Niños fuera de juego

Basta con acercarse al APA de cualquier colegio y preguntar cuáles son las actividades extraescolares más demandadas. La respuesta es unánime: padres e hijos prefieren el deporte. Sin embargo, como ha denunciado Save the Children en un reciente estudio, el deporte infantil entraña riesgos cuando se lleva al extremo para convertir a los hijos en pequeños atletas.

Autor: JOSÉ ANTONIO MÉNDEZ

Unas semanas después de que Rafael Nadal ganase el trofeo Roland Garros, las academias de tenis de toda España recibieron un auténtico tsunami de inscripciones infantiles. Ajenos a los sacrificios que impone el deporte profesional, miles de niños sueñan con ser como el tenista mallorquín para poder dedicarse en cuerpo y alma a un juego que les encanta. Sin embargo, cabe preguntarse si los padres aspiran a que sus hijos emulen a Nadal por el placer de jugar, o si contemplan también motivaciones como el éxito, el reconocimiento y, por qué no, el dinero. Los enormes beneficios del deporte para los niños y adolescentes esconden un riesgo que puede llevar a situaciones inimaginables, especialmente en determinados países. Un peligro que llega cuando lo que comenzó siendo un juego se convierte en una obsesión para padres y entrenadores, dispuestos a crear un atleta de competición donde sólo hay un niño.

Según ha recordado en su informe Niños en competición la ONG Save the Children, “el deporte beneficia a los niños porque ofrece bienestar y enseña autodisciplina, trabajo en equipo, liderazgo, cooperación, la habilidad de compartir, manejar el estrés y competir. No obstante, a los niños involucrados en el deporte de competición a menudo se les exige un entrenamiento que va más allá de sus capacidades físicas y emocionales. Un tiempo excesivo dedicado al entrenamiento puede llevar a una pérdida de experiencias claves en la niñez como la socialización con los amigos y la familia”.

Además, la ONG apunta a que una excesiva práctica del deporte de competición suele conllevar alteraciones en el crecimiento, desórdenes alimenticios como anorexia y bulimia, y trastornos psicológicos, que los podrían convertir en fácil objeto de abusos sexuales. Así, por más que el pequeño pueda apuntar maneras como as del deporte, conviene dejarlo crecer a su ritmo. Sobre todo, porque como señala Save the Children,  “antes de alcanzar los 6 o 7 años, el niño no puede comprender el concepto de competición; y los niños menores de 9 años son incapaces de diferenciar entre el concepto del esfuerzo y de capacidad, por lo que creen que ganar sólo se puede conseguir por esfuerzo, y que perder es consecuencia de no intentarlo lo suficiente”.

Y a veces, las motivaciones de los pequeños deportistas son demasiado imperiosas: padres que vuelcan sus esperanzas económicas en los hijos, contextos sociales deprimidos de los que se quiere huir, presiones de los entrenadores… La ONG destaca que “el 70% de jóvenes atletas resulta en gran parte beneficiado por el deporte de competición, pero el 20% vive situaciones de riesgo y el 10% tendría algunos de sus derechos violados”, y señala prácticas especialmente arriesgadas como la gimnasia rítmica y artística, el vaivén de los fichajes en las categorías inferiores de los clubes de fútbol, y otros deportes tan esperpénticos como el boxeo infantil de Tailandia o las carreras de camellos.

CIFRAS Y NOMBRES
• LESIONES. La gimnasia rítmica cuenta con una de las tasas más altas de lesiones dentro de los deportes femeninos. En Reino Unido, 2.600 gimnastas menores de 16 años acuden cada año al hospital con lesiones provocadas por la gimnasia como rotura de huesos, torceduras, esguinces o dislocaciones.

• TRASTORNOS ALIMENTARIOS. Un 15% de las gimnastas corren el riesgo de padecer anorexia o bulimia, y se han producido casos como el de la gimnasta Christy Henrich, que murió a los 22 años como consecuencia de la anorexia. A veces estos trastornos se dan para tratar de evitar el proceso natural de convertirse en adultos y mantener una figura aniñada y delgada.

• FÚTBOL SIN LEY. En España hay casi 350.000 jóvenes de entre 7 y 17 años que se entrenan en clubes profesionales de fútbol, a pesar de que sólo el 4% triunfa. Según la ONG, proliferan los adolescentes de Suramérica y África que acuden a Europa con falsas ofertas deportivas, o con durísimos contratos de exclusividad por parte de los clubes. Además, denuncia que este sistema es el causante de casos como el de Bernard Bass, de 17 años, que viajó a Francia desde Guinea Bissau, previa escala en Tenerife –y por cayuco–, y tras no pasar una prueba con el equipo Metz, terminó viviendo en las calles.

Accede al informe completo de Save the Children pinchando aquí

Se presenta el libro "Retos del siglo XXI para la familia"

Autor: padresycolegios.com

La recomposición de las estructuras socioeconómicas que se fraguó durante la pasada centuria han consolidado ya para el siglo actual un contexto radicalmente distinto al de hace unas décadas en el que se le presentan a la familia nuevos desafíos. Una reflexión profunda sobre el significado e implicaciones de éstas es lo que plantean Remigio Beneyto, Juan Manuel Llopis y Magdalena Torrero en el libro Retos del siglo XXI para la familia, que ha publicado la Universidad CEU San Pablo.

Responsabilidad compartida

Según una encuesta realizada por la Fundación Hogar del Empleado y el Instituto IDEA, el 42% de los profesores cree que los padres se desentienden de la educación de sus hijos. Y es que la buena relación entre padres y escuela no debe reducirse al día de la inscripción. Evitar esta situación puramente cordial pasa por tomar conciencia de la importancia de una buena comunicación y llevarla a cabo.

Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

El 41% de los padres afirma haber mantenido sólo una o dos entrevistas con los tutores o con alguno de los profesores de su hijo a lo largo del curso, y hay un 9% que no se ha entrevistado nunca con ninguno de ellos. Estos datos se desprenden de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación sobre la frecuencia con que los padres se comunican directamente con los profesores. Pero lo cierto es que cuanto más se implican los progenitores, mayor es la autoestima de los niños y mejor rendimiento escolar tienen. Por eso, el portal Entre Padres de EducaRed (www.educared.net/entrepadres) dedica el monográfico de este mes de octubre a la relación padres-profesores, con consejos para ambas partes y especiales sobre Ampas y tutorías.

La relación entre padres y docentes a menudo resulta complicada, ya sea por la dificultad de sincronizar la agenda laboral de los padres con el horario de las escuelas, o por la desconfianza que muchos padres predisponen en las reuniones o tutorías con los profesores de sus hijos. Sin embargo, una comunicación fluida entre ambos ayuda a tener la información de cuáles son los objetivos que se pretenden conseguir, de los métodos que se utilizan y del modo en que se desarrollan los procesos formativos y educativos.

Se trata pues de compartir responsabilidades y trabajar conjuntamente de una forma coordinada en los siguientes aspectos educativos: enseñanza de valores, normas y costumbres; desarrollo de habilidades para la vida; educación en destrezas básicas para el aprendizaje, y transmisión de normas y responsabilidades.

No obstante, los expertos recomiendan implicarse en la escuela desde un término medio, no pasarse por un extremo ni por el otro. Esto significa estar en contacto con los profesores, pero sin pretender estar un día sí y otro también requiriendo información del profesor sobre cómo va nuestro hijo, porque puede resultar agotador. 

CONSEJOS
Algunas pautas para los padres para conseguir una buena comunicación son:
1. Considerad al tutor o profesor vuestro aliado: escuchadlo con atención y no le contradigáis a la primera. Muchos tutores cambian su punto de vista si ven en los padres una complicidad y una actitud positiva hacia su labor educativa.
2. Demostrad un interés real: utilizad lo que sabéis de vuestro hijo para demostrarle que estáis al tanto de cada día en el colegio, pidiéndole consejos, orientaciones.
3. Interesaros por la actitud de vuestro hijo y todo tipo de detalles: animadle a que os cuente su punto de vista y pedidle detalles: sus distracciones en clases, su falta de atención en esta u otra asignatura, sus materias favoritas, sus hábitos, sus amigos y sus relaciones, si es tímido en clase, si es extrovertido…
4. Contacto frecuente y fluido: ganaros la simpatía y la amistad de los tutores y profesores de vuestro hijo. Os permitirá mantener un contacto frecuente con aquellos que deben ser vuestros mejores aliados. Ellos van a ser determinantes en la educación de los niños.

Por su parte, los consejos para los profesores son:
1. Sensibilizad a los padres sobre la importancia de la colaboración con los profesores: transmitidles los valores que se van a trabajar durante el curso para promover que se lleve en casa una misma línea.
2. Implicad a los padres en la reflexión de las actividades de tutoría: pedidles opinión sobre temas a tratar, horario, metodologías, etc.
3. Ofreced a los padres propuestas reales de colaboración con ellos: proporcionadles información sobre temas educativos que les afecten y recursos de interés, como juguetes, libros, webs…
4. Informad a los padres de centros y asociaciones que colaboran en la vida diaria del niño: ayudad a la creación y el trabajo de las Ampas, y combinad las charlas formativas a padres con profesorado del centro y externo.

Cepillo y pasta en la mochila

El nuevo curso escolar acaba de comenzar y si hay algo que los padres no deberían olvidar meter en la mochila de su hijo, aparte del material escolar, es un neceser con cepillo y pasta dentífrica. Sin embargo, todavía son muchas las familias en las que los hábitos de higiene bucodental no están arraigados.

Autor: Alejandra RODRÍGUEZ

Cabe recordar que en el interior de la boca habitan millones de bacterias. Algunas son beneficiosas y sirven para eliminar los restos de comida y azúcares responsables de las caries. Otras son dañinas y erosionan el esmalte dental, o se acumulan peligrosamente dando lugar a la placa bacteriana, una formación dura que se asienta en la base de los dientes y que puede llegar a dañarlos irreversiblemente.

Una higiene dental adecuada sirve para mantener el equilibrio de esta concurrida fauna y contribuye a que los dientes, encías y lengua estén limpios y, lo que es más importante, sanos. Y es que una boca abandonada puede constituir la puerta de entrada de microorganismos responsables no sólo del mal aliento, sino también de enfermedades gastrointestinales, respiratorias e, incluso, cardiacas.

Por todo ello, es especialmente importante inculcar a los chavales unos buenos hábitos higiénicos bucodentales, ya que les serán muy favorables en su edad adulta.

LIMPIEZA                                                                                                                                                                                                      Estas pautas de limpieza deben comenzar a los 6 meses de edad. En este periodo y hasta los 2 años aproximadamente, los padres son, lógicamente, los encargados de esta tarea (mediante el uso de una gasa o un cepillo especialmente diseñado para las delicadas encías del bebé).

Sin embargo, progresivamente, el niño será el que deba tomar las riendas, siempre bajo la supervisión de los adultos, que deberán recordarles los beneficios de mantener la boca limpia. Para hacer la tarea más sencilla existen en el mercado multitud de pastas con sabores agradables y desarrolladas según la etapa de crecimiento del pequeño (encías, dientes de leche, dientes definitivos…).

También los cepillos se han adaptado a las pequeñas bocas infantiles. De esta manera, y aparte de sus divertidos diseños, estos dispositivos están provistos de cerdas mucho más suaves, así como cabezales de menos tamaño para llegar a los lugares menos accesibles y mangos ergonómicos más fáciles de sujetar para el niño. Es más, incluso los cepillos eléctricos se han amoldados a los usuarios de menor edad.

Además, hay que tener en cuenta que los molares y los premolares de los pequeños de la casa presentan surcos muy marcados por la falta de desgaste. En estas hendiduras se acumulan restos de comida muy difíciles de eliminar. El sellado de estas zonas mediante una fina película acrílica que se adhiere a la superficie del diente evita la formación de caries.

PARA UNOS DIENTES SANOS
• CONSTANCIA. Los niños deben aprender a cepillarse los dientes después de cada comida. Si comen en el colegio llevarán un neceser con lo necesario para lavarse los dientes fuera de casa.
• COMPLETO. Hay que insistir en que la higiene bucodental no concierne únicamente a las piezas dentales. Las encías, la lengua y la cara interna de las mejillas también están incluidas.
• SUPERVISIÓN. Aunque el niño debe ir aprendiendo a cepillarse solo, los adultos deben supervisar esta tarea.
• revisiones. Desde los 3 ó 4 años y una vez cada 12 meses, los peques deben ir al dentista para detectar y tratar posibles anomalías, tanto relativas al cuidado de la boca como a la formación de la mordida.
• DIVERSIÓN. Mediante cepillos divertidos, colores llamativos y pastas con buen sabor lograremos que lavarse los dientes sea agradable.
• DAR EJEMPLO.  Si los padres se cepillan los dientes al mismo tiempo que sus hijos lograrán que éstos se habitúen.
• NI MUCHA NI POCA.  La pasta dentífrica no debe colocarse en exceso en el cepillo, ya que puede afectar a los dientes.

 

Jornada de Buenas Prácticas para la infancia en el uso de las Nuevas Tecnologías

Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

El próximo martes 28 de octubre tendrá lugar en Madrid la Jornada de Buenas Prácticas para la infancia y la adolescencia en el uso de Nuevas Tecnologías, que organiza el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la entidad pública Red.es, y el Ministerio de Educación para promover el uso responsable de las TIC entre los más jóvenes.

El reto de educar a los chavales de la generación digital se debatirá en esta jornada que busca mostrar nuevas opciones para que los menores hagan un uso de las TIC con garantías, en consonancia con sus necesidades e intereses y al amparo de la Convención sobre Derechos del Niño.

Más información en www.chaval.es.

Festival de cine para la infancia y la juventud

Autor: Sergio LEÓN LACAVE

El próximo mes de noviembre tendrá lugar en Madrid el V Festival Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud (FICI) que organiza cada año Tambor de Hojalata, una asociación centrada en la divulgación y defensa del audiovisual entre los más jóvenes. Una peculiaridad de este certamen es que el jurado va a estar compuesto por niños y adolescentes de la Comunidad de Madrid, de entre 8 y 17 años,  elegidos a partir de los participantes en un concurso de selección convocado por el propio festival. Si quieres que tus hijos o alumnos participen y opten a tener la experiencia de ser jurados cinematográficos por unos días, infórmate en las bases en www.fici.info o llamando al 91 522 89 76.

Ocio, drogas y Rock and Roll

La media para empezar a fumar porros ya está en los 14 años, mientras que el consumo de cocaína entre adolescentes se ha cuadruplicado en la última década. Y es que, según datos de la recién presentada Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España, la cocaína es la que más resiste las campañas antidroga: un 1,6% de la población la ha consumido durante los últimos 30 días (adicción frecuente).

Autor: JOSÉ ANTONIO MÉNDEZ

Cae la noche en las calles de Madrid. Es sábado, en pleno mes de octubre, y aún no han dado las diez. Aunque no han llegado los primeros fríos, la cercanía con Ciudad Universitaria refresca el ambiente. La música de los locales cercanos, el humo de los cigarrillos y el murmullo de los grupos que hacen botellón van caldeando la noche. Diego tiene 18 años y un porro entre los dedos. “¿Que por qué fumo porros? Empecé a fumar hace un par de años y sigo. Te da un puntillo, te lo pasas bien, sabe bueno… Vale que empecé un poco por hacerme el machito con las pibas, pero ya no lo hago por fliparme. Es que tus colegas te ofrecen, estás de fiesta y, al final, pillas”. A su lado, Jesús asiente: “Es lo típico, algún colega lo saca y terminas por probar. Al principio, si dices que no, te presionan un poco, en plan ‘no seas mariquita’, si no pasa nada…” A 50 metros, otro grupo de adolescentes intercambian risas y tragos de alcohol en un vaso de mini. “Yo fumo tabaco, pero si se pone un porro por delante, pues también. Lo justo para cogerte el puntillo y estar bien. Las tías fumamos antes que los tíos, y más…”, dice Irene. Lo cierto es que sólo basta caminar entre los grupos que están sentados en los bancos aledaños para darse cuenta de que, junto al omnipresente alcohol, en casi todos se respira el característico olor de la marihuana. Son los nombres propios que se esconden tras las cifras; los rostros jóvenes de unas estadísticas preocupantes.

Según el Observatorio Español Sobre Drogas, casi el 30% de los estudiantes son consumidores anuales de cannabis, la droga de los famosos porros. Además de estos consumidores esporádicos, dos de cada diez adolescentes de entre 14 y 18 años confiesan haber fumado porros en el último mes. Algo que no extraña, si se tiene en cuenta que la edad media de iniciación al consumo de cannabis se sitúa en los 14. En total, más de 48.000 adolescentes españoles lo consumen con tanta frecuencia que corren el riesgo de engancharse. En cuanto a la cocaína, la Encuesta Escolar 2006-07, elaborada por el Ministerio de Sanidad, revela que, aunque el porcentaje de consumo entre los 14 y los 18 años ha pasado del 7’2% en 2004 al 4’1% en 2007, las cifras de menores de edad que consumen esta droga se ha cuadruplicado en una década. Por si esto fuera poco, las estadísticas muestran que el consumo se combina con alcohol y tabaco. Algo que se puede confirmar con un vistazo a Diego, Jesús, Irene y sus amigos.

LIGADO AL OCIO

Ignacio Calderón, presidente de la Fundación Ayuda contra la Drogadicción (FAD), asegura que “existe una relación íntima entre el consumo de drogas y el ocio. Los jóvenes han tomado como propio el territorio de la noche, donde cada vez hay más drogas, porque tienen que mantenerse activos durante horas”. Nuestro joven Diego ratifica sus palabras: “Siempre que hay fiesta, hay alcohol. Y si hay alcohol, suele haber porros”.  En efecto, como señala Calderón, “el patrón de conducta en adolescentes es el del policonsumo. No sólo se ingiere alcohol, sino que se combina con cannabis, cocaína y drogas de diseño, generalmente pastillas. Esto multiplica los riesgos. Sobre todo porque surge el fenómeno de las ‘compensaciones’, es decir, para reducir el bombazo que produce una droga, se utiliza otra”. La última moda en adolescentes –que por su edad desconocen la imagen del toxicómano de los 80–, es el uso de la heroína, aunque no por vía intravenosa, sino combinada con tabaco.

“Conseguir droga es más bien fácil. A mí me han ofrecido pastillas y MDMA, pero paso. Otros colegas han caído, pero yo no. Mis padres me dan 20 euros cada finde, y me gasto 10 en porros. Si me quedo sin dinero, a veces le cojo a mi madre sin que se dé cuenta. Eso sí, como se enteren de que fumo petas, me crujen. Aunque los porros no son tan malos. La coca y las pastillas sí, pero un peta…” La imagen que Diego describe es la que comparten miles de adolescentes: cercanía de otros consumidores, padres que desconocen el consumo y una visión laxa frente al peligro de las drogas. Por eso, como dice el presidente de la FAD, “lo más importante es prevenir y educar en valores como el autocontrol. Cuando un padre sospecha de que su hijo consume, tiene que saber qué consume y desde cuándo. Nunca ponerse histérico ni abroncar al chaval cuando está bajo el efecto de esas sustancias, porque no se entera. Las drogas están al alcance de casi todos, por eso los padres tienen que detectar conductas de riesgo y actuar con responsabilidad”. Conocer los riesgos de las drogas y los hábitos de sus hijos son estrategias que pueden salvarles de ser uno de los miles de adolescentes que terminan la noche del fin de semana en urgencias (en 2005, casi el 30% de las urgencias por consumo de drogas estaban relacionadas con el cannabis, y el 67% con cocaína). Porque, cuando hay drogas de por medio, la diversión puede matar.

LO QUE DICEN LOS PADRES
En www.padresycolegios.com, os hemos preguntado qué habéis hecho al descubrir que vuestros hijos fumaban porros. Éstas son algunas de las respuestas que han llegado a nuestra sección de Hasta en las mejores familias:
• “Yo he pasado un poco del tema porque creo que mientras sea eventual no es grave”. Carla (Cuenca).
• “Hay cosas peores. Prefiero un porro al alcohol”. Cati (Mallorca)
• “Cuando pillé a mi niña, se me vino el mundo encima. Pensé en castigarla, pero no iba a solucionar nada. La llevé a comer, y aproveché para sacar el tema. (…) Me di cuenta de que lo que podía hacer era tener estas conversaciones más a menudo, para reforzar su personalidad; que poco a poco y sin imposiciones, se diera cuenta de que hacer eso no va a aportarle nada positivo y conlleva riesgos. Que probara a decir no”. María (Madrid).

 

EFECTOS Y RIESGOS DE CADA SUSTANCIA
El Ministerio de Sanidad ha editado una guía sobre los efectos de las drogas en adolescentes. Algunas de sus advertencias son útiles para los menores, y también para esos padres que minimizan la importancia de que su hijo consuma “sólo los fines de semana”:
• El cannabis provoca problemas de memoria y aprendizaje; peores resultados académicos y abandono prematuro de los estudios; entre el 7 y el 10% de los que lo prueban tienen problemas de dependencia; trastornos emocionales (ansiedad, depresión, nerviosismo, disminución del apetito y dificultades para dormir); enfermedades bronco-pulmonares y riesgo de cáncer, pues se fuma sin filtro; abandono del grupo de amigos no consumidores; desinterés por actividades que no tengan relación con el consumo.
• La cocaína entraña riesgo de adicción; alteraciones cardiovasculares y neurológicas: infarto de miocardio, hemorragias cerebrales, trombosis…; cambios bruscos de humor, depresión, agresividad e insomnio; paranoia, alucinaciones y psicosis. Cuando se mezcla con alcohol, el organismo la convierte en etileno de cocaína, cuyo efecto en el cerebro es mucho más duradero y tóxico.
• Las drogas de diseño pueden provocar envenenamiento; “golpe de calor” que deriva en un fallo renal; depresión, ansiedad y trastornos psicóticos; alucinaciones visuales y auditivas; ataques de pánico y dependencia.

 

HE PILLADO A MI HIJO, ¿QUÉ HAGO?
En la guía del Ministerio de Sanidad también se recogen pistas para detectar si nuestro hijo consume drogas, y cómo reaccionar ante tan desagradable sorpresa:
• Estar atento a los signos visibles que pueden indicar consumo de drogas:
1. Cambios bruscos en el cuidado y aseo personal.
2. Disminución del rendimiento escolar o abandono de los estudios.
3. Cambios radicales en la estética.
4. Trastornos del sueño.
5. Pérdida de peso o apetito excesivo
6. Aislamiento físico.
7. Disminución de la comunicación verbal y afectiva.
8. Empobrecimiento del vocabulario.
9. Abandono de aficiones e intereses.
10. cambios de humor y perdida de responsabilidad.
• En caso de sospecha fundada o evidencia de consumo: dialogar; dar la importancia justa, sin dramatizar ni minusvalorar; creer lo que se ve, sin negar la evidencia; confrontar con la pareja, sin encubrir; mantener el autocontrol emocional y mostrar afecto; actuar como ante una persona con problemas, no como ante “un problema”; no utilizar el castigo como único recurso, ni criticar de forma continuada su comportamiento; buscar ayuda de profesionales y dedicar tiempo y atención a su hijo.

 

Cuando 2×2 no son 4

Aunque casi un 6% de la población infantil padece esta dificultad de aprendizaje, lo cierto es que en algunos casos aún se sigue tomando como natural. No desesperes, es reeducable.

Autor: MARTA SAHELICES

¿Tu hijo utiliza los dedos para realizar operaciones asimétricas complejas? ¿Saca buenas notas en todas las asignaturas menos Matemáticas? ¿No es capaz de realizar seriaciones de números ni copias de cifras? Es probable que padezca una dificultad en el aprendizaje del cálculo denominada discalculia. No te asustes, con un buen diagnóstico, además de un tratamiento reeducativo adaptado, es casi seguro que el niño sea capa de superar esta disfunción.

Los síntomas de este trastorno suelen observarse en edades tempranas del aprendizaje (los primeros cursos) y tal y como explica el doctor en Psicología del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología de la Clínica de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona Josep Mª Serra Grabulosa, la detección inicial “debe realizarse en la escuela”. De hecho, suelen ser los profesores los que observan que los pequeños muestran dificultades en la comprensión de los conceptos numéricos, intentan solucionar sumas o restas de dos operandos con los dedos y, además, su nivel de CI normal y su rendimiento en el resto de materias es correcto. Sin embargo, el doctor en Psicología apunta que “el bajo rendimiento en Matemáticas puede estigmatiza a los niños influyendo negativamente en su rendimiento global”, de ahí que sea tan importante la detección precoz de este trastorno.

Por otro lado, cabe destacar que esta dificultad aparece asociada a otros tipos de alteraciones del desarrollo como la dislexia y los déficit de atención (hiperactividad), entre otros. En el caso de la dislexia, Serra Grabulosa ha detectado esta conexión –que sucede en el 30% de los casos aproximadamente– tras observar la existencia de un déficit de sustancia gris en la región temporoparietal del cerebro, resultado de un proceso madurativo incompleto de esta región. La relación con la hiperactividad es similar, e incluso en ocasiones los niños presentan problemas de orientación y lateralidad (derecha-izquierda).

Este experto recomienda a los padres, en primer lugar, tranquilizarse, ya que al igual que con los déficits de lectoescritura, una buena reeducación permite superar este déficit del aprendizaje; y, en segundo lugar, les insta a buscar un profesional especializado que realice un buen diagnóstico y enfoque la reeducación específicamente y en función de las necesidades de cada niño, pues no es suficiente con unas clases de Matemáticas extra.

Entre un 3 y un 6% de la población infantil padece esta disfunción, según datos del proyecto de la Universidad de Barcelona La discalculia del desarrollo, aunque en ocasiones muchos de los casos se enmascaran tras la aceptación social en nuestro país del mal rendimiento en Matemáticas, motivo por el que es necesario conocer mejor sus síntomas y tratamientos. Así, desde la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona invitan a aquellos padres que hayan detectado este problema a participar en su investigación, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación y tiene por objetivo localizar las bases cerebrales de la discalculia gracias a un convenio con el Hospital Clínico de Barcelona y mediante técnicas de neuroimagen inocuas. Más información llamando al tlf. 93 312 50 51 o escribiendo a discalculia@discalculia.es.

CÓMO DETECTAR LA DISCALCULIA
• El pequeño es muy lento a la hora de adquirir las operaciones básicas de sumas y restas.
• Puede asociarse a la hiperactividad.
• No responde a las actividades de seriación y clasificación numérica.
• Utiliza los dedos para intentar resolver operaciones aritméticas complejas.
• Presenta dificultades en lectoescritura (en el 30% de los casos).
• Su rendimiento en otras áreas es correcto.

 

ACTIVIDADES PARA CASA
• Intenta despertar su curiosidad hacia los números.
• Los ejercicios han de ser divertidos y constantes.
• Es necesario reeducar conceptos como la noción de cantidad, enseñar los principios de la cantidad, orden, tamaño, espacio y distancia desde el principio.
• Utiliza ejercicios basados en la percepción visual.

Accede a la web de la discalculia pinchando aquí.

Mi hijo es una isla

¿Por qué no contesta? Ésta es una de las preguntas que comienzan haciéndose muchos padres ante la falta de respuestas de sus pequeños. Unas veces la incomunicación se da fuera del ámbito más íntimo o en situaciones concretas; otras no depende tanto del contexto como del niño. Mientras, crecen las dudas de los padres sobre lo que puede estar pasándole a su hijo.

Autor: Laura Gómez Lama

“Tengo un hijo de 13 años que, según algunos médicos, tiene síndrome de Asperger. Actualmente no está escolarizado, ya que en ningún colegio lo aceptan a pesar de que académicamente responde muy bien. Suma, resta multiplica, divide, lee, escribe… El problema es que se pone agresivo, se deprime y llora con facilidad, no le gusta compartir con ningún niño, siente mucho miedo y dice incoherencias. Lo más triste es que mi hijo no era así. Cuando era muy pequeño era un poco distraído en clase y algo hiperactivo, compartía con los niños y podía pasar varios días de vacaciones con la familia. Ha pasado por los mejores especialistas, pero cada día está peor y sufre mucho porque es muy consiente de todo”. Ésta es la llamada de auxilio de una de nuestras lectoras, que nos pedía información sobre este trastorno, por lo que PADRES se puso en marcha para tratar de despejar sus dudas sobre este síndrome que en ocasiones se confunde con el autismo de Kanner, al que por lo general conocemos como autismo.

Ambos casos están clasificados, según el manual de trastornos específicos elaborado por el catedrático de Psicología de la Salud Miguel A. Simón y el profesor de Psicopatología Vicente E. Carballo, dentro de los trastornos que se caracterizan fundamentalmente por el deterioro de la interacción social, entre los que también se encuentran la timidez extrema y el mutismo selectivo.

“La característica común del mutismo selectivo, el autismo y el síndrome de Asperger es que en los tres casos se tienen problemas relacionados con la comunicación, pero tanto los motivos que los originan como el aspecto que está comprometido son diferentes”, explica la psicóloga infantil Paloma Méndez de Activa Psicología. “Es posible confundir estos trastornos, sobre todo el autismo de Kanner y el síndrome de Asperger, por lo que es fundamental que un especialista determine el problema.

En el caso del mutismo selectivo, éste sólo se da en un área determinada, por tanto es más fácil de identificar –continúa Méndez–. Tanto el autismo como el síndrome de Asperger se enmarcan dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD), y tienen una base genética, mientras que el mutismo selectivo está originado por causas psicológicas”, aclara la especialista.

PRINCIPALES DIFERENCIAS
Para analizar los problemas relacionados con la comunicación debemos tener en cuenta tres aspectos que intervienen:
• La comunicación o intención comunicativa.
• El lenguaje o código que se utiliza.
• El habla o expresión oral del lenguaje.

Efectivamente, como le ocurre al hijo de  nuestra lectora, en el trastorno de Asperger no hay un retraso general del lenguaje clínicamente significativo, ni del desarrollo cognoscitivo ni de las habilidades de autoayuda. Sin embargo, tanto en el autismo de Kanner como en el síndrome de Asperger están afectados los tres componentes de la comunicación: la intención comunicativa, el código y el habla. Por lo que, de forma general, podríamos decir que ambos trastornos comparten sintomatología, “si bien en el de Asperger la intención comunicativa no suele estar tan alterada y se suele asociar a autismos de alta capacidad, con un nivel intelectivo –capacidad de entender– mayor”, añade Paloma Méndez.

El mutismo selectivo, sin embargo, es un problema en el habla, conservando tanto la intención comunicativa como el lenguaje. Pese a ello, las consecuencias de no resolver este trastorno de forma adecuada pueden llegar a ser altamente incapacitantes para el niño, llevándole al aislamiento, al rechazo de los demás niños, la burla y la carencia de las habilidades sociales necesarias para defenderse. Incluso puede sufrir la reducción a mínimos del rendimiento escolar. Algunos niños que padecen este trastorno son llevados a centros específicos de educación especial, limitando aún más sus posibilidades de desarrollo en cuanto a conducta.

AUTISMO: ¿Tengo la culpa de que mi hijo sea así?
• El origen del autismo se desconoce en la mayoría de los casos, pero muchos investigadores creen que es el resultado de algún factor ambiental que interactúa con una susceptibilidad genética. Algunos autores como el propio Kanner apuntaron hacia los padres fríos, distantes, obsesivos y perfeccionistas como un factor causal de este trastorno. Sin embargo, esas teorías han sido desechadas por otros autores y esta actitud parental se explica como consecuencia del estrés que genera la conducta de sus hijos.
• El proceso se inicia en los niños antes de los 30 meses.
• El desarrollo social del pequeño se ve alterado de manera que éste no se corresponde con el de su edad.
• Se aprecia un retraso o anomalía en su desarrollo lingüístico.
• Existe en estos niños una insistencia en la identidad que se manifiesta en conductas repetitivas –adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales–, juegos estereotipados –sacudidas de manos, retorcer los dedos…– y resistencia al cambio.
• En cuanto a las diferentes conductas que puede presentar un niño autista, existen cuatro grupos: el niño con escaso desarrollo del lenguaje y movimientos estereotipados, el severamente incapacitado con retraso severo o profundo, el retraído pero con capacidad de respuesta, y el que se resiste al contacto social siendo activo.
• Ausencia de conductas de relación no verbal, como la mirada a los ojos, la expresión facial o las posturas y los gestos para regular la interacción social.
• Afecta a cuatro niños por cada niña y se encuentra la misma proporción de casos de autismo en todas las clases sociales y en las diferentes culturas estudiadas.

 

MUTISMO SELECTIVO: De repente no dice ni ‘mu’

• En 1877 el doctor Kussmaul describe por primera vez el mutismo selectivo como un trastorno de la conducta en el que el niño fracasa al intentar hablar en determinadas situaciones, pese a tener plena capacidad.
• Aparece entre los 3 y 5 años, con el inicio de la escolarización o tras situaciones estresantes como una hospitalización o un cambio de residencia. Si no se soluciona tras el período de adaptación, el silencio se generaliza ante personas o situaciones extrañas. También puede producirse de forma progresiva, partiendo de una timidez excesiva.
• Pueden darse varios casos: que el niño hable dependiendo del lugar en que se encuentra, que hable exclusivamente a ciertas personas, o bien que sólo hable con ellas en función del lugar. También es común que el pequeño se comunique de manera espontánea con algún amigo íntimo y/o un familiar.
• Estos niños se aíslan socialmente para evitar de forma pasiva las situaciones que le provocan ansiedad. Además, se ha observado cierta relación entre niños con mutismo selectivo y adultos que posteriormente desarrollan fobia social.

 

SÍNDROME DE ASPERGER: No entiendo qué es lo que le pasa
• El término fue utilizado por primera vez por Lorna Wing en 1981 en honor a Hans Asperger, un psiquiatra y pediatra austríaco cuyo trabajo no fue reconocido internacionalmente hasta la década de 1990.
• El origen de este trastorno es biológico. Las últimas investigaciones apuntan a un problema genético que afecta al funcionamiento del hemisferio derecho del cerebro.
• Al igual que los niños autistas, quienes padecen el síndrome de Asperger sufren alteraciones en la interacción social y patrones de comportamiento que se manifiestan de la misma manera que en los casos de autismo de Kanner. Sin embargo, no presentan un retraso general del lenguaje clínicamente significativo.
• Tampoco es relevante para su diagnóstico el retraso intelectual ni de las habilidades propias de su edad, así como la falta de curiosidad durante la infancia o un comportamiento adaptativo distinto del descrito respecto a las habilidades sociales.
• Carecen de empatía y tienen una especie de ‘ceguera emocional’, que puede impedirles incluso descifrar el significado de una sonrisa.
• El niño con Asperger es incapaz de leer entre líneas y si su maestra le pregunta irónicamente ‘¿se te ha comido la lengua el gato?’, el pequeño permanecerá silencioso tratando de decidir si debe explicar que él no tiene gato y que los gatos no comen las lenguas a los niños.
• Evitan el contacto visual, por lo que aumentan su incomunicación emocional causando un mayor deterioro social, escolar y en otras áreas que afectan a la vida del niño y posteriormente a la del adulto. Sin embargo, algunos pacientes son capaces de aproximarse a un nivel de normalidad en sus habilidades de comprensión e interpretación de señales no verbales.
• Muchas personas relacionan el síndrome de Asperger con la superdotación, pero no se diferencian del resto en lo que respecta a su cociente intelectual. Lo que ocurre es que su cerebro se concentra intensamente en temas específicos, lo cual puede ser interpretado como una cualidad especial. Es por ello que Hans Asperger llamó a sus niños ‘pequeños profesores’, debido a que con sólo 13 años conocían el área que les interesaba al nivel de un profesor universitario.
• Al no ser capaz de entender las sutiles pistas de la comunicación, el niño o adolescente con Asperger con frecuencia se siente confundido por no ser capaz de comprender en qué se equivoca, afectando también a su relación con los padres. El resultado final de esta frustración es frecuentemente un mayor aislamiento.

Accede al Manual de apoyo a la detección de los trastornos del espectro autista elaborado por Autismo Burgos pinchando aquí

Mediación familiar

La mediación familiar gana terreno, tanto en la sociedad como a través de la legislación sobre familia. Sin embargo, existen dos enfoques fundamentales, no tanto metodológicos como de postura ante la separación: un enfoque ´terminal´ (ayudar a separarse bien) y otro más conciliador.

Autor: José M. Lacasa

La mediación familiar es un concepto que surge en el mundo anglosajón en los años 70 cuando, una vez puestas en marcha sendas leyes de divorcio en EEUU y Gran Bretaña, los juzgados de familia se ven colapsados tanto por la avalancha de casos como por la duración de los mismos. La mediación trató en ese contexto de ayudar a las parejas a “separarse bien”, sin traumas.

Lisa Parkinson, mediadora familiar británica con más de 30 años de experiencia, nos cuenta cómo las leyes de divorcio en aquel entonces hablaban de “progenitor custodio” y “progenitor no custodio”, en vez de hablar de “responsabilidad parental”, lo que favorecía el enfrentamiento por la custodia. Es una de las principales representantes de la mediación ‘terminal’.

AVALANCHA

La mediación familiar que defiende este concepto gana terreno en España, donde se ha reproducido una situación similar de saturación de los juzgados de familia. Sin embargo, otros mediadores defienden un concepto más evolucionado de mediación.
Ignacio Tornel trabaja en Madrid como mediador familiar (www.mediacionenfamilia.com), además de ser colaborador habitual de PADRES. Tornel defiende una idea más amplia de la mediación, no sólo terminal, sino de ayuda a las parejas para superar sus problemas. En su opinión, “todo el mundo quiere triunfar en su matrimonio, en su vida de pareja”, aunque a veces los problemas cotidianos nos hagan creer que estamos en situaciones sin solución. Parte de la base de que la posibilidad de acabar con la relación y pedir el divorcio “siempre está ahí”, y por tanto hay que trabajar desde el punto de vista de intentar solucionar los problemas antes de terminar con el proyecto de pareja.

Hay que tener en cuenta que los hijos también participan de este problema: aunque algunos estudios advirtieron hace años de que una situación de conflicto declarado entre los cónyuges puede ser perjudicial para los niños, artículos más recientes ya hablan de “daños colaterales” de la separación, tanto a corto como a largo plazo. Por ejemplo, el informe Trastorno de ansiedad por separación en hijos de padres divorciados, realizado recientemente por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (Elche) y la Universidad de Murcia, revela que “los niños que han vivido una ruptura conyugal presentan niveles de ansiedad más elevados que los niños cuyos padres permanecen unidos”.

Tornel reconoce que su postura es minoritaria entre los especialistas en mediación, pero se ve apoyada por legislaciones autonómicas recientes, que abren camino a un enfoque más integral del problema.

LISA PARKINSON
• Lisa Parkinson, mediadora inglesa de fama mundial, estuvo este verano en los cursos de El Escorial organizados por la UCM. Su ponencia se tituló “La mediación familiar. Retos y propuestas”. Es autora de uno de los manuales de referencia: Mediación familiar. Teoría y práctica: principios y estrategias operativas.

• Parkinson es mediadora desde hace 30 años. Cuando habló con PADRES nos contó que en los años 70 en Gran Bretaña la propia legislación sobre divorcio “era dañina, muy destructiva”, y en ese contexto surge la mediación familiar.

• Parkinson reconoció que la mayor parte de sus clientes venían derivados de un bufete de abogados, y que por tanto el porcentaje de parejas que no se rompían tras la mediación era muy escaso. Para esta experta, “la cuestión no es si se separan o no, sino cómo se separan. Ese es el punto principal”. Su enfoque es facilitar una separación sin traumas.