Odontología

Autor: padresycolegios.com

Hola, me llamo José Antonio y actualmente estudio 2º de Bachillerato en la opción de Ciencias de la Salud en un colegio de Segovia. Querría información sobre la carrera de Odontología. Tengo un tío que es odontólogo con el que me llevo muy bien y me gustaría trabajar con él en su clínica cuando termine la carrera.
JOSÉ ANTONIO. SEGOVIA

José Antonio, has elegido la opción de Bachillerato cuyos contenidos facilitan la entrada y el posterior desarrollo de esta carrera. La motivación para cursarla es muy importante pues seguro que tu tío, durante los estudios, te prestará todo tipo de ayudas, y a él le apetecerá tenerte en su clínica cuando termines.
Es conveniente que mantengas un alto interés por estos estudios, que desarrolles tus habilidades para lograr un excelente manejo de los instrumentos que vas a utilizar y que crezca tu capacidad de empatía para comprender el comportamiento de tus pacientes.
Pégale fuerte al curso para aprobar en junio y superar la Selectividad. Te esperamos en julio para que realices las pruebas de acceso. ¡Adelante!

Los palotes, cuanto antes

¿A qué edad es mejor enseñar a leer? Tanto las opiniones
de los expertos como, por su influencia, las costumbres
han cambiado mucho en este punto. Hoy se
tiende, por lo general, a retrasar la edad del aprender a
leer. ¿Pero es bueno eso?

Autor: RAFAEL GÓMEZ PÉREZ

El hispano-romano (de Calahorra) Quintiliano, del siglo I, gran orador y excelente pedagogo, ya protestaba contra la moda, que se iba imponiendo, de retrasar el momento de iniciar a los niños en la lectura. Él pensaba que debía hacerse cuanto antes, a partir de los cuatro años.
En España podemos ya comparar los resultados entre las generaciones que aprendieron a leer antes de los seis años y las que lo hicieron a esa edad o incluso después. Las primeras son más rápidas en la lectura y más hábiles en la escritura. La tan comentada –y tan cierta– ignorancia léxica y ortográfica de las nuevas promociones que llegan a la universidad se debe, entre otras causas (como la ausencia del hábito de lectura, la excesiva dedicación a ver imágenes, etc.) a un muy tardío aprendizaje de la lengua escrita.

JUGANDO A LAS LETRAS

Si se permite un recuerdo personal, aprendí a leer –según me contó mi madre– a los cuatro años y siete meses (las madres recuerdan estas cosas con precisión). Mi padre era carpintero y a mi madre se le ocurrió la idea de que hiciera unos taquitos, coloreados, cada uno con distintas letras pintadas, para que se pudieran dar muchas combinaciones. Y así empezó el juego de las letras con el que, casi sin darme cuenta, aprendí a leer. Es mucho mejor aprender como en un juego que por obligación. Por eso hay que aprovechar, cuanto antes, las posibilidades en el niño de aprender y de jugar a la vez. Eso, que se hace en otros terrenos, es muy importante que se haga también en el aprendizaje de la lectura y la escritura.
Es probable que en el colegio no se pueda cambiar la norma general de retrasar la edad de aprender a leer, pero en ningún sitio está escrito que todo lo que se aprende se aprenda en el colegio. A esas edades, es mucho más importante la familia (como, en realidad, lo es a cualquier edad). En casa, el niño o la niña pueden ir adelantándose, porque una cosa es clara: cuando se sabe algo más de algo se sabe algo más de todo lo demás. El conocimiento está hecho de vasos comunicantes.

ESCRIBIR BIEN

A una edad más tardía, pero tampoco mucho, se aprende a escribir. Es un salto más y un salto de calidad. Hay mucha gente capaz de leer, incluso bien y con rapidez y, en cambio, incapaces de escribir. Son los analfabetos de la escritura. Eso se debe, en gran parte, a que no aprendieron bien a escribir. Aprender bien a escribir es la condición necesaria y suficiente para escribir bien. No se trata de que todos seamos literatos, pero si hay, por ejemplo, que escribir una carta, no basta con que no haya faltas de ortografía (que ya es bastante); escribir bien lleva a saber decir, con naturalidad y con belleza, es decir, sin tópicos y sin cursilería, lo que se lleva en el alma.
No es tiempo perdido el que se emplea en el esmero en escribir los palotes. No es indiferente tener una buena o una mala letra. Es un poco tonto presumir de tener mala letra. Tener un bien, en cualquier ámbito, es una ventaja siempre; a veces una ventaja competitiva.
Hablar bien y escribir bien son los mejores modos para hacerse entender, algo esencial en cualquier relación humana. Una buena letra predispone a favor de quien la escribe. Me comentaba un amigo, que lleva ya treinta años de profesor en la facultad de derecho, que al corregir exámenes tenía que hacer serios esfuerzos para no estar mal predispuesto hacia quienes escribían tan mal que había que emplear el doble de tiempo en descifrar lo que ponían.
Ortografía quiere decir escritura adecuada, correcta. Caligrafía, a su vez, quiere decir, escritura bella, hermosa, atractiva. Son todo valores: una escritura correcta y bella es un bien que todos pueden apreciar. La persona gana con él, es algo que le acompaña durante toda la vida y que no pasa de moda.

EL BIEN DEL LIBRO

Es muy buena cosa que en el entorno del niño o de la niña, desde los seis meses o poco más, haya libros. En el mercado hay una gran variedad, para todas las etapas, de los más diversos materiales (hasta para tener en la pequeña bañera), con luces, con canciones, con pegatinas… Más tarde, libros con buenas y grandes ilustraciones… Después, libros en los que lo esencial es ya la historia que se cuenta… hasta llegar al gran descubrimiento de apreciar el libro en sí, como una de las grandes invenciones de la humanidad.
Pero para llegar a eso, los niños y niñas han de ver cómo, a su alrededor, los adultos leen, aprecian y cuidan los libros. Antiguamente se enseñaba que cuando, por ejemplo, nos sobraba pan de un bocadillo, no se tiraba al suelo. Algo semejante habría que enseñar sobre los libros: no se destrozan, no se pintarrajean… El libro se merece un respeto. No en vano, Biblia significa el libro de los libros. Las grandes religiones contienen sus enseñanzas y sus verdades en libros y esos libros han sido esenciales en la historia de la humanidad. Pero algo semejante se puede decir de libros como La República, de Platón, la Ética a Nicómaco, de Aristóteles, o El Quijote, La Divina Comedia, las obras de Shakespeare, el Fausto
No defraudemos a los niños: cuanto antes, hay que enseñarles a leer y a escribir bien. Es parte de la herencia de la humanidad.

Con un pasado debajo del brazo

Adoptar un niño significa incertidumbre, ilusión, miedos…
Sentimientos con un matiz especial cuando el hijo es lo
bastante mayor como para tener un pasado de desamparo
que la nueva familia debe enderezar, nunca negar.

Autor: ÁNGEL PEÑA

En 2006 los españoles adoptaron un total de 4.472 niños extranjeros. Nuestro país encabeza, junto a Suecia, la lista de adopciones internacionales en términos relativos. Cifras que hablan de generosidad y valentía, sobre todo cuando el nuevo hijo tiene ya la edad suficiente como para traer a su nuevo hogar un pasado propio cargado de desamparo y diferencias culturales y sociales. Por eso, llegado el niño, los adoptantes tendrán que sumar a ese empuje inicial otras virtudes: las de la responsabilidad, la prudencia y la paciencia. No todo será un camino de rosas.
Amable Cima, profesor de Psicología Clínica Infantil de la Universidad San Pablo CEU, explica que los problemas surgen de las dos direcciones. Por un lado, el del niño: “La historia previa de su institucionalización, de su estancia en orfanatos u otras instituciones públicas de acogida, conlleva unas carencias emocionales, más allá de las fisiológicas o educativas, cuya intensidad dependerá de las experiencias más o menos negativas que hayan tenido y el tiempo que hayan pasado en la institución”.
Pero muchas veces los obstáculos, paradójicamente, los ponen los padres: “Se forman sus propias expectativas y, a veces, se produce un cortocircuito: en vez de lo que esperaban, se encuentran una historia conflictiva, con dificultades emocionales y afectivas”.

ASUMIR EL PASADO

En cualquier caso, la clave es asumir ese pasado. “El niño no lo puede obviar, siempre va a estar ahí. Por eso no hay que ocultarle nunca que es adoptado. Y, poco a poco, tras recabar todos los datos que se puedan de su vida anterior, ir contándoselo. No, por supuesto, de un modo descarnado, pero sin medias tintas: nada de crear un pasado, hay que explicarle lo que le pasó y, eso sí, dejarles claro que no se repetirá”, aconseja Cima.
El porcentaje de fracasos en las adopciones españolas están en torno al 1%, una cifra marginal, pero eso no quiere decir que el 99% restante sean todas historias de feliz vida en familia. Sin embargo, vale la pena intentarlo. Salvo casos extremos, con esfuerzo, sentido común y grandes dosis de cariño, se pueden lograr milagros como el de la familia Portilla.

LA FAMILIA PORTILLA

Hace 11 años, Alberto y Rosa, él inspector de Hacienda y ella profesora, tenían 12 hijos. No les parecía suficiente. Pensaron que el hogar que habían construido podría ayudar a algún niño con menos suerte. Decidieron adoptar. Tras el habitual laberinto de trámites, encontraron una oportunidad en la India. Sólo había un problema: la oportunidad consistía en un “lote” de cuatro hermanas que se negaban a separarse. Y Alberto y Rosa aparecieron en Sevilla con cuatro niñas indias de 11, nueve, seis y tres años.
“Parece una tontería, pero con lo que peor lo pasamos al principio fue con las comidas”, asegura Rosa. “Venían con unas carencias muy fuertes, alguna incluso con un principio de raquitismo, y fue difícil acostumbrarlas a comer, y además cosas que no fueran picantes, que era a lo que estaban acostumbradas”.
Esa preocupación acabó diluyéndose en menos de un año. Pero otras heridas tardan bastante más en cicatrizar: “Más complicado era la gran carencia afectiva que traían, pero se fue arreglando porque nos aceptaron como padres desde el principio”. Esa carencia la simboliza una estampa conmovedora: “Por la noche, venían a mi cama a tocarme para comprobar que seguía allí”, recuerda Rosa.
Las cuatro sabían que su padre había muerto y su madre las había dejado en un orfanato. Una realidad desagradable y muy delicada. Pero en su nueva casa ése no era ningún tema tabú: “Nunca lo hemos negado, aunque tampoco lo sacábamos más que de pasada y cuando ellas lo pedían; porque, al principio, no querían hablar mucho de ello, pero después, como a los tres años, se soltaron a preguntar más”, dice su madre.

LOS “PROFESIONALES” NO NECESITAN AYUDA

Rosa Portilla recuerda cómo la Junta de Andalucía le impuso un seguimiento psicológico a la adopción de sus cuatro hijas indias. “Si habíamos sido capaces de criar a otros 12…” Y, aunque pudiera parecer que tira piedras contra su propio tejado, el psicólogo Amable Cima está de acuerdo con la postura de Rosa: “En principio, no tiene por qué haber una especie de psicopatologización de la sociedad; si los adoptantes tienen claro su papel como padres, no hay más que hablar; otra cosa es que si tienen dudas, deben ser lo suficientemente responsables como para pedir ayuda”.
En el caso de los Portilla, parece evidente que son unos auténticos “profesionales” de la paternidad. Cima, por ejemplo, recomienda viajar con los niños a sus países de orígen: “Puede ser muy bueno que conozcan sus orígenes, el problema es que muchos padres tienen miedo de perderlos, de que quieran quedarse”.
No fue el caso de los Portilla: “Cuando la mayor cumplió los 18 años, la llevamos a ella y a la segunda a la India; las otras eran demasiado pequeñas para un viaje de 23.000 kilómetros”, dice Rosa. Las niñas quedaron muy impactadas y estuvieron 20 días más ayudando a las hermanas de la Caridad de Santa Ana en Bombay. Respondieron al impacto como le habían enseñado en su familia.

Un alto porcentaje de alumnos de diez años cometen faltas de ortografía en catalán y castellano

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

Los niños comenten cada vez más faltas de ortografía. Esta es la conclusión a la que ha llegado el último informe del Consejo Superior de Evaluación de la Generalitat, en el que figura que el 47% de los alumnos de Cataluña de 4º de Primaria son incapaces de escribir en catalán sin cometer faltas, y al 44% le sucede lo mismo en castellano.

Además, los datos son similares al destacar la falta de orden y claridad en la presentación de los tabajos. Un 44% carece de la capacidad para escribir con orden en catalán, mientras que en castellano el porcentaje se reduce al 39%.
En concreto, los alumnos entienden menos y tienen más dificultad para sacar las palabras claves en los textos en catalán que en los de castellano.

Dos madres agreden a una maestra y a una monitora de un centro educativo de Sevilla

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

Una maestra de Infantil y una monitora del CEIP Inmaculada de Pruna (Sevilla) han sido agredidas por parte de dos madres de dos alumnos del centro en este último mes.

El motivo de la agresión fue que una de las maestras de Educación infantil recriminó el mal comportamiento de uno de los alumnos de ciclo medio. Tras concertar una reunión con la madre del niño, ésta la agredió verbal y físicamente.
Por un motivo parecido, una de las monitoras del centro recibió agresiones verbales por parte de la madre de un alumno de 5 años.

Esta situación ha sido denunciada por parte del profesorado a la Guardia Civil de la localidad. Así mismo, el presidente del Sector de Enseñanza de CSI-CSIF, Francisco de los Santos Jiménez, ha mostrado su apoyo incondicional a los docentes del Centro.

El Ayuntamiento de Barcelona aumenta el presupesto para becas de comedor escolar

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

El Ayuntamiento de Barcelona incrementará en un 50% la cantidad para financiar las becas de comedor escolar, superando los tres millones de euros. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, afirmó que con esta reforma se podrá cubrir toda la demanda de estas ayudas y de este modo “afrontar un reto que tenemos relacionado con la igualdad de oportunidades, para lograr una educación para todos”.

Todos los que quieran acceder a la ayuda de comedor tendrán que cumplir una serie de requisitos entre los que figuran la renta, si se trata o no de familia numerosa o monoparental, o si el menor está en acogida o sufre alguna discapacidad. La emisión de las plazas está a cargo del Consorci dÉducación de Barcelona y se publicarán entre marzo y abril.

Intento de secuestro a una menor a la salida de un instituto en Málaga

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

Los padres de una niña de 11 años han denunciado a la polícia el intento de secuestro de su hija al salir del Instituto de Arrollo de la Miel, en la localidad de Benalmádena (Málaga).

Los hechos se desarrollaron alrededor de las 14:00 horas, cuando la niña salía de su instituto para reunirse con su hermana mayor y volver juntas a casa. En la puerta del instituto la menor fue abordada por un desconocido, quien intentó introducirla en su coche en contra de su voluntad.

Tras propiciarle varias patadas al agresor, la niña consiguió liberarse y salió corriendo en busca de ayuda. Fueron varias  madres, que esperaban a que sus hijos salieran de clase, las que auxiliaron a la niña.

Se han detectado tres casos de leucemia en el CP "Juan Mena" de Palencia

Autor: Begoña LÓPEZ-ASIAIN MARTÍNEZ

Se han diagnosticado tres casos de leucemia entre los alumnos del centro público "Juan Mena" (Palencia), lo que ha alarmado a la comunidad educativa del lugar. Una de las razones que se han expuesto para explicar estos tres brotes de cáncer es la instalación de dos antenas de telefonía móvil cerca de la inmediaciones del centro. Los alumnos afectados son menores de diez años de 1º, 2º y 4º de primaria y todos responden positivamente a los tratamientos a los que está siendo sometidos.

El colegio denunció al Ayuntamiento de Palencia las antenas de telefonía para llevar a cabo su desinstalación y aseguró que tomaría las medidas pertinentes al respecto.

Por otra parte, tanto la Asociación de Vecinos como la Asociación de Padres de Alumnos afirman que tomarán también medidas para eliminar las antenas, sin descartar la posibilidad de que estos tres casos no sean más que una mera coincidencia y se hayan producido por causas diferentes.

La ley del más fuerte

Rabietas, burlas, insultos e incluso violencia física. Todas estas conductas se consideran actitudes agresivas. Arrebatos normales en la infancia pero que, a partir de los 2 años, deben ir desapareciendo.

Autor: Iván RODRÍGUEZ

Sábado por la mañana. Ana está de compras con su hijo en un supermercado. Al cruzar el pasillo de las gominolas, el pequeño le pide una bolsa. Su madre no accede a su petición y, ante la negativa, el niño comienza a gritar, a patalear, se tira al suelo e incluso lo golpea.

Esta historia con la que algunos padres se sentirán familiarizados, puede ser más o menos preocupante dependiendo de la edad que tenga el pequeño protagonista. Isabel Serrano Pintado, autora del libro El niño agresivo. Guía para padres y maestros, señala que este tipo de conductas son normales en la infancia y que el techo de estos comportamientos se sitúa en torno a los 2 años. A partir de esa edad, la actitud violenta suele moderarse. En concreto, hacia los 4 años empezarán a disminuir los impulsos destructivos y los intentos de humillar a los demás. Cuando los niños sumen un año más emplearán menos el negativismo, la rebelión o las acciones físicas de rechazo. Pero, ¿qué ocurre cuando el niño crece y no ha dejado en el camino estos hábitos? Según Serrano, podremos afirmar que un niño mayor es agresivo “cuando, entre otras, tiene la misma frecuencia de conductas coercitivas que el niño de 2 ó 3 años”.

¿NACE O SE HACE?

Las teorías de Freud o Lorenz que sostenían que la agresividad era un impulso innato de los seres humanos han sido marginadas por las corrientes actuales. Hoy en día se considera que los niños no nacen con este tipo de conductas violentas, sino que las aprenden. José Cardona Andújar, profesor de Educación de la UNED, señala que algunos de los factores que desencadenan este comportamiento son la inadecuada educación que se recibe en la familia (disciplina excesivamente dura o demasiado permisiva y falta de comunicación con los hijos), así como la falta de valores y principios morales persistentes en nuestra sociedad. Asimismo los problemas de convivencia y la influencia negativa de la televisión y los videojuegos también fomentan actitudes agresivas.

FRUSTRACIÓN

La conducta agresiva suele ser la respuesta de algunos menores ante una situación conflictiva. Mientras que existen niños que despliegan conductas de resignación, otros buscan ayuda y algunos se esfuerzan en superar los obstáculos a los que se enfrentan; también hay menores que responden agresivamente. Serrano también añade que los primeros perjudicados son los propios pequeños: “los niños agresivos no sólo hacen sufrir a sus padres, maestros y a otros niños, utilizando todos los medios posibles, sino que, en muchos casos, son niños frustrados que acaban dañándose a sí mismos, ya que provocan que los demás les rechacen”. Rabietas, burlas, insultos e incluso violencia física. Todas estas conductas se consideran actitudes agresivas. Arrebatos normales en la infancia pero que, a partir de los 2 años, deben ir desapareciendo.

VIVIR EN PAZ
El modo de afrontar este tipo de conductas agresivas debe gestarse tanto en los centros educativos como en el seno de las familias. El diálogo entre padres e hijos se torna fundamental a la hora de solucionar el conflicto. Daniel Tejada, pedagogo acostumbrado a trabajar con niños extremadamente conflictivos, asegura además que la imposición de normas de convivencia claras es la mejor vía para que el menor aprenda a solucionar conflictos de manera pacífica. Los padres deberán establecer asimismo un protocolo de actuación común con los educadores con el fin de homogeneizar estrategias. Según Isabel Serrano, la misión de ambos colectivos es “modelar comportamientos alternativos a la agresión”, así como “dejar claro qué conductas son permitidas en el centro o en casa y cuáles no”. Por último, destaca que “es contraproducente que yo le pegue a mi hijo para decirle que deje de pegar a su hermano, o que le dé un grito para conseguir que me obedezca”. El pequeño aprenderá estas conductas y, por tanto, reproducirá lo que vea.

MÁS INFORMACIÓN: UN ESTUDIO DE LA AUTORA DEL LIBRO EL NIÑO AGRESIVO. GUÍA PARA PADRES Y MAESTROS, PINCHANDO AQUÍ.

Un entrenador personal para aprender a comer bien

Una especie de «super nanny» dietética para enseñar pautas alimenticias correctas a toda la familia, es lo que propone un estudio publicado en la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine.

Autor: Alejandra RODRÍGUEZ

Una de las claves que, en opinión de los especialistas, contribuiría a revertir la epidemia de obesidad que nos amenaza es recuperar los hábitos dietéticos saludables. Eso pasa por hacer partícipes a los más pequeños de las tareas de la compra, la selección de artículos y la confección de los menús planificándolos y, en la medida de lo posible, cocinándolos. También se ha propuesto recuperar la buena costumbre de hacer la mayor cantidad de comidas en familia, de apagar la televisión a la hora de sentarse a la mesa y de desayunar mejor.

Sin embargo, a la hora de la verdad, los adultos están faltos de conocimientos suficientes para llevar a la práctica todas estas teorías. No tienen la formación suficiente en materia de nutrición y dietética y tampoco recursos para introducir hábitos saludables debido a las jornadas laborales (demasiado prolongadas) y al ajetreo de la vida diaria (que obstaculiza un mínimo de planificación). Para ayudar a superar estas dificultades se están ensayando diversas soluciones y, si bien en la mayoría de los colegios ya se presta atención a este asunto para procurar que los pequeños aprendan a comer de manera sana, hay otras alternativas fuera de las aulas. Una de ellas es la que propone un estudio publicado en la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine y no es ni más ni menos que poner un entrenador que enseñe todas estas pautas a la familia entera. Así, como Un entrenador personal para aprender a comer bien una especie de super nanny dietética, la persona en cuestión se dedicaría a enseñar a la familia a modificar sus estilos de vida en función de sus circunstancias particulares (número de miembros, horarios de estudios y trabajo, actividades extraordinarias, práctica de deporte y hobbies, gustos personales…).

En realidad, la figura del entrenador se está imponiendo en muchas esferas de la vida diaria. Así, son cada vez más las personas que hacen deporte con uno de estos profesionales. Los ejecutivos asisten a cursos en los que un entrenador psicológico les enseña a sobrellevar el estrés, a manejar situaciones difíciles y muchas psicoterapias se basan en acostumbrar a la mente a actuar y a pensar de manera equilibrada. Todas estas estrategias se complementan con instrucciones, consejos y pautas que se repiten y recuerdan convenientemente para ayudar a fijarlas en la memoria y que finalmente acaben adoptándose de manera automática, casi inconsciente. ¿Por qué no intentarlo a la hora de comer? El resultado parece esperanzador.

LA EXPERIENCIA

Un equipo de científicos franceses especializados en nutrición y hábitos de vida saludables diseñó un seguimiento en el que participaron algo más de un millar de chavales con sus respectivas familias. Este grupo fue dividido en tres colectivos. El primero actuó como control, de manera que siguió haciendo su vida de manera normal. El segundo recibió instrucciones precisas para tratar de disminuir la ingesta de grasas a menos del 35% de la energía diaria, así como para elevar el consumo de carbohidratos complejos (cereales integrales, legumbres, verduras…) a más de la mitad de los requerimientos energéticos cada día. El tercer grupo, además, fue entrenado para reducir la cantidad de azúcares de su dieta habitual.

A lo largo de los ocho meses que duró la intervención, todos los participantes tenían acceso a una página web en la que rellenaron cuestionarios sobre su dieta, actividad física, preparación de la comida y calidad de vida. Asimismo, los dos grupos que estaban siendo entrenados recibieron llamadas telefónicas en las que un dietista discutía con las familias acerca de sus hábitos alimenticios, sus preferencias culinarias y, en función de las respuestas, ofrecía consejos para mejorar en esta área. Al cabo de este tiempo, tanto los padres como los hijos habían alcanzado las metas que les habían propuesto los especialistas en lo referente a la calidad de su dieta. De hecho, los adultos habían conseguido bajar de peso y se encontraban en un umbral más sano. En cambio, los chavales no notaron este efecto beneficioso (muchos de ellos estaban obesos), lo que, en opinión de los expertos, indica la necesidad de orientar a los más pequeños en otras materias, además de sólo en la nutrición, como la actividad física, el deporte y otros trucos para quemar las calorías sobrantes. En cualquier caso, estos investigadores sostienen que la figura del entrenador personal induce transformaciones relativamente rápidas (siempre se ha dicho de que los hábitos de conducta son extremadamente difíciles de modificar) que, además, perduran en el tiempo, lo que multiplica enormemente sus beneficios a medio y largo plazo.