Cómo educar en dos (o más) idiomas

Durante las últimas décadas, los idiomas han ocupado el primer plano para afrontar el mundo. Pero, cuando la aldea global lleva a tus hijos a nacer en una torre de Babel desde la más tierna infancia, ¿cómo hacer que el aprendizaje sea un 'plus' y no una causa más de confusión?

Criar a un niño nunca es sencillo. Pero cuando a los problemas habituales se añaden diferentes formas de decirle 'no', el miedo a hacerlo mal aumenta entre los padres. La principal pregunta es ¿lo estamos haciendo bien? "Sí, lo estáis haciendo genial", afirma la doctora Naomi Steiner en su libro Siete pasos para educar a un niño bilingüe, donde insiste en que "no es fácil pero es importante intentarlo porque, aunque tu hijo no hable perfecto español o inglés ahora, lo hará".

Perseverar es uno de sus siete pasos con los que promete una coexistencia idiomática feliz y, sobre todo, próspera para el pequeño. "Si fuera de casa habla siempre español, en casa tendremos que hablarle todo el tiempo inglés para hacer que su tiempo se divida a partes iguales", comenta la pediatra, especializada en evolución y comportamiento infantil. Pero ¿cómo dividir el tiempo DENTRO de casa?

Un Padre-Un Idioma (One Parent – One Language) es uno de los sistemas más populares, que permite predeterminar un espacio de tiempo para cada idioma -el que está con cada padre- a la vez que mantiene la relación directa con ambos padres -sin preferencias o un mayor nivel de intimidad con aquel que comparte el idioma mayoritario que habla en el colegio-. "Hablar con tu hijo en tu idioma materno le da consistencia a su aprendizaje porque lo haces todo el tiempo y ahí marcas el período: siempre." De esta forma, verán el hablar en uno u otro idioma como la forma normal de comunicarse con sus padres y no como los deberes del fin de semana.

¿Y si son más de dos?

Sólo en la Unión Europea se hablan 20 idiomas, ¿os parece imposible juntar cinco en una casa? Difícil, puede. ¿Imposible? Cada vez menos. Es el caso de Mairu.

Ester (catalana) y Mikel (vasco) son padres de Mairu, una niña que, con tan sólo cuatro años y medio, tiene en su bagaje cultural cuatro idiomas. Ha vivido en el País Vasco sus primeros meses de vida, en Irlanda sus primeros tres años y ahora con casi cinco años se encuentra sumergida en la adaptación al catalán -ya entiende y contesta a las preguntas- desde que cambiaron su residencia a Barcelona, hace un año.

La adaptación a un idioma nuevo no fue tan sencilla desde el principio. Viviendo en Irlanda, toda la responsabilidad de la enseñanza del euskera y del castellano recaía únicamente sobre ellos, que además empleaban parte de sus fuerzas en intentar que Mairu se adaptara al inglés. "Su padre le habla euskera y el entorno era anglosajón; me preocupaba notar que su castellano era más pobre igual que ha Mikel le preocupa ahora sentir una regresión en las expresiones de Mairu en euskera. Empezamos a investigar y nos dijeron que el idioma materno no se pierde nunca. Y decidimos que siempre le hablaríamos cada uno en el idioma que consideramos nuestro".

El método OPOL se ha convertido en la norma de la casa. "A veces su aprendizaje pasa por fases más lentas o más rápidas en uno de los idiomas hasta que, de repente, da un salto cualitativo. Recuerdo cuando, tras ocho meses en Irlanda, me llamó su profesora para contarme que al fin había usado una frase en inglés para pedir un juguete. Ese momento fue muy importante para ella porque consiguió emplear un idioma con una función: para satisfacer una necesidad personal; es decir, empezó a comunicarse", comenta Ester orgullosa.

¿Debe mantenerse el método OPOL en cualquier situación? "Al principio yo lo hacía mal. Me tomé tan en serio el hablarle siempre en castellano que cuando estábamos en Irlanda con más gente les hablaba a los demás niños en inglés y a ella en castellano. Un día, un amigo me dijo que en esos casos él cambiaba el idioma con su hijo porque estás generando una dinámica nueva en un grupo distinto", dice. Sin querer, estaba aislando a Mairu del resto de los niños.

Pero hay que enseñarle al pequeño que -igual que sus padres- debe ser capaz de cambiar el chip en función de lo que necesite pero siempre sabiendo qué idioma está hablando, marcando periodos y límites.

Arrastrando los conflictos culturales: el drama del idioma minoritario

Guy nació en Bélgica y residió a partes iguales en Bruselas, Madrid y Londres. Todo eso sumado a la lengua de sus padres y abuelos: el kirundi -propio de Burundi-. "En casa siempre hemos hablado el francés. Estar en Bélgica pero venir de Burundi fue un gran condicionan para mis padres, que tuvieron que enfrentar algún que otro caso de racismo contra ellos", comenta Guy, que nunca ha sufrido ese tipo de situaciones. "Tenían miedo a que yo no me integrara bien, a que se me notara el acento o no estuviera al nivel de la clase en el colegio… Así que nunca me hablaron en kirundi". Actualmente, Guy difícilmente puede comunicarse con sus abuelos.

El caso de Cansu es similar, otro ejemplo de confluencia de culturas y lenguas. De padres turcos y residente en Londres, ha crecido hablando turco en casa y lo ha compaginado con los idiomas que ha aprendido debido a sus ciudades de residencia: inglés en Londres y francés en Bélgica. "Mi padre vivía en Turquía así que difícilmente me comunicaba con él en francés. Y, aunque mi madre tiene nociones de francés, siempre he hablado turco con ella. Curiosamente, su lengua materna no es el turco, sino el kurdo. Lamentablemente, fue prohibido Turquía durante años por cuestiones políticas y nunca me lo enseñaron. Ahora me he apuntado a clases de kurdo; quiero recuperar la parte de mis raíces que me falta y que me une más a mis abuelos", dice Cansu.

Ambos casos cuentan con cinco idiomas en juego. Y en ambos sale perdiendo aquel de habla minoritaria. ¿Casualidad o síntoma? La mayoría de padres en estas situaciones reconocen que sus hijos no están suficientemente expuestos al idioma con menos hablantes o incluso a aquel que no corresponde a su país de residencia. Eso hace que muchos se pregunten si realmente es posible el plurilingüismo o si hablamos de poliglosia, donde un idioma tiene status de prestigio frente a los otros que son relegados a situaciones socialmente inferiores y limitadas, en su mayoría, a la oralidad.

Ayuda en la red

  • www.bilingualreaders.es es la web de una editorial, dedicada a publicar libros en inglés y español para niños. Iñigo Gil, co-creador del proyecto junto con su pareja Deanne (estadounidense), lo tiene claro: "Frente a lo que muchas veces se cree, sobre todo en Occidente, crecer en un entorno monolingüe no es lo habitual. El bilingüismo es una realidad, un hecho del que aprovecharnos para beneficiar a nuestras familias". Bilingual Readers ofrece opciones de lectura padres e hijos en sendos idiomas. Una de sus recomendaciones: Consigue que tu hijo sea bilingüe, de Bárbara Zurer.
  • www.spanglishbaby.com Bajo el lema Raising Bilingual Kids (educando a niños bilingües) esta web se orienta al consejo práctico a padres en apuros. Creada por dos periodistas latinas y madres de niños bilingües (español-inglés), organizan un foro de debate donde p
    uedes exponer tu caso. Y si buscas ayuda profesional, los miércoles es el día de Pregunta a un experto.

Ni Mary Poppins ni la señorita Rottenmayer

Dos modelos educativos parecen enfrentarse en los últimos meses en la educación occidental: el modelo Mary Poppins –la diversión y el entretenimiento a cualquier precio, también dentro de la enseñanza– o el modelo Señorita Rottenmayer: ordeno, mando y tú te callas y a obedecer, que es tu obligación. Todo esto ha provocado un interesante debate que merece la pena analizar.

Si hay algo complicado en esta vida es ponerse de acuerdo en las cuestiones relacionadas con la educación, constante fuente de debates y hasta de enfrentamientos. Se trata de un asunto que excede el ámbito doméstico y familiar y que pone en jaque a toda la sociedad. Y no sólo en España, donde aprobar leyes y rectificaciones se ha convertido en un deporte nacional. En Estados Unidos y en Gran Bretaña se ha levantado una enorme polvareda por cuestionar la educación que se imparte en estos países.

De entrada, resulta interesante que los debates educativos ocupen las primeras páginas de los medios de comunicación, pues es señal de que este asunto, capital por otra parte, importa a mucha gente. Es bueno, por tanto, aprender a debatir y a disentir también sobre lo que de una u otra manera se quiere imponer desde los poderes políticos.

Las madres tigre

En Estados Unidos, el inicio del estallido ha sido la publicación de un libro sobre educación, de esos que aparentemente no lee nadie. La autora, Amy Chua, es una profesora de la Universidad de Yale, de origen chino, que ha escrito Battle hymn of the tigre mother, donde se atreve a defender los métodos educativos orientales y cuestiona la manera de educar a sus hijos que tienen los padres y madres de los países occidentales.

Su mensaje es muy sencillo e indirectamente cuestiona también teorías, pedagogías, filosofías relacionadas con la educación que han tenido su momento de esplendor a lo largo del siglo XX en Occidente. Estas teorías han convertido al niño en el centro del proceso educativo, exagerando si cabe su bienestar psicológico, sus posibilidades, sus gustos y preferencias como la clave de cualquier sistema educativo.

Las teorías más atrevidas han afirmado que a los niños no hay que forzarles, que hay que dejarles que vayan a su ritmo, que no se les puede imponer nada. Una de las escuelas creadas con estos ideales aparece en una desternillante novela que ha sido publicada recientemente en España, La Tía Mame, del escritor norteamericano Patrick Dennis (Acantilado). En ella se cuenta cómo el pequeño Patrick se queda huérfano y tiene que ser educado por la excéntrica y extravagante tía, que lo primero que hace es enviar a su sobrino a una escuela libertaria donde los niños, nada más entrar, están desnudos en las aulas y en todo el colegio y hacen lo que se les antoja.

Oriente vs. Occidente

Deliberadamente, quizás para provocar y llamar la atención, Amy Chua exagera los defectos de la educación occidental, aunque, como suele pasar en este tipo de debates, parte de razón sí que tiene. Por contraste con la laxitud de los valores educativos occidentales y de los métodos que emplean los padres para educar a sus hijos, ella contrapone el modelo oriental, basado en la exigencia, la disciplina y el constante fortalecimiento de la voluntad. Los resultados que se obtienen con estos métodos ahí están: en el último Informe PISA los primeros lugares, con Finlandia, los ocupaban Hong Kong y la ciudad china de Shanghai. Para Amy Chua, los gustos y preferencias de los niños no deben tener ninguna relevancia (al contrario que en Occidente, donde los niños son los que mandan) y lo único importante es el esfuerzo que deben poner para superar con buena nota todos los obstáculos. Ese es su programa.

Pero, como suele decirse, en el punto medio está la virtud. Por muy buenos resultados que tengan los alumnos chinos y coreanos, sus métodos educativos son excesivamente férreos y deshumanizados, y no pueden trasladarse a la cultura occidental. Además, en el contexto actual, no parece que sean lo mejor para la educación de los niños. Junto con la cultura del esfuerzo y del sacrificio (ausente en muchos sistemas educativos, todo hay que decirlo), también deben impulsarse valores como la creatividad, el compañerismo, el trabajo en equipo, la solidaridad, el fomento de las inclinaciones artísticas y deportivas, etc.

Cambios en Gran Bretaña

¿Qué ocurre en la actualidad en muchos países occidentales? Entramos ahora a analizar por encima lo que está pasando en Gran Bretaña, donde el Gobierno ha publicado un Libro Blanco sobre educación que contiene las reformas urgentes que deben emprenderse para mejorar el nivel y la calidad del sistema educativo británico: en primer lugar, mejorar la preparación de los profesores; en segundo, estimular la autonomía de las escuelas; en tercero, modernizar el Plan de Estudios.

Este último asunto ha sido el que más polémica ha suscitado en la opinión pública. El Gobierno británico quiere cambiar el modelo y recuperar, como ha dicho Michael Gove, ministro de Educación, la “transmisión de conocimientos, hechos”. Muchos han interpretado esto como una vuelta al pasado; otros, una valiente decisión para que la enseñanza cumpla con sus auténticos objetivos de educar a sus alumnos. Para ello se propone eliminar el número de materias obligatorias (unas 14) y centrarse en aquellas asignaturas básicas como las Matemáticas, la Lengua, las Ciencias, las Humanidades y el estudio de los idiomas.

No parece, pues, que lo que propone el Gobierno inglés sea descabellado, pero este nuevo modelo cuestiona un tipo de enseñanza que se ha impartido (y exportado) durante muchos años en Gran Bretaña con unos resultados que no han sido los esperados. Para Michael Gove, “los laboristas han creado una atmósfera cultural tóxica que empuja a los alumnos a apuntarse a las asignaturas más fáciles y menos relevantes para la vida laboral”.

Una llamada de atención

La editorial Ariel ha publicado hace unos meses el ensayo Una llamada de atención, del profesor francés Philippe Meirieu, que tiene como subtítulo “Carta a los mayores sobre los niños de hoy”. El autor intenta dar respuesta a dos preguntas fundamentales: ¿Qué mundo vamos a dejarle a nuestros hijos? ¿Qué hijos vamos a dejarle al mundo?
Muchas ideas sugerentes contiene este libro, que contribuirán a engrandecer el debate que mencionábamos más arriba.

Copio un párrafo que me parece clarificador: “El trabajo del educador consiste en ayudar al niño a desplazar su satisfacción del logro inmediato a la búsqueda de lo que le permite comprender, aunque tenga que perder tiempo, tantear, buscar informaciones poco accesibles, enfrentarse a la angustia de lo desconocido y quedar aparentemente retrasado con respecto a los que sólo se preocupan de exhibir lo antes posible unos resultados que atestiguan su virilidad mental, Aprender es, por tanto, aplazar, asumir la incertidumbre, meterse en una aventura muy imprevisible. Es disfrutar poniendo a prueba su inteligencia con el mundo gracias al lenguaje. Aprender es disfrutar de la exigencia de comprender”.

¿Juegan suficiente los niños?

Natalia, desde su doble faceta de madre y maestra, ha planteado esta pregunta por e-mail a PADRES. Hemos consultado con distintos psicólogos y todos están de acuerdo en lo que Javier Urra, psicólogo y primer Defensor del Menor explicaba hace unos días a un grupo de padres de un colegio: “Los niños tienen que volver a ganar la calle”.

Según la Declaración de los Derechos del Niño, adoptada en la Asamblea General de la ONU, “El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones que deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación. La sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho”.

Pero no nos engañemos. El juego es divertido, placentero, voluntario y, lo más importante, es libre. No es obligatorio. No consideremos juego a las clases de fútbol o de ballet por mucho que le gusten a los niños. El juego libre precisa de un tiempo largo y sin estructurar para que sea enriquecedor.

Los niños juegan menos que antes y como consecuencia muchos de ellos presentan carencias emocionales y sociales. La ciudad actual no está pensada para los niños, sin lugares donde puedan reunirse espontáneamente a jugar. Además, tienen pocos hermanos, no conocen a sus vecinos y las viviendas son pequeñas. A esto se unen las actividades extraescolares, la tele y los videojuegos. Por otro lado, los adultos percibimos que jugar por jugar es una pérdida de tiempo y que hay que aprovechar para aprender algo útil.

Beneficios del juego

En la primera infancia, través del juego el niño consigue un mejor control de su cuerpo, desarrolla su musculatura gruesa y fina, crea fuerza, paciencia y perseverancia. Tal y como explica la psicóloga Melita Cutright en su libro Crecer seguro, en el plano emocional, fomenta el desarrollo al “ofrecer al niño la posibilidad de expresar sus sentimientos y le permite aprender a compartir, cooperar y negociar y se da cuenta que perder es una parte de la vida igual que ganar”.

En definitiva es una actividad completamente necesaria para un crecimiento sano, fundamental para el desarrollo psicomotriz, cognitivo y afectivo social del niño. Como explica a PADRES Marta Moreno, psicóloga infantil ,“el juego además de ser la actividad preferida de los niños, ayuda a desarrollar sus funciones psicológicas, físicas y sociales, haciendo que conozcan el mundo exterior y tomen conciencia de éste, afianzando así, su propia personalidad”.

Para ser considerado como tal tiene que tener un fin en sí mismo y proporcionar diversión en lugar de utilidad. Carece de la estructura y organización que tiene un pensamiento ‘serio’, aunque en realidad para el niño muchas actividades no lúdicas no se diferencian del juego.

El juego es evolutivo y se va desarrollando en diferentes niveles. En un primer nivel se desarrolla la psicomotricidad, el control visoespacial, la orientación, el manejo de los sentidos, el control muscular, la coordinación, el ritmo. Por eso los juegos de ejercicio favorecen conceptos como derecha, izquierda, delante, detrás, arriba, abajo, cerca, lejos, que les ayudan a orientarse en el espacio y a ajustar más sus movimientos.

En el desarrollo intelectual, interviene la estimulación del entorno. Aquí, entra favorecen conceptos como derecha, izquierda, delante, detrás, arriba, abajo, cerca, lejos, que les ayudan a orientarse en el espacio y a ajustar más sus movimientos.

En el desarrollo intelectual, interviene la estimulación del entorno. Aquí, entra en escena el juego simbólico, ya que favorece situaciones de exploración y control de la realidad sin riesgos. En este proceso, el niño integra los nuevos aprendizajes y asimila las situaciones y relaciones que observa en el mundo que le rodea. Esto despierta el desarrollo de la creatividad, la teoría de la mente, la comprensión de las reglas sociales y la resolución de problemas más complejos. Facilita el encuentro con los otros porque para los niños es uno de los actos socializadores por excelencia.

El juego es espontáneo, libre, no ofrece posibilidad de fracaso y se aleja de lo cotidiano, de la realidad y de las reglas de la rutina diaria. Permite a la persona ser libre y decidir ante situaciones ficticias sin que pase nada. Permitir que el niño explore con sus propias reglas favorece el desarrollo de la capacidad creativa y la capacidad para resolver conflictos.

Jugar permite ponerse en el lugar del otro, ya que es hacer un ensayo de la realidad para de forma voluntaria actuar como si fuera otra persona. Esta empatía aprendida en edades tempranas evitaría la falta de compasión que se está detectando en algunos adolescentes.

Papel de los padres

Jugar con nuestros hijos, según los expertos, es tan importante como una buena alimentación. Raquel López, psicóloga estima que “éste es un aspecto de la relación familiar habitualmente descuidado, pero que puede llegar a ser de inestimable ayuda, por ejemplo, para capear con mayor estabilidad la turbulenta etapa adolescente”. Hay algunas claves para jugar bien con nuestros hijos:

  • Capacidad de observación, escucha y empatía para conocer a los hijos y saber sus necesidades y juegos preferidos, no los nuestros.
  • Reírse de uno mismo y vencer el sentido del ridículo. Los niños necesitan que nos pongamos a su nivel y les hagamos reír.
  • Planificar el tiempo y elaborar un listado de prioridades de modo que haya tiempo para el juego.
  • No darle al niño todo hecho. Jugar para él.

Gimnasia rítmica de base

Mónica Fornié, entrenadora nacional de gimnasia rítmica, explica a PADRES los beneficios, tanto físicos como psicológicos de la gimnasia rítmica en las niñas. Desde hace 25 años trabaja con niñas de entre 3 y 16 años.

La que fuera directora de la Escuela Nacional de Gimnasia Rítmica de la Real Federación española y juez internacional de gimnasia rítmica, Mónica Fornié, trabaja y promociona, desde hace 25 años con su empresa, la gimnasia rítmica de base en los colegios. Ella insiste en diferenciar la gimnasia de competición de la gimnasia de base. “El trabajo de competición lleva al límite la movilidad articular, que no tiene por qué ser patológico si se hace con un control y con un trabajo compensado”.

Con la gimnasia rítmica de base, por su parte,“se lleva a la niña a una movilidad articular que siempre es beneficiosa, porque le produce muchísima movilidad y flexibilidad, que en un futuro le va a resultar muy positiva”, aclara Mónica. En los colegios se trabaja mucho la coordinación ya que se manejan aparatos como aros, cintas, cuerdas, o mazas. “Incluso con niñas pequeñas utilizamos aparatos de repuesto como pañuelos, sombreros o paraguas”, explica. Algo que favorece la coordinación oculomotriz ya que lanzan y recogen y tienen que hacer una serie de movimientos mientras el aparato está en el aire, trabajar a una velocidad determinada controlando la trayectoria del aparato.

Beneficios

Fornié afirma que la gimnasia rítmica permite realizar en la niña un trabajo de colocación corporal postural, lo que quiere decir que una anomalía pélvica o de cadera se puede corregir. “La gimnasia puede corregir el problema de pies para dentro al trabajar pies, rodilla y pelvis”. Asimismo, al ser un ejercicio que estira los músculos, favorece el crecimiento. Psicológicamente, mejora la autoestima porque las niñas aprenden a bailar y a controlar su cuerpo, a hacer muchos movimientos que le dan mucha seguridad.

Cuándo empezar

“Hasta los seis años recomiendo algo que se acerque más a la danza, que no tenga normas, que no sea estricto ni repetitivo, porque si no, lo dejan y se cansan, pero que les ayude al control de su cuerpo, trabajar ritmo, coordinación y colocación postural”, nos responde Mónica. Entre 6 y 7 años, si se motiva y tiene estímulo externo para conocerlo, se puede comenzar, siempre que la niña lo pida.

Rítmica y matemáticas

Durante nuestra conversación, Mónica nos sorprendió con una teoría muy personal fruto de 25 años de experiencia. “Lo estoy haciendo como experimento”, nos confesaba. Ella ha observado que las niñas que hacen gimnasia rítmica y que saben trabajar bilateralmente, es decir, que trabajan igualmente con la derecha y con la izquierda, lo cual es obligatorio por código, desarrollan la parte cruzada del cerebro y por tanto están desarrollando muchísimo la capacidad espacial.

El resultado: son niñas con buenas notas en matemáticas. “Lo llevo observando hace años. Mejoran mucho en ciencias abstractas como matemáticas o geometría, porque cuando se trabaja en rítmica en equipos hay que trabajar haciendo figuras, colocarse en un fila perfecta o hacer una diagonal o un círculo. Estas formaciones deben ser claras con lo cual se trabaja con mucha precisión y esto les ayuda a tener un esquema y un control del entorno espacial que les favorece mucho para estas materias.”

Grado en Educación Primaria

Hola soy María, mi hija de 13 años quiere ser profesora de plástica en Primaria ya que tiene una gran capacidad para el dibujo y los trabajos manuales. Ella toma clases de pintura desde los 6 años y va a clases de música en la escuela de música del municipio.

Me gustaría saber el itinerario que debe seguir, la carrera tiene que estudiar y las posibilidades que tiene de encontrar trabajo cuando termine, además de que otras salidas tendría su carrera. Muchas gracias por su atención y ayuda a los padres.

María Arroyo

Estimada amiga, el Grado de Educación Primaria se encuadra dentro de la Rama de Ciencias Sociales y Jurídicas y se propone como un título de cuatro años con un primer módulo de formación básica que otorga los conocimientos relacionados con la Pedagogía, Psicología, Sociología, Investigación, Nuevas Tecnologías, Organización Escolar y Orientación. Un segundo bloque didáctico-disciplinar aporta conocimientos sobre ciencias experimentales, ciencias sociales, matemáticas, lenguas, educación musical, plástica y visual y educación física.

Por otra parte, las prácticas en centros educativos aportarán experiencia laboral relacionada con la profesión. Asimismo, ofrece la posibilidad de elegir, en el último tramo de su periodo formativo, alguna de las siguientes menciones cualificadoras: Educación Física, Lenguas Extranjeras, Educación Musical y Necesidades Educativas Específicas.

La tarea docente de estos profesionales se centra en la formación de niños y niñas de los 6 a los 12 años y busca la adquisición de las competencias básicas, la detección y tratamiento de las dificultades de aprendizaje, la potenciación de la tutoría y la orientación educativa del alumnado y la integración de las familias en el proceso educativo. Es por ello que el objetivo es formar profesionales de la Educación caracterizados, entre otros, por los siguientes rasgos: reflexión, autonomía y responsabilidad, compromiso ético-social, predisposición al cambio, disponibilidad para el trabajo en equipo y dominio de los conocimientos necesarios para cumplir sus funciones como docente.

El título de Graduado en Educación habilita para ejercer una profesión regulada, la de maestro.

La titulación permite desarrollar actividades tanto en los centros que dependen de la Administración pública como en centros concertados o privados.

Otros ámbitos laborales pueden ser: editoriales, centros de recursos, actividades de tiempo libre, departamentos de educación de museos y centros de educación no formal, etc.

Desde aquí le animamos a que continúe con sus estudios y con esfuerzo y trabajo logrará llegar hasta donde se proponga.

Haciendo justicia

Mattie Ross, una adolescente, se hace cargo del cadáver de su padre, asesinado por Tom Chaney, un forajido. Dispuesta a que se haga justicia, y desconfiada de los cauces habituales, contrata a Rooster Cogburn, un borrachín alguacil cazarrecompensas, para atrapar al criminal. Se unirá a la caza del hombre LaBoeuf, un ranger texano, que también busca a Chaney por el asesinato de un senador.

Adaptación de la novela de Charles Portis, ya llevada al cine con fortuna por Henry Hathaway con John Wayne en el papel protagonista que le valió su único Oscar. Los hermanos Joel Coen y Ethan Coen entregan un western de maravilloso clasicismo, género para el que apuntaban claramente maneras en No es país para viejos. Aunque la trama tiene tono crepuscular, no hay lugar para el cinismo, siguen vigentes los eternos valores del bien, la justicia y el temor de Dios, que empujan a hacer lo correcto, aunque no dejen de cometerse errores.

Los Coen aciertan en cómo perfilan el personaje de Mattie, una jovencita creíble, encarnada con aplomo por la debutante Hailee Steinfeld, todo un descubrimiento. También brilla el resto del reparto, con menciones especiales para Jeff Bridges, genial con su ronca voz, y un irreconocible Matt Damon, los dos hacen que nos creamos el creciente respeto de sus personajes por Mattie

El film ha tenido una gran acogida en Estados Unidos y opta a diez Oscar, incluido el de mejor película.

Ficha técnica

Título: Valor de ley (True Grit)
Director: Joel y Ethan Coen.

Intérpretes: Hailee Steinfeld, Jeff Bridges, Matt Damon, Josh Brolin, Barry Pepper.

Una aventura muy peluda

Flynn Ryder, granuja de medio pelo, huye de la ley tras robar una corona. Se refugia en la torre donde vive Rapunzel, joven princesa de largos cabellos, secuestrada cuando era una bebé por la anciana Gothel, porque su cabello tiene poderes mágicos que le devuelven la juventud. Rapunzel ignora su procedencia y piensa que Gothel, que no le deja abandonar la torre, es su madre.

Como en los grandes títulos animados de Walt Disney –Blancanieves y los siete enanitos, La Cenicienta, La Bella Durmiente o La Sirenita– estamos ante una historia romántica de princesas basada en un cuento clásico, en este caso de los hermanos Grimm, con canciones deudoras del musical londinense o neoyorquino, unos secundarios hilarantes, etc.

La animación es de primer orden, tan imaginativa como técnicamente brillante. Llaman la atención detalles como el pelo de Rapunzel, que adquiere las más insospechadas utilidades. El relato tiene mucho ritmo e incluye mucha acción.

El punto fuerte es un guión muy cuidado, que a ratos recuerda a fragmentos de grandes clásicos de pícaro momentáneamente unido a una princesa (Vacaciones en Roma) o rica heredera (Sucedió una noche). Y trata sobre todo de la iniciación a la vida de la protagonista, ilusionada por explorar el mundo exterior y descubrir el amor.

Ficha técnica

Título: Enredados
Director: Nathan Greno, Byron Howard.

Animación

¡Viva la fruta! ¡Vivan los frutipuntos!

El colegio Miguel Delibes de Leganés (Madrid) ha implantado en el centro una ingeniosa actividad para promocionar el consumo de fruta entre los niños: los frutipuntos. Los alumnos consiguen puntos por llevar fruta para el recreo que luego canjean en el kiosco de los frutipuntos.

“Desde hace un par de años en nuestro cole coleccionamos FRUTIPUNTOS. Tenemos un carnet muy chulo y si los miércoles (el día de la fruta) traemos fruta en el recreo, nuestros profes nos dan 1 FRUTIPUNTO. Los mejor es que cuando tenemos más de 3 frutipuntos una vez al mes podemos ir al kiosco de los frutipuntos y cambiarlos por un regalito.

Además de vez en cuando hay frutipuntos extra, cualquier día de la semana y si coincide que hemos traído fruta, pues ganamos otro frutipunto más", cuenta un alumno del centro.

La iniciativa está siendo bastante exitosa, pero con tomar fruta una vez a la semana no basta. Las recomendaciones para una alimentación saludable indican que hay que tomar al menos 2 piezas de fruta al día. Así que es fundamental que desde los colegios animemos a nuestros niños y niñas a que coman fruta diariamente.

Aquí van algunos consejitos desde el CEIP Miguel Delibes de Leganés para los que se hacen de rogar….

  • Práctica con el ejemplo. Si nuestros hijos nos ven comer fruta a diario y dísfrutar con ello es mucho más fácil que ellos lo incorporen.
  • La fruta no es solo el postre. A veces se llenan demasiado durante la comida y no les apetece luego la fruta. Procura ofrecérsela en otro momento del día, a media mañana o de merienda, donde la fruta sea el alimento principal.
  • Hazla atractiva. A veces, la fruta sola no les resulta atractiva, pero en macedonia, con leche, cortándola con formas divertidas, etc… les puede atraer más.
  • Viva la variedad. Existen cientos de frutas, es bueno que prueben y experimenten, hay un millón de frutas. Sólo pera, manzana o plátano todo el tiempo puede resultar aburrido. Juega a la experimentación, incluso de las frutas tropicales, descubrirán nuevos sabores.
  • El zumo envasado no es fruta, es un error pensar que un zumo envasado puede sustituir a una pieza de fruta. La mayoría de los zumos envasados tienen muchos azúcares y pocas vitaminas. Si le gusta el zumo házselo en casa y que lo tome recién exprimido.

Entre todos, haremos a nuestros chavales unos superfrutipunteros!!!!

María Elvira
Enfermera CEIP Miguel Delibes
Leganés (Madrid)
megaia00@hotmail.com

Moldear el carácter y aprender de la derrota

Ágil, divertido y carismático, Miguel Illescas demostró manejar los secretos de la oratoria tan bien como la estrategia sobre el tablero, un talento natural que le ha llevado a alzarse ocho veces con el campeonato de España de ajedrez.

Ahora, retirado de los circuitos profesionales, Illescas intenta difundir desde la Escuela de Ajedrez que lleva su nombre los valores formativos que favorece la práctica de este deporte. Y lo hace pronunciando fluidas y amenas conferencias por toda España como la que tuvieron ocasión de disfrutar los asistentes al acto.

En su opinión, jugar al ajedrez con asiduidad reporta beneficios que se manifiestan en una “triple vertiente formativa”. Desde una óptica estrictamente intelectual, el que “aprende ajedrez de verdad puede aprender cualquier cosa”, ya que el “entrenamiento” que da su práctica continuada “ayuda a entender” otras facetas del conocimiento y de la comprensión lógica. A efectos prácticos, Illescas estima que podría introducirse en las escuelas españolas “de forma transversal”, sobre todo en asignaturas como Matemáticas, aunque no son pocos los sistemas educativos de otros países que ya la ofertan como materia optativa.

Más aún, enfrentarse al laberinto de posibilidades que despliega una partida exige una “tensión máxima que moldea el carácter”. Los ajedrecistas se acostumbran a “tomar decisiones en situación de incertidumbre”, cuando “ninguna jugada les convence” pero el tiempo apremia para que muevan pieza. Otra enseñanza que se extiende durante toda la vida: la suerte no existe, “la victoria o la derrota es tu responsabilidad”. En consecuencia, “el ajedrez te obliga a mirarte al espejo, a reconocer tus debilidades” pero también a sacar provecho del error revisando las jugadas equivocadas que han hecho que sucumba tu rey.

Hablamos de un deporte que también desarrolla habilidades emocionales como la empatía (aunque en su sentido competitivo), el acostumbrarse a “ver las cosas desde el punto de vista del rival”. Y ante la dificultad, “el ajedrecista se habitúa a buscar atajos, caminos innovadores para resolver problemas de forma elegante”.

Este ejercicio mental permite asimismo invertir los términos del fracaso, que para Illescas no es salir derrotado (algo que en ajedrez siempre implica un aprendizaje), sino “no intentar” hacer frente a nuevos retos. Según él, gran parte de culpa del fracaso escolar en España proviene precisamente de la parálisis que provoca la peor de las derrotas: el miedo al propio fracaso.

Educación y TIC: padres líderes en un entorno digital

Lograr que confluyan el mundo digital y la labor educativa de las familias. Este es el hilo conductor de la nueva edición de un máster dirigido a padres hispanohablantes.

Aumentar la fluidez en las relaciones familia-escuela a través de todo tipo de herramientas digitales. Saber hacer frente y poner coto a los riesgos que supone un uso temerario de las nuevas tecnolo-gías. Crear y gestionar cursos on line a través de las escuelas de padres y madres.

Son sólo algunas de las habilidades que están aprendiendo los progenitores matriculados en el III Máster en Familia, Educación y TIC, una iniciativa de EducaRed en colaboración con la Universidad Pontificia de Salamanca y Concapa, la organización de padres de alumnos mayoritaria en la escuela privada.

El máster nació hace tres años con el objetivo de dotar a los padres y madres de España y América Latina de recursos para manejarse con soltura en un entorno digital y sacar el máximo provecho formativo a las TIC. Tanto en el ámbito del hogar como en la esfera puramente escolar. Más aún, el curso aspira a crear líderes en la formación de formadores, padres que muestren a otros el camino con vistas a conseguir que las TIC se conviertan en nuestras aliadas ante el difícil reto de educar.

A partir de un enfoque on line y tutorizado, los alumnos pueden servirse de una plataforma específicamente creada para el máster por el Centro EducaRed de Formación Avanzada. Allí acceden a todos los contenidos, que incluyen, entre otros, material teórico asociado a cada uno de los puntos que componen el temario, podcasts con entrevistas a expertos, foros de discusión y actividades prácticas. La plataforma también cuenta con un amplio surtido de diccionarios y enciclopedias, sofisticado software educativo y experiencias de innovación pedagógica.

El programa se divide en tres módulos formativos bien diferenciados, siendo el uso de las TIC el eje transveral que atraviesa e inspira a todos ellos. El primero se centra en las estrategias que permiten a las AMPAs vehicular con eficacia el diálogo entre padres y colegios. Programas de gestión escolar que ofrecen datos actualizados sobre la evolución de cada alumno, los blogs y webs como dinamizadores en la participación de los padres en la vida escolar… Este bloque también contempla una demanda generalizada entre las familias: alternativas que fusionen ocio y aprendizaje a través de internet o los videojuegos.

Por su parte, el segundo núcleo temático aborda cuestiones de convivencia escolar y familiar. Ante todo, lo que se pretende es analizar las causas de las situaciones conflictivas y aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías para contribuir a resolverlas. Otros apartados del módulo tratan sobre el uso adecuado de las TIC entre los menores y los mecanismos que deben establecer los padres para protegerles de sus peligros.

El último bloque tiene como prioridad animar a los alumnos del máster a que asuman el liderazgo en formación familiar a través de las escuelas de padres. Se explica cómo conseguir que se interesen por ellas el mayor número de progenitores posible (de nuevo, poniendo el acento en las posibilidades de promoción a través de medios digitales) y se incide en la importancia de agilizar la comunicación entre familias a través de foros y otras redes interactivas.

Una vez finalizado, el curso permite obtener distintas titulaciones según sea el alumno licenciado (máster), diplomado (experto) o sin estudios universitarios (diploma acreditativo).