y atajarlo: las familias o los profesores?

-Todos debemos tener los ojos bien abiertos. No debemos fustigarnos por no haberlo visto. El acosador, y el acosado, se cuidan muy bien de que no trascienda, de que no lo veamos. Responsables somos todos.

 

 El acosador, y el acosado, se cuidan muy bien de que no trascienda, de que no lo veamos. Responsables somos todos.

 

-¿Cómo ve la evolución en la detección del acoso escolar en los últimos 10 años?

-Ha mejorado muchísimo, sin lugar a dudas. Ahora hay protocolos de actuación por parte de las instituciones pero, sobre todo, hay, lo que es más importante, una labor titánica de docentes y alumnos. Eso era impensable cuando yo sufrí acoso escolar, ahora los propios alumnos se están organizando para vigilar, prevenir, orientar… Eso es esperanzador.

-Ahora hay más programas de convivencia, protocolos… ¿Los ve eficaces?

-Yo los veo eficaces. Sobre todo en la prevención del aislamiento y la soledad, ese tipo de acoso creo que está muy vigilado por profesores y compañeros. Respecto a las instituciones, sé que les preocupa el asunto y trabajan en ello, pero me quedan dudas de si están apoyando de manera eficaz a los profesores implicados en esta lucha. Mi percepción es que esto está saliendo adelante gracias a la vocación, tenacidad y tiempo, en muchos casos personal, delos docentes.

 

Mi percepción es que esto está saliendo adelante gracias a la vocación, tenacidad y tiempo, en muchos casos personal, delos docentes.

 

-Explica en el libro su trabajo emocional para superar el acoso. ¿La formación en Educación Emocional podría ser clave para erradicar o al menos disminuir esta lacra?

-Creo que enseñarnos a entender nuestras emociones siempre es positivo. Eso ayuda, pero en este sentido hemos de ser muy cuidadosos. ¿Qué quiero decir? Lo que trato de explicares que yo me he sanado porque he hecho un trabajo emocional muy profundo. Creo que lo que nos pueden enseñar en un aula, aunque positivo, queda lejos de poder atajar los problemas emocionales que pueden llevar a un agresor a agredir. Si un adolescente se ha convertido en un acosador, necesita un trabajo individual de terapia más allá de lo que se pueda hacer en el aula.

-También habla de los contenidos de sexo que ven los menores y también violentos. ¿Qué responsabilidad tiene la sociedad en general en la violencia escolar?

-Toda. Bueno, quizá haya casos en los que haya niños que tienen comportamientos agresivos por cuestiones genéticas, pero en general, mi opinión es que los niños, adolescentes después, son el resultado de una educación en casa, en las aulas, en la televisión…

 

Primeros auxilios para niños

Cómo gestionar crisis asmática o ahogamiento de nuestro hijo es una situación posible frente a la que conviene estar preparados. Una formación también para los niños.

 

Por Ana Veiga

 

“Es vital que la persona que está in situ con el accidentado sea capaz de reconocerlo y aplicar las primeras acciones. Marca la diferencia”. Raúl Sánchez Lloret es Técnico de emergencias sanitarias y a sus espaldas tiene unos 20 años de experiencia. Desde hace 3 años también es cofundador del Proyecto Respira, donde ofrecen formación a personas sin formación sanitaria previa para que puedan reaccionar en esos primeros momentos en que aún no ha llegado la atención sanitaria. Insiste en la importancia de que quien está al lado del paciente – el primer interventor- puede ser clave para que esa persona tenga más opciones de supervivencia. Y muchas veces, esa persona puede ser un niño. “Siempre ponemos un ejemplo: Si una abuela está cuidando de su nieto y un día se desploma por culpa de la diabetes, lo que haga el niño es vital”.

No hay que más que echar un ojo a la prensa durante los últimos meses para encontrar múltiples casos de niños salvadores. Tal fue el caso de Nakhia Silver, la heroína de siete años que en febrero de 2019 salvó a su abuela tras sufrir un derrame cerebral conduciendo. O el de la menor de 11 años de Canarias que en mayo de este año salvó a su madre de morir atragantada, realizándole la maniobra de Heimlich y siguiendo las instrucciones que le daba el 112 por teléfono. Es por eso que, además de dar clases a docentes y padres, el Proyecto Respira ha decidido crear formaciones específicas para infancia a nivel nacional -que pueden ser solicitadas por los centro escolares a través de su web-. Eso sí, los cursos están adaptados a la edad de los asistentes. “No podemos enseñar a un niño de 8 años cómo hacer la reanimación cardiopulmonar porque su fuerza es menor de lo necesario y no va a poder comprimir el tórax con la suficiente fuerza para hacer la maniobra de forma efectiva. Pero sí ofrecemos talleres donde explicamos al menor cómo reconocer si una persona está inconsciente, por ejemplo”.

Los primeros cursos los imparten a niños de primero de Primaria, donde el objetivo es que aprendan el número de emergencia: 112. Para ello, hacen juegos para enseñarles cuál es el teléfono al que deben llamar, con dibujos y donde pueden pintar una ambulancia… A medida que los alumnos suben de edad, se va ampliando el temario. En España hay una muerte por atragantamiento cada seis horas. Los atragantamientos causan anualmente más de 1.400 muertes en España, un 25% superior a los muertos por accidentes de tráfico.

Según edades

“En los siguientes cursos, les enseñamos a identificar si el herido está inconsciente. Y si lo está, le explicamos cómo ponerlo en posición lateral de seguridad – con la que conseguimos que la lengua no se desplace hacia detrás y obstruya el paso del aire y, en caso de vómito, que éste no se vaya a los pulmones y no sufra una obstrucción de la vía aérea-. Y de verdad que niños super pequeñitos de 5 años ¡que la hacen perfectamente!”, explica.

Cuando los alumnos son mayores (14 a 16 años) se amplían los temas a tratar -como pueden ser el consumo de tóxicos como alcohol, drogas…- y las maniobras impartidas – masaje cardiorespiratorio. “Les explicamos los riesgos del consumo pero también cómo actuar ante una emergencia por consumo de drogas hasta que llega la ambulancia. Muchas veces los adolescentes se encuentra con que un amigo que pierde el conocimiento… lo que ellos hagan en esos primeros momentos, puede salvarle la vida”.

Aunque los niños no son los únicos que se preparan para lo inesperado. También se organizan cursos a demanda para padres y profesores, donde exponen cómo ayudar a los pequeños

 

Qué debemos hacer ante una crisis convulsiva

Una crisis convulsiva es una disfunción cerebral súbita o repentina que provoca que la persona se desplome,convulsione o presente otro tipo de anomalía de carácter temporal. Están provocadas por descargas eléctricas cerebrales anómalas. A menudo van acompañadas de pérdida de conciencia y constan de tres fases.

  • La primera fase es en la que el niño o la persona tiene una pérdida de conocimiento. Después empieza la rigidez en que el niño se pone muy tenso y empieza a hacer contracción muscular, rigidez de mandíbula que comienza a apretar. “En esa fase debemos proteger la vía aérea. Intentar que no se muerda o trague la lengua poniéndole objetos – no metálicos ni palos ni nada así- sino que debes poner una toalla o algo blando que pueda morder”, insiste el experto. Cuando la contracción mandibular es demasiado fuerte para abrirla, lo dejamos y no hacemos más fuerza porque le podemos provocar más daño. “En ese momento, debemos prepararnos porque ese niño empezará a convulsionar en cualquier momento. Así que aplicamos la posición lateral de seguridad – porque así sabemos que la lengua cae de manera lateral”.
  • En la fase 2 es cuando empieza a convulsionar. Hay una rigidez a nivel muscular lo que implica que la musculatura torácica se bloquea. “Durante ese periodo – que no es muy largo- el niño no respira de forma normal y vemos que se pone azulado. No debemos ponernos nerviosos, es una etapa normal y no dura mucho. Ante las convulsiones calma y solo proteger al niño para que no se de con la cabeza contra el suelo y se haga daño”, aclara. Lo más importante es que una persona se quede en la cabeza y la sostenga o ponga chaqueta o algo blando debajo; si estamos varios, el resto puede ir a agarrar brazos o piernas para que no se golpee al convulsionar y se haga daño.
  • En la fase 3 deja de convulsionar y vuelve poco a poco a respirar de forma normal.“Es la fase de relajación: el niño sigue inconsciente pero deja de convulsionar y hay una relajación de la musculatura, a veces hay incluso relajación de esfínteres pudiendo llegar a hacerse pipí encima. No pasa nada. El color irá volviendo a su color normal.

Los poderes de la lectura

Uno de los pilares del método colaborativo es aprender enseñando. Con esta premisa se ha puesto en marcha una iniciativa en la que los niños enseñan a sus padres a disfrutar de los cuentos.

 

Por Eva Carrasco

El objetivo de esta propuesta innovadora es enseñar a los padres cómo canalizar las emociones de sus hijos a través de la lectura de cuentos, y desde edades tempranas. Además, la idea es que los niños enseñen a los padres a leer y disfrutar de la lectura. Algunos de los escritores infantiles más leídos en España, psicólogos y expertos en educación infantil, como Begoña Ibarrola, Nélida Pérez, Rafael Guerrero, Marga Santamaría o Carmen Llopis, han participado en esta iniciativa, promovida por el Colegio CEU San Pablo –a través de talleres experienciales- enfocada a gestionar y controlar emociones en los niños como el optimismo, la empatía, los miedos, la rabia o la autoestima.

Ningún niño dice ‘no’ a un cuento, creo que todos estamos de acuerdo”, afirma Begoña Ibarrola, psicóloga y escritora de literatura infantil. Ese es el momento en que muchos adultos retoman el hábito de la lectura, al leer a sus hijos más pequeños. “Pero no debería quedarse solo en eso, en leer cuentos a los hijos, sino en disfrutar de ese momento mágico de unión de corazones y mentes, donde tanto el niño como el adulto pueden disfrutar del poder de la lectura”, advierte la psicóloga.

Y es que, tal y como afirma la coach educativa y experta en inteligencia emocional, Marga Santamaría, “Los niños nos ayudan a estar más en el presente, lugar que habitamos poco en estos tiempos que corren. Ellos disfrutan del aquí y ahora. Las lecturas les invitan a estar centrados en ellos mismos y en lo que les aporta el texto, desde su propia curiosidad, desde el puro descubrimiento, porque es así como realmente viven los niños, y los adultos, en ese sentido, hemos abandonado nuestro niño interior y nos cuesta mirar desde esa curiosidad.”

Cuando un niño lee, evidentemente logra una adquisición de contenidos propiamente curriculares, como son la comprensión lectora, vocabulario, construir frases y redactar textos, normas ortográficas, entre otros… Pero, además, desarrolla la imaginación, su empatía, encuentran una manera de evadirse de su mundo, de su realidad, ejercita el cerebro, aumenta la capacidad de concentración. En definitiva, la lectura es un medio fabuloso de desarrollo de la personalidad. Les ayuda a conocerse mejor, lo que favorece la educación del carácter y de la afectividad.

Todos los escritores están de acuerdo en que los adultos de la familia deben dar ejemplo. Si ellos no leen, es más probable que sus hijos no lean. El papel fundamental de la familia en la creación del hábito lector está en los primeros años de vida, cuando los padres leen cuentos a sus hijos sentados en sus rodillas, observando sus miradas y contemplando la expresión de sus emociones, nos explica Begoña. “Esa escucha atenta y ese encuentro afectivo alrededor de un cuento pone una buena base para el futuro lector, además de que enseña a los adultos a disfrutar de un buen relato, a tomarse un tiempo para desconectar del mundo real y sumergirse en los miles de mundos imaginarios a los que los libros nos transportan».

Entrenar el cerebro

La lectura es uno de los mejores ejercicios posibles para mantener en forma el cerebro y las capacidades mentales. Es así, porque la actividad de leer requiere poner en juego un importante número de procesos mentales, entre los que destacan la percepción, la memoria y el razonamiento. También despierta aficiones e intereses y permite una mejor expresión de pensamientos, sentimientos e ideas. “Los descubrimientos de la neurociencia sobre la lectura -explica Ibarrola- nos sorprenden pues demuestran que el cerebro no diferencia entre imaginado y vivido por lo tanto la lectura, al potenciar la imaginación, nos permite ampliar las experiencias vitales, sumando a nuestro bagaje personal las experiencias de los protagonistas de los cuentos o novelas que leemos.”

Desde el punto de vista neurológico, Santamaría nos aclara que “ayuda en el fortalecimiento de las conexiones cerebrales, invitando al lector a pensar, a organizar sus ideas en cuanto a lo que va leyendo y más si luego se comparte lo leído, que también implicaría potenciación de la memoria y de la capacidad de relacionar conceptos.”

En su doble papel de escritora y psicóloga, Begoña defiende que los cuentos y las novelas sirven como herramienta indiscutible de educación emocional. “La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo. Los sentimientos y las emociones sirven para relacionarnos afectiva y emocionalmente con nuestro entorno, por eso es necesario aprender a expresarlas adecuadamente. “Los relatos nos permiten observar ese arco iris de relaciones, que es la vida con los otros, y nos enseñan también a convivir y a sentir la interdependencia”, explica.

 

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Y llegar a la adolescencia

No hay una edad concreta de abandono de la lectura, pero, es cierto que en la adolescencia cobran más importancia las relaciones, el contacto con el otro, la proyección hacia el mundo social, aunque también es el gran momento para conocerse, para hacerse grandes preguntas, ¿quién soy?, ¿para qué estoy en el mundo?, etc…momento para descubrirse a uno mismo y reflexionar sobre el mundo. “La literatura siempre ha tenido la función de poner al lector en contacto con su mundo interior ya que es como un espejo que le ayuda al adolescente a verse”- aclara la Begoña Ibarrola- “Para que los adolescentes se interesen por el maravilloso mundo de la literatura deben acostumbrarse desde pequeños a leer y combinar la lectura con los videojuegos y el uso de la tecnología”. En ocasiones descubren la lectura en este momento de su vida cuando a veces necesitan un refugio que la imaginación les proporciona.

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I Premios PantallasAmigas, con motivo de su XV aniversario

Durante la Jornada Ciudadanía Conectada 2019, con el foco en la Educación y el Bienestar Digital, se hizo entrega de los I Premios PantallasAmigas. Se han abordado los beneficios de un uso racional y consciente de la tecnología, especialmente móviles y redes sociales.

 

El pasado martes día 15 de octubre, se llevó a cabo los I Premios de PantallasAmigas con motivo de su XV aniversario en la Jornada Ciudadanía Conectada 2019 con el lema “Educación y Bienestar Digital”. La jornada contó con la colaboración de Google y el apoyo institucional de Incibe en el marco del proyecto SIC-Spain, así como el impulso de Twitter.

Los miembros del jurado de los I Premios de PantallasAmigas fueron elegidos por su trayectoria profesional y por su involucración con el uso racional de las tecnologías: Mari Satur Torre (Directora General de la Fundación Vodafone España), Ofelia Tejerina (Presidenta de la Asociación de Internautas), Borja Adsuara (profesor, abogado y consultor. Experto en Derecho, estrategia y comunicación digital), Carlos Gurpegui ( coordinador Técnico del Programa Pantallas Sanas del Gobierno de Aragón), Maialen Garmendia (Investigadora principal del grupo EU Kids Online de la UPV/EHU, y Jorge Flores (Fundador y Director de PantallasAmigas).

Los trofeos que se entregaron a los premiados fueron realizados por Jacobo Pérez-Enciso, artista y diseñador de gran talento y trayectoria, con multitud de creaciones nacidas del mundo de la cultura y la comunicación.

Se han entregado cuatro premios, uno por categoría. La acción #Somos más de Youtube en colaboración con diversos agentes sociales e institucionales ha recibido el premio en la categoría de promoción de la ciudadanía digital; “Levanta la cabeza” de Atresmedia ha sido galardonado en la categoría de sensibilización de retos emergentes; Cibercorresponsales de la Plataforma de Organizaciones de Infancia recibió el premio en la categoría de participación de la infancia y la adolescencia. Y por último, a José Antonio Luengo Latorre se le entregó el premio por su trayectoria profesional y al trabajo que realiza por la infancia y la adolescencia en Internet.

La Jornada Ciudadanía Conectada, contó con la destacada inauguración por parte de Mar España, Directora de la Agencia Española de Protección de Datos y a la entrega de premios mostraron su apoyo institucional José Luis Castellanos, Subdirector General de Infancia del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Cristina Gutiérrez, Técnica del área de menores de INCIBE (IS4K), Ruth Carrasco, Directora General de Injuve y Julia Domínguez, Jefa del Servicio de Promoción de la Salud en la Subdirección General de Promoción, Prevención y Educación para la Salud de la Comunidad de Madrid.

La jornada ha tratado el uso abusivo de los teléfonos móviles, redes sociales, internet o videojuegos, y especialmente las apuestas y juegos de azar online, como un fenómeno que amenaza la salud y el bienestar de nuestra sociedad, especialmente cuando se da en edad infantil o entre adolescentes. Esta jornada se ha presentado como un foro para compartir conocimiento y experiencias útiles para la prevención y la intervención de esta problemática creciente.

Recursos e ideas para mejorar hábitos de alimentación en familia

 

Por Diana Oliver

La alimentación –la propia y la del resto de la familia– se ve a veces como un misterio indescifrable. Otras ocurre que lo tenemos claro: comemos bien. Sin embargo, en realidad puede que necesitemos revisar qué es lo qué comemos y qué es lo que contienen nuestras despensas y nuestras neveras. Lo vemos en los lineales de la compra, esos lugares que explican en parte lo que luego las cifras de salud y obesidad reflejan.

Disfrutar de una alimentación saludable no es una meta compleja pero sí es complicado el entorno en el que se desenvuelve esa alimentación. El estrés, la desinformación, las estrategias de un marketing inteligente, nuestras propias costumbres y preferencias construyen un muro que hace difícil la escalada de hábitos saludables. Si el objetivo es mejorar, algunos recursos e ideas pueden hacernos más fácil ese tránsito hacia una alimentación más saludable para toda la familia.

 

5 libros para mejorar hábitos de alimentación en familia

 

Internet y las redes sociales han facilitado en gran medida nuestra vida. Ahora tenemos a golpe de clic un montón de información sobre alimentación y hábitos saludables. Encontramos esa información en blogs, en medios de comunicación digitales e incluso en charlas, cursos online y redes sociales. Pero hay más, en los libros se esconde también una gran cantidad de recursos útiles que nos ayudan a mejorar nuestra alimentación y, por ende, la del resto de nuestra familia.

 

¿Qué le doy de comer? (PAIDÓS)

Los nutricionistas Aitor Sánchez y Lucía Martínez, fundadores del centro Aleris, analizan a partir de esta frase tan popular en qué consiste la alimentación saludable y ofrecen recomendaciones pensadas para familias con hijos e hijas que comienzan con la alimentación sólida –aunque realmente son aplicables para la familia al completo–. Hacen especial hincapié en el uso del sentido común, en la importancia de la educación alimentaria y, sobre todo, en la importancia de rebajar nuestras expectativas porque, como apuntan en sus páginas, no todo se puede controlar. “No es como hacer una receta en la que casi todas las variables están bajo nuestra voluntad y el plato final casi siempre nos sale de la misma manera. (…) Educar se parece más bien a plantar un árbol, donde tendremos que tener una buena base y un contexto para que se asiente, y sin duda habrá que prestarle una serie de cuidados. Pero también habrá cuestiones en esa planta que no podremos predecir”, explican.

 

En boca de todos (Vergara)

El cocinero Juan Llorca y la nutricionista Melisa Gómez recogen en ‘En boca de todos’ información básica sobre la alimentación de toda la familia así como algunas ideas de recetas (más de 60 recetas) y menús saludables. Es una buena puerta de entrada a un cambio de hábitos –si es lo que buscamos– porque resuelven muchas de las dudas que podamos tener (¿Existen los superalimentos para niños? ¿Necesitan los niños desayunar? ¿Necesitan los niños consumir azúcar) y proponen ideas sencillas, que no suponen un esfuerzo monumental más allá de nuestro propio deseo de cambio y cierta organización.

 

Más vegetales, menos animales (Debolsillo)

Una alimentación saludable se basa principalmente en alimentos de origen vegetal poco o nada procesados. Partiendo de esta premisa el nutricionista Julio Basulto y el historiador Juanjo Cáceres han escrito ‘Más vegetales, menos animales’, un libro en el que analizan, entre otros asuntos, los beneficios que se obtienen de mantener una alimentación basada en vegetales, pero sin centrarse en el vegetarianismo. Es quizás más completo que los anteriores en cuanto a información científica (muy útil para analizar los mitos más populares en cuento a la alimentación), por lo que puede ser un complemento perfecto si buscamos una justificación a un cambio en la alimentación familiar.

 

Coaching nutricional para niños (y para padres) (Grijalbo)

Yolanda Fleta, socióloga e investigadora del coaching en el ámbito de la nutrición y la salud, y Jaime Giménez, dietista-nutricionista, son los autores de ‘Coaching nutricional para niños y para padres’, una guía que nos ayuda a analizar cómo es la alimentación de nuestra familia y qué podemos hacer para mejorarla. Entre otros recursos plantean que contemos con nuestros hijos en la elaboración de los menús, que cocinemos con ellos y que, incluso, acudamos juntos a la compra para jugar a detectives de supermercado. “No hace que falta que corras, ni que pretendas llegar rápidamente, recuerda que comer saludablemente es un rumbo y no un destino”, señalan en el libro.

 

Alimentación saludable para niños geniales (Amat Editorial)

Partiendo de que la perfección no existe, ni en la alimentación ni en ningún ámbito de la vida, la nutricionista Griselda Herrero nos anima a “aprender” a comer y a relacionarnos de manera adecuada con la comida en ‘alimentación saliudable para niños geniales’. Utiliza como hilo conductor el papel que juega la alimentación en el rendimiento escolar y el desarrollo de la inteligencia, pero en realidad es también una hoja de ruta para todos los miembros de la familia. En sus páginas ofrece ejemplos e información con la que derriba mitos como el desayuno “ideal”, la existencia de los “malcomedores” o la necesidad del consumo de productos “enriquecidos”.

 

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Cambios sencillos para mejorar nuestra alimentación

‘La guía de pequeños cambios para comer mejor’ de la Generalitat de Catalunya es un instrumento muy útil para practicar una alimentación saludable. Este documento, de acceso gratuito y libre en la web de la Generalitat (https://bit.ly/2VrYOrI), ofrece mensajes sencillos, breves y concisos, así como recomendaciones que pueden servir para mejorar la ingesta alimentaria de toda la familia.

Los pequeños cambios que proponen pasan por consumir más hortalizas, frutas, legumbres y frutos secos, y tener más vida activa y social; cambiar cualquier bebida posible por agua y elegir alimentos integrales, aceite de oliva virgen y alimentos de temporada y proximidad; y consumir menos sal, azúcares, carne roja y procesada y alimentos ultraprocesados.

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