La contaminación atmosférica no es la única que tiene efectos perjudiciales para los seres vivos del planeta, la acústica pasa a veces desapercibida, a pesar de tener los siguientes efectos:

• Agitación respiratoria, aceleración del pulso, aumento de la presión arterial, dolor de cabeza y, ante sonidos extremos y constantes, gastritis o colitis.
• Estrés, fatiga y ansiedad
• Impide conciliar el sueño o dormir bien, lo que influye en la conducta: agresividad o irritabilidad.
• Incapacidad de concentración y bajo rendimiento, afectando directamente a la memoria.

Asociación sensorial

Los bebés son capaces de percibir los sonidos molestos y diferenciarlos de los que les producen sensaciones agradables. Por ello, vamos a proponerles que identifiquen los ruidos agradables y los desagradables, mostrándole imágenes, para que puedan hacerlo y demostrarles que el cuerpo agradece el silencio.