AUGUSTO CURY, Psiquiatra y Escritor "El truco es disciplinar con generosidad"

A caballo entre los manuales de autoayuda y el ensayo psicológico, las obras
de Augusto Cury venden millones de ejemplares en Brasil. Su último trabajo,
Padres brillantes, maestros fascinantes (Editorial Zenith/Planeta), es un grito
de socorro contra un tipo de educación que no escucha a los nuevos tiempos.

Autor: RODRIGO SANTODOMINGO

P. Usted es una de las muchas voces que se han alzado contra lo que podríamos denominar la muerte de la infancia: horarios apretadísimos, poco tiempo para jugar, ausencia de experiencias directas, entretenimiento virtual…
R. La educación a nivel mundial atraviesa un momento muy grave. Estamos formando jóvenes sin capacidad de observación ni crítica. Hemos creado una fábrica de personas estresadas y ansiosas, y los padres y profesores tienen que hacer una verdadera revolución para enseñar a las nuevas generaciones a proteger la emoción, a pensar antes de reaccionar, a colocarse en el lugar de los otros. Son todas dimensiones muy importantes de la inteligencia, imprescindibles para conseguir una buena salud psíquica. 

P. ¿Hay que enseñar a ser feliz?
R. Enseñamos que hay que asegurar el coche, la casa, hacerse un seguro de vida, proteger las cosas materiales…, pero no transmitimos el mensaje ni damos las herramientas necesarias para proteger el territorio más importante, que no es otro que el emocional.

P. En su libro critica con insistencia la sobreinformación, otro rasgo que define nuestra era. Nuestros hijos activan tantas ventanas mentales que, paradójicamente, se les paraliza el cerebro.
R. Viven sometidos a lo que yo llamo pensamiento acelerado. Muchos pedagogos y psicólogos aseguran que los niños actuales son agresivos e indisciplinados por culpa de los padres. Yo sin embargo pienso que los padres sí intentan inculcar un sentido de la disciplina, pero fracasan porque la velocidad de pensamiento es tan alta que, cuando un padre o una madre corrigen a un hijo, a éste no le da tiempo a asimilar ese momento educativo. El ambiente propicia que en seguida aparezca en el teatro de la mente una nueva imagen, un nuevo pensamiento, por lo que el mensaje no queda debidamente registrado.

P. ¿Y qué hacer?
R. Las viejas teorías y métodos de la pedagogía y la educación ya no funcionan, no sirven para penetrar en estas mentes tan agitadas, casi incapaces de concentrarse por un tiempo prolongado. Hay que sorprender, buscar lo inesperado. Si no, es muy difícil captar la atención de las nuevas generaciones. En el ámbito familiar, yo preconizo que los padres aprendan a compartir su historia con sus hijos, que les hablen de sus sueños y sus éxitos, pero también de sus fracasos. Hay que enseñar que el podio llega después de muchas derrotas.

P. ¿Así que para ganarse la admiración de los hijos, para ser un referente y un modelo, mejor mostrarse como seres humanos y no como superhéroes?
R. Los padres que nunca reconocen errores ni enseñan debilidades, que no hablan de la frustración como un elemento consustancial a la vida, no van a formar pensadores, personas que desarrollen las funciones básicas de la inteligencia.Reconocer nuestros errores no nos disminuye: nos hace personas más sabias, solidarias y tolerantes, con más empatía. He conocido muchos triunfadores que son buenos para la sociedad y verdugos para sí mismos, incapaces de perdonarse, de reconocer sus errores.

P. Dice que el padre brillante ha de transmitir el valor de las cosas que no cuestan dinero, por ejemplo el tiempo en familia. Sospecho que muchos tendrán que asimilar ellos mismos esta enseñanza antes de traspasarla a sus hijos…
R. Hace dos años una de mis hijas me dijo: "Tú que escribes para millones de personas, que das tantas conferencias y escuchas a tantos pacientes, últimamente no dialogas conmigo". Al principio intenté darle todo tipo de argumentos, le dije que muchas personas se beneficiaban del trabajo de su padre, que tal y que cual. Luego no tuve más remedio que admitir que un especialista en el diálogo, en la comunicación entre personas, estaba fracasando, estaba descuidando el diálogo con su propia hija.

P. En su libro concilia dos visiones opuestas de la educación: por un lado, poner límites y saber decir que no; por el otro, pretender ser amigos de nuestros hijos. Difícil equilibrio.
R. Es una lucha diaria, como caminar sobre un alambre. Hay que utilizar toda nuestra creatividad y nuestra intuición. Por así decirlo, el truco sería algo así como disciplinar con generosidad..

¿Necesitará profesor particular?

Autor: padresycolegios.com

Desearía conocer la opinión de Uds. Soy la madre de Manolo, el cual inicia este curso sus estudios universitarios en Ciencias Empresariales. Durante los estudios de Primaria, Secundaria y Bachillerato ha tenido profesores particulares que le ayudaban e iba sacando sus cursos. Le suspendieron la selectividad en junio y este verano ha estado asistiendo a una academia y también ha tenido un profesor particular y la ha aprobado ahora en Septiembre. Mi pregunta es ¿debe seguir con profesores particulares, también ahora, en sus estudios universitarios?
ENCARNA
MURCIA

En todas las preguntas que recibimos nos falta información por lo que nuestras contestaciones casi siempre son generalizadas y pueden o no ajustarse a la singularidad de la persona para la que se nos pide consejo.
Voy, no obstante, a sugerir algunas opiniones para que Uds. conociendo la realidad intelectual y personal de su hijo tomen las decisiones que consideren más oportunas, pensando en su aprovechamiento académico y su desarrollo personal.
Los profesores particulares, que prestan una ayudas importantes en la obtención de resultados académicos, están indicados para aquellos alumnos que por diversas causas justificadas necesitan apoyos. Ahora bien, en muchos casos, los profesores particulares, entiéndaseme bien, facilitan al alumno el aprendizaje pero son causa de que el alumno evite el esfuerzo y utilice al profesor para su comodidad, en cuyo caso le crean unos hábitos que pueden ser perjudiciales.
Naturalmente un alumno universitario no debe servirse, en principio, de las ayudas de un profesor particular, pues se entiende que si va a cursar una carrera universitaria debe tener unos potenciales intelectuales, unos hábitos de estudio y una madurez que le permita, con esfuerzo y organización, superar los estudios específicos que le van a servir para llevar a cabo con eficacia el ejercicio de su carrera.
Sí es aconsejable en todos los casos acudir al consultor de la asignatura cuando se tenga alguna dificultad o duda que no sea capaz de superar con el estudio y la explicación del profesor ordinario. Las consultas facilitan la fluidez en el aprendizaje ayudando a resolver dudas concretas en un momento preciso para que no interrumpan ni dificulten la adquisición de hábitos de estudio, desarrollo del esfuerzo y organización personal, tres aspectos necesarios en todos los alumno universitarios.
Mi consejo concreto a Uds. es que esperen, al menos, el primer cuatrimestre sin profesor particular, acudiendo al consultor cuando lo necesite, y en función de la situación y resultados se lo replanteen para el segundo cuatrimestre.

Desconocemos su situación académica

Autor: padresycolegios.com

Me pongo en contacto con ustedes por si pueden darme alguna orientación sobre qué hacer con mi hijo Antonio de 21 años, estudiante universitario, que se niega a que su padre y yo conozcamos su situación académica. No sabemos en que curso está ni que resultados viene obteniendo. Hemos intentado pedirle que nos informe de qué va hacer este curso y nos ha contestado: “preparad dinero para que pueda hacer lo que quiera”. Hemos intentado acudir a un especialista y se niega, dice que a él no le pasa nada, que vayamos nosotros. No sabemos qué hacer ni a quién recurrir.
Mª CARMEN

Mª Carmen: Entiendo vuestro aturdimiento y vuestra angustia ya que lamentablemente estos comportamientos se van dando con más frecuencia en las familias.
No es ningún consuelo el que les diga que estos comportamientos se van dando cada vez más y que no son fáciles de atajar. Les aportaré algunas ideas por si les pudiera valer alguna de ellas.
Generalmente no hay efecto sin causa, no conozco como habéis desarrollado la acción educativa con él desde pequeño; a veces estas situaciones se van produciendo poco a poco y al final tienen mala solución.
Si habéis sido poco exigentes y muy permisivos con él, quizás pueda ser una causa pero como no tengo información vuestra no me atrevo a hacer ningún análisis de este tipo.
De una u otra forma considero que debéis seguir haciendo un esfuerzo para comunicaros con él, sin que el tema de conversación sean los estudios, e intentar encontrar las causas que le han llevado a esta rebeldía extrema.
Si no encontráis la forma de llegar a él, debéis consultar con algún equipo multiprofesional, proporcionándoles los datos que os soliciten y escuchar las orientaciones que ellos os darán con más información que la que tenemos nosotros.
Otra solución –no muy recomendable– si no halláis fórmulas normales para llegar a él, es admitir su autonomía y mayoría de edad y que él encauce su vida libremente en todos los aspectos, incluido también lo referente a lo económico.
Lamento no poderles aportar acciones concretas que nos llevaran a encontrar la solución pero, repito, sin toda la información no es posible dar orientaciones personalizadas.

Ha suspendido la selectividad

Autor: padresycolegios.com

Somos los padres de Luis, de 18 años. Ha sido un estudiante normal y ha ido sacando sus cursos con buenas notas, pero no sabemos que le ha pasado que suspendió la selectividad en Junio y ha vuelto a suspender en Septiembre. ¿Qué nos aconsejan Uds. para que aproveche el curso en algo que le sea útil además de seguir preparando la selectividad en alguna academia, ya que nuestra idea es que curse estudios universitarios en la carrera de Empresariales?
ANÓNIMO

Nos parece oportuno que insista en preparar la selectividad; quizás tengan Uds. que ayudarle a ‘desenfadar’ los suspensos de Junio y Septiembre dándole todos los apoyos necesarios para que su hijo no se desmotive.
Otras actividades que aconsejamos es que aproveche para formarse lo mejor posible en informática, ingles o algún otro idioma, así mismo podría acudir también a clases de cálculo y contabilidad que puede serle útil para la carrera que desee cursar el próximo año.
Otro camino podría ser que iniciara estudios en FP administrativo la cual también seria un buen complemento para el próximo curso y en el que, quizás, pudiera acometer ambas cosas.
Considero que puede ser positivo que hablen con el tutor y el equipo de orientación del colegio, pues son los que mejor le conocen en su rendimiento académico habitual.

Aulas de celuloide: la educación en la gran pantalla

No hay aspecto de nuestra sociedad
que no haya sido trasladada
al espejo deformante del celuloide,
y desde luego la educación
no podía ser una excepción. En
los más de cien años que cuenta el
séptimo arte, maestros y alumnos
han deambulado con mayor o menor
fortuna por la gran pantalla,
dejándonos

Autor: padresycolegios.com

CINE “DE INSTITUTO”.
Si de recaudación y número de títulos se trata, sin duda la comedia estudiantil norteamericana es el subgénero de cine de escuela por excelencia. Ya sea un musical para todos los públicos como High School Musical o un desparrame al estilo American pie, las películas “de instituto” han popularizado un universo de estereotipos sobre la educación americana fácilmente reconocible para los espectadores de todo el mundo: animadoras, bailes de fin de curso, segregación por nivel de popularidad, estudiantes europeas de intercambio… Aunque el colegio es el escenario del argumento, la educación en sí suele carecer de importancia. Se está en clase porque se tiene que estar, mientras se persigue el verdadero objetivo: el sexo opuesto, encontrarse a sí mismo y divertise lo más posible.

AULAS REPRESORAS.
La contrafigura de las animadoras y quarterbacks de Desmadre a la americana son los adolescentes desorientados de El club de los cinco y Movida del 76, que parecen culpar a la escuela de intentar dirigirlos ha replicar la vida de sus padres. Probablemente sea ésta la principal acusación que el cine ha dirigido en ocasiones contra la escuela, la de no dotar a los alumnos de los mecanismos necesarios para superar los problemas a los que deben enfrentarse, personales o sociales –la escuela pública francesa en Hoy empieza todo– o de actuar por acción, omisión o incapacidad como correa de transmisión de un conservadurismo que impide progresar al alumno y a la sociedad, como la moral cuasivictoriana de los internados de Cero en conducta y Picnic en Hanging Rock, o el elitismo de las escuelas privadas de la chilena Machuca y la británica If.
Si el protagonista no acierta a enfrentarse a su suerte o el sistema educativo fracasa, el resultado es la frustración de las espectativas (St. Elmo), el abandono escolar (Padre, patrón), la marginación (Los 400 golpes, Diario de un rebelde) o la violencia (If, Semilla de maldad, Elephant).

EL MAESTRO COMO HÉROE.
En el cine normalmente la solución a los problemas de la enseñanza no viene de un cambio del sistema educativo, sino de la acción individual del maestro. Armado de idealismo y de una noción de la enseñanza como misión social, el profesor-héroe se enfrentará a los defectos del sistema, la desidia de las autoridades, la realidad social de sus alumnos, el status quo de las bandas de pandilleros y la pérdida de vocación de sus compañeros para salvar un colegio (Las campanas de St. María), intentar sacar del agujero a sus estudiantes (Mentes peligrosas) o facilitarles la única posibilidad de redirigir su vida en la vía correcta (La ciudad de los muchachos). Quizás sea el Robin Williams de El club de los poetas muertos el más célebre de los maestros- héroe, contraponiéndose su visión basada en la estimulación del autocrecimiento del estudiante al rutinario sistema del colegio privado donde trabaja. Más próximos, y por realistas más heroicos, son los profesores franceses Daniel de Hoy empieza todo y López de Ser y tener, dos las mejores películas nunca realizadas sobre el mundo de la educación. Para otra ocasión, largometrajes patrios

LA LISTA DE PADRES
Desde luego, no están todas los que son ni son todas los que están, pero no podíamos ponerlas todas. Aquí tenéis la lista de PADRES sobre cine, escuelas y educación. Seguro que cada lector tiene la suya propia…

1. Cero en Conducta. Jean Vigó (1933).
2. Las campanas de Sta. Maria. Leo McCarey (1945).
3. Semilla de maldad. Richard Brooks (1955).
4. Los cuatrocientos golpes. Francois Truffaut (1959).
5. Los chicos del coro. Christophe Barratier (2004).
6. Ser y tener. Nicholas Phillibert (2002).
7. El club de los poetas muertos. Peter Weir (1989).
8. Movida del 76. Richard Linklater (1993).
9. El pequeño salvaje. Francois Truffaut (1970).
10. ¡Esto es ritmo! Sánchez y Grube (2007).
11. La ciudad de los muchachos. Norman Taurog (1938).
12. If… Lindsay Anderson (1968).

Cumpleaños a golpe de papel y tijera

Cuando se acerque tu cumpleaños o el de algún familiar, resulta muy entretenido dedicar algunos ratos a preparar la decoración y los objetos necesarios para la fiesta.

Autor: padresycolegios.com

De este modo convertirás esa celebración en algo muy personal y de una manera muy económica, con materiales que seguramente tendrás por casa: vasos de plástico, servilletas de papel, palillos, pajitas, papel y cartulina de colores, revistas viejas, rollos de papel higiénico, gomets o pegatinas, rotuladores, tijeras, pegamento, etc. Puedes preparar una decoración muy variada, o bien elegir un tema o un color concreto sobre el que fabricar todos los adornos. A continuación te damos algunas ideas, aunque tú puedes inventar muchas más.

Fabrica coronas de cartón para todos tus invitados.

Puedes enrollar cada servilleta con una tira de cartón decorada.

Doblando en muchas veces un folio de color, puedes recortarlo de modo que al abrirlo tengas un mantelito para poner bajo cada plato o cada vaso, o para la tarta.

Decora los globos con rotuladores.

Utiliza rollos de papel higiénico para llenarlos con golosinas y luego envolverlos con papel cebolla como si fueran caramelos gigantes.

Decora los vasos por fuera, con pegatinas o gomets, y escribe el nombre de cada invitado. Haz figuras de papel (barcos, pajaritas…) para pegar en las pajitas.

Los pasteles o sándwiches pueden personalizarse del mismo modo, clavándoles un palillo decorado a modo de banderita, por ejemplo.

También puedes hacer carteles de cartulina con el nombre de cada invitado, y decorarlos con esas mismas figuras de papel, o con un caramelo, con recortes de revistas…

Y, por qué no, si no es tu propia fiesta sería un bonito detalle que tú mismo le hicieras una tarjeta de felicitación.