Unidades didácticas. 2ª parte

Retomamos el tema sobre las unidades didácticas enumerando algunos de los temas o centros de interés que consideramos, bajo nuestro criterio profesional, adecuados para trabajar con los alumnos de primer ciclo de infantil y con los que se pueden elaborar unidades didácticas que contribuyan, de forma lúdica, a conseguir un desarrollo armónico de nuestros pequeños.

Consideramos de vital importancia iniciar el curso con una unidad didáctica dedicada a la adaptación al aula, a los nuevos compañeros, a las nuevas profesoras, a los nuevos espacios en los que vivirá sus propias experiencias. Aunque para algunos niños la escuela ya no es un lugar desconocido, si les costará un poco, después de las vacaciones, separarse de sus padres y salir de la rutina de casa para volver a acostumbrarse a la escuela. Conseguiremos, al final del trabajo de esta unidad, que nuestros alumnos, sobre todo los más pequeños de 1-2 años, se sientan más a gusto, confiados y seguros en su nuevo entorno en el que van a pasar buena parte del día.

“Descubro mi cuerpo” es otro importante tema para trabajar al inicio del curso, sobre todo en los alumnos de 1 a 2 años, para iniciarles en el reconocimiento y aprendizaje de las principales partes de su cuerpo y que vayan tomando conciencia de su esquema corporal.

El conocimiento progresivo de su cuerpo, las posibilidades que éste le ofrece, el cuidado de sí mismo, los hábitos de higiene y salud, .. deben ser trabajados, según nuestro criterio, durante toda la etapa de la educación infantil tanto en el primer como en el segundo ciclo, incluyéndose los objetivos en las unidades didácticas que en ese momento se estén trabajando.

Para el nivel de 2-3 años trabajar las estaciones del año dentro de las unidades didácticas resulta muy motivador.

Si las escuelas infantiles disponen de grandes espacios naturales al aire libre, es precioso y muy didáctico hacer que los niños observen los cambios significativos que se producen en el entorno con la llegada del otoño y verificar como, poco a poco, los árboles de la escuela van perdiendo sus hojas y cada vez hay menos arriba y más en el suelo; recoger hojas para forma lindos ramilletes que regalar a mamá y aprovechar otras para realizar, con estampaciones, murales para el aula.

Y después del letargo del invierno en el que no encontramos ninguna hoja en las ramas desnudas de nuestros árboles ver como llega la primavera, la estación del año en el que todo se renueva y poder plantar con nuestros alumnos flores en los arriates de la escuela o plantar semillas en recipientes transparentes y descubrir el maravilloso secreto del nacimiento de una planta aprendiendo sus partes principales.

Trabajando las estaciones propiciamos un acercamiento de nuestros niños a la naturaleza basado en el respeto y la responsabilidad y fomentaremos el desarrollo de su sensibilidad.

Otro tema de gran interés, tanto para los pequeños de 1-2 como para los más mayorcitos de 2-3 son las fiestas de Navidad.

La unidad didáctica de la Navidad es, por valor propio, una unidad que no debería faltar en un proyecto educativo. Con ella fomentamos en los niños actitudes de respeto y valoración hacia la estructura familiar ya que esta fiesta es de gran tradición y tiene una evocación esencialmente hogareña. Durante estos días se reúnen las familias, se adornan las casas, se significan las comidas, se hacen y reciben regalos…. Son unas fechas mágicas y llenas de ilusión para los niños que disfrutan tanto con su celebración como con su preparación. A los educadores nos reconforta ver como nuestros alumnos disfrutan adornando las clases con los objetos que cada uno ha aportado, sintiéndose cada vez más participativos y descubriendo las costumbres y tradiciones navideñas y degustando, junto con sus compañeros, los dulces propios de esta época.

Otra unidad didáctica muy interesante y atractiva para los niños son los animales. Desde muy pequeños, a través de los cuentos, canciones, poesías, juguetes, películas, etc. están en contacto con el mundo animal. Algunos de ellos tienen la suerte de convivir con alguna mascota y colabora en su cuidado. Lo ideal es que la unidad didáctica gire en torno a los animales domésticos y que nuestros alumnos empleen el conocimiento que tienen sobre ellos aprendiendo aspectos elementales de características morfológicas, su habitat, comparación entre diferentes especies de animales, su crecimiento, su alimentación…

La visita a una granja.escuela podría ser el broche final a la unidad didáctica y si además podemos contar con realizar una “fiesta de las mascotas” en la escuela y pedir la colaboración de los papás para que traigan las que tengan en casa, lograremos retratar ese día su gran cara de orgullo y satisfacción por mostrar a sus compañeros cual es “la suya” y conseguiremos actitudes de respeto y cariño hacia el mundo animal.

Desde aquí mandamos un saludo muy especial a los papás de Pecas que, anualmente, nos llenas nuestra escuela de perros, tortugas, palomas mensajeras que soltamos para que inicien desde nuestros jardines el vuelo hacia su casa y todo tipo de mascotas que nos hacen disfrutar de esta jornada de animales tan especial.

10 acciones familiares solidarias

La Navidad es una excelente oportunidad para desde la familia, inculcar en los más pequeños valores solidarios que contribuyan a ayudar a los más necesitados. Es una lección para apreciar y valorar lo que tienen y, también, para entender mejor a los que no tienen nada. La solidaridad no sólo es cuestión de dinero sino también de imaginación. Lo importante es que los niños descubran que la felicidad no consiste sólo en tener sino, sobre todo, en compartir.

1ª Acción
Ir a una residencia de ancianos a llevarles algún detalle navideño y a cantarles villancicos en los que ellos también puedan participar.

2ª Acción

Apadrinar entre toda la familia a un niño de un país pobre. Que los niños aporten también parte de sus ahorros.

3ª Acción

Organizar una visita a algún hospital de niños con alguna discapacidad o deficiencia psíquica para hacerles pasar un rato divertido con algunos regalos navideños.

4ª Acción

Compartir con compañeros y familias del colegio de otras tradiciones sus costumbres navideñas.

5ª Acción

Arreglar los juguetes con desperfectos o los que ya no se utilizan y entregarlos a familias necesitadas o a tu parroquia.

6ª Acción

Preparar con las familias del colegio una fiesta o una rifa para recaudar fondos para las familias más necesitadas del barrio.

7ª Acción

Recoger el material escolar que ya no haga falta y libros y entregarlos a una ONG de niños del Tercer Mundo.

8ª Acción

Reunir entre varias familias polvorones, turrón y otros productos típicamente navideños y repartirlos a la gente que vive y pide en la calle.

9ª Acción

Entre todos los miembros de la familia, juntar la ropa y los zapatos que no se utilicen y entregarlos a la parroquia o a alguna ONG.

10ª Acción

Invitar a algunos niños pobres o desfavorecidos a pasar un día con vosotros: visitar belenes, ir al parque de atracciones o al cine, invitarles a comer o merendar.

Deberes, ayudar sin excesos

¿Ayudamos demasiado a nuestros hijos a la hora de hacer los deberes? En respuesta a un e-mail enviado por una madre, os proponemos algunas claves para echar una mano en el estudio casero sin propiciar actitudes dependientes.

Hace unas semanas, la Redacción de PADRES recibió un correo de Carmen, una madre que se quejaba del exceso de deberes que traen sus hijos a casa y de la dependencia que esto genera al verse los chavales obligados a pedir ayuda para completarlos. “¿Qué hacemos?”, se preguntaba Carmen, “¿no les ayudamos y que se queden los deberes sin hacer? Entonces seremos malos padres porque no colaboramos en la Educación de nuestros hijos”. El correo electrónico terminaba pidiendo un “término medio” que fomente tanto la implicación de los padres como la autonomía del alumno.

Tras consultar diversas fuentes y listados de consejos (en ocasiones contradictorios), os ofrecemos una síntesis que puede resolver vuestras dudas a la hora de prestar (o no) ayuda con las tareas escolares que vuestros hijos realizan en el hogar.

Antes

Un buen comienzo pasa por explicar –e insistir sobre ello cuando sea necesario– por qué es importante hacer los deberes. No os faltarán razones: el valor del esfuerzo, la recompensa a la perseverancia, la práctica como único camino para dominar el conocimiento…

Antes de fijar las horas de estudio diario, resulta conveniente reunirse con profesores y tutores para que nos indiquen una estimación realista sobre cuánto tiempo necesitarán sus alumnos al realizar los trabajos que ellos mandan. Aunque es difícil generalizar, se supone que al principio de la Primaria no se debe superar la media hora al día, aumentando a una hora en los últimos cursos de esta etapa y los primeros de la ESO, y flexibilizando los márgenes en edades superiores, aunque procurando no pasar de la hora y media salvo en época de exámenes.

Como costumbre, los expertos aconsejan mostrar un alto grado de interés al preguntar sobre lo aprendido cada día y pedir a nuestros hijos que nos muestren los deberes encomendados. Así mantenemos un vínculo constante con su aprendizaje y podemos contribuir en un aspecto en el que la ayuda paterna se antoja especialmente bienvenida: discernir las tareas más difíciles para que se acometan al principio.

Durante

Fundamental, nunca ofrecer ayuda si el niño no la solicita. Se trata de una tentación ante la que sucumben muchos padres (especialmente las madres) y que resulta del todo contraproducente. Teniendo esto claro, involucrarse o no constituye un dilema en el que debemos ponderar factores como la capacidad de nuestro hijo o la complejidad del ejercicio concreto.

Cuando optamos por dejarlo solo, podemos prestar ayuda indirecta empleándonos nosotros mismos en una acción productiva mientras el chico estudia y, desde luego, posponiendo actividades en familia de las que él quede excluido.

Si por el contrario accedemos a trabajar codo con codo, no hay que olvidar que nuestra misión pasa por orientar, animar y facilitar la comprensión, pero nunca por resolver problemas ni ofrecer respuestas. Un aspecto en el que los padres pueden brindar una ayuda impagable tiene que ver con la organización y esquematización de contenidos, un aprendizaje que debemos cultivar desde edades tempranas.

Después

Los deberes se revisan, pero no se corrigen. Interesa echar un vistazo para comprobar que se han finalizado las tareas y obtener información sobre los avances de nuestro hijo. Si los corregimos, sólo estamos engañando al profesor sobre el rendimiento de uno de sus alumnos.

El fin de semana es el momento idóneo para recoger los frutos del esfuerzo. Si ha trabajado bien, prémiale con algún detalle que reconozca su dedicación. Pizza, cine, horas de sueño, permisos extra… Tú mejor que nadie conoces las opciones.

Tiempo de estudio

Un reciente estudio de la Fundación Antena 3 pone de manifiesto que el 77% de los alumnos de Primaria recibe algún tipo de ayuda “a la hora de estudiar o hacer los deberes”, aunque sólo un 23% lo hace de forma habitual. En cuatro de cada cinco casos, son los padres los que prestan esta ayuda. En Secundaria, el 71% de los estudiantes se benefician de apoyo en los estudios. Cuando la ayuda es frecuente en esta etapa (un 21%), suele haber detrás un profesor particular.

En cuanto al tiempo de estudio en casa, existe una notable discrepancia entre lo que responden los alumnos y sus padres. En Primaria, la media se sitúa en 67 minutos durante el año según los alumnos (85 según sus padres) y 94 en época de exámenes (115 para los progenitores); en Secundaria, la cifras aumentan a 84 minutos a lo largo del curso (103) y 152 cuando se aproximan las evaluaciones (165).

El silencio del alumno español

Aprender a hablar en público es una de las carencias más flagrantes de la Educación española. Muchos países incluyen diferentes estrategias para fomentar la expresión oral del alumnado, pero aquí aún es posible recorrer todas las etapas formativas hasta obtener un título universitario en el más absoluto silencio.

Ministros aferrados a un folio escrito –su cabeza gacha y el tono monocorde– para anunciar, en apenas dos minutos, una nueva medida de escaso alcance. Tiburones de las finanzas subyugados por el pánico escénico al informar sobre ambiciosos planes de expansión o suculentas cuentas de beneficios. Incluso profesores universitarios que dictan sus lecciones añadiendo pequeñas gotas de aparente improvisación, en realidad torpes notas de color perfectamente calculadas.

A la hora de hablar en público, los españoles no arrastramos una suerte de condena genética que nos impida soltarnos ante la audiencia. Simplemente se trata de una habilidad que apenas ejercitamos durante nuestro periodo formativo. Otros países integran, desde las edades más tempranas, las exposiciones de alumnos como parte esencial de las dinámicas lectivas. O estimulan los intercambios dialécticos en clase. O reservan parte de los exámenes para evaluar cómo se defienden los chavales cuando su única arma es la voz y el lenguaje gestual. En España, sin embargo, un estudiante puede cubrir la distancia entre la Infantil y la Universidad sin apenas abrir la boca.

“Poco no, yo diría que nuestro sistema educativo no cultiva nada la expresión oral, se trata de una faceta de la enseñanza completamente abandonada”, afirma Juan Lorenzo, catedrático de Filología Clásica en la Universidad Complutense, responsable de numerosos cursos sobre cómo hablar en público y una de las referencias en retórica de nuestro país. “Y en un estado democrático”, continúa, “la palabra es fundamental. Si tengo grandes ideas pero no sé expresarlas con palabras, esas ideas no existen”.

Lorenzo obliga a cada alumno a “exponer trabajos en clase” y anima “al resto a opinar y rebatir sus ideas”. Lo hace “a título personal”, ya que nadie en la Complutense le ha dado directrices en este sentido, ignorando así al Plan de Bolonia, que incluye el fomento de la expresión oral como objetivo común para el Espacio Europeo de Educación Superior. Sí ha detectado movimiento en “las privadas”, que empiezan a organizar “concursos de oratoria” e iniciativas similares.

Peor panorama ofrece la enseñanza obligatoria. “Una pena porque es durante la infancia y la adolescencia cuando más rápido se desarrollan las habilidades de comunicación”, comenta Carmen Thous, profesora de Comunicación en la Universidad Francisco de Vitoria y fundadora de Enmedios, una empresa que forma a directivos poco duchos en intervenciones públicas. Thous pone como ejemplo a seguir los países anglosajones, “donde se dedica mucho tiempo a enseñar este tipo de destrezas, por ejemplo a través de las sociedades de debate en las que los alumnos se enfrentan al miedo al ridículo y aprenden a defender sus ideas de forma articulada y a respetar las de los demás”.

La directora adjunta del British Council Teachers Center de Madrid, Sheona Gilmour, asegura que en el Reino Unido “se aprende haciendo, por lo que es habitual que los alumnos tengan que construir proyectos y luego presentarlos en clase”. En su opinión, España sigue enseñando “a base de memoria, con muy poca interactividad”. Gilmour recuerda que, durante los cinco años que trabajó en un colegio privado de la capital, “mis clases llamaban mucho la atención porque se decía que hacía mucho ruido. Me limitaba a crear un contexto comunicativo”.

Armar un discurso

También los países de nuestro entorno cultivan la oratoria, al menos en su faceta evaluativa. En Italia, los exámenes orales son algo habitual, al igual que en Francia, cuyo Baccalaureat (nuestra Selectividad) incorpora una parte en la que los alumnos han de explicar un tema ante un tribunal. Incluso en Latinoamérica, el catedrático Lorenzo percibe que “la gente se expresa muy bien, gente normal, no especialmente formada. En mis viajes a México o Argentina suelo comentarlo, y me dicen: ‘es algo que cuidamos mucho en la escuela, los profesores tratan de que los alumnos sean capaces de armar un discurso con propiedad léxica’”.

¿Qué ocurre entonces en España? “Supongo que es algo que uno sabe que hay que hacer pero nunca hace”, responde intrigada Thous. “Quizá no interese demasiado a las autoridades”, sugiere Lorenzo, “aunque me inclino a pensar que es más descuido que otra cosa”.

Lo cierto es que la práctica negación al alumno de la palabra hablada no siempre fue un rasgo definitorio de nuestro modelo escolar. Lorenzo repasó en una ocasión –con motivo de un trabajo investigador– el sistema educativo español entre 1850 y 1950. “Los planes cambiaban con frecuencia”, recuerda, “pero en Secundaria una de las asignaturas que se mantuvieron siempre a lo largo de estos 100 años fue Gramática y Retórica”.

En Madrid, los padres podrán deducirse hasta 900 euros por hijo

La Comunidad de Madrid aplicará una deducción fiscal de hasta 900 euros por hijo para compensar los gastos de escolaridad, según anunció el consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta.

Así, las familias con rentas de hasta 30.000 euros por miembro de la unidad familiar podrán reducir hasta el 15 por ciento en gastos de escolaridad, el 10 por ciento en idiomas y el 5 por ciento en vestuario escolar, con una cuantía máxima de hasta 900 euros por hijo.

Para poder realizar la deducción es necesario tener justificación documental adecuada, es decir, los justificantes acreditativos del pago de los conceptos objeto de deducción. No es necesario aportar dichos justificantes en el momento de efectuar la declaración de la renta, pero sí disponer de ellos a disposición de los Inspectores de Hacienda de la Comunidad de Madrid.

“El deporte te enseña valores fundamentales”

Cuenta la historia que James Naismith, un canadiense de gafitas redondas y pelo lamido con raya al medio y zapatos Oxford, pasaba frío en los inviernos de la costa Este norteamericana, cerca de la muy noble Boston.

En la Universidad de Springfield le pidieron colaboración para crear un entretenimiento en el que los labios no se despellejaran con el aire atlántico. Naismith, con dos cajas de melocotones y un par de aros de alambre, se inventó el deporte que hoy congrega a más adeptos después del fútbol. Se llama baloncesto. Y en Estados Unidos es casi una religión.

Sin embargo, la historia también cuenta que, en Villanueva de la Serena (Bajadoz), algo más tarde, nació un chaval espigado, con el rostro afilado y con ganas de crecer. Desde que era un niño, ya le gustaba cómo llamaban a los bases en América: “playmakers”, es decir, creadores de juego. Asistir siempre antes que anotar. Acompañar antes que tirar. Y observar antes de saltar. Los que, por encima de todo, usan el arma más poderosa de todas: el cerebro.

En Extremadura se iba forjando el carácter y la voluntad de José Manuel Calderón, base de Toronto Raptors y el jugador errante que añora sus primeros pasos en el parquet del Doncel, el equipo de Villanueva:
“A veces es difícil estar lejos”.

P. ¿Lo añoras?
R. Lo echo mucho de menos. Es mi casa y eso es lo más importante.

P. ¿Cómo es tu tierra?
R. Es agua, es verde y es vida. Me siento identificado con el spot de Marca de Extremadura y lo veo de la misma forma.

P. Vives en Toronto, una ciudad que tiene casi tanto bajo tierra como sobre ella. ¿Cómo es la vida allí?
R. Tranquila, cómoda… La gente es afable y el único inconveniente es el clima en invierno pero, al final, uno se acostumbra. Hace mucho frío, pero te haces a ello.

P. ¿Qué diferencias encuentras entre Canadá, Estados Unidos y Villanueva?
R. Canadá es un país más cercano a Europa que Estados Unidos. Villanueva es otra cosa, algo especial y muy difícil de comparar. Pero no a Canadá: a nada.

P. ¿Y esos días en el Doncel? ¿Se te han olvidado?
R. Sólo estuve hasta los trece años y mi recuerdo es el de jugar con mis amigos. Era un niño que quería divertirse, jugando a lo que más le gustaba.

P. ¿Qué recuerdas de tu infancia en Extremadura?
R. Que fue demasiado corta. Me siento muy unido a mi pueblo a pesar de que a partir de los trece años he vivido fuera de Villanueva por motivos de trabajo.

P. Siempre el baloncesto…
R. Siempre. El baloncesto ha formado parte de mi vida constantemente. Mis primeros recuerdos van unidos a las imágenes de mi padre jugando y entrenando, acompañándolo a los entrenamientos y viéndole jugar en el equipo de nuestro pueblo, el Doncel La Serena.

P. ¿Cómo comenzaste a interesarte por el baloncesto?
R. Justo de esa manera: ver jugar y entrenar a mi padre es uno de mis primeros recuerdos.

P. El baloncesto como parte de tu educación…
R. Claro. Mi padre no sólo era entrenador, era educador. El deporte es clave en la educación de los chavales.

P. ¿Qué te enseña?
R. Te enseña valores clave, como el esfuerzo, el compromiso, el compañerismo…

P. Precisamente es el baloncesto lo que te hace salir de Extremadura…<-/b>
R. Recuerdo que ir a vivir y a jugar a Vitoria no fue algo traumático. Desde Vitoria me llegó esa propuesta después de un Campeonato Infantil de Selecciones, lo hablamos en familia y, tanto mis padres como yo, pensamos que podía ser una buena decisión.

P. Una decisión importante para un niño, ¿no?
R. Sí, pero mi ilusión era jugar. Entonces no me planteaba ser profesional, probablemente ni sabía lo que eso significaba.

P. ¿Cómo recuerdas esos días?
R. Recuerdo esos años como años de trabajo, siempre entrenando y estudiando, rodeado por compañeros que estaban en la misma situación y siempre compartiéndolo todo con ellos. Nos hicieron trabajar muy duro, pero fue una etapa fundamental en mi formación.

P. Ahora eres una estrella internacional…
R. Yo no diría tanto. Soy uno más.

P. ¿Cómo valoras a tu generación de compañeros en la Selección?
R. Son mis amigos, por encima de todo.

P. Los conoces casi desde que eras un niño…
R. Es cierto… Muy pronto empecé a compatibilizar los entrenamientos en Vitoria con las concentraciones de las distintas selecciones españolas en categorías de formación.

P. Allí te encontraste con compañeros y con amigos.
R. Allí conocí a Pau, Juan Carlos, Felipe, Carlos, Berni, Sergi, David, Antonio, Germán… Amigos y compañeros desde esos años hasta ahora.

P. Además, amigos con los que has llegado a lo más alto.
R. Con ellos fuimos campeones de Europa y campeones del torneo de Manheinm, una especie de campeonato del mundo oficioso. Una lesión me apartó del equipo que fue Campeón del Mundo Júnior en Lisboa. Todavía recuerdo aquel partido que vi desde la grada, la final contra Estados Unidos.

P. Cuando la selección de baloncesto consiguió ganar el Mundial se insistió en el hecho de que sois una piña y os lleváis muy bien. ¿Qué podrías destacar de tus compañeros?
R. Como decía, somos más que compañeros, amigos. Esa ha sido una de las claves más importantes. La química en un grupo, en un equipo, es fundamental y nosotros somos uno de los mejores ejemplos de lo que comento.

P. Ahora que tan de moda está la ÑBA, ¿recuerdas cómo fue tu llegada a la mejor liga del mundo?
R. Cuando terminó la temporada 2004-05, Ana, mi mujer, y yo nos planteamos un nuevo reto: cambiar de país e intentar jugar en la mejor liga del mundo, la NBA.

P. Tuviste varias ofertas…
R. Algunas opciones se habían concretado en ofertas y después de meditarlo y ver el lugar, decidimos mudarnos a Toronto e intentar jugar en la NBA.

P. ¿Cómo fue aquel cambio?
R. Como todas las experiencias nuevas, resultó difícil al principio pero, a base de trabajo y humildad, todo se puede superar. La temporada quizá fuera un poco decepcionante, por el juego del equipo, pero a mí me proporcionó una experiencia que resultó muy importante.

P. Si tuvieras la posibilidad de reunir un cinco inicial de toda la historia del baloncesto, ¿con quién contarías?
R. Magic, Jordan, Bird, Duncan, O´Neal, aunque es complicado…

P. ¿Qué retos te planteas?
R. Seguir mejorando cada día y llegar lo más lejos posible con mi equipo. Siempre se trata de crecer, profesional y humanamente.

P. ¿Qué diferencias encuentras entre el “american way of life” y la vida tranquila de Villanueva?
R. No hay comparación posible. Diametralmente diferentes. Aquí la vida va más deprisa. A Villanueva vuelvo para descansar y recuperar mis raíces.

P. ¿Lo más complicado del deporte es saber aceptar las derrotas?
R. Lo más complicado es exigirte más cada día, buscando
mejorar continuamente, sin relajarte.

P. ¿En qué has cambiado desde que llegaste a la NBA?
R. En nada. Soy el mismo.

P. ¿Cómo te definirías?
R. Un ser humano, amigo de mis amigos.

Hace algunos años José Manuel Calderón, en una cancha de Villanueva de la Serena, iniciaba un tiro en suspensión que acabaría entrando en Toronto. ¿El secreto? Trabajo y talento, eso es todo.

Ortodoncia, ¿cuándo y para qué?

Los defectos en la posición de la dentadura y sus huesos pueden manifestarse a temprana edad, cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos por los definitivos. Este es el momento de solicitar el consejo del dentista. Durante el periodo de la niñez y la adolescencia, de los 6 a los 14 años, es cuando la mayoría de los pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia.

Los especialistas identifican varias causas que hacen precisa una ortodoncia. En ocasiones tienen que ver con malos hábitos adoptados desde la más tierna infancia y otras, simplemente se trata de herencia congénita. El consumo de alimentos blandos causa una merma en el tamaño de los huesos que deben albergar toda la dentadura, y chuparse el dedo o usar chupete produce un avance perjudicial de la dentadura superior.

Cada vez es más común la pérdida prematura de dientes y muelas de leche por abuso de dulces, que complicará el crecimiento de los definitivos. También la mala respiración por la nariz, debido a inflamación de amígdalas, vegetaciones o por alergias, empeora el desarrollo normal de la dentadura y sus huesos; y finalmente, ciertas enfermedades periodontales tienden a movilizar los dientes y colocarlos mal.

Modalidades

El tratamiento preventivo se ­realiza entre los 3 y 6 años y persigue la eliminación de los hábitos deformantes infantiles, generalmente en la dentición temporal. El tratamiento interceptivo, entre los 7 y 11 años, está encaminado a facilitar la salida normal de los dientes definitivos y mejorar el tamaño y posición de los huesos maxilares.

Finalmente, el tratamiento correctivo es el indicado cuando ya han salido los dientes definitivos, que suele ocurrir entre los 12 y los 15 años.

Tipos de aparatos

Los aparatos correctores pueden ser removibles o fijos. Los aparatos removibles constan de una delgada placa que se ajusta al paladar a la que se agregan diversos elementos metálicos, capaces de mover los dientes con sus correspondientes huesos. Su manejo es relativamente sencillo. Está indicado para corregir defectos leves o moderados. Como dificultan la masticación, se deben retirar durante las comidas. El niño dispone de una caja donde guardarlo, que se puede colgar del cuello en el comedor del colegio para no perderlo. El cepillado es más fácil con lo que hay menos caries.

Los aparatos fijos constan de unos minúsculos soportes pegados a los dientes, que alojan unos alambres especiales que proporcionan la energía para los movimientos. Su efectividad es mayor que en los removibles, por lo que están indicados para corregir defectos graves. El profesional debe tener mayores conocimientos ya que podría causar daños irreparables en la dentadura.

Finalizado el tratamiento, durante un tiempo se utilizan unos dispositivos para fijar los dientes.

Salud bucodental

El Plan de Salud Bucodental sigue en marcha y para este año contará con una dotación de 12 millones de euros, la misma que el año pasado. Hasta el momento, y desde el inicio de su aplicación en 2008, se han destinado más de 19 millones de euros (sin contar la nueva dotación) a subvenciones a las comunidades autónomas, ofreciendo cobertura a más de 850.000 niños de entre 7 y 12 años.

La puesta en marcha de este plan culminará en el año 2012 con la cobertura de niños hasta los 15 años. Se accede a través de atención primaria y los ambulatorios y la asistencia dental básica a los niños incluye una revisión anual con las siguientes medidas preventivas y asistenciales:

  • Instrucciones sanitarias en materia de dieta y salud bucodental, acompañadas de adiestramiento en higiene bucodental para los niños y para sus padres y tutores.
  • Aplicación de flúor tópico, de acuerdo con la política de fluoración de cada comunidad autónoma y con las necesidades individuales de cada niño.
  • Revisión anual del estado de salud bucodental, incluyendo exploración radiográfica cuando sea necesario.
  • Sellado de fisuras o fosas en las piezas permanentes sanas para evitar la aparición de caries (las denominadas muelas de los seis años).
  • Empastes de piezas definitivas, no de leche.
  • Endodoncias.
  • Extracción de algún diente permanente siempre que no haya posibilidad de aplicar ningún otro tratamiento más conservador.
  • Extracción de dientes de leche.
  • Limpieza de boca cuando se detecten cálculos y/o pigmentaciones extrínsecas en la dentición permanente.
  • Tratamientos especiales en incisivos y caninos permanentes en caso de enfermedad, malformaciones o traumatismos sin perjuicio, en el caso de traumatismos, de las responsabilidades de terceros en el pago del tratamiento.
  • Seguimiento en los casos que aconseje el facultativo para asegurar la correcta evolución clínica de la salud dental del menor

TIC ¿Recurso o herramienta?

Entre Padres de EducaRed quiere fomentar el debate sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación. En la actualidad se ha cambiado la forma de transmitir ideas y opiniones. El entorno 2.0 ha provocado la creación de novedosos espacios de intercambio e interconexión de reflexiones y puntos de vista.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han cambiado la sociedad. Es innegable el gran impacto que han tenido las nuevas tecnologías en la transmisión y distribución de conocimientos, pero éstas, ¿son un recurso o una herramienta?

Este es el debate que plantea EducaRed en su espacio Entre Padres (www.educared.org/global/entrepadres). Es aquí donde Mabel del Giúdice, Licenciada en Psicopedagogía, nos describe algunas de los beneficios que tienen las TIC. Estos son la accesibilidad, rapidez y simultaneidad en las comunicaciones, así como el haberse convertido en un potenciador de ideas y opiniones.

La red, y todo su entorno 2.0 han provocado la creación de espacios de intercambio e intercomunicación. Sitios webs personales y blogs o bitácoras son en la actualidad lugares en los que volcar reflexiones y puntos de vista personales.

Estos cambios han tenido un reflejo en las aulas de los colegios y en los niños, quienes por supuesto, no son ajenos a las nuevas tecnologías. Muchos de ellos, incluso, son nativos digitales y tienen un mayor conocimiento de las TIC que algunos adultos.

Esto también está condicionado, según afirma Giúdice, por la “alfabetización digital”, es decir, por el aprendizaje en el uso de los ordenadores para realizar tareas del aula o su utilización como recurso didáctico.

Para esta psicopedagoga, especializada en Psicología Educacional, lo importante es promover el desarrollo de competencias en los niños que les permita:
• Adquirir habilidades técnicas usando las distintas aplicaciones que ofrecen los ordenadores.
• Acceder a distintas fuentes de información.
• Leer trabajos realizados en distintos países.
• Escribir ensayos y expresar su opinión en distintos sitios.
• Conocer nuevos formatos textuales.
• Compartir nociones o reflexiones a partir del uso de la red.
• Organizar foros de discusión.

¿Y del lado del docente?

El rol que desempeñan los profesores y los padres en el buen uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación es imprescindible. Unos y otros deben ayudar a los niños a utilizarlas de forma correcta.

Asimismo los docentes deben ser el eslabón que ayude a los menores para la aplicación de los aprendizajes logrados en el plano habitual –escritura en cuadernos, lectura de libros, etc.– al plano tecnológico.

Giúdice afirma que “si el docente sostiene un enfoque de enseñanza basado en competencias entenderá que es necesario fundar las bases para aprender toda la vida, y desarrollar capacidades metacognitivas que hacen posible un aprendizaje autónomo y autodirigido.

Para la psicopegadoga, la enseñanza en el colegio puede atender al desarrollo de:
• Habilidades para la búsqueda y selección de información.
• Juicios para valorar la información obtenida.
• Reconocimiento de las distintas perspectivas con las que se abordan los temas.
• Habilidades de argumentación para escribir posturas personales.
• Habilidades para el trabajo en equipo.
• Capacidad de autoaprendizaje.
• La metacognición.

Para algunos de los profesores premiados en el Certamen Internacional EducaRed estas nuevas tecnologías son “una herramienta muy motivadora”, como afirmaba la galardonada María Pilar Andrés, del CEIP “Eugenio López y López” de Zaragoza. Por su parte Abraham Alonso, del Colegio “Cardenal Xavierre” de Zaragoza, aseguraba “que las TIC tienen una vertiente novedosa, pero que los alumnos no sólo se quedan en eso sino que descubren que hay un abanico de posibilidades detrás de esa novedad que quieren explotar al límite”. “Es ahí donde debemos intervenir nosotros, los docentes, ya que ¿realmente están aprendiendo? Esa es la pregunta que nos debemos hacer nosotros” añadió Miguel Ángel Queiruga, del Colegio “Jesús-María” de Burgos.

Y es que es realmente difícil encontrar el camino correcto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación dentro del aula, pero ahí es donde entra en juego el papel del profesor, como asegura Queiruga ya que “hay que conseguir que cuando las TIC no sean algo novedoso, los alumnos sigan enganchados”.

Una apuesta por la Educación del futuro

Fundación Telefónica y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) han suscrito un convenio de colaboración para desarrollar el programa Metas educativas 2021: La Educación que queremos para la generación de los Bicentenarios. El acuerdo fue firmado en el marco de la XX cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebró en Mar del Plata (Argentina), los días 3 y 4 de diciembre. Los encargados de rubricar esta colaboración fueron César Alierta, presidente de Telefónica y Fundación Telefónica y Álvaro Marchesi, secretario general de la OEI.

La iniciativa Metas educativas 2021supone un ambicioso programa educativo para los próximos 11 años con el que los países latinoamericanos pueden lograr un desarrollo histórico en su Educación aspirando así a estar al mismo nivel de los países más desarrollados. Esta propuesta supone, en palabras de Enrique Iglesias, secretario de Estado Iberoamericano, “el esfuerzo más importante de la historia de América Latina para impulsar la educación a favor del desarrollo”.

El objetivo de ambas entidades es conseguir que los países latinoamericanos realicen una apuesta por la Educación. Para ello el programa cuenta con 11 metas educativas con niveles de logros específicos, que los estados presentes en la cumbre se comprometen a tratar de cumplir. Éstas son comunes a todos los países, pero cada uno ha concretado previamente adónde quiere llegar y de dónde parte para alcanzarlas. Son metas comunes y diversas.

Fundación Telefónica y la OEI, que llevan colaborando desde 2007, tanto en las actividades realizadas a través del Instituto para el Desarrollo y la Innovación Educativa, como con la organización del premio Fundación Telefónica-OEI, han establecido un nuevo marco de colaboración para promocionar iniciativas que contribuyan a la mejora de la calidad en la atención de los niños y las niñas de Latinoamérica.