¿SABIAS QUÉ…?

En esta nueva sección os ofreceremos el funcionamiento
de los aspectos del sistema educativo
español que más te interesan como
padre para que, de una vez por todas y tras
la barahunda de los últimos años de leyes
orgánicas sobre Educación, conozcáis de
un vistazo el modo en el que se regula actualmente
la educación de vuestros hijos
en España.

Autor: MARTA SAHELICES

Para comenzar, os damos cuenta de quién se encarga de qué y de qué manera, es decir, de las competencias en educación. Pero, además, os adelantamos los restantes nueve puntos que trataremos en próximos números para ir abriendo boca sobre las novedades que PADRES alberga para el nuevo curso que comienza.

1. COMPETENCIAS EN EDUCACIÓN

ESTADO
Normas básicas: homogeneidad, unidad e igualdad básica del sistema educativo.
Ayudas al estudio.
Requisitos mínimos de los centros y de las enseñanzas: por ello, si no estás de acuerdo con algún aspecto referido a horas dedicadas a alguna asignatura de tu hijo, va a ser complicado hacerte oir ya que depende directamente del Ministerio de Educación.

COMUNIDAD AUTÓNOMA
Inspección Técnica Educativa y creación de centros.
Concesión de conciertos y convenios.
Servicio de atención al alumnado.
Becas y ayudas al estudio: por ejemplo, si deseas solicitar una beca de libros de texto deberás acudir a la Consejería de Educación de tu Comunidad Autónoma.

AYUNTAMIENTO
Actividades extraescolares.
Vigilancia de la escolaridad obligatoria: así, si sospechas que tu hijo no acude a clase durante el horario lectivo, no estás solo, ya que cuando se cumplan un número determinado de faltas recibirás noticias de la comisión de absentismo que estudiará el caso para encontrar una solución oportuna a tu caso.

CENTRO EDUCATIVO
Proyecto Educativo: señas de identidad del centro.
Plan tutorial y de orientación: así, si consideras indispensable que en las horas de tutoría se aborde algún tema en especial deberás dirigirte directamente al centro, ya que tienen plena autonomía en cuanto a los planes de acción tutorial.

Adiós a las raciones XXL

Cada vez las raciones de comida son más grandes tanto
en restaurantes de comida rápida como cuando comemos
en casa porque nos servimos hasta que en el
plato ya no entra más. Esta tendencia es peligrosa, sobre
todo, cuando hablamos de niños y de obesidad

Autor: ALEJANDRA RODRÍGUEZ

La dieta del ciudadano medio necesita mejorar. En realidad esto no es ninguna novedad. Además, los especialistas insisten en recomendar raciones más pequeñas. Esto tampoco es totalmente nuevo pero lo cierto es que los consumidores no somos realmente conscientes de que cada vez ingerimos platos más grandes, y no solamente en los establecimientos de comida rápida, donde se ha llegado a promocionar menús extra grandes por un módico suplemento en el precio. De hecho, una de las medidas que ha tomado una cadena de este tipo de establecimientos es suprimir estos menús extragrandes como ayuda para frenar la epidemia de obesidad y sobrepeso que ya empieza a asolar no sólo el mundo desarrollado, sino que también está empezando a hacer mella en los países menos favorecidos económicamente.
El Journal of the American Dietetic Associaton ha publicado un análisis en el que se ha constatado que, efectivamente, en los útlimos 20 años los restaurantes sirven raciones de mayor tamaño. Este hecho, tal y como recuerda también la revista Annals of Internal Medicine en un estudio recogido en uno de sus número de este mes de septiembre, dificulta enormente el recuento de calorías y, en consecuencia, el cálculo del aporte energético diario. De esta forma, el consumidor no tiene una idea aproximada de la energía que está aportando a su organismo y acaba ingiriendo, según las estimaciones de los especialistas, más del doble de calorías a causa de esta confusión. Si a ello le añadimos que el nivel de ejercicio y actividad física es cada vez menor, podremos hacernos una idea de la progresión que se prevé para los problemas de peso y sus patologías asociadas.

 PEQUEÑOS COMILONES

Pero, además, lo preocupante del asunto es que los usuarios siguen esta misma pauta en sus propias casas y cada vez echan más comida en el plato. Por si todo esto fuera poco, los autores de esta revisión, de la Universidad «Rutgers» de New Jersey, han observado que esta pauta se traslada igualmente a los menús de los niños de la casa, lo que eleva considerablemente las probabilidades de que estos pequeños comilones se conviertan en adultos con sobrepeso y obesidad. Numerosos trabajos han demostrado sobradamente que los críos que crecen con problemas de peso suelen mantener dichas dificultades en la edad adulta.
Uno de los ejemplos en los que se han basado estos expertos es en el zumos de naranja. Actualmente, en el mercado existen envases individuales que corresponden a dos vasos de bebida en lugar de a uno, como sería lo lógico. Para evitar la distorsión que tiene el consumidor acerca de lo que realmente supone una ración, los autores del seguimiento han realizado un llamamiento a la industria alimentaria para que en el etiquetado se refleje con claridad no únicamente el volumen de alimento que contiene, sino también el número de raciones que corresponden a dicha cantidad.
Por su parte, Valentín Fuster, el eminente cardiólogo español afincado en EEUU, ha hecho un llamamiento similar en el último Congreso Mundial de Cardiología, celebrado recientemente en Barcelona. Fuster, que también se ha mostrado partidario de regular más severamente la normativa de la industria alimentaria, ha insistido en que la obesidad es la auténtica amenaza que hará temblar los pilares de los sistemas sanitarios de aquí a pocos años. El especialista lo tiene claro: «Hay que comer menos cantidad de todo. Es mejor optar por dos platos pequeños para dar variedad a la dieta que por uno grande para saciarse en exceso

Intolerancia a la lactosa

Autor: padresycolegios.com

Los niños con intolerancia a la
lactosa no deberían suprimir
de su dieta diaria todos los
productos lácteos, ya que necesitan
el calcio y vitamina D
que contienen para garantizarles
un desarrollo saludable.
En la mayoría de los casos
puede consumirse diariamente
cierta cantidad sin riesgos
dependiendo de la severidad
del trastorno.

No hay gente torpe

Nos consolamos con los
eufemismos, es decir,
con palabras que suenan
bien, pero que disfrazan
la verdad. Hay que afrontar
la realidad tal y como
es. El hijo o la hija no es
que sean torpes; es que
están «menos capacitados».
Después incluso el
eufemismo acaba siendo
ofensivo.

Autor: RAFAEL GÓMEZ PÉREZ

Hay que afrontar la realidad tal como es. Ni ser muy listo es un mérito. Ni ser menos listo es una culpa. Pero es que, además, si bien se mira, no hay nadie torpe.

 EJEMPLOS DIVERSOS

La antropología cultural, al estudiar cientos, miles de culturas diversas, mal llamadas primitivas, ha observado este fenómeno: desde que el niño tiene una edad razonable, desde los ocho o nueve años, se les pone a trabajar, a ayudar en lo que son las tareas normales de esa cultura: pastoreo, agricultura, pesca… De forma natural, se coloca a cada niño o niña donde más pueden ayudar.
Con una intuición que es propia de la gente que ve lo que de verdad pasa y no funciona con prejuicios, el primitivo se dio cuenta de que, desde esa edad de ocho o nueve años, el niño y la niña entran en un periodo tranquilo. Ya entienden casi todo, tienen mucha agilidad, fuerza, y, sobre todo, una gran capacidad de entusiasmo. Y como los primitivos no tenían LOE ni nada que se le pareciera, si era el caso ponían a los niños a trabajar.

 TORPES, ¿EN QUÉ?

Rubén, doce años, callado, retraído, va mal en el colegio. Los padres ya no saben qué hacer. Él se esfuerza, pero las cosas no le entran. Se desespera, llora… Repite curso. En el verano pasa dos meses en la granja de su tío Pedro. Se descubre que como granjero es un número uno. Aprende enseguida. Se queda por las noches para resolver algo que no consigue entender. Se le ocurren ideas para mejorar la explotación.
Tiene un don para cuidar de los animales que, en general, con él están mejor que con nadie. Es tan bueno Rubén en esto que en poco tiempo podría ganarse así la vida. Rubén no es torpe. En otra época hubiese sido un excelente granjero, muy listo. De torpe, nada.
Carla, diez años, es la alumna más animada de la clase. Todo lo que se pueda organizar, lo organiza ella. Posee una especial habilidad para conseguir cosas, casi todo lo que se propone. Lo único que no puede conseguir es estudiar. No es capaz de estar sentada, estudiando, más de media hora. Es la última de la clase en notas. Pero nada de torpe, es lista como nadie. Tendrá que obtener un diploma como sea, pero cualquiera que tenga interés en contratar a una gestora deberá, en el futuro, contar con esta niña.

 BUSCAR EL SITIO

No hay gente torpe, sino mal situada. Si la educación fuera lo diversa que debería ser, no se juzgaría todo o casi todo por el rendimiento de la inteligencia lógico matemática o de la lingüística.
No hay nadie torpe.
Hasta el momento en que llegue esa mejora de la educación (que hasta ahora no existe en ninguna parte) se debería sacar en claro que no hay que llamar torpe a nadie. Eso sí, que no haya nadie torpe no quiere decir que todos seamos igualmente inteligentes. Las diferencias existen y negarlas es negar la realidad. Es perfectamente compatible el hecho de que hay gente más inteligente que otra con el hecho de que no hay nadie torpe.
Hay muchos miles de profesiones y oficios distintos, a la mayoría de ellos accesibles la tónica normal de la inteligencia, que es media. Puede ser frustrante darse cuenta de que se quería ser un músico como Amadeus Mozart y no es posible.
Pero esto ya no tiene que ver nada con la inteligencia, sino con una comprobación elemental que tarde o temprano todo ser humano ha de asumir: que no se puede todo lo que se quiere.

INTELIGENCIA

Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, define la inteligencia como «la capacidad de resolver problemas». Por eso, según los distintos tipos de problemas hay otros tantos tipos de inteligencia.

– El tipo de inteligencia es algo con lo que se nace, pero también puede crecer con el ejercicio, la práctica, la comparación, la experiencia.Hay inteligencia lógica y matemática (científicos); lingüística (escritores), espacial (arquitectos), corpórea (deportista), musical (músicos, bailarines), relacional (políticos, vendedores), naturalista (biólogos, naturalistas), emocional… Tener una de éstas no quiere decir carecer de las demás. En realidad, todos los seres humanos que no nacen discapacitados psíquicamente poseen algo de cada una de esas modalidades de inteligencia. Las formas de inteligencia están muy bien repartidas. Y se entiende que han de estar bien repartidas para que sea posible que una persona complemente a otra y se establezcan de ese modo relaciones asociativas, amistades.

– Es probable que la inteligencia emocional se aúne con la lingüística y con la naturalista: los poetas saben ver en la Naturaleza algo distinto y expresarlo bellamente. O que la modalidad de la inteligencia corpórea se dé con la relacional: un deportista que sabe ser un buen miembro de un equipo. Las posibilidades son muchas. Eso es lo que hay de verdad, por ejemplo, en esas patrañas de astrología de que Piscis se lleva bien con Tauro.

Padres de adolescentes

Somos sabedores de que la adolescencia
busca ser ella misma, desea
romper el cordón umbilical con los
padres, ser libre, autónoma. Y así ha
de ser. Existen ritos iniciáticos de independencia
para mostrarse a sí mismos
ante sí y ante el grupo.

Autor: JAVIER URRA PSICÓLOGO CON LA ESPECIALIDAD DE CLÍNICA, PEDAGOGO TERAPEUTA

Adolescencia, época de zozobra, de cambios, de riesgos reales, donde el hijo se va a independizar más, va a contactar con otros jóvenes de todo tipo. Es el momento de la vida en que no se entiende cómo nos ven los mayores. Se solicita puntualmente la presencia del adulto y en ocasiones se rehuye de él, en otras se enfrenta al mismo.
Somos sabedores de que la adolescencia busca ser ella misma, desea romper el cordón umbilical con los padres, ser libre, autónoma. Y así ha de ser. Existen ritos iniciáticos de independencia para mostrarse ante sí mismos y al grupo de referencia que ya son; algunos lo hacen con la ingesta de alcohol, de anfetaminas, con fugas o rotura de objetos o transgresión de normas. Los tutores hemos de propiciar los pasos iniciáticos adecuándolos a su edad y características (ir a un campamento, viajar por Europa en grupo…), canalizaremos sus impulsos y necesidades, no los cercenaremos. Pero para ello hay que haber ganado su confianza, haber estado a su lado desde pequeños, haberles acariciado con nuestra escucha, ser valorados.
Los niños pasan a ser jóvenes y un día se emancipan, pero hay algunos padres que no saben aprender a distanciarse. Se puede conocer a los hijos, se puede caminar y disfrutar juntos sin confundir el ser amigos con ser colega, pues los padres han de marcar límites; los niños los precisan.
Algunos posicionamientos erróneos con los adolescentes son el intentar seducirlos, buscar siempre su complicidad, es lo que menos precisan y en el fondo desean, esta tonta actitud les impele a huir, a liberarse de tan equívoca relación.
Otros padres desean identificarse y aún parecerse al adolescente (en ocasiones hasta en su forma de vestir, relacionarse y hablar), obviamente se dificulta su proceso de autonomía.
Los adolescentes tienen un profundo sentido del ridículo y a veces los adultos les dan razones para agrandarlo (¡quien no ha visto a un padre o madre joven recién separado de su pareja que se comporta en sus relaciones con el otro género como lo hacen sus hijos, cuando no compiten con los mismos!). Hay que erradicar el discurso problemático y de lamentaciones existente en relación con los adolescentes. Compadecerlos por sus dificultades es otra forma de equivocarse, como lo es pertrecharse en añoranzas o comparaciones «históricas».
Hemos de mirar sin miedo al horizonte y autoeducarnos. Dice una canción vasca, Txori, Txuria «si yo le cortara las alas, sería mío, no se escaparía, pero… de esa forma ya no sería nunca más un pájaro, y yo quería al pájaro».

Criminología

Autor: padresycolegios.com

Soy un estudiante de Secundaria, y aunque todavía me quedan dos años para entrar en la Universidad creo que ya es hora de decidir sobre los estudios a los que voy a dedicarme. Hay varias carreras que son interesantes, pero la que más me atrae es Criminología. Sin embargo, me han dicho que se trata de una carrera de segundo ciclo. ¿Es así? En caso afirmativo, ¿qué carrera o carreras –Derecho, supongo– debo estudiar para poder luego entrar en Criminología?
MARCOS. BURGOS

Marcos, en primer lugar queremos felicitarte por tu pronta pero adecuada preocupación por los estudios que deseas elegir. Seguro que eres un buen estudiante y serás un buen profesional.
Contestando a tu pregunta, efectivamente Criminología es una carrera sólo de segundo ciclo y las carreras afines son Derecho, Psicología, Sociología y Trabajo Social. Cualquiera de ellas pueden facilitarte la información necesaria que te permita cursar Criminología. Elige tú la que te sea más atractiva. Después, durante el desarrollo de esta primera carrera, deberás irte informando de los aspectos concretos que te interesen para ser un criminólogo eficaz.

ABUELOS ¿Dónde marcar los límites?

Los abuelos son una gran ayuda para las parejas con hijos, sobre todo si ambos cónyuges
trabajan. Pero hoy en día las personas mayores se mantienen activas y también
necesitan su tiempo de ocio. Veamos qué rol corresponde al buen abuelo.

Autor: MARTA SERRANO

Cada vez es más habitual la figura de los abuelos canguro, que traen y llevan a los niños del colegio, les dan de comer y merendar o les acompañan al parque. Según Pedro Rodríguez, vicepresidente de Abuespa (Asociación Abuelas y Abuelos de España), «sólo hay que ver quien recoge a los niños a la puerta del colegio para darse cuenta de que ya suele haber más abuelos que padres». En pocos años los mayores se han incorporado a funciones educativas que van más allá de pasar un buen rato con sus nietos. Con este panorama, conseguir una buena relación entre generaciones (abuelos, padres y nietos) es fundamental para que no surjan fricciones. Cada uno debe ser consciente del papel que debe desempeñar.
Todos los niños tienen derecho a estar con sus abuelos, si bien esto no les permite entrometerse en ciertos aspectos de la Educación, que es función primordial de los padres. Entonces, ¿dónde poner los límites? Lo mejor es aunar criterios teniendo en cuenta que los abuelos deben disfrutar mucho de sus nietos y los padres tienen que ser flexibles y favorecer esta relación.
El contacto habitual con los abuelos es siempre enriquecedor para los niños, pues ellos representan la memoria histórica y los orígenes de la familia, además de ejemplificar valores, costumbres y formas de vivir. En definitiva, simbolizan la continuidad generacional y proporcionan muchas ventajas para todos, también para los propios mayores de la familia, que se sienten más útiles y valorados.
La Asociación Abuespa, que nació en 2005 para reivindicar más atención hacia la figura de los abuelos en la unidad familiar, promueve todo tipo de actividades culturales y de formación para que los mayores modernicen los conocimientos que tienen y sean aún más capaces para ayudar a sus hijos en el cuidado y en la formación de sus nietos. Para Pedro Rodríguez, «en esta asociación cabe todo aquel que siendo abuelo, además de aportar su experiencia, tiene ilusión por ayudar». Basta con llamar al teléfono 91 401 97 95 y empezar a colaborar.

Qué aporta el abuelo al niño y el niño al abuelo Un ejemplo de buena práctica

ATENTOS A CADA HIJO

– Saber quién aporta más a quién depende de cada caso, pero Mª Victoria Merino afirma: «Sé por mi experiencia que la educación de los hijos no acaba nunca. Dura (debe durar) hasta el final de la vida o hasta que haya capacidad». Sin duda, Merino es una mujer ejemplar porque se define como una madre de familia numerosa poco corriente. «Tengo siete hijos de 34 a 11 años; entre mi hijo mayor y mi hijo pequeño hay más de 23 años, que son más de los que yo le llevo a mi hijo mayor», afirma. Es abuela de once nietos, lo que supone que «en la familia hay un surtido amplio de situaciones y, por tanto, nunca podré considerar que nuestra tarea como educadores haya terminado», explica.
Mª Victoria, no obstante, sí habla desde la experiencia y nos comenta algunas consideraciones que cree importantes:

– En primer lugar, hay que mantenerse atento a cada hijo y a cada nieto. «En estado de alerta», diría, o «con el corazón vigilante», porque se advierten muchas cosas a tiempo. También es adecuado participar en algún curso de educación y orientación familiar. «Nos preparamos para casi todo exhaustivamente y no se nos ocurre hacerlo para la labor más importante que tenemos en las manos», señala. No hay que tener miedo de pedir ayuda cuando veamos que la cosa no marcha bien y estemos desorientados.

UN BIEN PARA TODOS

– Los abuelos aportan a los nietos una relación entre distintas generaciones, mientras los nietos les alegran y rejuvenecen. En cuanto a los padres, los abuelos les aportan el relax de saber que dejan a sus hijos en buenas manos cuando lo necesitan. Ahora bien, los padres siempre han de respetar los límites que los abuelos necesitan para cuidarse y tener su propio espacio.

– Los abuelos, por su parte, deben tener claro hasta qué punto pueden ayudar. No se deben comprometer haciendo excesos. Deben saber que la educación les corresponde a los padres y que ellos sólo hacen una labor subsidiaria. La última decisión siempre la deben tener los padres.

EL SINDROME DE LA ABUELA ESCLAVA Y OTROS PELIGROS

Hay que valorar siempre la labor que hacen los abuelos, pues tener un buen abuelo cerca favorece la salud psíquica de los niños tanto como la de los más mayores al sentirse útiles para sus hijos.
– Hay que conversar con ellos para delimitar las funciones de cada uno antes de que se produzca un conflicto.
– No obstante, si los abuelos acceden al cuidado de los nietos, no se puede caer en chantajes ocultos y pensar: «Yo sé que mi madre espera esto; que mi padre desea lo otro; no podemos dejarle al niño y luego; nos han pagado la habitación del niño y…». Hay que tener en cuenta sus opiniones y más tarde decidir el padre y madre a solas lo que se va a hacer. Hay que ser libres y generosos ante ellos.
– Hay que dejar que los abuelos mimen a los niños y les permitan más caprichos que nosotros. Ésa es una de las funciones de los abuelos y los niños lo saben distinguir.
– Cuidado con el Síndrome de la Abuela Esclava. Los padres somos nosotros y ellos a veces no se sienten con fuerzas suficientes para realizar tareas con los nietos que requieren más juventud o mejor salud, suponiéndoles una carga. Más información en web.jet.es/aguijarro/ abuela/

EL ABC DEL ABUELO 10

1 – Tener claro hasta que punto pueden ayudar. No comprometerse haciendo excesos.
2 – Plantear situaciones creativas, que puedan facilitar espacios propios de los abuelos.
3 – Que los hijos respeten su salud y sus fuerzas. Si hay varios hijos que requieren el cuidado de los nietos, buscar la situación más adecuada y equilibrada.
4 – Ser conscientes de que la educación corresponde a los padres y que ellos hacen una labor subsidiaria. Respetar que la última decisión siempre la tienen los padres.
5 – Plantear sus criterios y dialogar con los padres sobre: las comidas, los ritmos de sueño de los nietos, etc.
6 – Si deben cuidar a los nietos y existen dificultades, hablarlo cuando los niños no estén delante, buscando soluciones, pero nunca cuestionando los criterios de los padres: el niño no quiere comer una determinada comida, cuando ir al médico…
7 – Si opinan diferente sobre la educación, intentar comprender a los padres, pues para ellos también es un conflicto difícil de resolver.
8 – Saber que su posición es de ayuda, que hacen una gran labor, que implica un sacrificio importante, y que encima supone quedarse en un segundo plano en las decisiones.
9 – Descubrir la satisfacción de poder ayudar a sus hijos en la tarea de educar a los nietos.
10 – Saber que en el fondo no importa tanto el reconocimiento como el poso de amor y de confianza que dejan en sus nietos, eso es impagable e insustituible.

Más información en www.hacerfamilia.com

Del colegio a la universidad

Hace tiempo, en Leewwarden, capital de la provincia holandesa de Frisia, un centro de Preescolar tuvo que instalarse provisionalmente en una residencia de ancianos con demencias leves. La experiencia fue tan exitosa que una escuela del sur de Alemania, por un problema de espacio, recurrió a alquilar una sala en el geriátrico más cercano. Todo parecía indicar que era una solución de urgencia pero al final se ha optado por hacer un convenio de integración. Desde entonces niños y ancianos escuchan juntos durante algunas horas al día la lectura de cuentos y modelan el barro o dibujan.
Según informa
Carmen Montón, «los familiares de los ancianos los encuentran más animados y fuera de su ensimismamiento habitual. Su movilidad ha mejorado, pues –por ejemplo– se levantan del sillón para enseñar la hora a los más pequeños, y lo hacen con más gusto que si fuese por indicación terapéutica». Por su parte «los padres encuentran a los pequeños más sociables con los adultos. Además, ven que sus hijos reciben una atención de estos inesperados abuelos que no esperaban».
También el director de la escuela holandesa, F. Keizer, afirmaba en un periódico local: «Las vivencias de los ancianos se acoplan bien a las de los niños. Antes, dibujar les parecía infantil; ahora ayudan a los pequeños, están ocupadísimos. Han salido del aislamiento, les hemos abierto al mundo que les rodea. Ambos grupos se llevan de maravilla. Algunos padres traen a sus niños aquí para que aprendan a tratar con ancianos».
En España también hay iniciativas como el Día del Abuelo, que se celebra cada vez en más colegios y por el que mayores y pequeños comparten una jornada escolar, o el programa de apadrinamiento de abuelos de la Asociación Edad Dorada Mensajeros de la Paz (edaddorada.tsai.es). Otras iniciativas, como la Vniversitas Senioribvs de la Universidad San Pablo CEU para mayores de 50 años, permiten a los abuelos seguir aprendiendo en la universidad.